Argentina

 

XX Encuentro Nacional de Mujeres

“¡Qué momento, a pesar de todo les hicimos el Encuentro!”

Por Inés
Socialismo o Barbarie, periódico, 30/10/05

Entre el 7 y el 9 de octubre se realizó el XX Encuentro Nacional de Mujeres en Mar del Plata, que convocó a miles de mujeres de todo el país. Este año fueron importantes algunas presencias, como las heroicas enfermeras del Garrahan y las mujeres trabajadoras de la pesca (que llevan 70 días de lucha).

Durante dos días se desarrollaron los debates de las comisiones. El debate más importante y más tenso se dio en la escuela donde estaban los talleres de anticoncepción y aborto y de estrategias para conseguir el aborto libre, legal y gratuito (ver en esta edición la pag.11). También fueron muy importantes los talleres de violencia y de mujeres trabajadoras.

Desde el MAS, Carne Clasista y el FTC organizamos una delegación común para participar y aportar con nuestras posiciones, preparamos materiales específicos (ver SoB 66). Íbamos a este Encuentro con las polémicas alrededor del gobierno de Kirchner, contra la llegada de Bush, y contra la presencia de la Iglesia. Además íbamos por el derecho al aborto libre, legal y gratuito, y por la libertad inmediata de Romina Tejerina.

Las distintas caretas del demonio

La Iglesia católica intentó por distintos medios hacer fracasar el encuentro. Mandó legiones de chicas de la UCA, disfrazadas de progresistas, a boicotear las discusiones. Mandó grupos de pibes a patotear en la puerta de las escuelas, a gritar contra las mujeres allí presentes. La iglesia oficial y las iglesias evangélicas mandaron contingentes de jóvenes hombres a tirar agua bendita, vociferar, provocar y golpear a las mujeres del encuentro.

Es importante sacar conclusiones de lo que pasa con la Iglesia, porque desde hace veinte años estos encuentros tienen la característica de que no se han pronunciado sobre ningún tema. Los talleres no son resolutivos y menos aún las conclusiones comunes. Por lo tanto, tienen igual peso las posiciones minoritarias de la curia que las de la mayoría de las mujeres, que estamos a favor del derecho al aborto.

Una de las comisiones era para las que estamos de acuerdo con el aborto y queríamos discutir cómo conseguirlo. Las reaccionarias de la UCA (Universidad Católica Argentina) trataron de pasar por compañeras que están en la misma lucha, pero se notaba en cada palabra que estaban ahí para impedir que la discusión avanzara. Hasta que la mayoría de las mujeres nos cansamos y decidimos pasar a otro taller, dejándola solas. Estas chetas intentaron ingresar por la fuerza, pero lo pudimos impedir, éramos claramente mayoría absoluta. Sin embargo, las organizadoras, pertenecientes al PCR, interrumpieron tres veces la reunión para que las dejáramos pasar. Es que estas compañeras no quieren echar a la Iglesia. De hecho, la abogada de Romina Tejerina, reconocida militante del PCR, declaró al diario marplatense El Atlántico que “en estos dos años y pico de lucha por Romina no hemos tenido a la Iglesia del otro lado” (9–10–05).

Sin embargo, va creciendo la pelea para que la Iglesia no pueda entrar más a los encuentros. La Iglesia fracasó en su intento por impedir la discusión. Y como les cantamos a los evangelistas que vinieron a patotear: qué momento, qué momento, a pesar de todo les hicimos el encuentro.

Por el derecho al aborto

El debate central estuvo alrededor de cómo encarar la lucha para conseguir el derecho al aborto.

Muchas compañeras vinieron con mucho entusiasmo por el impulso de la campaña de firmas por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito que se hace a nivel nacional. Muchas compañeras honestamente ven en la campaña la posibilidad de lograr el aborto. Sin embargo, quedó claro que las principales impulsoras de la campaña tienen una política que consideramos equivocada, porque su orientación no logrará conseguir el aborto. Por una parte, la sistemática oposición a ligar la campaña por la libertad de Romina con la campaña por el derecho al aborto. Escuchamos decir de boca de una de las principales referentes de la campaña de firmas que la pelea por la libertad de Romina entorpece la lucha. Esta posición no sólo nos llenó de indignación por su insensibilidad sino porque firmemente creemos que Romina no estaría presa si hubiera tenido la posibilidad de realizarse un aborto que la hubiera librado del producto de la violación.

Además, las organizadoras de la campaña alientan la falsa ilusión de que Kirchner y el ministro de Salud Ginés González García son aliados para conseguir el derecho al aborto. Hemos visto en los medios cómo Cristina K decía en Francia que es peronista y por lo tanto no puede estar a favor del aborto, así como vemos las estrechas relaciones entre K y la Iglesia (ver boletín del Encuentro).

