Venezuela

Elecciones con resultados contradictorios

Chávez logra la mayoría, pero pierde en casi todos
los centros políticos y sociales decisivos

Por Claudio Testa
Socialismo o Barbarie, periódico, 04/12/08

El 23 de noviembre pasado se realizaron elecciones regionales (de estados y alcaldías), con resultados contradictorios. Un ex ministro del presidente Chávez, lo definió bien: fue una victoria táctica y, al mismo tiempo, una derrota estratégica.

Con una afluencia electoral del 65% –que es un porcentaje alto para los promedios venezolanos– las listas del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) lograron 5.600.000 votos contra 4.100.000 de otras candidaturas que, en su inmensa mayoría, son de derecha con distintos grados de hidrofobia. Chávez ganó así las gobernaciones de 17 de 22 estados en disputa y el 80% de las alcaldías.

Esto contrasta con la última votación realizada en Venezuela: el referéndum constitucional del 2 de diciembre del año pasado. En él, Chávez perdió con el  49,29% (4.379.392 votos) por el SÍ, contra el 50,70% (4.504.354 votos) por el NO. Esa derrota se debió principalmente a la abstención de sectores obreros y populares que en anteriores elecciones votaban por Chávez. Expresaron así su creciente descontento con el gobierno, sin apoyar tampoco el voto NO de la derecha proimperialista.

Chávez ha recuperado, entonces, en la elecciones regionales del 23/11, alrededor de 1.200.000 votos. Y sus adversarios –principalmente de derecha– han perdido unos 400.000 votos.

Pero sería un error garrafal limitarnos a este análisis puramente cuantitativo (como hizo el mismo Chávez). La otra cara de la moneda es que el PSUV perdió en casi todos los estados y municipios donde se concentra la vida económica, social y política. Perdió, en primer lugar, la Alcaldía Metropolitana de Caracas, que hasta entonces gobernaba. Y también fue derrotado en los estados de Zulia,  Miranda, Carabobo, Táchira y  Nueva Esparta.

Los cuatro primeros de esos estados, junto con Caracas son de importancia estratégica: En el Zulia, alrededor del lago Maracaibo, está la más antigua región petrolera y es el estado más poblado; además, un sector de la derecha proyanqui alienta tendencias separatistas (al estilo de los “autonomistas” bolivianos). Carabobo es un centro industrial de primer orden, con un combativo movimiento obrero; Miranda abarca también parte de la ciudad de Caracas y es el segundo estado en población; Táchira, además de su importancia social y económica, ocupa un lugar estratégico en la frontera con Colombia.

Por esos motivos, el balance que hace un militante del PSUV, está más cercano a verdad que el triunfalista de Chávez: “Los resultados electorales marcan una tendencia hacia el deterioro del apoyo popular hacia el chavismo en las principales ciudades del país. Si esta tendencia no se revierte, futuras elecciones en el 2010 y 2012 podrán asestar verdaderas y contundentes derrotas a este proceso revolucionario. Es cuestión de ponerle atención a este fenómeno, pues pudieran estarse creando las bases para que el capitalismo mundial derroque a la revolución bolivariana por medios electorales, sin necesidad de recurrir a golpes de estado o intervenciones extranjeras.” (Roberto López Sánchez, “La derecha avanza en las grandes ciudades”, Rebelión, 27/11/08)

Efectivamente, ésa es la política que se ha dado, por ahora, la mayoría de la oposición de derecha.

La causas de esto no son difíciles de señalar. La “Revolución Bolivariana” no ha revolucionado las estructuras económico-sociales del país. Ha desarrollado un asistencialismo a gran escala, pero no ha solucionado los dos grandes problemas de los trabajadores y el pueblo: en primer lugar, el empleo, y, en segundo lugar, el salario. En ese sentido, Chávez está a años-luz, no digamos de un sistema “socialista”, sino simplemente del Perón de 1946-55 o de otros regímenes nacionalistas parecidos en el pasado.

Un conocido economista chavista –Manuel Sutherland, que encabeza la Asociación Bolivariana de Economistas Socialistas– resume así la situación: “En este panorama quien más ha aprovechado el crecimiento ha sido la casta rentística y especuladora de la burguesía criolla... La plutarquía ha podido hacer pingues negocios y ha sabido filtrar la renta, exprimiendo más al trabajador... A medida que más crece la renta nacional, la burguesía se apropiado más y más del producto.” (Sutherland, “¿Para quién son los beneficios en la transición al socialismo bolivariano?”, www.socialismo-o-barbarie.org, edición del 30/09/07)

Este es el “mar de fondo” que ha motivado resultados tan contradictorios. Si no se desarrolla a tiempo una alternativa obrera y popular a la izquierda de Chávez, la derecha proyanqui podría seguir ganando posiciones.