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Cifra record

El lado oscuro del superávit fiscal

Por Daniel Muchnik
Clarín, Buenos Aires, 04/10/04

La Argentina ya registra un superávit fiscal superior al de Brasil, considerado por el Fondo Monetario Internacional como un "modelo" a seguir. Pero mientras Brasil con ese superávit paga una parte de la deuda y el resto la refinancia, la Argentina paga la totalidad de la deuda que no está en default.

Este año, el superávit fiscal argentino superaría el 4,5 por ciento del Producto Bruto Interno, cuando el Gobierno había ofrecido el techo del 3 por ciento y prometido que no se vulnerarían los fondos que debían ser destinados a la población.

Desde el punto de vista fiscal, la Argentina tiene uno de los superávit fiscales no sólo más altos de la historia patria sino a escala internacional. Ese enorme, voluminoso, increíble superávit fiscal es lo que lleva a los acreedores a no aceptar la propuesta de renegociación ofrecida por la Argentina. Consideran que el Gobierno tiene dinero para volver a mejorarla, a través de un pago al contado o con mayores tasas de interés o con menores plazos.

Así las cosas, el excedente fiscal se ha transformado en una desventaja para la renegociación de la deuda, ya que los acreedores saben que la quita que pide la Argentina no responde a una situación fiscal "pobre". Con una propuesta sustancialmente mejor a la del Gobierno nacional (sin quita de capital y con mayores tasas), jueces de Estados Unidos trabaron la renegociación de la deuda de la provincia de Mendoza porque los acreedores aducían que el Tesoro de esa provincia podría mejorar la oferta.

El superávit fiscal de la Argentina se debe a que el gasto primario quedó reducido por la devaluación y el semicongelamiento de los sueldos, las jubilaciones y demás partidas de la seguridad social, como el salario familiar y los planes sociales. En otras palabras, es el resultado del enorme ajuste fiscal de los últimos casi tres años. Un ajuste que continuará el año próximo, como está previsto en el Presupuesto 2005.

De este modo, la Argentina se está estabilizando, a costa de descender un escalón más en sus indicadores sociales. Los niveles de producción ya están cerca de los guarismos de 1998, antes del aluvión recesivo, pero las variables sociales siguen en los niveles de la gran crisis.

Las exigencias del Fondo Monetario con respecto al superávit crean una expectativa seria para el futuro. Cumplirlas impondría la necesidad de un crecimiento del 10 por ciento de la economía, la contracción del gasto público y la permanencia de la presión impositiva.

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