Argentina

 

A pesar de los dirigentes de la CGT y el CTA, continúa la coyuntura
de luchas duras

Traición se escribe con sangre

Editorial de Socialismo o Barbarie, periódico, 26/04/07

Con el asesinato de Carlos Fuentealba se terminó de abrir una nueva coyuntura de duras luchas que se venía insinuando desde mediados de marzo. En su pico más alto está ahora la posible caída del gobernador de Santa Cruz. Es que, a diferencia de Neuquén [1] y Salta [2], en esa provincia la lucha docente ha adquirido aspectos de rebelión popular, trascendiendo a los propios docentes e involucrando a sectores más amplios de la población. Es el caso de los padres de alumnos autoconvocados, que han salido a ocupar los concejos deliberantes en varios municipios de la provincia y escuelas, y la creciente realización de cacerolazos al son del “que se vayan todos”. Es entonces en esta provincia donde se juega en estos momentos una de las paradas más fuertes de la actual coyuntura.

Sin embargo, esto no quiere decir que el gobierno K haya retrocedido en su orientación de aislar y reventar los conflictos del interior y de sostener el techo salarial en alrededor del 16%. Por el contrario, en el momento actual están intentando hacer pesar una tendencia en sentido opuesto al impulso de lucha que viene desde abajo: funciona a pleno el pacto de las burocracias sindicales de la CGT y la CTA con el gobierno de Kirchner. Ambas burocracias han salido a jugarse todo en la defensa del techo salarial K. En realidad, es mucho más que eso: se trata de la defensa del proyecto reeleccionista y de la base económica y política que le da sustento: el “capitalismo nacional” de Kirchner [3], aun al costo de la muerte de trabajadores como nuestro compañero Carlos Fuentealba.

Los fieles escuderos de Kirchner

Ya hemos señalado en estas páginas que la única manera de poder luchar consecuentemente pasa por el desborde a estas siniestras y traidoras direcciones. Esto se demuestra palmariamente en el curso de la actual coyuntura, pero no es tarea fácil. La CGT y el CTA están totalmente jugados a imponer y garantizar la aplicación de las políticas gubernamentales, y sólo cuando hay desborde o direcciones realmente independientes esto se logra quebrar.

El viernes 20, la CGT, con Hugo Moyano a la cabeza protagonizó un hecho claramente político: firmó en la mismísima Casa Rosada un acuerdo con un tope del 16,5% (en realidad, es menos que eso). En el mismo acto hicieron lo propio UPCN, la UOCRA, los peones de taxis, el SUTERH y la AOT. Un verdadero acto político, al que Moyano arrastró a la base de su gremio a Plaza de Mayo, donde, luego de la firma del acuerdo, Kirchner salió a la calle a recibir el “agradecimiento” de los trabajadores. Con el “regalito” del aumento del aporte patronal al sindicato de Camioneros (alícuota aumentada del 1,5% al 2%) Moyano y demás gremios firmaron un “aumento” que pretende obrar de tope salarial para todas las paritarias. Muy atrás había quedado el verso expresado a comienzos de año de que las negociaciones serían “libres”, sin “pisos ni techos”...

Migajas a gusto de los empresarios y el gobierno

Este 16,5% fue firmado a sabiendas de dos cosas: uno, que la inflación prácticamente se ha desbocado (los acuerdos de precios prácticamente han saltado por los aires y no se podrán sostener siquiera hasta las elecciones), por lo que el aumento quedara neutralizado en semanas; y dos, que en realidad el aumento es menor y no mayor a lo firmado, como se llegó a afirmar desde la prensa burguesa.

