Río Turbio

Después de 23 días de ocupación de la mina, en octubre de 2001, los mineros quedaron divididos. Por un lado los contratados de las dos empresas privadas contratistas y por otro los transferidos. Es decir, los mineros de la empresa del Estado que pasaron a la concesionaria (Taselli). La ocupación había sido una decisión impulsada por el sector más explotado de la mina de carbón y acompañada por el otro sector y la comunidad pero no con la misma fuerza y empuje que en otras oportunidades. Los sectores más decididos plantearon que las promesas de la patronal no iban a ser cumplidas y una vez más Taselli se saldría con la suya. Tuvieron razón. Ni Taselli ni los gobiernos cumplieron con las promesas realizadas en el marco de que además, un par de meses después De la Rúa renunciaba y se abría un período de caos absoluto en las estructuras del Estado y de los gobiernos sucesivos. Ni siquiera había con quien llevar adelante las conversaciones porque los funcionarios de las áreas ministeriales cambiaban uno tras del otro, semana a semana. Mientras tanto Taselli aprovechó y no pagó los días de ocupación. Y tampoco los salarios posteriores. Argumentaba que el gobierno no mandaba el subsidio. El gobierno respondía que no mandaba el subsidio porque Taselli no cumplía con el contrato de concesión. Pero el contrato no se cortaba. Desde el 25 de abril del 2002 la mina quedó prácticamente sin producir. La situación de las familias mineras se hizo cada día más difícil y los dos pueblos de la cuenca, Río Turbio y 28 de Noviembre, comenzaron a sentir el rigor de la falta de dinero en los bolsillos de los mineros hasta que prácticamente se cortó la cadena de pagos entre los comercios y el Municipio y entre minoristas y mayoristas. Los hechos venían a demostrar en forma inapelable que la mina era un factor económico fundamental para la zona.

No puede dejar de mencionarse la clara complicidad que ATE nacional ha mantenido con toda esta situación. Los "campeones" centroizquierdistas del "antimenemismo" en ningún momento impulsaron la lucha contra Taselli (un típico producto de las privatizaciones de los ’90, que no invirtió nada y se llevó fabulosas ganancias) ni hizo nada contra la política de las sucesivas gobernaciones peronistas y radicales. Menos podemos esperar que hagan algo ahora siendo Kirchner un personaje funcional al juego político del CTA.

La recuperación de la unidad de los mineros se logró con el mismo método con el que se viene trabajando desde que asumió la lista Negra: la asamblea de base. Pero además se impulsó con fuerza la convocatoria a una Asamblea Comunitaria. Era uno de los objetivos planteados en el Congreso del Carbón pero que todavía no había logrado calar en los demás sectores de la cuenca. Previamente, un grupo de mujeres esposas de mineros, había impulsado la ocupación pacífica de la Municipalidad de 28 de Noviembre hartas de las dilaciones del gobierno y de Taselli que se pasaban la pelota unos a otros mientras la falta de dinero hacía escasear los alimentos para las familias mineras, especialmente en las numerosas o con hijos pequeños.

Poco a poco se realizaron movilizaciones y asambleas cada vez más grandes hasta que se llega a una importante Asamblea Comunitaria que resuelve impulsar una movilización a Río Gallegos para presionar ante la casa de gobierno de la Provincia para que tome efectivamente cartas en el asunto. El viaje fue complicado. Son 250 kilómetros de ripio, hielo y nieve, con temperaturas de 17 grados bajo cero y sensaciones térmicas mucho peores. A último momento fallaron "misteriosamente" los colectivos comprometidos. Pero la decisión estaba votada y los mineros se amontonaron en varios autos y en un camión semiremolque que ocuparon más de 100 trabajadores. Una simple lona tapó la caja para resguardar a sus ocupantes del viento y así viajaron durante diez horas, cortando camino por las estancias para evitar pasar por puestos policiales que pudieran detener al camión. La manifestación en Río Gallegos fue una manifestación histórica, con más de 400 personas entre mineros, pobladores de la cuenca y sectores de Río Gallegos que concurrieron en su apoyo. Culminó frente a la casa de Gobierno con nuevos compromisos del Vice Gobernador ante los manifestantes y una nueva perspectiva de incumplimientos. Pero los mineros regresaron con una convicción: estamos otra vez en la lucha. Y una decisión: volveremos a Gallegos y si es necesario habrá que salir al país.

Finalmente la situación de la concesión se hizo insostenible por la presión desde todos los ámbitos de la cuenca, a lo que se sumó una gran cantidad de expedientes administrativos y judiciales que ponen en evidencia el vaciamiento de la empresa. Pero para generar aún más problemas a los trabajadores y a la población Taselli pidió Concurso Preventivo de Acreedores. Entonces Duhalde decretó la rescisión del contrato de concesión de la mina designando mediante el Decreto 1034 del 14 de Junio a un Interventor, el ex Vice Gobernador de Santa Cruz y ex senador por esa provincia, Eduardo Arnold, enfrentado en la interna peronista con Kichner.

Raúl Wanzo, Secretario General del sindicato minero declaró a los medios de Río Gallegos sobre esta situación: "todavía no está caída del todo la concesión...los trabajadores vamos a pelear que la continuidad de nuestra fuente de trabajo quede en manos del Estado y nosotros nos queremos reservar el derecho de ejercer un control sobre los dineros que aporte el Estado, en qué se invierten y que los trabajadores tengan satisfechos todos sus derechos...Tampoco nos vamos a emborrachar de triunfalismo, ya que sabemos que viene una etapa muy difícil". Cinco días después, el 19 de junio, el lobby de Taselli lograba que Duhalde firmara el Decreto 1052 que legaliza la inactividad de la mina ya que establece que hasta tanto se alcance un acuerdo con el gobierno provincial la intervención de la empresa "no implica la explotación de ese Complejo, limitándose exclusivamente a su mantenimiento en condiciones óptimas". Esta decisión es gravísima porque la mina sólo puede mantenerse en tanto haya producción. El tiempo transcurrido sin actividad es mucho y las posibilidades de derrumbes o hinchazones del suelo anulando galerías, cada día que pasa se tornan más probables.

