Argentina

 

Encuentro obrero del 2 de abril

Es necesaria una tendencia clasista

Por Oscar Alba
Socialismo o Barbarie, periódico, 01/04/05

El Encuentro obrero que se realizará el próximo 2 de abril viene precedido por una serie creciente de luchas entre los trabajadores ocupados: el caso de telefónicos, del subte, del ferrocarril, de los docentes, de los trabajadores de Lafsa, de los compañeros de limpieza de la empresa Taym, Zanon, docentes salteños y otros. Muchas de estas experiencias de lucha han promovido nuevas direcciones independientes de la burocracia sindical (tanto de la CGT como de la CTA), así como del gobierno de Kirchner.

Estas luchas se dan alrededor del problema salarial, contra los despidos y por la fuente de trabajo en el caso de los trabajadores de las líneas aéreas o los compañeros del diario Crónica.

El triunfo de los trabajadores de subterráneos, a su vez, fortaleció este proceso e incluso alentó a gremios menores (correspondientes a empresas subsidiarias de Metrovías) a que después de mucho tiempo retomaran la lucha contra la tercerización en los sectores de limpieza y seguridad.

Como siempre, la putrefacta burocracia sindical salió a darle una manito al gobierno de Néstor  Kirchner intentando frenar los reclamos y que el proceso no crezca peligrosamente para sus intereses. El triunvirato cegetista de Moyano-Rueda-Lingeri se ha enredado en una discusión en la cual se alínean junto a uno u otro sector del gobierno frente al problema salarial. Por otro lado, D 'Elía y sus amigos de la CTA también se está encargando de cuidar los flancos de Kirchner.

Pero aun así, este proceso antiburocrático y con fuertes rasgos clasistas se ha seguido extendiendo. En varias líneas de ferrocarril, en el surgimiento de la lista Naranja-Violeta en la carne, en varios hospitales de capital y del interior del país, en el reciente conflicto de Lafsa.

El Encuentro agrupará una parte importante de estas experiencias más significativas de los trabajadores ocupados, a quienes se sumarán otros sectores combativos de desocupados como el FTC.

Objetivos del encuentro

El Encuentro del 2 de abril es producto del lugar central en la vanguardia obrera que han venido adquiriendo los compañeros del Subte a partir de la serie de luchas y triunfos que han venido obteniendo: la jornada de seis horas, la perforación del techo salarial y el hecho de que configuran una experiencia por fuera de la burocracia de la UTA. Todo esto ha ubicado a su Cuerpo de Delegados como un muy importante punto de referencia en la vanguardia de los trabajadores. También es producto del actual ciclo de luchas de los trabajadores ocupados, sobre todo por el salario.

Al mismo tiempo, en el Encuentro confluirán otras experiencias independientes de la clase obrera, así como distintas propuestas sobre cómo organizar a los trabajadores que, aun en forma minoritaria, en distintos puntos del país buscan un proyecto independiente y clasista que los agrupe. Está claro entonces que la responsabilidad de los compañeros del Subte, en esta oportunidad, es enorme.

Sobre los objetivos del encuentro queremos señalar dos cuestiones.

Por un lado, hay un cierto acuerdo entre el conjunto de experiencias y tendencias de la izquierda alrededor de una serie de pasos a dar que nos parecen correctos: el apoyo a la jornada de los movimientos de desocupados del 16 de abril; la posibilidad de realizar un 1º de Mayo obrero y unitario; la conformación de una mesa provisoria del Encuentro donde estén representados las experiencias obreras más importantes y, a través de ellas, las principales corrientes de la izquierda, y la realización de un nuevo Encuentro dentro de algunos meses. Hasta aquí, todo bien.

Sin embargo, opinamos que se debería ir más lejos: avanzar en la conformación de una verdadera tendencia clasista que se postule como alternativa al conjunto de las expresiones de la burocracia sindical. Una tendencia que, a la vez, se posicione claramente respecto del gobierno de Kirchner. Pero es aquí donde comienzan las diferencias y nuestra preocupación de que, a la postre, el Encuentro termine quedando en la nada.