Aunque creemos que la campaña debe continuar, sólo peleando en las calles lograremos conseguir este derecho, y para esto es necesario tener claro quiénes son aliados y quiénes no lo son. Las organizadoras de la campaña presentan al gobierno como un aliado, y es por eso que la campaña consiste sólo en juntar firmas una vez por mes. Pero debemos tener claro que esta es una pelea muy dura, también contra K que, como dijimos más arriba no va a romper sus lazos con la Iglesia y no va a dar el aborto.

Para el cierre de la campaña de firmas se está preparando una marcha el 25 de noviembre en el día de la no violencia contra la mujer.

En los talleres batallamos para incorporar a la consigna de la marcha la libertad de Romina. Pero como contamos más arriba, las organizadoras están en contra de hacer esta campaña. Aún más están en contra de poner cualquier otra consigna surgida del Encuentro, aunque nos exigieron a todas las presentes hacer el máximo esfuerzo para llevar miles de personas el 25 en la marcha contra la violencia a la mujer que se va hacer en el Congreso.

Marcha de cierre

La marcha de cierre estaba presidida por la bandera del Encuentro. Muchas dimos la batalla para llenarla de contenido y que no fuera un mero desfile. Por eso conformamos un bloque dentro de la marcha, encabezado por las trabajadoras del Garrahan, junto con el MAS–Carne Clasista–FTC, Pan y Rosas y Convergencia Socialista. Este bloque tenía como ejes plantear la oposición a la vista de Bush, la pelea por el salario acorde a la canasta básica de $1800 y por la libertad de Romina Tejerina y el derecho al aborto. Al llegar a la puerta del hotel donde se realizará la cumbre de los garcas en noviembre, quemamos una bandera yanqui y cantamos contra Bush y contra Kirchner. La marcha “oficial” del Encuentro terminó frente al casino y los grupos feministas radicales, de minorías sexuales, y de izquierda fuimos a escrachar la Catedral, una vez más custodiada por la policía y por “fieles” seguidores de curas violadores. Terminamos el encuentro cantando por el derecho a decidir, contra la Iglesia asesina.

El próximo encuentro: por Romina a Jujuy

El próximo año deberemos avanzar, como discutimos en las comisiones, en lograr que la Iglesia se retire de los encuentros de mujeres. Basta de injerencia de la organización patriarcal por excelencia, impidiendo la organización de las mujeres.

Además debemos avanzar también en lograr, como propuso una compañera de Rosario y como muchas compartimos, que el encuentro nacional de mujeres se declare de una vez a favor del derecho al aborto.

Finalmente, deberemos organizar el redoble de la campaña de aquí en adelante para sacar a Romina de la cárcel. Ni una Romina más presa, basta de persecución a las mujeres pobres, basta de muertes por abortos clandestinos.

Vamos a la marcha del 25/11 con estas consignas:

Por el aborto libre, legal y gratuito

Por la libertad de Romina Tejerina

Contra el gobierno de K, discípulo del asesino Bush


Encuentro Nacional de Mujeres

El Apocalipsis en el taller de anticoncepción

Por Patricia López
Socialismo o Barbarie, periódico, 28/10/05

Dispositivos intrauterinos que se incrustan en cerebros de bebés. El género femenino devastado por el cáncer a causa de los anticonceptivos orales. Estudios “científicos” que prueban que el sida avanza porque la gente usa preservativos. Virus que escapan de su medio seminal y se cuelan, solitos, por los espacios intermoleculares del látex (porque el virus, aunque es chiquito, es muy independiente, ¿viste?). Hasta aquí, el infierno.

Pero las chicas de la Iglesia también nos muestran el cielo: mujeres indigentes que viven en un mar de dicha criando a doce hijos en un rancho de lata. Mujeres de la clase alta que cuentan, entre lágrimas, cuántos niños pobres han adoptado, y nos ruegan que no nos preocupemos por controlar nuestros embarazos, porque esos niños que nosotras no queremos, ellas sí los quieren. Las más jóvenes, por su parte, nos enseñan que el secreto de la felicidad está en renunciar al placer.

También nos hablan de la libertad: si un padre decide negarles a sus hijos el derecho a cuidarse del sida o los embarazos no deseados, hay que garantizarle al papá el derecho a negarles ese derecho a los hijos.

Estos interminables y morbosos disparates los escuchamos bajo una llovizna de agua bendita con que las mujeres de la iglesia nos salpicaban cuando no las mirábamos. Empezamos a pensar que era una descortesía por nuestra parte no reaccionar ante la mojadura como corresponde a gente endemoniada, y nos aprestamos a echar humo y dar vueltas la cabeza como la chica de “El Exorcista”. Pero los machos de la especie nos ofrecieron una mejor oportunidad: “¡llegaron los maridos, llegaron los maridos!”, gritaron de repente las compañeras que estaban en la calle. Eran los muchachos de la iglesia que venían a castigarnos. Bajamos en tropel y los castigamos a ellos, cuidándonos especialmente de que quedaran todos escupidos, como el pobre cura de la película.

