Venezuela

20 de febrero, Encuentro Nacional Petrolero por el segundo rescate de PDVSA y por el reenganche de Orlando Chirino

Nuestra principal industria atraviesa por
una grave crisis

Voz de los Trabajadores Nº 2, febrero 2008

Después de la derrota del gobierno el pasado 2 de diciembre, el nuevo año comenzó con anuncios gubernamentales que presagian tiempos difíciles para los trabajadores y el pueblo venezolano, después de 9 años de proceso revolucionario.

Liberación de precios, flexibilización de la normativa para importar, que beneficia a los empresarios, y una oprobiosa ley de amnistía a los golpistas, cayeron como un balde de agua fría sobre los trabajadores y el pueblo. A lo que se suma la más elevada tasa inflacionaria del continente (22,5%), acumulada el pasado año, y un comienzo de año nada halagüeño con la inflación de un mes de enero más alta desde 1996 (3,5%).

Por otra parte, la economía del país muestra evidentes signos de agotamiento, que aunado a la crisis recesiva que se cierne sobre la economía norteamericana podrían significar serios riesgos de crisis económica en nuestro país. Aunque ya la crisis está instalada en los bolsillos y hogares de los trabajadores y el pueblo, evidenciada en el desabastecimiento, la alta inflación y los salarios estancados. Pero lo que convierte a la situación antes mencionada en un serio riesgo es la grave situación por la que atraviesa PDVSA.

Nuestra principal industria atraviesa por una grave crisis

El pasado fue el tercer año de caída del producto interno petrolero, la producción ha descendido ostensiblemente, mientras existe en PDVSA una situación constante de iliquidez. No se está invirtiendo en el mantenimiento de las instalaciones, mientras la empresa se ha convertido en una gran “caja chica”, que ahora también es utilizada para adquirir alimentos en el exterior y distribuirlos a través de la recién creada red PDVAL. Toda esta situación ha llevado a la gerencia de la empresa a apelar a las ventas de petróleo a futuro, y a pedirle a las transnacionales –ya con Total y Shell se firmaron acuerdos en ese sentido- que aumenten la producción. Todo esto en el contexto de disputas entre clanes y mafias burocráticas que se disputan contratos y otros negocios, en las que poco importa si se es “escuálido” o”chavista” para aliarse en función de sacar la mejor tajada.

Mientras la danza de millones sigue su curso, los trabajadores petroleros prácticamente no tienen seguro, debido al colapso a que la gerencia ha sometido el seguro Sicroposa. Pero el problema no termina allí. Sigue la incertidumbre sobre los planes de vivienda; no se les paga horas de sobre tiempo a los trabajadores de la nómina mayor; los recursos de la Tarjeta Electrónica de Alimentación se depositan con retraso; a estas alturas no se ha pagado lo correspondiente a útiles escolares, y miles de trabajadores que ingresaron en la contingencia siguen sin ser absorbidos. El reciente paro de 3 días en Ameriven (Petropiar) puso en evidencia la grave situación de la industria, las violaciones del contrato y los constantes atropellos a que están siendo sometidos los trabajadores petroleros, mientras que los chanchullos de la burocracia roja rojita de la “nueva PDVSA”, coloca en el tapete que sus procedimientos no son tan nuevos, y tampoco nuestra principal industria es verdaderamente del pueblo.

El despido de Orlando Chirino: intento de intimidación contra el clasismo La violación de los derechos de los trabajadores petroleros y la grave crisis que se cierne peligrosamente sobre nuestra principal industria, se muestra simbólicamente en el despido injustificado de que fuera objeto Orlando Chirino, coordinador de la UNT, y hasta diciembre, trabajador de PDVSA.

Efectivamente, el despido de Chirino es un intento de amedrentamiento contra todos los dirigentes sindicales clasistas que defienden los intereses de los trabajadores petroleros. Chirino junto a José Bodas y otros dirigentes de la Corriente Clasista, Unitaria, Revolucionaria y Autónoma del sector petrolero (C-CURA), jugó un papel importante en la defensa de la contratación colectiva el pasado año, la cual fue impuesta a la burocracia sindical y al gobierno mediante la movilización. Y en otros momentos ha denunciado otros atropellos a los trabajadores, así como contra la autonomía sindical, y esto por supuesto, es una piedra en el zapato para el gobierno y para los negocios turbios de la tecnocracia roja rojita, así como para los burócratas sindicales de la IV y de la V. Pero también es una retaliación política por la postura que el camarada Chirino defendió de rechazo a la reforma constitucional que restringía libertades democráticas y no nos conducía realmente al socialismo.

El despido de Chirino es la punta del iceberg de una política contra los derechos de los trabajadores petroleros, y contra la autonomía sindical.

Encuentro Nacional Petrolero por el Segundo Rescate de PDVSA y en defensa de Chirino

Lo que está ocurriendo en PDVSA es un sabotaje igual o peor al que vivimos en diciembre del 2002 y enero de 2003. Por eso todos los petroleros y el pueblo debemos movilizarnos para impedir que se agudice la crisis en la industria por responsabilidad de su tren ejecutivo, y por las políticas gubernamentales que han profundizado el carácter de “caja negra” que ya la empresa tenía en la IV República.

Frente a esta situación de emergencia estamos convocando a un Encuentro Nacional Petrolero por el Segundo Rescate de PDVSA y en Defensa de Orlando Chirino, con otros sindicatos clasistas del país y las comunidades organizadas, que discuta la dramática situación que padece nuestra más importante industria, y elabore un plan de lucha y de defensa de los derechos de los trabajadores petroleros, que hoy están siendo violados flagrantemente por el gobierno y la alta gerencia de PDVSA.

Igualmente, el Encuentro debe discutir el lanzamiento de una campaña nacional por la realización de elecciones generales, democráticas y por la base de la nueva Federación Única de Trabajadores Petroleros de Venezuela (Futpv). La actual directiva provisional nombrada a dedo, debe cesar sus funciones para dar paso a una nueva directiva elegida por los trabajadores, que se coloque al frente de la lucha por el Segundo Rescate de PDVSA y en defensa de los derechos de los trabajadores.

En el Encuentro se debe discutir que ese nuevo rescate de nuestra principal industria debe colocarla en manos de los trabajadores, arrebatándosela a la tecnoburocracia.

Los trabajadores petroleros debemos debatir la necesidad de retomar el control obrero y de las comunidades sobre PDVSA, como lo hicimos en los días del paro-sabotaje golpista. Debe ser un control autónomo de los trabajadores y las comunidades organizadas, que coloque la empresa realmente al servicio del pueblo, y que deseche las políticas de conciliación de clase y de empresas mixtas con las transnacionales que actualmente tiene el gobierno y la gerencia de la empresa.