Argentina

 

Seminario por el reagrupamiento de la izquierda y los luchadores

¿Chavismo o alternativa de clase y revolucionaria?

Por Marcelo Yunes
Socialismo o Barbarie, periódico, 08/06/06

El 27 y 28 de mayo, en Filosofía y Letras (UBA), se realizó el “Seminario por el reagrupamiento de la izquierda y los luchadores”, con la presencia de diversas organizaciones, entre ellas el MST-Alternativa, el MST-El Socialista, el MAS, el PO, el PCT (Partido Comunista de los Trabajadores), y el MIC (Movimiento Intersindical Clasista) representado -entre otros- por Beto Pianelli, del cuerpo de delegados de subtes, y otros dirigentes sindicales y agrupaciones. Aunque abrir un espacio de debate franco entre las fuerzas de izquierda sobre la base de documentos escritos es positivo, la voluntad del MST-Alternativa de transformarlo en excusa o tapadera para sus operaciones políticas electoralistas terminó vaciándolo de contenido y conduciéndolo, en buena medida, a un callejón sin salida.

En primer lugar, hay que señalar que el problema del reagrupamiento de las fuerzas de la izquierda revolucionaria responde a una necesidad real y tiene una actualidad candente a la luz de los procesos políticos que recorren el mundo y en particular América Latina. Esto es parte del cambio de ciclo político en nuestro continente, marcado por una serie de rebeliones que tumbaron diversos gobiernos “democráticos” y que, de manera mediada, llevaron al poder a gobiernos burgueses de “centro izquierda”, “progresistas” o con ciertas contradicciones con algún sector burgués (Evo Morales) y con el imperialismo (Hugo Chávez).

En este contexto, se ha abierto un desafió importante para los socialistas revolucionarios que se ubican en una posición independiente de los gobiernos de la región. Eso ha dado lugar a fenómenos objetivos de reagrupamiento, por supuesto muy heterogéneos en su origen, composición y dimensiones y para nada exentos de contradicciones, pero de conjunto muy progresivos. Entre los más importantes son, en Venezuela, la central sindical UNT y –por supuesto a otra escala, pero con una gran importancia política el PRS (Partido Revolución y Socialismo) y, en Brasil, el PSOL (y a nivel sindical, el CONLUTAS). Desgraciadamente, en Bolivia aún no se ha logrado concretar la iniciativa de un Instrumento Político de los Trabajadores.

Desde el nuevo MAS no sólo hemos seguido todos estos procesos con atención sino que hemos alentado la participación activa de nuestra corriente internacional en ellos con el objeto de dar una dura pelea con una perspectiva marxista revolucionaria y de independencia política de la clase trabajadora respecto de los gobiernos de “centroizquierda” y sus corrientes en el movimiento de masas.

Por otra parte, existe también (en el plano de las organizaciones marxistas revolucionarias), un proceso incipiente de discusión polémica política que se ha manifestado en seminarios internacionales como los que se llevaron a cabo en Río de Janeiro en agosto pasado (2005) y en Caracas en enero de este año. En todos los casos hemos participado aportando este punto de vista de pelea por la independencia de clase y revolucionaria, el mismo que defendimos en el Seminario de Filosofía y Letras.

Es necesario dar este marco general por dos razones. Primero, para darle su justa dimensión a esta discusión del reagrupamiento de la izquierda en Argentina: no sólo está en sus comienzos, sino que aún no es expresión de procesos de realineamiento políticos o sociales objetivos, como sí ocurre en Venezuela y Brasil. [1]

Segundo, para poner sobre la mesa que la ubicación correcta no puede ser la autoproclamación como “únicos revolucionarios del planeta” que practican corrientes como el PO, el PTS (o mismo el PSTU en el Brasil), aunque –en esta ocasión– el primero al menos se dignó a someterse a un debate. [2]

Por una perspectiva independiente

El funcionamiento en comisiones (América Latina, situación nacional y reagrupamiento) permitió una discusión bastante ordenada centrada en los textos presentados por los participantes. [3] Por otra parte, hubo una evidente limitación al realizar el “Seminario” a puertas cerradas, imponiendo “cupos” que impidieron la participación de la militancia. Uno de los grandes temas en debate era la ubicación frente a los nuevos gobiernos de la región, en particular el de Chávez pero también respecto de Kirchner.

Aquí se hicieron evidentes las contradicciones entre el MST-Alternativa y la mayoría de sus aliados menores, ya que mientras el primero sostiene que Chávez “no es nuestro gobierno” (lo cual, aunque insuficiente, es correcto), los segundos oscilaban entre el chavismo rabioso y el chavismo vergonzante. Un test interesante al respecto es la posición frente al PRS venezolano: mientras que nuestro partido, el MST-El Socialista y el MST-Alternativa defendían al menos su existencia (el PO no se pronunció), casi todos los demás lo consideraban como un “obstáculo” que debía desaparecer mediante su disolución en el Movimiento V República. [4] ¡Un escándalo derechista!

