Argentina

 

Anulación sin indemnización de la privatización de YPF y de todos los contratos petroleros

Por la expropiación de Repsol bajo control de los trabajadores

Socialismo o Barbarie, periódico, 18/05/06

Si bien las medidas anunciadas por Evo Morales no han constituido una auténtica nacionalización de las empresas gasíferas y petroleras en Bolivia, el solo hecho de que fuercen una renegociación de los contratos con Petrobras, Repsol y demás multinacionales le ha metido presión a los demás gobiernos “progresistas” de la región.

La reciente reunión en Puerto Iguazú entre Lula, Kirchner, Chávez y Morales fue convocada de urgencia para que sobre todo los dos primeros auspicien de representantes y mandaderos diplomáticos de Petrobras y Repsol en defensa de sus intereses a la hora de la renegociación de los contratos con el Estado boliviano. Si bien no apoyamos políticamente la “nacionalización”  de Morales por limitada e inconsecuente, defendemos el derecho soberano que tiene el pueblo boliviano de fijar la política de hidrocarburos que le parezca, e incluso defendemos las inconsecuentes medidas tomadas por el propio Morales de los “aprietes” de las multinacionales, el imperialismo y los gobiernos “amigos”.

Tribulaciones del vocero de Repsol

En este marco, se habla de que Kirchner podría imitar la medida de Morales y hacer alguna anuncio espectacular en el acto del 25 de Mayo. No seria la primera vez que el gobierno busque hacer demagogia tomando una medida en apariencia “soberana”, pero que en el fondo no sea mas que una forma de relegitimar el saqueo de los 90. Esto ya ha ocurrido, por ejemplo, en el caso de las leyes laborales, donde la derogación de la ley Banelco no significó nada desde el punto de vista de acabar o al menos limitar la esclavitud laboral que impera en los lugares de trabajo. Los avances que ha habido en este sentido en importantes sectores de vanguardia, como el Subte y otros, sólo se han debido a la lucha de sus trabajadores.

Todo el contexto hace prever que cualquier medida que podría anunciar Kirchner tendrá por encima de todo el carácter de una trampa para escamotear la posibilidad de que se ponga en pie una auténtica campaña por la expropiación sin indemnización de Repsol-YPF y el paso al control y / o administración obrera de la compañía.

El gobierno “nacional y popular” ya tiene listas las excusas: “Sencillamente, no podemos nacionalizar los hidrocarburos como hizo Evo. Si caducáramos las concesiones, la propiedad revertiría a las provincias y no a la nación. Es uno de los muchos errores de la Constitución de 1994. Lo peor es que nosotros tuvimos mucho que ver con ese error” (Página 12, 7-5-06). Efectivamente, en el terreno de la privatización de YPF como en otros, Kirchner tuvo un papel protagónico como el mejor alumno del “modelo neoliberal” de Menem, contra el cual ahora tanto despotrica. De ahí la relación de privilegio que tiene desde hace más de una década con Repsol.

Saqueo descarado

Desde entonces, el saqueo de las multinacionales es descarado. Para colmo, al no haber invertido un peso en exploración, el horizonte de reservas no para de bajar (hoy está en no más de 8 años), lo que plantea para el futuro próximo la acentuación de la crisis energética que ya padece hoy el país y su transformación en importador neto de combustibles. La contrapartida de esto han sido las ganancias récord de Repsol en la Argentina (en torno a los 2.000 millones de dólares promedio cada año), que convierten al país en  la mina de oro de la empresa a nivel internacional.

Como dice un analista: “antes que preocuparse por el muy leve impacto que podría tener el encarecimiento del gas marginal que se le compra a Bolivia, resulta más urgente preguntarse qué sucede domésticamente con el reparto de la renta hidrocarburífera y con el horizonte de autoabastecimiento que está dejando la actividad privada. Según un informe de la CEPAL, el costo de producción del barril del petróleo en nuestro país es de sólo 2,6 dólares. Pero aun cuando este costo fuera de 6 dólares, como dice Repsol, o de 12, como señaló el ministro De Vido, la distancia hasta los 70 dólares que cotiza el barril en el mercado internacional da la idea de los márgenes extraordinarios de ganancias en manos de las empresas” (Página 12, 7-5-06).

Poner en pie una campaña por la expropiación de Repsol

El ciclo de rebeliones populares en la región ha puesto sobre la mesa el cuestionamiento a la entrega de los 90 y la recuperación de los recursos naturales de manos de las multinacionales. Estos mismos vientos comienzan a soplar en nuestro país. Y aquí es donde mueren las palabras del gobierno K, que se dice “progresista” pero que en los hechos es un agente directo de grandes capitalistas y multinacionales exportadoras, como Techint y la propia Repsol. De la mano de este gobierno es imposible que venga una autentica expropiación de las empresas petroleras. Al mismo tiempo, no se puede descartar algún anuncio demagógico (Repsol está hablando de que podría vender el 25% de sus acciones), pero que en lo esencial apuntará a relegitimar el saqueo y escamotear una creciente reivindicación antiimperialista.

En estas condiciones, desde la vanguardia obrera y las corrientes de izquierda, es hora de poner en marcha una sistemática y firme campaña por la expropiación de Repsol y demás multinacionales petroleras.