Argentina

 

Eva Perón y el MST (Movimiento Socialista de los Trabajadores)

¿Una política “para las masas” o para enchalecar a las masas?

Socialismo o Barbarie, periódico,12/08/05

Dos caras y una sola política

El mito Evita fue tal vez la mascarada más trágica del peronismo. Como movimiento policlasista que tuvo el apoyo del movimiento obrero y la población más pobre, Eva fue la cara plebeya que llegó hasta las alturas del poder político y social, y el peronismo la usó para imponer las políticas más reaccionarias.

El historiador marxista Milcíades Peña lo describió así: ...”Descontando salarios a todos los trabajadores, imponiendo contribuciones forzosas a toda la burguesía, edificó una Fundación que llevaba su nombre, desde donde distribuía caridad a los cuatro puntos cardinales, ganando el corazón de los ‘desamparados’. Jamás nadie había especulado más simplemente sobre la simpleza de las masas.” (*)

Cristina Kirchner explicó el carácter de la legendaria dirigente peronista al inaugurarse la Muestra Eva Perón en el coqueto Los Angeles con más que coquetos visitantes como el subsecretario de Comercio Exterior de la Cancillería y dirigentes políticos y empresarios yanquis. Expresó que había dos Evitas: la de las veladas en el Teatro Colón y otra la de la justicia social. Y finalizó: “....la Evita de los siete pecados capitales tenía por lo menos cuatro de ellos: era mujer, pobre, hija natural y artista”.

Las actuales caras femeninas del peronismo no cometieron los mismos pecados. Sólo el de ser mujer. Los otros no los pueden enarbolar como propios porque no los tienen. El peronismo ha perdido hasta la médula su raíz plebeya y popular. Cristina y Chiche Duhalde tienen que recurrir a Evita, surgida en los albores del peronismo en nuestro país, para mostrar que alguna vez la dirigencia peronista tuvo un origen popular.

Las “abanderadas” de los banqueros y los ricos no tiene otra cara para mostrar. Ya el peronismo ha perdido su ropaje pobre. Las señoras sólo pueden mostrar una cara, la que se prepara con todo para hacernos pasar una política de ajuste más brutal aún.

¿Qué quieren inventar los compañeros del MST?

Las organizaciones de la izquierda revolucionaria hemos peleado toda la vida para desterrar de la cabeza de los trabajadores esa imagen dual del movimiento peronista que, aunque en otra etapa más descarnada y cada vez menos dual, sigue metido en los huesos de la mayoría de los trabajadores.

Los compañeros del MST han participado en un homenaje a la “abanderada de los humildes”. En su desesperación (¿u oportunismo?) por “llegar a las masas” se olvidan (¿o no quieren recordar?) que la única forma de “llegar a las masas” para que rompan con la burguesía es diciéndoles la verdad sobre sus dirigentes, o en este caso su histórica líder. No estamos hablando de un homenaje a un trabajador peronista muerto por la represión, en manos de la burocracia o de la patronal, que los hay por miles. Eso sería en todo caso un homenaje de clase hacia un luchador de la clase obrera. Pero los compañeros están homenajeando a una figura de nuestra clase enemiga. 

Uno de los oradores, Mario Cafiero, candidato a senador, destacó "su mensaje de lucha, ése que la dirigencia traidora del PJ trata de ocultar poniéndola en museos."

Espejitos de colores nos vendieron muchos.  Pero que nos los ofrezcan en el 2005, a 60 años de experiencia política con el peronismo, a cuatro años de un proceso revolucionario y profundo que conmovió la “estantería” de todo trabajador de este país, de la mano de un partido y un frente de izquierda... introducen otra confusión más y peligrosa. Rescatar la figura de Eva Perón cuando debemos esforzarnos más que nunca para que los trabajadores luchen por su independencia política es poner un nudo en el cuello a los que confían en el peronismo y los políticos patronales.

Homenajeando a Eva Perón, llevando de candidato a Mario Cafiero que no tiene nada de trabajador, de luchador, ni de “humilde”, pero que sí es de convicción firmemente peronista, no es el camino para ayudar a levantar una alternativa de izquierda y de lucha en las elecciones.


(*) Historia del Pueblo Argentino, tomo 6, Masas, caudillos y élites. La dependencia argentina de Yrigoyen a Perón, subcapítulo “El bonapartismo con faldas”

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