¿Qué pasos para una Tendencia Clasista?

Este debate refiere a una serie de problemas de la recomposición de la clase trabajadora que aún no están del todo claros: cómo progresar al interior de la propia clase trabajadora ocupada, qué relaciones establecer entre ocupados y desocupados, qué relaciones corresponden entre los organismos y corrientes obreras y los partidos de la izquierda, etc.

En este sentido, varias posiciones están sobre la mesa: desde la CCC, pasando por el MST, PO, PTS, hasta algunos de los compañeros del subte. Nos queremos referir sobre todo a estos últimos, por la responsabilidad que tienen en esta coyuntura.

Algunos compañeros del subte y delegados de otros sectores aparentemente proponen la conformación de una "intersindical nacional clasista". En su "Carta Abierta a las agrupaciones, delegados y conducciones sindicales clasistas y antiburocrática" los compañeros dicen que hay una posibilidad real "de organización de una corriente político sindical de carácter permanente y unitaria, democrática y clasista (anticapitalista, antiburocrática, antipatronal y antiimperialista) que nos dé mayor fuerza para coordinar y organizar la lucha contra la continua ofensiva de la patronal por reducir nuestros derechos y contra las traiciones de las direcciones sindicales".

En el párrafo final, plantea que esta corriente sindical debería definir sus objetivos a partir de "impulsar la lucha contra la flexibilización laboral y por el trabajo para todos sobre la base de la reducción de la jornada laboral a seis horas y el masivo plan de Obras públicas" y termina enumerando una serie de reivindicaciones.

En primer lugar, queremos decir que en términos generales estaríamos de acuerdo con estos objetivos que aparecen definidos en la carta. Esto es, la conformación de un corriente político sindical de carácter permanente, unitaria, democrática y clasista. Desde el nuevo MAS venimos batallando por esto en el último período, realizando encuentros nacionales por una pro-tendencia y llevando esta propuesta en oportunidad del Encuentro Obrero en Filosofía y Letras de dos años atrás. Esto es de público conocimiento.

Sin embargo, es algo sorprendente que lo que se presenta o postula como una corriente "unitaria", arranca de manera nada unitaria excluyendo la posibilidad de participar de su conformación a un partido que como el nuestro ha venido planteando este objetivo hace rato.

Esta exclusión nuestra (así como la de otros), esta redonda negativa a llevar adelante la tarea realmente de manera unitaria y mediante el frente único, sólo lleva a que en vez de un llamamiento "generoso" tengamos la presentación de un "nuevo" agrupamiento que tampoco parece reflejar el sentir mayoritario del propio cuerpo de delegados del propio subte. Y que, lo que es más grave, puede significar lamentablemente perder la oportunidad que abrió la propia experiencia del Subte de "barajar y dar de nuevo" al interior de la vanguardia obrera y de trabajadores.

Pero hay otros problemas a los que nos queremos referir: la ubicación del llamamiento respecto del gobierno de Kirchner y respecto de los partidos de la izquierda.

En su carta los compañeros plantean que "es necesario que los trabajadores tengan una perspectiva histórica estratégica (...) para luchar frente a una sociedad donde los capitalistas tienen el control de los medios de producción,  de los gobiernos de turno y de los medios de comunicación". Sin embargo, en ninguna parte del llamado, ni una vez, se nombra a Kirchner.

Porque los enemigos de los trabajadores tienen nombre y apellido, y hay que decirlo. Porque en las condiciones donde la CGT y el CTA apoyan al gobierno, en gran medida esta definición concreta hace al carácter de la corriente propuesta y ordena sus tareas. Esto no quiere decir que seamos estúpidos o propagandistas y postulemos que se deba anteponer a la lucha concreta la definición de cada compañero de base frente al gobierno. De ninguna manera podríamos plantear una posición tan idiota. Pero no se trata de esto cuando hablamos de una tendencia o corriente clasista: se trata de agrupar nacionalmente a los sectores que van avanzando en la experiencia con la burocracia y el gobierno para dar una pelea de conjunto.

