UN DESTELLO DE LUZ EN LA CONCIENCIA

 

Praga, Medio Oriente, Yugoslavia, Bolivia, Argentina, en los últimos meses el mundo se ha ido poblando de importantes movilizaciones populares.

Evidentemente las causas inmediatas de estas reacciones de los explotados y oprimidos son diversas. Sin embargo, en su trasfondo, están las características del capitalismo en la actualidad, el que no deja vivir. Pasadas más de dos décadas del inicio de estas transformaciones antiobreras y antipopulares, sus consecuencias se hacen cada vez más insoportables e incitan a la rebelión. No casualmente, la reciente reunión del FMI y el Banco Mundial en Praga se hizo bajo el hipócrita lema de “globalización para todos”. Es que los propios encargados de comandar y regular la economía mundial, ven con preocupación la creciente polarización social que la misma está generando.

En este marco, la movilización en Praga y en decenas de ciudades el día 26 de setiembre fue de una importancia mayor que la mera cantidad de jóvenes y trabajadores que efectivamente se movilizaron. Desde hace décadas que no irrumpe a nivel mundial una movilización que a la par de su carácter internacional, directamente cuestiona el orden establecido del capitalismo (más allá de sus límites). Este elemento es de una enorme importancia porque expresa la decantación de un elemento de conciencia anticapitalista (aún confusa) en franjas de jóvenes y trabajadores, lo que de hecho cuestiona aquello que venimos soportando desde hace una década, que no puede haber otro horizonte que la realidad brutal que se vive día a día.

Junto con este elemento aparece otro: la irrupción de sectores del movimiento de masas mediante su movilización espontánea. Esto está siendo comentado por diversos estudiosos y periodistas, preocupados por la acción de sectores de los explotados y oprimidos por fuera de las instituciones de la  democracia y del Estado capitalista: “(...) Sin embargo, la “gente” ahora ha descubierto la abdicación del poder por parte de sus supuestos líderes. Sin tener en cuenta las elecciones, puede obtener lo que quiere (...) poniendo en acción manifestaciones de masas, bloqueando los puertos o las refinerías de petróleo u otros lugares (...)” Ralf Dahrendorf. Clarín, 3/10/00.

En este contexto, el imperialismo se va haciendo más agresivo y depredador, también en el terreno político,economico y militar, los ministerios de economía de los "países en vías de desarrollo” son meras oficinas del FMI, las misiones de paz son intervenciones militares directas, la lucha contra el narcotráfico apenas disimulan su carácter de intervención, el ejemplo de Colombia es significativo.

Esta realidad da fuerza y actualidad a una serie de aspectos o cuestiones que hemos venido planteando en nuestra revista:  por un lado, la importancia del desarrollo de la movilización desde abajo, de las formas de democracia directa, como manera de intervención de los trabajadores para poder apuntar a resolver los problemas. Junto con esto –decisivamente el apuntar a la adquisición de niveles de conciencia anticapitalista y por la perspectiva genuina del socialismo. Esto podría adquirir la forma de una corriente de radicalización anticapitalista y socialista, surgida desde abajo, desde experiencias reales de los explotados y oprimidos.

Al servicio de estos objetivos “Socialismo o Barbarie” reitera su compromiso militante en favor de una recomposición global de los explotados y oprimidos, y de la emancipación social contra la creciente barbarie del sistema, llamando a todos los compañeros y compañeras que compartan esta perspectiva a dar en común esta batalla.

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