Colombia

UN PLAN ESCRITO EN INGLES

Por Eduardo Pavlovsky

 

Con la autorización de su autor --militante socialista y destacado intelectual-- reproducimos su artículo, publicado en el diario Página l2. Consideramos que es una valiente e inteligente posición política, que expresa el sentimiento democrático y antiimperialista de sectores calificados de la intelectualidad argentina.

Suscribimos el contenido de su mensaje. Con el Plan Colombia el imperialismo norteamericano comienza la invasión a Colombia so pretexto del combate al narcotráfico. La dinámica de este hecho es hacia la “vietnamización” del país y de la región. Interviene tomando partido en la guerra civil en apoyo de la reaccionaria burguesía nativa, de su Estado, régimen y gobierno.

Un frente de rechazo a la agresión imperialista debería integrar a todas las fuerzas sociales y políticas que en Colombia y Latinoamérica estén dispuestas a impedir la colonización de nuestros países. Hay que decirle NO, en la denuncia y en la acción política, a la avanzada militar de la agresión del capitalismo globalizado; hoy en Colombia, mañana para liquidar la legítima rebelión de los pueblos de nuestro continente.

 

Nadie en Latinoamérica ignora que  Estados Unidos se apresta a “ayudar” a Colombia en su lucha contra el narcotráfico con 1.300 millones de dólares. Lo que se ignora en cambio es que el Plan Colombia haya sido redactado originalmente en inglés y se haya presentado para la aprobación del gobierno norteamericano sin que siquiera fuera conocido por el Senado de Colombia. Los grandes temas colombianos ya no son controlados por el Estado  colombiano sino por Estados Unidos: materias tales como sustitución de cultivos, reforma de Estado, modelo económico a seguir, etcétera, ya no se definen en Colombia sino en Washington. Se ignora también que funcionarios de Estados Unidos calculan que como resultado de la lucha se desplazarán --obligados a huir de sus tierras—150.000 colonos y campesinos, lo que habla de la magnitud de la guerra que se avecina.

Los antecedentes de las inversiones norteamericanas a Latinoamérica siempre han sido para defender o desarrollar intereses privados norteamericanos. Se ignora que detrás de las intenciones de su cruzada “moral”, la de defender la democracia colombiana, existen intereses concretos de capitales norteamericanos en la invasión a Colombia.

a) La importancia de los recursos naturales de la región a invadir (petróleo, oro, níquel, madera, esmeraldas), en las que las multinacionales han puesto sus ojos y Estados Unidos está interesado en que sean sus empresas las que se beneficien. No nos olvidemos que de las 500 empresas más grandes del mundo --de circulación de capitales como instrumento de la globalización-- el 49 por ciento son norteamericanos.

b) Colombia es un tesoro de la biodiversidad. Estados Unidos está interesado en asegurar el reparto, apropiación de la riqueza biológica y genética de  Colombia en las que las multinacionales norteamericanas llevan la delantera.

c) La reciente devolución del Canal de Panamá lleva a EE.UU. a reforzar su presencia en las zonas circunvecinas. Colombia limita con Panamá.

El movimiento insurgente en Colombia por su capacidad militar preocupa a Estados Unidos, que lo ve como la fuente de un potencial peligro desestabilizador. Busch, candidato republicano, teme que la ayuda militar al Plan Colombia se convierta en un nuevo Vietnam.

d) Clinton afirma que las FARC han lucrado con el negocio del narcotráfico como nadie, pero si tomamos el precio de un kg. de base de coca en su lugar de producción (la selva colombiana) es de 1.000 dólares y cuando éste se ha transformado en cocaína y se vende en las calles de  Nueva York, París o Frankfurt, llega al precio de 150.000 dólares, lo cual indica que las ganancias en las selvas colombianas no quedan en poder de los campesinos cocaleros ni de los raspachines (bases sociales de las FARC) sino de los poderosos  agentes de la mafia internacional y de las multinacionales, productores de químicos, bancos que lavan dólares, etcétera.(*).

Todos temen en la región el “Vietnam” latinoamericano. La mayoría de los sindicatos y organizaciones no gubernamentales criticaron duramente la medida y señalaban que la entrada de militares norteamericanos en Colombia extenderá el conflicto, la probabilidad de guerra civil y la extensión del problema a países vecinos. Madeleine Albright le pidió a Cardoso el ofrecimiento de sus bases militares en el Amazonas. La respuesta fue negativa,

El objetivo número uno es la liquidación de la guerrilla, dice Fernando Tapias, comandante general del ejército colombiano. Nosotros –primero, a través del subsecretario de Política Latinoamericana-- integraremos el seguimiento para implementar acuerdos a favor del plan e incondicional apoyo al proceso de  paz (ayuda militar estadounidense). Ofrecemos enviar expertos y adiestramiento para profesionales en la invasión. Se ha ofrecido incluso la presencia de los “cascos blancos”.

De la Rúa como meta sigue obedeciendo los rumbos indicados por Washington en forma incondicional. Eso es perder nuestra identidad latinoamericana. San Martin --tan homenajeado por el Presidente-- tenía una firme vocación latinoamericana: eso no hay que olvidarlo.

Un país sin identidad no se podrá recuperar jamás. Eso tampoco hay que olvidarlo.

(*) Aureliano Buendía- Revista  Herramienta No. 13

 

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