Pero, luego de celebrar la lucha contra esta secta que nos transportó por un rato a la época medieval, hay que hacer algunas reflexiones.

En el capitalismo no gobiernan las ideas, sino los intereses

No estamos en la Edad Media. La clase dominante no es el Opus Dei. Estamos en pleno capitalismo imperialista. El poder que nos niega la educación sexual, el control de nuestros embarazos, el aborto libre y gratuito y mantiene oprimidas a las mujeres, es la clase capitalista mundial, y la Iglesia es sólo uno de sus instrumentos de dominación, que en conjunto son bastante más complejos y combinados. Esto no lo tienen en cuenta las mujeres que creen que el gobierno nos va a apoyar en esta lucha porque sus funcionarios son anticlericales, como el ministro de Salud, por ejemplo.

Este ministro, el bueno de Ginés, dice que hay que legalizar el aborto y se saca fotos disfrazado de preservativo gigante. Pero entre los poros del látex (como dirían las chicas del Opus) se le ve la cara de facho acusando de terroristas a las enfermeras del Garrahan, las mismas que vinieron al Encuentro a luchar por el aborto libre y gratuito.

Entonces, ¿Ginés es progresista o es de derecha? Es una pregunta inútil. El capitalismo no se gobierna según las ideas que los políticos tienen en su corazoncito, sino según los intereses de la clase explotadora. Y esa clase necesita que en los países pobres sigan naciendo muchos niños. Algunos crecerán con algo de salud para ser explotados en el trabajo cuando sean grandes. La mayoría, hará crecer el ejército de desocupados que el capitalismo necesita para mantener el salario por el piso. De ellos, uno en un millón será adoptado. El resto será vendido a los prostíbulos donde se divierten los padres de familia católica y burguesa. O irá a parar a un internado donde caerá en manos de algún cura abusador. Para cubrir todas estas necesidades de la clase dominante y sus aliados, las mujeres pobres tienen que seguir procreando aunque no quieran. Como nos dijo en el Encuentro esa llorosa mamá adoptante: “¡Nosotros queremos a sus hijos!”. ¡Ya lo creo que los quieren!

Y el gobierno, todos los integrantes del gobierno, van a seguir a pies juntillas la política que la clase capitalista les dicte, aunque vaya en contra de sus ideales de juventud, que sacarán a relucir a la hora de ganar votos y confundir conciencias.

Las mujeres tenemos que buscar nuestros aliados en la lucha por nuestros derechos. Pero buscarlos en el gobierno de Kirchner, el mismo que ya ha jurado por los santos evangelios que mientras él sea presidente no se va a legalizar el aborto en la Argentina, es de locos.

Fuera la Iglesia de los Encuentros. Ninguna confianza en K y sus ministros

Cuando en el Encuentro de Mujeres la pelea con la iglesia se puso pesada, la gran mayoría de las asistentes se pronunció a gritos por no dejarlos entrar más. Pero las organizadoras, incluso las de partidos de izquierda como el PO, pasaban por las comisiones diciendo que de ninguna manera se iba a echar a nadie de allí, que eso va en contra del espíritu del Encuentro. Le pregunté a una de las feministas de mi comisión: ¿para qué quieren a la iglesia aquí? Me dio esta respuesta increíble: “Porque si no viene la iglesia no tenemos con quién discutir”.

Más bien habría que decir: si no viene la iglesia, vamos a tener que discutir pasos concretos de lucha por la legalidad del aborto, que es en lo que nunca se puede avanzar por los quilombos que arman las de la Iglesia. Y parece que muchas feministas no quieren dar esos pasos para no enfrentarse con el gobierno. Por eso tampoco levantan la libertad de Romina, aunque muchas de ellas estén de acuerdo. No se sabe qué pito tocan en esto las mujeres del PO. Las que vienen a las comisiones tienen una postura tan radical como nosotras, pero las que son parte de la comisión organizadora tampoco quieren echar a la Iglesia del Encuentro. Lo cierto es que mientras no saquemos a la Iglesia de allí el Encuentro no va a servir para organizar nuestra lucha, ni siquiera para pelear contra la Iglesia, porque ésta no actúa en la sociedad como actúa en el Encuentro. En la sociedad hacen pesar su poder político y económico, y ahí no te tiran con agua bendita precisamente.

Nos parece que las que estamos de acuerdo en esto tenemos que formar una tendencia unitaria dentro del movimiento de mujeres, e ir a la marcha del 25 con las banderas de libertad a Romina y por el aborto legal.

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