Porque más allá de la miseria del aumento anunciado, esta misma cifra viene con trampa: en primer lugar, el acuerdo es por 15 meses, no por doce meses (vence en julio del 2008), con lo que ya desde el vamos quedará por detrás de la inflación anual. En segundo lugar, está la maniobra de los aumentos “escalonados”: el propio ministro Tomada se encargó de aclarar que “en realidad, lo que el gerente económico financiero va a tener que poner es un 14,5%”. Esto es así porque al estar repartido el aumento en dos veces, 8,5% a partir de abril y otro 8% a partir de julio (se cobra en agosto), en el promedio de 2007, el aumento será en realidad la cifra señalada por el Ministro de Trabajo, el 14,5%; es decir, siquiera el 16,5% que surge de sumar los dos incrementos como si se otorgaran de una vez. También aparece escalonada la incorporación de 120 pesos al básico que recién se efectivizarán en enero, marzo y mayo del año próximo (por lo que no cuentan para la inflación de este año), lo mismo que el aumento del 0,5% al 1% por antigüedad... que recién se cobrará a partir de octubre. La maniobra es clara: el escalonamiento permite considerar no sólo la inflación de este año sino también parte de la del próximo.

En síntesis: un conjunto de mecanismos tramposos (techo salarial, extensión del acuerdo por más de 12 meses, sumas no remunerativas sin aumentos al básico, escalonamientos, etc.) que buscan resguardar las superganancias empresarias que caracterizan a la Argentina K, aún mayores que en los 90 bajo Menem.

De ahí también que hasta el archienemigo de los trabajadores y asesor principal de los empresarios de la UIA, Daniel Funes de Rioja, haya señalado respecto del acuerdo con Moyano que “haber anclado las expectativas me parece central, porque desde enero se venían proclamando cifras con poco asidero, que podían generar una percepción de conflictos profundos”, (La Nación, 21-4-07).

Sosteniendo al fusilador Sobisch

Pero la CTA no se ha quedado atrás en sostener la política de miseria salarial del gobierno K. E una más de las mil traiciones a la que nos tienen acostumbrados Yasky y Cía., trabajaron a brazo partido para evitar la continuidad de la enorme jornada de paro y movilización del lunes 9. Se ciñeron estrictamente a su libreto: repudiar el asesinato de Fuentealba... pero no iniciaron la pelea contra las razones de su asesinato: la lucha por la satisfacción de los reclamos de los docentes neuquinos y de todo el país. [4]

Parte de esto mismo ha sido el nefasto rol de las direcciones de ATEN provincial y capital el propio 9: al desconcentrar “pacíficamente” la inmensa marea humana de 40.000 personas que se movilizaron en la capital neuquina y negarse a rodear masivamente la Casa de Gobierno provincial en nombre de la “no violencia”, garantizaron la continuidad de Sobisch, gobernador con el que ahora se encuentran en negociación. Evitaron así que la inmensa movilización de masas del 9 de abril en Neuquén –quizá la más grande en la historia de la provincia– se transformara en rebelión popular. De haber ocurrido esto, el fusilador hubiera durado lo que un suspiro. Una abierta traición a la lucha, lo que no es nuevo en las direcciones centroizquierdistas del gremio docente. Sobisch estará gustoso de tirar unas migajas si a cambio de eso puede conservar el cargo.

Así, en lo que va del año, las direcciones de la CTA y la CTERA acumulan dos enormes agachadas y favores al gobierno de Kirchner: a comienzos de marzo, trabajaron por impedir que el gremio docente de la provincia de Buenos Aires (Suteba) salga a la lucha, lo que le hubiera dado a la pelea docente un carácter abiertamente nacional. Y ahora, promediando abril, volvieron a traicionar –de manera más grave aún, si se quiere, Fuentealba de por medio– la lucha docente de Neuquén y Santa Cruz, dejándolas aisladas y negándose a dar continuidad a la jornada del 9 mediante un plan de lucha nacional que podría haber hecho recular al gobierno para evitar la generalización de la pelea.

¡Todo el apoyo a los docentes de Santa Cruz y los obreros de Fate!

