Venezuela

Grave crisis económica y política

La situación combina una crisis económica como jamás tuvo el chavismo, con una seria crisis política capitalizada por la oposición pitiyanqui y donde las alternativas de izquierda independientes son muy débiles a nivel político.
En este número de Socialismo o Barbarie, periódico, consideramos el primer aspecto, con una carta que llega desde Caracas y con un análisis del
porqué de las dificultades de la economía y el abastecimiento.
En nuestra próxima edición analizaremos el entramado político.

Carta desde Caracas

“La inflación y el desabastecimiento han tocado
un pico máximo”

Socialismo o Barbarie, periódico, 16/05/2013

Desde la capital venezolana, nos escribe una compañera relatando la difícil situación de los trabajadores e incluso de los sectores de clase media menos pudientes, bajo el impacto del desabastecimiento y la carestía. Esta es su pintura de la crisis.

“La inflación y el desabastecimiento han tocado un pico máximo este mes de mayo. Hasta en los mercados más centrales de la capital –yo vivo cerca de uno de los más tradicionales, el mercado Guaicaipuro– no se consigue azúcar ni harina de maíz o de pan. La carne y los pollos regulados duran un día: el sábado llegan y ese mismo sábado se acaban.

Kilométrica cola en Barquisimeto, capital del estado de Lara, para conseguir harina de maíz para
hacer arepas, componente tradicional en la comida popular venezolana.

“Las madres deben hacer colas de dos o tres horas para conseguir los productos básicos en los mercales [almacenes (bodegas) implementados por el gobierno con productos a bajo precio]. Para conseguir medicinas básicas hay que hacer milagros. Como el papel WC y los pañales, hay que buscarlos por toda la ciudad.

“Se parece un poco a la situación de los cubanos, con la diferencia de que allá se dio una verdadera revolución con expropiación de los ricos capitalistas, cosa que el pueblo venezolano no ha visto.

“Entonces, con tantas carencias, que además se suman a la ola de asaltos y asesinatos que provocan angustia en las grandes ciudades, no quedan muchas ganas de defender un ‘proceso’ que ha traído conquistas, como mejor atención médica, algo de vivienda, escuelas donde se les garantiza la comida a los niños, pero que en los últimos tiempos viene cada día peor. Esto es lo que estuvo detrás del escaso margen de votos por el cual Maduro ganó la elección presidencial.

“El domingo 12 de mayo, Maduro reconoció que había grave desabastecimiento y amenazo al patrón de la Polar, la gran corporación que produce los productos más clásicos de la dieta como la harina de maíz para hacer arepas, hasta las cervezas que son una incalculable fuente de ganancias.

“En el interior, la falta de comida es mucho peor. Un compañero de Cumaná, en el oriente de Venezuela, con quien hablé en una reunión de la C-cura[[1]], nos decía que él veía que se venían saqueos. Hay trifulcas en las colas de los mercados.

“Esta situación ha provocado un aumento de la violencia contra las mujeres, por ejemplo, y de las violaciones. Nos lo ha contado una psicóloga que atiende mujeres víctimas de violencia en el estado Monagas, que es bastante próspero por estar en plena faja petrolífera del Orinoco. Cada día aparece la noticia de una mujer asesinada por el marido.

“También los asesinatos de hombres jóvenes en los barrios van en aumento. Como suele suceder, en un clima social como éste, crece la inseguridad, robos, muertes, pandillas… Esto ya era un problema grave, alentado por la precarización masiva del empleo joven, algo que el ‘socialismo del siglo XXI’ no solucionó. Ahora ha hecho explosión. Además, la misma policía “bolivariana” es parte del problema, por sus lazos notorios con la delincuencia. La solución de Maduro ha sido la de sacar los militares a la calle, comenzando por la Guardia Nacional Bolivariana.

