Presentación

Un fantasma recorre América Latina

Socialismo o Barbarie (revista), Nº 12, julio 2002

Paraguay, Perú, Bolivia, Uruguay y Brasil. En las últimas semanas, un proceso como el que refleja la crisis y la movilización popular y obrera detonada en nuestro país se ha ido extendiendo al conjunto de Latinoamérica.

Génova, Barcelona, París, los paros generales de España e Italia y la huelga de los obreros de la construcción en Alemania muestra que en Europa, el movimiento antiglobalización y de lucha popular se afirman a pesar de la ofensiva "antiterrorista" yanqui y que, incluso, las inmensas y poderosas clases trabajadoras de algunos de esos países se comienzan a mover.

La lucha de clases a nivel internacional se polariza, entre la brutal ofensiva de Bush que pretende afirmar a sangre y fuego el actual capitalismo neoliberal y la resistencia de los trabajadores, de los explotados y oprimidos que crece en distintas regiones del mundo, uno de cuyos puntos mas altos es actualmente Latinoamérica.

Esta lucha incrementada y esta polarización plantea nuevas exigencias y peligros: la necesidad de confluencia entre los movimientos sociales y los trabajadores que aún tienen empleo es un problema común que atraviesa la lucha tanto en América latina como en Europa occidental. En ambos casos, esta lucha difícilmente progrese si esa confluencia no se desarrolla. Y sin este progreso, en la división, se puede afirmar una contraofensiva reaccionaria del imperialismo y los gobiernos capitalistas. Como se intentó aquí con la masacre de Avellaneda. Como intentan ahora los yanquis, multiplicando la ofensiva contra Chávez en Venezuela. Como se busca asustar con el desarrollo del fenómeno Le Pen en Francia.

Al mismo tiempo, la polarización no es sólo en la lucha, sino también política: los partidos tradicionales o "mayoritarios" entran en crisis. Crecen las expresiones a derecha e izquierda. Para la izquierda revolucionaria se abre la posibilidad y la obligación de empezar a proyectarse como parte de una alternativa política y de dirección para verdaderos sectores de las masas: comienza a plantearse la exigencia de la construcción de nuevos partidos o movimientos revolucionarios de los trabajadores. Es todo un desafío y toda una responsabilidad. Más aún en las condiciones en las que, si bien crece en todo el mundo el cuestionamiento al "orden establecido", al mismo tiempo no se termina de visualizar una alternativa social al capitalismo.

Por esta brecha es por donde se mete el nuevo reformismo: es un reformismo sin reformas que se apoya en la crisis de alternativa socialista para postular la supuesta posibilidad de la "humanización" del capitalismo. Es un pérfido enemigo que pretende convencer a los trabajadores de que la perspectiva de la revolución estaría fuera de la agenda.

Pero el capitalismo es más que nunca barbarie, degradación y destrucción. Como dice el intelectual marxista István Meszáros, la actual fase del capitalismo es potencialmente la más destructiva de toda su existencia. Y es la que pone sobre la mesa, con renovada vigencia y actualidad, la alternativa de socialismo o barbarie.

Precisamente, de estos problemas se ocupa esta edición de nuestra revista. La ofensiva colonial del capitalismo imperialista está hundiendo a nuestro país y a la región toda en una bancarrota económica y social sin precedentes históricos. Es esta realidad la que está por detrás del proceso revolucionario argentino.

Dar cuenta de ella y reflexionar sobre una parte de los movimientos de resistencia de los trabajadores del Cono Sur latinoamericano es uno de los objetivos de este numero (en el próximo nos ocuparemos ampliamente de Europa). Porque se trata del fundamento sobre el que se apoya el actual ciclo de crisis políticas y de agudas luchas que comienzan a atravesar todo el continente. Porque un fantasma empieza a recorrer América latina: el fantasma del argentinazo.

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