Sin embargo, a pesar de estas puestas en escena del gobierno de Kirchner y las traiciones de la CGT y la CTA, la coyuntura de duras luchas continúa. Y no sólo eso: donde el proceso aparece realmente en desborde es en Santa Cruz, la provincia del Presidente, lo que puede llegar a tener graves consecuencias políticas. Es que las provocaciones del gobierno de Sancho y su negativa a abrir una negociación “mientras no levanten el paro” han polarizado la situación provincial. Y no se trata sólo de Sancho: las reiteradas declaraciones del propio Kirchner (“no me van a extorsionar”; “los docentes de Santa Cruz tienen los mejores sueldos del país”) o de Alberto Fernández, atacando el paro como “salvaje” y “politizado”, no han hecho más que echar leña al fuego.

La quema de un auto del sindicato, la bomba molotov a una fiesta docente donde se recaudaban fondos para la lucha, la militarización provincial y el envío de la Gendarmería a ocupar las escuelas, la construcción de un ridículo vallado alrededor de la Casa de Gobierno, todo esto polariza la situación y ayuda a que la lucha de los docentes trascienda las fronteras de su gremio, no sólo a otros gremios estatales sino a la población toda. Así, padres, alumnos y vecinos han venido saliendo a las calles reiteradamente pidiendo “que se vayan todos”, dándole un carácter de verdadera rebelión popular provincial. De ahí que Sancho esté pendiendo de un hilo y que no se vislumbre otra alternativa que su caída. Porque hay que ir por la cabeza de Sancho y por todas las reivindicaciones de la lucha docente, en la perspectiva de la puesta en pie de asambleas populares en toda la provincia.

Tampoco se trata sólo de Santa Cruz: la lucha en Neuquén no ha terminado, y varios gremios aún no han firmado las paritarias. Algunos dirigidos por la burocracia, como la Fraternidad o Telefónicos (negociación que incluyen reducciones de jornadas laborales); en otros casos se trata de direcciones independientes, como la del subte. Y sobre todo sigue muy dura la paritaria del neumático: entre la dureza patronal que sólo oferta migajas miserables y la fuerza y convicción de los compañeros de base –sobre todo los de Fate– hasta ahora le han dejado poco margen a la dirección de Wasiejko para entregar la lucha. La conciliación se prorrogó hasta el 3 de mayo. De ahí en más, es casi seguro que retorne una lucha que se anuncia muy dura, dado el contexto nacional.

En estas condiciones, jugarse a brazo partido por la lucha de los docentes santacruceños y los compañeros de Fate sigue siendo la principal tarea del momento para la izquierda independiente y revolucionaria.


Notas:

[1] Al cierre de esta edición estaba trabada la negociación entre ATEN y el gobierno de Sobisch. Es evidente que las conducciones de ATEN sólo levantaron la exigencia de renuncia de Sobisch de manera formal; si no, no estarían negociando con él.

[2] Pocos días después de la jornada del lunes 9, los docentes salteños lograron cerrar un acuerdo con el gobierno de Romero. Aun sin conocer el detalle, salta a la vista la inoportunidad de cerrarlo en ese momento.

[3] Desde el mismo día de su asunción en 2003, Kirchner ha dicho con claridad que defiende el proyecto de la Argentina como “país capitalista normal”. Lo mismo repitió en oportunidad de su visita a Wall Street el año pasado. Como elemento “legitimador”, se le ha agregado que se trata de un “capitalismo nacional”. Pero sea extranjero o nacional el capitalismo es igualmente explotador. Además, no se sabe de qué capitalismo “nacional” se puede hablar cuando la economía argentina sigue siendo una de las mas extranjerizadas de América Latina (en cuanto a propiedad de empresas en manos de multinacionales), y K no ha dado un solo paso, ni lo va a dar, a ese respecto.

[4] El propio diario patronal La Nación da cuenta de las razones de fondo de los reclamos docentes, que ya hemos explicado en estas paginas: “los reclamos salariales a nivel nacional de los docentes no cesan por una simple razón: el último aumento del salario mínimo que anunció el gobierno sólo beneficia al cinco por ciento de los maestros, aquellos que recién comienzan la actividad y que, por lo tanto, no tienen antigüedad. Pero el resto de los docentes consideran que sus sueldos siguen retrasados y buscan aumentar el haber básico para que no continúen achatándose las escalas salariales”.