Las vueltas
del Argentinazo

 

A un mes del desastre de Río Turbio

Por un plenario obrero nacional

Editorial Socialismo o Barbarie, periódico, 23/07/04

El congreso de unificación de los burócratas de la CGT no le dedicó ni 5 segundos a la lucha de los mineros. La tragedia obrera más importante de la historia reciente no le mereció ni 5 segundos a la burocracia sindical, más preocupada por el reparto de sus sillones que en la vida de los trabajadores.

Para millones, los accidentes de trabajo son un riesgo cotidiano. Las condiciones de esclavitud laboral y los miserables salarios ponen en riesgo la vida de los trabajadores. Pero no sorprende a nadie que la CGT haya callado: la tragedia minera era evitable, fue un accidente anunciado y preparado por las políticas de los distintos gobiernos patronales, con la complicidad de los dirigentes sindicales.

 El gobierno ha derramado lágrimas de cocodrilo. La demagogia y las palabras no salvan a Kirchner de su responsabilidad: más allá de los anuncios de inversiones en la mina, hasta el accidente no se invirtió un peso. Pero su responsabilidad es mayor aún porque fue gobernador durante toda la concesión, y como tal era parte de la comisión fiscalizadora que sólo se limitó a justificar cada uno de los incumplimientos del empresario menemista Taselli.

Lo que hay que destacar es que los políticos patronales no actuaron solos en Río Turbio: contaron con la colaboración de la burocracia sindical, presta a hacer negocios con los empresarios (el sindicato de Luz y Fuerza era parte de la concesión) o a defender a sus amigos del gobierno para recibir a cambio cargos públicos (Rivolta y Depetris).  ATE-CTA de De Gennaro, y Lino Heredia nunca defendieron las condiciones de trabajo ni la vida de los compañeros.

Control obrero efectivo de la mina

Luego de años de pelea, los mineros y la comunidad de la cuenca lograron echar al concesionario y en el año 2002 la empresa volvió a la orbita estatal. Está visto que con la reestatización de la mina no alcanzó para frenar la falta de inversiones y el deterioro de las condiciones de trabajo. Los mineros están ante el desafío –y literalmente se les va la vida en ello– de lograr que la mina pase de manera efectiva  bajo su control.

Este control que deben poner en marcha los mineros y la directiva provisoria tiene dos aspectos fundamentales. En primer lugar está la cuestión de la seguridad: los compañeros han dicho que no entrarán a la mina hasta que no esté en óptimas condiciones de trabajo. Los mineros deben ejercer este control, este “doble poder “ sobre la mina y su seguridad, de manera permanente y cotidiana.

Pero este “doble poder” en la mina no debe reducirse sólo a la seguridad, sino extenderse a lo que hace a inversiones y al futuro de la mina. El gobierno ha dicho que invertirá millones para hacerla operativa. Esto debe ser controlado por los compañeros, que son los únicos interesados de verdad en que la mina tenga futuro. Pero control obrero no quiere decir “cogestión”: los trabajadores no nos hacemos cargo de “autoexplotarnos” ni nos responsabilizamos por la gestión de una empresa que sigue siendo capitalista, aun en manos del Estado. Por el contrario, lo que se exige es control sobre toda la marcha de la mina, con el compromiso de informar y discutir con la base de trabajadores cada paso que se dé.

Reconocimiento de la provisoria

El 25 de junio se realizó una asamblea de mineros donde democráticamente echaron a la Lista Verde de la conducción del sindicato y eligieron a una comisión directiva provisoria para que lleve adelante sus reclamos: total esclarecimiento de la tragedia y castigo a los responsables políticos y operativos; por una comisión investigadora independiente integrada por trabajadores de la mina, familiares y profesionales; por la aplicación de las más eficientes medidas de seguridad; por una comisión obrera de control de las inversiones y la gestión de la empresa; por el reconocimiento de la comisión provisoria elegida en asamblea.

Tanto el gobierno como los sindicalistas de ATE-CTA se niegan a cumplir la voluntad de los mineros. El gobierno y la burocracia sindical no quieren que se siente este importante precedente: una asamblea de trabajadores echa a los dirigentes vendidos y traidores. La pelea por el reconocimiento de la directiva provisoria es la pelea por la verdadera democracia de los trabajadores y por una nueva dirección, clasista y que se base en la democracia de las asambleas resolutivas de las bases.

Hagamos un plenario obrero en apoyo a los mineros

La lucha de los mineros del Turbio expresa una necesidad de todos los trabajadores: terminar con la esclavitud laboral. En el país de la desocupación de masas, millones de compañeros se encuentran brutalmente superexplotados, trabajando 10, 12 y hasta 18 horas por día, flexibilizados, violando las normas de seguridad e higiene elementales y con salarios miserables. De ahí el altísimo nivel de “accidentes” de trabajo, que alcanza la friolera de 3 obreros muertos cada día (ver nota específica en esta edición).

En los últimos meses  se ha venido expresando una mayor disposición a la lucha entre sectores de los trabajadores ocupados. El triunfo de los compañeros del Subte, que lograron la jornada de 6hs.; la importantísima lucha de los estatales bonaerenses, que llegaron a poner en pie una interestatal independiente de la burocracia, importantes sectores comienzan a surgir conducciones clasistas y antiburocráticas, como ha sido el caso de docentes, ferroviarios y más recientemente en el Astillero Río Santiago. Todas estas experiencias pueden y deben ser parte de un agrupamiento, encuentro o tendencia clasista común.

En este camino, los compañeros mineros y los del subte, más el resto de los sectores clasistas, tenemos el desafío de preparar un Plenario Obrero para darle continuidad a la lucha por el reconocimiento de la directiva provisoria y los demás reclamos mineros  y hacer carne en  toda la clase trabajadora la campaña impulsada por el Cuerpo de Delegados del Subte por la reducción de la jornada de trabajo a 6 horas y aumento salarial. La oportunidad podría ser el 14 de agosto, cuando se cumplen dos meses de la tragedia. También se debería discutir un programa de acción común de los trabajadores ocupados y desocupados: reconocimiento de la directiva provisoria, control obrero efectivo de la mina, por la reducción de la jornada laboral a seis horas, por aumento general de salarios, por trabajo para todos, por la renacionalización bajo control obrero efectivo de todas las privatizadas, por el desprocesamiento de todos los luchadores, por un verdadero Congreso de Trabajadores Ocupados y Desocupados que se empiece a postular como alternativa frente a los burócratas de la CGT y el CTA.

Por eso llamamos a todos lo trabajadores, a las internas y sindicatos clasistas, a los movimientos de trabajadores desocupados, a tomar como propia la pelea por el reconocimiento de la directiva provisoria , el control efectivo de la mina por sus trabajadores y la preparación de un plenario  obrero.

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