Algo análogo ocurrió en la discusión nacional: era casi risueño ver el funcionamiento en bloque (sin principios) de quienes habían “empapelado” la ciudad contra el acto de Kirchner del 25 de mayo (MST-Alternativa) y de quienes argumentaban que “se podía hacer política sin mencionar al gobierno” como muestra de la “nueva política” (argumento de varios de los grupos presentes).

Que el nudo del Seminario no pasaba por siquiera debatir seriamente estos problemas políticos centrales, lo demostró el hecho de que a pesar de esas contradicciones, en la comisión de reagrupamiento el MST-Alternativa y sus aliados plantearon avanzar en instancias de coordinación política “con los que quisieran”…

Por si hacía falta prueba adicional, la plenaria del domingo, en vez de comenzar por al menos un relatorio de cada comisión con los principales debates, empezó, tras dos horas de demora, con una propuesta político-organizativa inspirada en el MST-Alternativa.

Fracasa un intento sin principios

La propuesta desnudó el carácter totalmente instrumental del Seminario y, por extensión, de la visión que tiene el MST-Alternativa del “reagrupamiento”.

Mientras que lo supuestamente más importante, la organización de la continuidad del debate con nuevos seminarios, publicación de materiales, etc., se despachaba en dos líneas, la declaración tenía toda una serie de consideraciones políticas totalmente equivocadas (centradas en el llanto por la “fragmentación de la izquierda”, sin dar una sola explicación que no pasara por cuestiones “organizativas”: el supuesto “sectarismo, aparatismo y fraccionalismo” de los partidos existentes). Y lo central de la propuesta era salir del Seminario “dando un paso más”, estableciendo una “Mesa de Coordinación” para hacer pronunciamientos y políticas comunes (¡algo que no habían logrado tres días antes para el 25 de mayo kirchnerista!).

La maniobra de querer transformar de golpe y porrazo un Seminario de debate programático en un evento político que resolvía evaluaciones políticas –que habían sido sólo presentadas, no discutidas, y que para colmo tenía el correlato organizativo (sin principios) de una “mesa coordinadora” para la acción común–,  fue demasiado hasta para algunos de los grupos aliados. Por supuesto, el resto de los principales partidos presentes (el PO, el MAS y el MST-El Socialista) denunciaron este escandaloso intento de manipulación.

Tras un cuarto intermedio, el MST-Alternativa y sus aliados presentaron una versión más “lavada”, que excluía de la resolución a la polémica “Mesa”, pero que dejaba en pie lo esencial: transformar el evento “Seminario” en una plataforma de lanzamiento de una corriente política, cuyo único punto en común real era ponerse al servicio del desarrollo del MIC y, eventualmente, de algún armado electoral de límites de clase y políticos poco claros, por lo que volvió a ser rechazada por los principales partidos.

La propuesta de resolución del MAS al Seminario fue muy precisa: abandonar todos estos intentos de vender un enjuague político como “Seminario abierto” y devolverle a éste su condición de manera seria, organizando un segundo encuentro, publicando todas las ponencias y dándole un carácter abierto, no restringido, como en esta ocasión, a una pequeña delegación por organización. [5]

Al ver derrotada su maniobra, el MST-Alternativa y sus aliados decidieron, intempestivamente y sin más trámite, dar por terminado el Seminario y poner su resolución “a consideración del que quisiera firmar y seguir avanzando”. Una actitud reveladora de que su único objetivo era armar su “paquete electoral”. [6] De esa manera, el Seminario, más que terminar, se disolvió sin tomar ninguna resolución. Esto es importante aclararlo, porque en su prensa y en su página web, el MST-Alternativa habla de “la declaración que salió del encuentro”, como si hubiera sido un producto discutido y/o votado de éste.

La realidad es la opuesta: explícitamente el MST-Alternativa y sus aliados retiraron su propuesta e impidieron que se votara ninguna otra, dando por levantado el Seminario. Las firmas de la declaración se juntaron después y por fuera del Seminario. [7]


Declaración del MAS

Poner en pie un Frente Clasista y Socialista

La discusión del reagrupamiento de corrientes socialistas revolucionarias, por su importancia, merece un marco más serio, libre de operaciones políticas de poca monta como ocurrió en Filosofía y Letras diez días atrás. Si lo que se pretende es inaugurar un debate franco y realmente abierto, lo que corresponde es tomar medidas prácticas en ese sentido, sin ultimátums organizativos.

Lo que el MST-Alternativa puso sobre la mesa es, en todo caso, una propuesta de “reagrupamiento” desde arriba, absurdamente hegemonizada desde el vamos por esa corriente, sin ningún acuerdo político principista, con exclusión explícita de los principales partidos de izquierda y “abierta” no tanto a los “luchadores” obreros como a figurones electorales del estilo de Mario Cafiero.

