Asia - Pacífico

 

Halcones de EEUU quieren un Japón nuclear

Por Jim Lobe
Inter Press Service (IPS), 12/10/06

Washington.– Estimular a Japón para que fabrique armas atómicas y realizar operaciones secretas de sabotaje en Corea del Norte son algunas de las últimas recetas de los neoconservadores de Estados Unidos para responder a los desafíos de Pyongyang.

En artículos para diversos medios, desde la revista electrónica National Review Online hasta el periódico The New York Times, los "halcones", el ala más belicista de la administración de George W. Bush, afirman que la prueba atómica norcoreana del lunes confirma su postura de que las negociaciones con los estados a los que llaman "díscolos" son inútiles, y la única solución es un "cambio de régimen", por medios militares si es necesario.

"Con nuestra tan irregular información de inteligencia sobre Corea del Norte, la doctrina de los ataques preventivos debe volver", escribió Dan Blumenthal, un especialista en Asia del centro académico conservador American Enterprise Institute (AEI), y quien trabajó para el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, en el primer periodo de gobierno de Bush.

"Todo intento de restaurar las conversaciones de las Seis Partes (China, Corea del Norte, Corea del Sur, Estados Unidos, Japón y Rusia) debe ser resistido", agregó.

El ensayo nuclear norcoreano de esta semana "despojó de toda verosimilitud los argumentos de que negociar con dictadores es algo que funciona", según Michael Rubin, un especialista en Medio Oriente del AEI, quien además sostuvo que el gobierno de Bush está frente a un momento clave de las relaciones con países que han desafiado a Washington en los últimos años.

"La crisis no es sólo con Corea del Norte, sino también con Irán, Siria, Venezuela y Cuba. Bush ahora tiene dos opciones: responder enérgicamente y mostrar que cualquier desafío tendrá su consecuencia, o dar la imagen de que la actitud desafiante tiene sus frutos y que la voluntad internacional es una ilusión", afirmó Rubin.

El mandatario estadounidense "ahora debe decidir si su legado será la inacción o el liderazgo, (el ex primer ministro británico Neville) Chamberlain o (su sucesor, Winston) Churchill", afirmó, en alusión al debate en Gran Bretaña en los años previos a la segunda guerra mundial (1939–1945) sobre la política de "contemporización" del primero y la acción enérgica del segundo.

Los neconservadores, cuya influencia en la administración de Bush ha menguado desde fines de 2003, cuando quedó claro que la guerra de Iraq que tanto habían promovido fue un fracaso, retienen no obstante cierto poder, sobre todo a través de las oficinas de Rumsfeld y del vicepresidente Dick Cheney.

Los "realistas", concentrados en el Departamento de Estado (cancillería), prefieren la acción multilateral y dan prioridad al fortalecimiento de las alianzas tradicionales de Washington, en especial la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

En cambio, los neoconservadores son hostiles a los procesos multilaterales en general y a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en particular. Sus postulados sobre política exterior rechazan el pragmatismo y formulan los conflictos en términos morales.

La mayoría de estos últimos son judíos de derecha, muy vinculados con el conservador partido Likud, gobernante en Israel. Son políticos, analistas y académicos belicistas, y abogan por que la política antiterrorista de Washington apunte contra todos los grupos y países que consideran amenazas para los intereses israelíes.

Medio Oriente ha sido históricamente la mayor preocupación de los neoconservadores, pero últimamente también han expresado especial temor a cualquier contemporización con Corea del Norte, así como con su principal aliado y proveedor de ayuda económica: China.

Para ellos, Beijing siempre tuvo el poder para obligar a Pyongyang a que renunciara a su plan de desarrollo nuclear, y que no lo haya hecho demuestra que China es en sí misma un "rival estratégico" de Washington.

David Frum, ex redactor de los discursos de Bush, publicó una columna para el diario The New York Times en la que llamó al gobierno a tomar una serie de medidas para "castigar a China" por no haber frenado antes a Corea del Norte.

Frum, miembro del AEI y a quien se le atribuye la creación del concepto "eje del mal" (conformado por Corea del Norte, Irán e Iraq), instó a Washington a interrumpir toda ayuda humanitaria internacional a Pyongyang, presionar a Corea del Sur para que haga lo mismo y obligar a China a que "asuma el costo para evitar" el colapso económico norcoreano.

Además, propuso que Australia, Corea del Sur, Japón, Nueva Zelanda y Singapur se sumen a la OTAN, y que Taiwan, país al que China considera una provincia renegada, envíe observadores a las reuniones de esa organización.

También instó a Washington a que "estimule a Japón para que renuncie al Tratado de No Proliferación Nuclear y construya su propio disuasivo atómico".

"Un Japón nuclear es a lo que más le temen China y Corea del Norte, después, quizás, de un Taiwan o un Corea del Sur nuclear", sostuvo.

Ayudar a Tokio a que obtenga armas nucleares "no sólo sería un castigo a China y a Corea del Norte, sino que además contribuiría a alcanzar la meta de disuadir a Irán" en sus intentos de obtener armamento atómico, agregó.