Argentina

 

A 37 años del Cordobazo 

La estafa de los “setentistas” del kirchnerismo

Por Oscar Alba
Socialismo o Barbarie, periódico, 08/06/06

El 29 de mayo pasado se cumplió un nuevo aniversario del Cordobazo, esa gran movilización obrera y estudiantil que en el 69 abrió una etapa de lucha política y sindical en nuestro país. La generación de activistas revolucionarios que surgieron durante la primera década de los años 70 fue la que nutrió de militantes a las distintas organizaciones de izquierda, fundamentalmente, durante la primera mitad de esa década hasta que, en marzo del 76, el golpe militar llevó adelante la represión y la masacre de decenas de miles de estos luchadores. A esta generación de activistas políticos y sindicales se le fue dando el nombre de “setentistas”. Término que no sólo busca ubicar en el tiempo este proceso, sino también definir las características políticas de aquellos luchadores. Desde hace algunos años se vienen escribiendo libros, folletos y revistas, y se hacen conferencias y foros sobre los “setentistas”, sobre todo en base al testimonio de aquellos que lograron sobrevivir a la dictadura.

Desde las páginas de SOB hemos planteado permanentemente la necesidad de sacar las conclusiones necesarias del rico proceso de los 70 para fortalecer la lucha actual de los trabajadores y los sectores populares. Y afirmamos que estas conclusiones no solo deben servir para la lucha sindical, sino, fundamentalmente, para la recomposición política del movimiento obrero sobre nuevas bases clasistas y socialistas.

La década del 70

La década del 70, en términos políticos, significó esencialmente el surgimiento de sectores obreros y estudiantiles que tuvieron como objetivo terminar con el capitalismo e imponer un cambio revolucionario en la sociedad. “Eso nuevo que emerge se manifiesta en corrientes clasistas y antiburocráticas, radicalización de la juventud y acercamiento de ésta a los sectores obreros, en donde se intenta una lectura en clave socialista del peronismo, la irrupción de organizaciones armadas y la emergencia de semi-insurreciones populares como el citado Cordobazo de 1969, que se reiterará hacia 1971 junto a otros «azos» provinciales. El último gobierno peronista fue el intento de contener y desviar este proceso, antes de recurrir a la salida pinochetista” (Guillermo Pessoa, SOB 74)

En cuanto a las organizaciones políticas surgidas bajo el impulso del Cordobazo, la izquierda peronista nucleada mayoritariamente en la organización guerrillera Montoneros fue, sin dudas, la corriente de mayor peso. [1]

Montoneros levantó la consigna frentepopulista de “socialismo nacional”, y nunca dejó de reivindicar al General Perón como el líder de los trabajadores y el pueblo. Esta base programática y política fue una constante sostenida por activistas obreros y estudiantiles que en su radicalización política fueron atraídos por esta fórmula política, incluso sectores que se reivindicaban marxistas como las FAR. [2]

Por su parte, otras corrientes de la izquierda no peronista, planteaban, entre otras cosas, la necesidad de construir un partido obrero revolucionario, independiente de Perón u de otro dirigente burgués y que levantara las banderas de la independencia de clase  y el socialismo internacionalista. El Partido Comunista, en esa época, trató siempre de ser furgón de cola del peronismo montonero. En las elecciones de 1973 formó un frente electoral con Oscar Alende y Horacio Sueldo, pero en las elecciones que llevaron a la presidencia por tercera vez a Perón, el PC apoyó su candidatura.

Podemos decir, entonces, que hablar de “setentistas” significa definir un proceso político que, con sus diferencias metodológicas y de orientación, tuvo fuertes rasgos clasistas, antiburocráticos y socialistas. 

La mentira del setentismo kircnerista

Pero esto que es parte de la historia y la experiencia de la clase obrera está siendo tergiversado por el propio gobierno de Kirchner, que se apropia del rótulo “setentista” buscando usufructuar la lucha que en aquel entonces dieran miles y miles de honestos luchadores, quienes, más allá de las diferencias, dieron sus vidas por un cambio revolucionario de la sociedad.