“La industria petrolera y de las empresas nacionalizadas continúa su deterioro. En agosto de 2012 fue el estallido de la refinería de Amuay, la mayor de Venezuela, que explotó por una fuga de gas propano por falta de mantenimiento, con unos 40 muertos. Trabajadores de Pdvsa gas, por ejemplo, con quienes hablé en esa reunión, dicen que es muy duro el trabajo en una planta muy vieja, y que los sueldos no alcanzan para vivir. En Monagas, la mafia de PDVSA vende los puestos de trabajo por 30 mil bolívares (5.000 dólares al cambio oficial). Hay gente en nómina de Pdvsa, en todas las regiones, cobrando mensualmente altos sueldos y con todas las ventajas del cargo (atención médica de 1ª, bonos, etc.) que no trabajan: sólo porque son amigos o familiares de algún alto dirigente chavista.

“Entretanto la derecha, que casi gana las elecciones, sigue con su campaña contra el gobierno. Ya se han calmado un poco los ataques racistas-clasistas, que de las palabras (cuando veían un comedor popular gritaban: ‘¡coman ahora que pueden; después que ganemos se acaba la comida para los malandros’), pasaron a los asesinatos en el día después de las elecciones. Vimos una manifestación de militantes chavistas del famoso y combativo barrio "23 de Enero" por las calles del centro de la ciudad, exigiendo castigo para los asesinados por la derecha, gritaban: ‘¡Capriles pal Rodeo (cárcel de Caracas), sino acá va a haber peo (revuelta)!’

“Escuchando los discursos diarios por la televisión, se diría que el gobierno va más hacia la izquierda; es que Maduro habla de ‘socialismo’ permanentemente. Ha inventado un ‘gobierno de calle’, pero no es para que los trabajadores y el pueblo decidan sino, para que el Presidente y sus ministros sean vistos en un barrio escuchando algunas quejas frente a los proyectores. También promete alimentos en las propias fábricas y organismos estatales. Claro que el ‘socialismo’ de Maduro se acaba frente a las huelgas, como la que hay ahora de los profesores y el personal administrativo de las universidades.

“Una militante chavista nos decía desconsolada en un encuentro feminista: ‘El proceso se nos está disolviendo entre las manos’ y agregaba ‘nuestra caída va a afectar a toda América Latina’. Es lo que están esperando las transnacionales, que el gobierno ceda y entregue todo, sobre todo la faja petrolífera de Orinoco que es un ‘mar de petróleo’, o directamente que caiga para que la derecha lo haga.”


[1].- C-cura: Corriente Clasista, Unitaria, Revolucionaria y Autónoma.


Crisis de la economía y del abastecimiento

Consecuencia fatal de no romper con el capitalismo
y de continuar con el modelo rentista-petrolero

Por Rafael Salinas,
Socialismo o Barbarie, periódico, 16/05/2013

Este grave panorama social es, en primer lugar, la consecuencia inevitable de algo que señalamos infinidad de veces: Chávez no sólo no rompió con el capitalismo, sino que además continuó bajo otras formas, el modelo rentista-petrolero que impera en Venezuela desde hace casi un siglo.

Chávez sólo modificó la distribución de la renta petrolera y minera. En una primera etapa, esto benefició indudablemente a amplios sectores populares… y también a las fuerzas armadas “bolivarianas” y a una flamante “boliburguesía” que se llenó los bolsillos con negociados del estado… lo que tampoco significó que la vieja burguesía pitiyanqui que hoy sostiene a Capriles quedase en la ruina…

Pero esta renta, ni antes ni ahora, asegura la prosperidad eterna. Ha tenido enormes vaivenes fuera del control del estado venezolano, determinados en primer lugar por el precio del petróleo, algo que no fija Venezuela. Poco antes de Chávez, era de 7 dólares el barril. Luego, con Chávez, perforó el techo de los 100 dólares. Pero la inundación de dólares que esto provocó, no se aprovechó para ir a una ruptura con el capitalismo, ni para impulsar el desarrollo de la producción industrial y agrícola venezolana.