El 24 de junio, por mandato de una multitudinaria Asamblea Comunitaria a la que concurrió el 10 % de la población, se cumplió un paro general total en los dos pueblos. Por la noche salieron hacia Río Gallegos siete colectivos, trafics y autos conformaron varias caravanas de mineros y pobladores. Mientras en Buenos Aires el interventor Arnold recorría los pasillos oficiales de su propio gobierno tratando de entender qué estaba pasando. El 25 una manifestación de 600 personas, en la cual era visible una fuerte mayoría de overoles azules y cascos marrones de los mineros, recorrió las calles de Río Gallegos en dirección a la casa de Gobierno y realizando varias paradas en diversas esquinas. La entrevista con el gobernador Kirchner fue tensa. No había dejado pasar a un sector de los representantes de la Asamblea Comunitaria y la guardia de decenas de matones y punteros políticos que instala siempre frente a la casa de gobierno estaba alerta. A la salida el clima estaba enrarecido porque Kirchner solo se comprometía a hacer gestiones en Buenos Aires. Las voces de la asamblea frente a la casa de gobierno fueron duras con el candidato presidencial de una provincia supuestamente ordenada y eficiente al que le reclamaban su presencia ante la Asamblea, lo cual por supuesto tampoco accedió. La bronca creció y la asamblea resolvió mantener el paro cívico, incluyendo el apoyo explícito de los intendentes y decide permanecer en Río Gallegos hasta lograr soluciones.

El día 26 llegaron las noticias de la represión a los desocupados y al día siguiente los mineros realizaron un acto de homenaje a los piqueteros caídos en la Estación Avellaneda de Buenos Aires. Y a las cuatro de la tarde ingresaron a la Cámara de Diputados para observar la sesión de los parlamentarios que aprobaron por unanimidad un proyecto por el cual se reclama un urgente acuerdo entre la nación y la provincia que de solución definitiva a la cuenca minera. Mientras observaban los mineros le recordaban a los diputados su presencia con una de sus consignas preferidas Aquí están estos son los mineros del carbón!. La guardia de matones de Kirchner no hizo nada para evitar el ingreso de los mineros. Tampoco hubo presencia policial. El horno no estaba para bollos.

El diario Tiempo Sur señala: A partir de las 22, el recinto en forma inesperada se transformó en la última trinchera desde la cual los trabajadores de la cuenca carbonífera resisten ante la falta de respuestas sobre el futuro del yacimiento. Los 300 trabajadores ocuparon las bancas de los diputados cuando estos se retiraron. Comenzó entonces una impresionante Asamblea Comunitaria que debatió durante horas los pasos a seguir. Al mismo tiempo, el gobernador Kirchner realizaba un acto proselitista en Chivilcoy, provincia de Buenos Aires. Pero su celular no paraba de sonar con llamadas desde Río Gallegos y así, una estridente silbatina recibió la información de que el Gobernador se comprometía a pagar el sábado las deudas salariales. Por su parte, el Interventor de Duhalde declaraba que el decreto 1052 es un contrasentido y debe derogarse lisa y llanamente.

Vale la pena destacar algunos párrafos de la crónica del periodismo local publicada en Tiempo Sur el 28 de Junio. La Asamblea Comunitaria...dejó a la vista el ejercicio democrático y de debate que tienen los mineros de Río Turbio. Mientras todos los diputados partían raudos del recinto después de la prolongada sesión, los mineros entre incrédulos y contentos empezaron a ocupar las bancas del recinto y terminaron de ingresar los trabajadores que todavía permanecían afuera de la legislatura. El estrado que ocupa habitualmente el presidente de la Cámara fue ocupado por el Secretario General de ATE Río Turbio Raúl Wanzo y Germán Santana de ATE Provincial y por las autoridades elegidas para la Asamblea.

El orden del día establecido fue 1-La puesta en marcha del yacimiento. 2-El pago de las deudas salariales. 3-Asegurar el trabajo de los contratados. 4-Derogación del Decreto 1052. Finalmente, luego de horas de debate, los mineros votaron quedarse en el recinto de la Cámara de Diputados en carácter de toma pacífica en estado de asamblea permanente ya que del debate realizado no surgía ninguna solución pese a un Acta Compromiso firmada de puño y letra por el Interventor. Pero también invitaban al Gobernador y al Interventor a explicar en el recinto con mayor profundidad todas las gestiones que se estaban realizando y las interpretaciones y alcances de la nota de Arnold. A su vez envió una delegación de nuevo a Río Turbio para reunirse con la Asamblea Comunitaria de la cuenca, Asamblea que votó aprobar lo actuado en Río Gallegos.

El sábado, las deudas salariales se cobraron, incluso pagadas dentro mismo de la Cámara ocupada, pero los mineros sólo se retiraron el jueves 4 de julio después de una semana de permanencia y luego de votar una nueva fase del plan de lucha con el fin de provincializar y nacionalizar el conflicto e instalarlo en Buenos Aires, para lo cual viajó una primera delegación a Buenos Aires que realizó una serie de actividades y entrevistas mientras otros compañeros viajaron al norte de la provincia de Santa Cruz, la zona petrolera y pesquera.