Argentina

 

El Encuentro y la izquierda

Socialismo o Barbarie, periódico, 01/04/05

Hay una serie de puntos de acuerdo para resolver en el Encuentro que nos parecen correctos. Pero así como fraternalmente discutimos con algunos de los compañeros del Subte, está claro que a nivel de las distintas corrientes de la izquierda venimos con un debate.

Por un lado, desde la CCC, el PO y el MST plantean e insisten en que la mesa que se vaya a conformar “no sea permanente”. Está claro que nosotros defendemos una posición prácticamente opuesta: que la mesa que salga del Encuentro sea lo más permanente que se pueda y que se avance en las mayores definiciones políticas que se pueda avanzar. Una mesa no permanente nos acerca al peligro que señalamos más arriba: de que el Encuentro, luego de unos meses, quede en la nada.

Por su lado, el PTS tiene una posición a mitad de camino. O sea, esta a favor de una mesa más permanente, pero limitada al mero apoyo a las luchas y no a la conformación de una tendencia clasista más de conjunto.

Vayamos por partes. Estamos a favor de que la CCC concurra al Encuentro. Sin embargo, no podemos dejar de señalar las contradicciones que ello implica. Durante el período anterior a Kirchner, se cuidaron de garantizar la “gobernabilidad” de Duhalde (junto a la CTA). Mientras los mineros de Río Turbio luchaban contra la burocracia verde de De Gennaro, ellos hacían acuerdos a nivel nacional con la CTA. Y ahora, ante las elecciones en el gremio de la Carne, se unieron a la Lista Celeste y Blanca, que es un sector desplazado de la burocracia, en lugar de apoyar y ser parte de la oposición que encarna hoy la lista Naranja-Violeta surgida de una nueva dirección en el frigorífico Ecocarnes.  Más allá de acuerdos puntuales o en la lucha (que no dejan de ser imprescindibles), está claro que un avance más de conjunto con esta corriente sólo puede ocurrir si rompe claramente con Kirchner y sus distintos acuerdos con sectores de la burocracia.

Por su lado, el MST habla de formar una “coordinadora del riel”. Esto no está mal. Pero... ¿se puede limitar el Encuentro sólo a esto? ¿Qué hacemos con los demás sectores que están luchando y no son ferroviarios? Es una orientación meramente sindicalista y para colmo circunscripta a un solo sector de trabajadores.

En el caso del PO, su posición no está clara. Acaba de realizar una ANT cuya debilidad es expresión de cómo ha pagado este partido el hecho de haber tenido una orientación “piqueterista” que desconoció al resto de la clase trabajadora, junto con una equivocada pretensión “hegemonista”. Ahora los compañeros han resuelto concurrir al encuentro del 2 de abril, pero no está claro que hayan comprendido la jerarquía y el lugar que tiene el actual ascenso de las luchas de la clase obrera ocupada y que no hay salida por el lado de los trabajadores si no tiene a este sector en el centro de la unidad de clase entre ocupados y desocupados.

Finalmente, el PTS plantea que “impulsa con todo este encuentro que debería ser el inicio de un reagrupamiento permanente de la vanguardia combativa y antiburocrática de nuestro país y conformar una mesa de enlace o el nombre que sea, con las organizaciones más representativas, para que le dé continuidad al rico proceso que se abre” (LVO 159, 17-3-05).

Estamos a favor de una mesa de enlace permanente. Pero ésta no se puede reducir al mero apoyo a una u otra lucha: los compañeros deberían dejar de intentar construir su propia tendencia en torno a Zanon y volcarse a favor de la constitución de una verdadera tendencia clasista de frente único.

Porque esta batalla unificada y común, que va más allá de las fuerzas de cada partido en particular, es la única que puede avanzar realmente en romper el monopolio de la burocracia sindical sobre el movimiento obrero. O sea, no circunscribirnos a los lugares donde las corrientes independientes y la izquierda ya estamos, sino extender esta batalla –que, insistimos, ninguna tendencia puede dar por sí sola– hacia el conjunto del movimiento obrero que hoy se encuentra, mayoritariamente, bajo el monopolio de la CGT y la CTA.

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