Argentina

 

Carta abierta a las organizaciones y militantes revolucionarios

Intentan usurpar el local central del nuevo MAS

Comisión Política del nuevo MAS
Buenos Aires, 25/04/07

Como subproducto de la crisis de la corriente “morenista”, el viejo MAS y la LIT se dividieron en varias organizaciones. Producto de esa experiencia y al calor del proceso de la lucha de clases nacional e internacional, en diciembre de 1999 se realizó la Conferencia Fundacional del nuevo MAS. En junio del 2002, en pleno proceso del Argentinazo, un pequeño grupo de ex militantes se retiró del partido en pleno Congreso. Hicieron esto con la perspectiva de sumarse a Autodeterminación y Libertad, la agrupación de Luis Zamora. Ante la frustración de esta experiencia, formaron un pequeñísimo grupo denominado Cimientos.

La circunstancia es que entre los adherentes a este grupo figura una persona, sin militancia reconocida en más de una década, que resulta ser la titular formal del inmueble de la calle Chile 1362, a la sazón el local central de nuestro partido, lo que es de público y notorio conocimiento de toda la izquierda y domicilio legal del partido. Es sabido entre las corrientes revolucionarias que pasaron por la experiencia de la represión de los 70 que, como forma de defensa y preservación de los bienes partidarios, esos bienes no se ponen a nombre de la organización por los antecedentes de confiscación bajo la dictadura militar.

En una actitud que va contra los más elementales principios de la moral revolucionaria, de la tradición del socialismo revolucionario y totalmente emparentado con los de las corrientes burguesas, escandalosamente este grupo se negó de manera rotunda desde el 2002 a hacer la transferencia del título de propiedad a sus legítimos dueños, es decir, el activo militante del nuevo MAS.

No hace falta aclarar que entre la vanguardia de izquierda del país e internacionalmente es conocido que el nuevo MAS viene en un durísimo y sacrificado esfuerzo por construirse al calor de la lucha de clases desde que fue fundado, y que se han ido obteniendo logros visibles e importantes, colocando a una sigla que estaba destruida entre las cuatro principales formaciones del trotskismo en nuestro país (junto al PO, al MST y al PTS). Esto es visible en cualquier índice objetivo que se quiera tomar: participación en la lucha de clases, estructuración con un rol dirigente en algunos de los más importante conflictos de los trabajadores de los últimos años, rol central entre las corrientes organizadoras de los actos por el 20 de diciembre, el 24 de marzo o el 1° de Mayo, esfuerzo de elaboración teórica y editorial, presencia electoral nacional, el lanzamiento de un trabajo internacional alrededor de la puesta en pie de la corriente Socialismo o Barbarie Internacional y núcleos fundacionales en Brasil, Paraguay y Bolivia, etc.

Por el contrario, en lo que respecta al grupo Cimientos, no faltamos a la verdad cuando señalamos el carácter prácticamente ignoto de este minúsculo grupo, que no ha tenido trascendencia alguna desde que fue formado y no debe superar realmente la docena de integrantes.

El caso es que a pesar de esta pobre realidad militante, este grupo está montando un operativo de liso y llano chantaje sobre nuestro partido. Apoyándose únicamente en el título de propiedad burguesa y el derecho burgués, este ignoto grupo pretende chantajear a la militancia de toda nuestra organización con un solo recurso: la eventualidad de apelar a la justicia burguesa y a la policía del sistema para hacernos desalojar el inmueble.

A pesar de esta realidad que estamos señalando y como producto expreso de una votación de nuestro IV Congreso partidario, en marzo pasado les enviamos una nota, en la que les planteábamos que, sin que ello significara ningún reconocimiento de derechos y partiendo de considerarlos como usurpadores del legítimo derecho de propiedad que sólo corresponde a la militancia del nuevo MAS, les proponíamos concretar una discusión acerca de cómo resolver este problema. Esta nota fue firmada como recibida por una integrante de Cimientos. Sin embargo, días después, oralmente, por teléfono y sin ningún tipo de argumento, se nos comunicaba que “no aceptan ninguna propuesta y que el local es de Cimientos”.

En síntesis: a todas luces, un grupo sin ninguna entidad ni realidad militante no podría por sus solas fuerzas cuestionar la posesión partidaria del local. Por lo tanto, es obvio que su sola herramienta de chantaje sólo puede provenir de una posible estafa contra nuestro local o del intento de un desalojo vía la Justicia y la policía patronal. 

Por este intermedio tenemos entonces el objetivo de dar a conocer a todas las corrientes revolucionarias y del movimiento trotskista nacional e internacional esta situación totalmente irregular. A todos aquellos que lo consideren, desde ya que recibiremos con agrado su solidaridad ante este gravísimo problema en función de un posicionamiento no respecto de acuerdos o desacuerdos políticos inevitables y/o puntuales, sino de los más elementales principios del socialismo revolucionario.

Queremos dejar sentado que rechazamos este chantaje usurpador de los legítimos derechos del activo militante del nuevo MAS con métodos sin principios, ajenos a la clase obrera, a la tradición del marxismo clásico y revolucionario y al trotskismo; y subrayamos que desde ya defenderemos por todos los medios a nuestro alcance nuestros legítimos derechos, comenzando por esta campaña para hacer pública esta irregular situación y abiertos a recibir la fraternal solidaridad de todos aquellas corrientes y/o compañeros del país e internacionalmente que así deseen hacerlo.