Argentina

 

Boletín del MAS en solidaridad con los trabajadores del Francés

Entrevista a Daniel Rodríguez, activista del Hospital

"Fuera la intervención... Hagamos un Comité
de Lucha"

SoB –¿Cómo se llega a los hechos del martes 10, cuando fueron agredidos brutalmente por la patota?

Daniel –Nosotros tenemos tres meses de sueldo adentro, situaciones de persecución al activismo, nueve compañeros despedidos y más de cien suspendidos. Una asamblea vota una medida de fuerza para el 9. El paro es muy fuerte en el hospital, y el conjunto de los trabajadores empieza a tomar la decisión de salir a luchar nuevamente. Al día siguiente, cuando llamamos a otra asamblea general para evaluar si continuábamos con la medida o no, la intervención llama a los delegados para negociar. Cuando los delegados van a subir, aparece la patota a los golpes contra los trabajadores y los periodistas. Nosotros nos replegamos y salimos del hospital porque era una trampa, una provocación para generar un caos y evacuar el hospital.

SoB –¿Desde cuándo está la patota en el Hospital y qué actitud tomó el gobierno después del escándalo?

Daniel – La patota hace rato que está instalada en el hospital vino con Salvatierra [el interventor]. El gobierno trata de despegarse de los hechos y niega que la patota sea kirchnerista, pero la intervención la mandó Kirchner. Y la patota vino con la intervención. Además de las imágenes que salieron en TV donde se ve a la patota en acción, también salió la foto donde se ve a Muhamad abrazado con Kirchner. Y si faltaba algo más, nos gritaban provocadoramente “somos la gloriosa JP” y “los vamos a matar”. El gobierno lo que hace es tratar de despegarse, pero no tiene forma de hacerlo porque es una patota del gobierno, porque Salvatierra es un hombre del poder ejecutivo, es de Alberto Fernández, está instalado acá y es el que trajo la patota y la salvó con la policia.

SoB –¿Qué pasó después de la “patoteada”?

Daniel –Hubo una reacción impresionante de la gente, provocó muchísima bronca. Entonces se reavivó el conflicto con mucha fuerza, los compañeros se enteraban de lo que pasaba y venían para el Hospital. Para que te des una idea, el Hospital quedó de hecho en manos nuestras porque la intervención se tuvo que ir. Después siguieron unos días de mucha tensión porque el gobierno, aunque quedó mal parado, siguió sacando pacientes, evacuando el hospital. Intentó llevarse los insumos y la aparatología, pero lo impedimos y seguimos aguantando bastante bien porque los compañeros se quedaban haciendo guardias permanentes para que no pudieran cerrarlo. También quiero destacar que contamos con el apoyo de muchas organizaciones, delegados y personalidades que se acercaron a hacernos el aguante.

SoB –¿Cómo es que se abrió la negociación?

Daniel –Aunque el gobierno siguió y sigue insistiendo en mantener la intervención, no tuvo más remedio que llamarnos para negociar. Pero ojo, nos sienta en la mesa para ganar tiempo y para ver cómo reformula su plan de reestructuración y privatización, porque de ahí no se baja. Pero como quedó muy herido por el escándalo de la patota, necesita ganar tiempo.

SoB –¿Cómo tomó la gente este inicio de negociación?

Daniel –En general lo vio bien. El tema es –como te decía antes– que hay que tener mucho ojo con las maniobras. Si no, fíjate lo que hizo el martes el gobierno. Alberto Fernández se negó a recibirnos, entonces se va a una asamblea con pocos compañeros y gana la posición de darle una tregua al gobierno y de sacar las carpas de los despedidos. Un sector afín a la intervención, a la burocracia de ATSA y a los médicos vino a apurar para negociar cualquier cosa. La interna aflojó, aunque muchos activistas estuvimos en contra y explicamos que en los momentos críticos no hay que aflojar con las medidas de fuerza porque si no te acuestan. Lamentablemente se votó la tregua. Encima la interna permitió que algunos médicos hablaran en la asamblea, cosa que no comparto, porque los que bancamos el conflicto fuimos los trabajadores y no los médicos. Ellos siempre estuvieron en la vereda de enfrente, antes con los vaciadores y ahora con la intervención.

