Argentina

 

Triple A

Los ataques a la vanguardia obrera y al PST

Por Oscar Alba y José Luis Rojo
Socialismo o Barbarie, periódico, 25/01/07

La Triple A se conformó con elementos de la policía, del C de O [1], la CNU [2] y matones proporcionados por la revista El Caudillo, dirigida por Felipe Romeo.[3] Sus “objetivos”, como está dicho, fueron sobre todo entre la vanguardia obrera, estudiantil, intelectual y las organizaciones de la izquierda combativas. Entre estas, una de las organizaciones más afectadas fue el PST (Partido Socialista de los Trabajadores) [4], uno de los antecesores del nuevo MAS y del cual rescatamos –aun críticamente- su trayectoria obrera y socialista revolucionaria consecuente.

La banda parapolicial llevó adelante la mayor parte de sus amenazas, y entre sus crímenes se cuentan el de Inocencio “Indio” Fernández, activista metalúrgico y miembro del Partido Socialista de los Trabajadores asesinado el martes 7 de mayo cuando se dirigía para su trabajo. También fueron muertos, el 29 de mayo, luego de haber sido atacado el local partidario de El Talar de Pacheco del PST, Antonio “Toni” Moses (obrero de Wobron), Mario Zidda (presidente del Centro de estudiantes de la Escuela Técnica Nº5 de Pacheco) y Oscar Dalmacio “Hijitus” Meza (obrero de Astilleros Astarsa).

En julio de 1974, es asesinado en el centro de la Capital Federal el diputado de la izquierda peronista Rodolfo Ortega Peña. A principios de septiembre fue muerto en Córdoba, el abogado Alfredo Curuchet, asesor de los sindicatos clasistas. A la semana fue secuestrado el ex gobernador de Córdoba, Atilio López y el ex ministro de Economía provincial, Juan José Varas. Sus cuerpos, sin vida, aparecieron en la localidad de capilla del Monte en la provincia de Córdoba. A mediados de septiembre fue asesinado Julio Troxler en una calle porteña de Barracas. En ese mismo mes fue secuestrado y muerto en las inmediaciones de las piletas de Ezeiza el abogado Silvio Frondizi.

El 3 de noviembre de ese año fue asesinado en el bario de Caballito César Robles, miembro de la Dirección Nacional del PST.

A principios de ese mes, el diario La Opinión informaba: “el 9 de agosto publicamos una nota en la que informábamos que la violencia política cobra una víctima cada 48 horas. Hoy solo 39 días después la escalada de violencia arroja cifras más escalofriantes: un muerto cada 19 horas”. La mayor parte de las víctimas eran dirigentes obreros, estudiantiles y políticos de la izquierda y el peronismo combativo. La respuesta que daban las organizaciones guerrilleras con atentados a sectores de la policía y el ejército, lejos de ser una herramienta eficaz para frenar el ataque de las bandas fascistas no hacía más que “legitimar” nuevos asesinatos por parte de la Triple A. Las bandas parapoliciales asesinaron en dos años a más de 2000 militantes.

En 1975, a partir de una nueva oleada de ascenso obrero que culmina con las movilizaciones y la Huelga General de junio que enfrenta y derrota al plan económico del gobierno, López Rega debe alejarse del gobierno e irse del país y comienza a desarticularse su grupo.

Sin embargo, nuevas acciones se siguen descargando como el artero ataque contra el PST en la ciudad de La Plata. Entre el jueves 4 y el viernes 5 de septiembre fueron asesinados Adriana Zaldúa, Hugo Frigerio, Roberto Loscertales, Ana María Guzner, Lidia Agostini, Carlos Povedano, Patricia Claverie y Oscar Lucatti. Posteriormente, muchos de los miembros de la triple A servirán a la dictadura militar.

Pacto de impunidad y querella

Como decimos en estas páginas, es uno de los subproductos del Argentinazo el que, incluso judicialmente, haya saltado por los aires el pacto de impunidad que imperó en los 80 entre la UCR y el PJ. Es decir, que ahora, en los juicios por el genocidio, se “perfore la cota” de 1976 y salten los asesinatos bajo el gobierno de Perón e Isabel.

En estas condiciones, la izquierda combativa y revolucionaria junto con las organizaciones de derechos humanos independientes, deben utilizar (pero apoyándose fundamentalmente en la movilización) las brechas abiertas por causas como la del juez federal Oyarbide para presentarse como querellantes en reivindicación de los compañeros asesinados. Al mismo tiempo que luchar por la imposición de la verdad histórica y el castigo de los responsables políticos y materiales de estos asesinatos, como los de nuestros compañeros del PST.

Desde el nuevo MAS, nos ponemos manos a la obra en esta tarea.


Notas:

1. C de O: Comando de Organización, grupo de derecha dirigido por el diputado peronista Alberto Brito Lima.

2. CNU: Concentración Nacionalista Universitaria: grupo fascista que en el inicio de los 70 había asesinado a la estudiante marplatense Silvia Filler al atacar una asamblea estudiantil.

3. La revista El Caudillo tenía como su lema la frase “el mejor enemigo es el enemigo muerto”.

4. Ya bajo la dictadura militar, el PST tuvo más de 100 compañeros obreros y estudiantes desaparecidos.