Por el contrario, con Chávez se profundizó esa estructura rentista, de vivir de la renta petrolera… e importar el resto. Y esto fue, paradójicamente, un fenomenal regalo a la vieja burguesía antichavista, que está en la primera fila del fácil negocio no producir sino importar. Un economista chavista lo describe así:

“Si tenemos una economía cuyo 70 por ciento [se refiere al sector empresario privado] se rige por la lógica del capital, de maximizar el lucro…, a ese 70 por ciento de la economía le resulta mucho más rentable importar con los dólares baratos del gobierno, en lugar de ponerse a producir.

“Pero ha llegado el momento en el cual ya no se cuenta con la misma abundancia de divisas. El torrente de petrodólares que entra no es el mismo, porque una buena parte está comprometido: vienen unos vencimientos de deuda externa este año 2013, el 2014 y el 2015, que van a absorber una parte de las divisas que se estaban destinando a las importaciones.

“De modo que una economía, que se ha ido transformando cada vez más en importadora, que ha visto reducir el aporte de la agricultura y el aporte de la industria al Producto Interno Bruto, entonces empieza a sentir las consecuencias de las distorsiones…

“[…] Al año 1999, el aporte del sector manufacturero era de 18,86% del total del Producto Interno Bruto; al cierre de 2012 es de 14%... de 14 mil establecimientos industriales, que existían en 1999, al cierre de 2012 hay algo así como unos siete mil. […] Y no sólo hay una caída del sector manufacturero, sino también del sector agrícola, que debería aportar al menos del 12% del PIB, aporte apenas el 4%.[[1]]

Agreguemos que, contra la caricatura de los medios proyanquis –como aquí La Nación o Clarín– de una Venezuela “socialista” y super-estatizada, “el sector público ha visto mermada su participación a lo largo de la década al caer su aporte en la conformación del PIB de 34,8% en 1998 a 29,1% en el 2008. Dicho de otra forma, entre 1998-2008 la economía venezolana se ha hecho más privada”.[[2]]

Este ha sido el resultado del “socialismo del siglo XXI”, reconocido por un prominente economista del chavismo: la economía venezolana se hizo más privada aun.

Devaluaciones, ajustes, desabastecimiento y golpismo

En síntesis: las cosas andaban más o menos bien (en términos capitalistas), mientras la renta petrolera daba para todo. Al entrar en dificultades, como siempre el primero en pagar la factura es el pueblo trabajador, con desabastecimiento y aumentos de precios.

Ya en los últimos dos años de Chávez, comenzaron los “ajustes” que culminaron, poco antes de las elecciones del pasado 14 de abril, con una fenomenal devaluación del bolívar acompañada de un “racionamiento” de las divisas para importar bienes de consumo, a fin de hacer frente a los pagos de la deuda externa. En una economía donde la importación de artículos de consumo es proporcionalmente abrumadora, esto tiene inevitablemente un impacto directo en el abastecimiento y los precios.

Maduro atribuye exclusivamente el desabastecimiento a los planes de la oposición, que acapara y hace desaparecer productos para crear un clima que permita derrocarlo. Es indudable que a la oposición patrocinada por Washington le agradaría la caída del chavismo y empuja en ese sentido; y es muy probable que para mover el piso aliente el desabastecimiento. Ya una vez, hace unos diez años, intentó voltear a Chávez mediante un lockout patronal y petrolero. Pero no nos engañemos: si hoy tratase de repetir eso bajo otras formas, es porque se puede montar en una crisis real.


[1].- Víctor Álvarez, "La escasez...", La Razón, 13/05/2013, subrayados nuestros.

[2].- Víctor Álvarez, “Venezuela: ¿Hacia dónde va el modelo productivo?”, edición Centro Internacional Miranda, 2009, pág. 250, subrayado nuestro.