SoB – ¿Cuál es la situación de los últimos días?

Daniel –Es un conflicto que hay que seguirlo hora a hora, día a día. El miércoles 18 por la noche hubo otra reunión con el gobierno. A la misma hora, otros compañeros fuimos a la marcha por López. Estuvimos adelante con dos banderas exigiendo que el Hospital Francés no se cierre, “Que no sea un desaparecido más”. Al día siguiente se realizó una nueva asamblea. El ambiente estaba espeso, los forros afines al gobierno querían que la asamblea aceptara la intervención con el argumento de que “si no mostrábamos buena voluntad el gobierno no iba a cumplir las promesas de un adelanto de sueldo, reincorporación de los despedidos y el fondo fiduciario para reactivar el hospital” La asamblea fue grande; vinieron cerca de trescientos compañeros. El escándalo de la patotas en San Vicente nos dio una mano para explicar que era el gobierno –salpicado por los hechos– el que estaba apurado por negociar y que había que mantenerse firmes en no aceptar la intervención y seguir por todos los reclamos. Como te decía, la asamblea estuvo caldeada: hablaron muchos compañeros, hubo abucheos y puteadas... Al final, alrededor de 200 compañeros votaron no a la intervención.

SoB –¿Ahora cómo está la cosa?

Damiel –Mirá, los compañeros están firmes esperando que el gobierno cumpla con lo que prometió. Por los medios sale que hay un principio de acuerdo. Lo que yo les digo a los compañeros es que Alberto Fernández es el mismo que años atrás armó el grupo Bapro y Provincia Salud, empresa que se asoció al Francés iniciando el endeudamiento financiero. Y fue, además, el mismo que trajo a Salvatierra y su patota, o sea que no se puede tener ninguna confianza. Esto continúa; vendrán mil y una maniobras para no darnos lo que reclamamos. Por eso, más que nunca hay que seguir organizados y luchar por la estatización.

SoB– Explicá un poco lo de la estatización.

Daniel –Te quiero aclarar que está votado en asamblea. Fue a propuesta mía frente a las opciones de que alguien privado se haga cargo, porque eso significa el desastre para los trabajadores, como pasó en el Sanatorio Güemes y en el Antártida. Aparte, fijate que después del escándalo nacional que se armó con la patoteada de Salvatierra, el gobierno promete poner plata para los sueldos, para el fondo fiduciario y hasta pasar empleados a la administración pública. En vez de hacer todo eso para beneficiar a algún empresario amigo, es más lógico que se haga cargo, ya que de esa manera se ahorraría un montón de plata que hoy tiene que pagar a empresas de salud privada por operaciones y prestaciones de alta complejidad que el estado no está brindando. En todo caso, el desarrollo del conflicto me da la razón porque en definitiva es el estado el que pone la plata

SoB –¿Cuáles creés que deben ser los siguientes pasos?

Daniel – Está claro que entramos en un momento de definiciones. El gobierno está en una situación complicada, donde se le juntaron varios escándalos que lo salpicaron directamente. Tenemos que aprovechar esta situación para ir hasta el final, la interna tiene que mantener una postura firme y cada vez que sale de una reunión tiene que aclarar que todo lo discutido debe pasar por la aprobación de la asamblea. Por eso es necesario conformar un verdadero comité de lucha integrado no sólo por la interna, sino también por los activistas, para consolidar entre todos una política y una orientación clara que nos permita ir para adelante. Por supuesto, para eso necesitamos que todos los sectores que nos vienen apoyando redoblen el esfuerzo, haciendo de la lucha del Hospital Francés una causa política de todos los trabajadores del país.

20/10/06