Lo que “la izquierda y los luchadores” necesitan es otra cosa. Es un hecho que un instrumento político de independencia de clase, socialista y revolucionario no va a ser el resultado del crecimiento aritmético de tal o cual corriente, y que es imprescindible plantear mediaciones en la construcción de esa instancia. De allí nuestro planteo de Movimiento Político de los Trabajadores, donde aspiramos a que se expresen y tengan cabida –con un rol absolutamente central– las nuevas generaciones de luchadores obreros, activistas, corrientes clasistas y también las organizaciones de la izquierda socialista revolucionaria (es decir, con exclusión del PC y el PCR).

Impulsamos un Frente Clasista y Socialista

Junto con esta propuesta de fondo, es innegable que ha comenzado, en el país y en la izquierda, la discusión por las alternativas electorales. En este marco, desde el nuevo MAS entendemos que las fuerzas de la izquierda revolucionaria tienen la posibilidad y la responsabilidad de conformar un frente clasista y socialista, de clara independencia y oposición desde la clase trabajadora al gobierno de Kirchner y su intento re-eleccionista. Un frente que debería hacer los mayores esfuerzos por incorporar y/o ser polo de atracción para los miles de luchadores, dirigentes y corrientes obreras y combativas que han venido emergiendo de las luchas, con un claro perfil de independencia de clase y socialista revolucionario. Es decir, esta instancia puede incluir ni a figuras ajenas a la clase obrera (como Mario Cafiero), ni a fuerzas como el PC y el PCR, que no defienden la independencia de clase (como postulan los compañeros del MST-El Socialista).

Ante la progresiva desaparición de Izquierda Unida y contra todo intento hegemonista y autoproclamatorio (como ocurrió en el pasado con el PO), las fuerzas de la izquierda revolucionaria y, en particular, las que venimos del tronco trotskista (ambos MST, PO, MAS y PTS), podemos y debemos forjar una herramienta electoral para dar una clara opción de clase. Los compañeros tienen la palabra.

Comité Ejecutivo del MAS


[1].– En ese sentido, sonaron totalmente desproporcionadas las consideraciones vertidas por algunas corrientes menores, durante las reuniones previas y en el propio Seminario, de que se trataba de un “hecho histórico” y exageraciones por el estilo.

[2].– Valga la aclaración porque Alejandro Bodart, del MST–Alternativa, escribió muy suelto de cuerpo que “el MAS y El Socialista”, junto con el PO, “terminaron planteando posiciones contrarias al reagrupamiento”, como si las posiciones y la actividad pública de nuestra corriente internacional no desmintiera a cada paso esa afirmación sumaria. De hecho, el MST–Alternativa intentó –en todo momento– polarizar entre dos posiciones: la propia y la del PO, asimilando la del MAS (e incluso la del MST–El Socialista) a la del PO. Esta amalgama inaceptable da la medida de la honestidad intelectual y política del MST–Alternativa en el Seminario.

[3].– Salvo el PO, que, demostrando lo improvisado de su participación, propuso para el debate de las tres comisiones las “Tesis para la Refundación de la IV Internacional” escritas por Altamira en... 2004. Recién presentaron textos más adecuados al debate el mismo día de apertura del Seminario, lo que no contribuyó a darle seriedad a su participación. Lo mismo puede decirse de su absurdo argumento de que “por sí mismos” los agrupamientos o partidos de frente únicos de tendencias tienden a la degeneración política.

[4].– Acerca de liquidar el PRS fueron particularmente explícitas las posiciones de los grupos “Praxis” y “Cimientos”.

[5].– El PO hizo una moción en un sentido similar. Pero el crédito de ese partido como miembro de un proceso de discusión real ya había quedado cuestionado tanto por su actitud previa al Seminario (al que inicialmente despreciaron) como por el tono ultimatista y pedante de sus intervenciones en las comisiones y en la plenaria. Se trata de una corriente habituada a discutir sólo consigo misma y sin ninguna “gimnasia” de poner a prueba sus posiciones en ámbitos que no controla. Y que, para colmo, está subida no a un caballo, sino a un cohete… al que nadie tiene necesidad de subirse.

[6].– En reiteradas oportunidades, el MST–Alternativa expresó su voluntad de hacer alianzas “mucho más amplias” que las que cerró hasta ahora…. Si se parte de que el resto de la izquierda partidaria es, para el MST–Alternativa, “sectaria”, es evidente que esa “amplitud” se va a extender hacia un solo costado: el derecho.

[7].– De la lista de organizaciones firmantes que publicó el MST–Alternativa, el PCT (escisión a izquierda del PC) aclaró posteriormente que no estaba de acuerdo con la declaración ni la suscribía.