Los genuinos setentistas plantearon la ruptura con el imperialismo y aplaudieron a Salvador Allende, presidente de Chile, cuando en 1973 desconoció la deuda externa y dejó de pagarla. Ahora Kirchner quiere que lo aplaudamos porque la pagó toda (lo cual tampoco es cierto) Mientras que los activistas de los 70 proponían una profunda reforma agraria y la expropiación de la oligarquía ganadera y terrateniente, nuestro Presidente negocia con los ganaderos mientras éstos hacen fortuna con la exportación de carnes. Las empresas de servicios que fueron privatizadas por Menem (política que Kirchner apoyó siendo gobernador de Santa Cruz) se llenaron de plata y muchas de ellas lo siguen haciendo, como Telefónica o Metrovías, a tres años de haber asumido Kirchner. ¿Cuándo los setentistas hablaron de “regular las privatizaciones”? ¿O acaso le pasó por la cabeza a algún militante de la ex Tendencia Revolucionaria la cooperación con el imperialismo yanqui, como lo hace K mandando tropas a Haití? ¿Aquellos “setentistas” planteaban negociar el techo salarial como hoy lo hace el gobierno peronista?

Pero para vendernos la imagen de “setentista” Kirchner no sólo se sirve de las palabras: coloca hombres y mujeres de carne y hueso con un pasado “setentista”.

En gran parte la base del actual gobierno peronista está conformada por ex militantes de la ex Juventud Peronista (Tendencia Revolucionaria); por ejemplo, la actual ministra de Defensa, Nilda Garré, el canciller Jorge Taiana o el importante funcionario que es hoy Carlos Kunkel.   

También Juan Carlos Dante Gullo, “el Canca”, unos de los principales dirigentes de la “gloriosa JP”, quien sufriera la cárcel y la desaparición de su madre y su hermano a manos de los genocidas de la dictadura, vende su pasado a la “nueva política” de Kirchner. El ex montonero Pérsico organizó un acto en el Luna Park unos días antes del 25 de mayo para aportar a la concurrencia del mismo. A Miguel Bonasso, hoy diputado kirchnerista, ex secretario de Prensa del presidente Cámpora y luego miembro del Consejo Superior del Movimiento Peronista Montonero en el exilio, habría que preguntarle que pensarían el Negrito Amarilla o el Petiso Croatto [3] sobre el envío de la Gendarmería por parte del gobierno nacional a Las Heras para reprimir a los petroleros en lucha.

Así un racimo de ex militantes del “peronismo de izquierda” de los 70 se presta a la farsa que tiene a Néstor Kirchner como director del elenco. Lo hicieron el 24 de marzo cuando buscaron transformar esa fecha en un acto de la “democracia de ricos” que vivimos hace años. Y volvieron a montar la escena el 25 de mayo con la Plaza del Sí, con Kirchner en el palco agitando la “vuelta a la Plaza”. Por supuesto, haciendo referencia que también es la Plaza de las Madres y las Abuelas, que hace tiempo se asociaron a esta nefasta comedia política.

Por último, el presidente Kirchner y la primera dama Cristina también tuvieron su paso por aquellos “setentistas”. Claro que su foja de servicios nos muestra que su participación fue de poca envergadura en aquel momento. Y que el camino por el que se fueron de La Plata  hacia las acogedoras tierras patagónicas los vería volver para recomponer la maltrecha estantería capitalista luego del Argentinazo. Una tarea que el peronismo siempre trató de cumplir eficientemente.

Por eso, a 37 años del Cordobazo, debemos denunciar la estafa política de estos supuestos “setentistas”  peleando contra Kirchner y su gobierno y llevando a los nuevos activistas obreros y estudiantiles las verdaderas banderas de la independencia de clase y el socialismo.


[1].- Montoneros fue la confluencia de distintos núcleos y grupos peronistas, que expresaron la radicalización de un amplio sector de la juventud, provenientes de la Democracia Cristiana, la Agrupación Peronista Revolucionaria y otros, como el Movimiento Nacionalista Tacuara. También confluyeron en una organización única la organización Descamisados, las Fuerzas Armadas Peronistas, las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el primer grupo montonero de Luis Abal Medina. La llamada Tendencia Revolucionaria (línea Galimberti) conformó la Juventud Peronista a nivel nacional, que era el denominado “frente de masas”, orientado centralmente por la conducción de la Organización Político-militar Montoneros (OPM). Posteriormente toda la organización se estructurará como una organización netamente militar, con rangos militares similares al ejercito burgués.

[2].- Las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) surgieron de una escisión del Partido Comunista a fines de los 60. Sus principales dirigentes fueron Roberto Quieto y Osatinsky.

[3].- El “Negrito” Amarilla y el “Petiso” Armando Croatto fueron cuadros políticos montoneros caídos en 1979 durante la fracasada “contraofensiva” montonera contra la dictadura militar.