A la vez, esto es fundamental porque comienza a existir un sector de trabajadores aún minoritario que empieza a hacer una experiencia en las luchas con el gobierno. Y debemos hacer todo lo posible por ayudar a que avancen en su conciencia. ¿Quién mantiene las leyes de flexibilización? ¿Quién cobija a la burocracia sindical? ¿Quién vocifera en los estrados contra las empresas petroleras y después no les toca un pelo? A lo largo de esta "Carta Abierta" no se dice ni una sola vez que el responsable inmediato de los problemas que tenemos que enfrentar es Néstor Kirchner y su gobierno.

Izquierda y recomposición

En su propuesta los compañeros expresan un segundo e inmenso problema: no tienen en cuenta el rol de las organizaciones de izquierda como parte fundamental de la recomposición de la clase obrera, a las que catalogan de "trabas sectarias" u "obstáculos" en el camino de la construcción de un sindicalismo de clase.

No negamos que muchas de las organizaciones de la izquierda tengamos defectos, inercias, mecanismos aparatistas, etc. Pero en la declaración no se trata de esto: se trata de un agrupamiento que "por principios" se declara en contra de los partidos. Se trata entonces, de forma reduccionista, de la tendencia o corriente de los "sin partido" como opuesta a ellos. O sea, no de una corriente clasista, sino de una "sindicalista", que es otra cosa.

Sin querer amalgamar posiciones, es público y notorio que una posición similar es sustentada por algunos intelectuales de izquierda. Así, Eduardo Lucita (1) en un texto reciente, plantea que "Se parte de una experiencia inédita en el último medio siglo, herencia de las jornadas del 19 y 20 de diciembre. Y esta experiencia no es otra que la comprensión de que nadie, ni los estados ni las iglesias, ni las cúpulas sindicales, ni los partidos, aún los que se reclaman de la clase obrera, pueden reemplazar la capacidad de pensar, de decidir y de hacer de los trabajadores por su propia cuenta y acción".(2)

El argentinazo, efectivamente, fue una movilización popular que planteó la posibilidad de recomponer al movimiento de los trabajadores sobre nuevas bases políticas y sociales. Pero la capacidad de pensar, de decidir y de hacer de los trabajadores en las luchas que se dieron luego del Argentinazo han tenido en las organizaciones de la izquierda un componente fundamental. ¿Quién puede desconocer el rol de dirección que juega el PTS en Zanon,  o la influencia política del MST en los ferroviarios  o del MAS  en el gremio de la Carne? ¿O del PO y también el MAS entre los desocupados? ¿Acaso la nueva dirección surgida en el Suteba no es un frente de corrientes de izquierda que echaron a la burocracia del sindicato? Los procesos de reorganización y recomposición de la clase obrera, históricamente, siempre han estado ligados a los partidos obreros, y es falsa de toda falsedad la postulación de una "autodeterminación" abstracta de la clase "sin partidos".(3)

Los compañeros que suscriben la "Carta Abierta..." y Lucita coinciden en obviar que los partidos obreros sean parte de esta recomposición. Pero debemos comprender que la recomposición debe ser global y, fundamentalmente, política. De lo contrario, nos deslizamos hacia un sindicalismo "sin partidos" que desarma a la vanguardia en su pelea de fondo.

Reafirmamos la necesidad de la constitución de una Tendencia Clasista que vaya más allá de meros acuerdos de unidad de acción o "coordinación de las luchas". Pero para esto, insistimos que se debe construir sobre una base realmente unitaria, sin exclusiones, delimitándose explícitamente de Kirchner y admitiendo compañeros tanto de partidos como sin partido.


Notas:

1. Integrante del colectivo EDI-economistas de izquierda, director de la revista marxista cuaderno del Sur

2. Citado del trabajo "Conflicto social. Nuevos aires, viejas tempestades".

3. Históricamente, fueron las corrientes "sindicalistas" como las de Alemania a fines de 1918 o el anarquismo en la revolución rusa de 1917 las que plantearon esta posición de soviets o consejos obreros o organismos de la clase "sin partidos".

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