Viva la lucha de los mineros

Dos duras peleas del movimiento obrero se están desarrollando en este momento: la de los ceramistas de Neuquén por el cierre de la fábrica Zanón y la de los mineros de Río Turbio (ver nota). Como muestra de la decisión y fuerza de estas luchas, reproducimos la carta de un minero, que estaba ocupando la mina a 6 kilómetros de la entrada y a más de 800 metros bajo tierra.

Estas luchas son de todos los trabajadores. Rodeémoslas de solidaridad.

Carta de un minero a su hija

Para Yésica y Débora.

"De un minero contratado a su hija"

"Querida hija: quiero, antes que nada, pedirte que aceptes, aunque no entiendas, el no estar a tu lado en estos momentos. No te pido que entiendas, si muchos mayores ni entienden, y no escuches lo que dicen, si dicen que los mineros son malos. Tú más que nadie sabes que mienten…

Si ves a mamá llorando te pido la consueles, pues sus fuerzas son las que me sostienen.

Acá adentro es frío, pero también es cálido, es tan oscuro, pero tan claro. También somos muchos los que nos sentimos muy solos. Cada vez nos sentimos más cansados, pero estamos fuertes

Si alguien te dice que estamos errados, tal vez en la radio, a menudo lo oirás, lucha contra ellos, pues no lo estamos.

Estoy seguro, hija mía, que estarás orgullosa de mí, pues este sacrificio es sólo por ti.

Y quiero que un día a tus hijos les cuentes que este pueblo bendito fue defendido por su misma gente. Si bien hoy peleamos, nos acusamos, nos ignoramos y hasta nos marginamos, yo creo, hija mía, que sólo lo hacemos por un tercero y porque somos ingenuos…

Debes creer que si hoy no estoy allí, sentado a la mesa junto a ti, si tu boletín no recibí, no es que sea malo, lo hago por ti.

No tengo miedo por mí, me volverás a ver… sólo tiemblo al pensar si te veré crecer cuando entre a la mina por esa maldita productividad.

Cuéntales, hija mía, a tus amigas, a tus maestras, qué lindo sería tener una usina, que tu papi es minero, que está dentro de mina y que no saldrá si no es con victoria, que hay que apoyarlos, que nos necesitan…

Entiende, hija mía, yo sé que es duro, también te extraño, pero lo juro… es por tu futuro.

Nos vemos afuera.

Un minero contratado.

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