Bolivia

 

Borrón y cuenta nueva con las petroleras

Econoticiasbolivia, 29/10/06

Evo legaliza los contratos de Repsol, Petrobras y otras petroleras, a las que "blanquea" todos sus delitos, perdona sus fraudes y garantiza nuevos y millonarios ingresos. Plena satisfacción entre las trasnacionales y el gobierno.

Las transnacionales petroleras lograron consolidar y legalizar su situación en Bolivia al firmar este fin de semana nuevos contratos con el gobierno de Evo Morales, lo que les garantiza nuevos y millonarios ingresos por la explotación de reservas de gas y petróleo valuadas en más de 200 mil millones de dólares durante los próximos 30 años, en los que tendrán que aumentar sus inversiones y pagar un poco más impuestos al Estado.

Los contratos, suscritos este viernes y sábado con Repsol, Petrobras, Total, British Petroleum, Pluspetrol, Vintage, Pan American y otras, tendrán el aval del Congreso y se harán respetar con la fuerza del Estado, cerrando toda posibilidad para que en el futuro las transnacionales sean expulsadas del país y sus bienes y recursos expropiados.

El compromiso oficial del gobierno, según anunció el vicepresidente Álvaro García Linera, es que los contratos serán refrendados por el Parlamento para tener total seguridad jurídica, no serán modificados en el tiempo y garantizarán altas ganancias para las transnacionales, que operan con los costos de producción más bajos del mundo y cometiendo delitos que van desde la defraudación y evasión fiscal, el contrabando de carburantes, la subfacturación y otras irregularidades denunciadas por las propias autoridades del gobierno boliviano.

Aunque el texto de los contratos aún es confidencial, se conoce que éstos se regirán por la ley 3058, que establece que las petroleras pagarán, en términos nominales, un 50 por ciento en regalías e impuestos en la mayor parte de los campos, quedando aún sin confirmación el pago nominal del 82 por ciento en dos megacampos de gas.

Tampoco se conoce si existen compensaciones económicas en favor de las petroleras por el cambio del sistema de tributación, tal como establece la ley, aunque sí se ratificó el incentivo tributario para las empresas (Repsol y Petrobras) que controlan el negocio de la exportación de gas a Argentina y Brasil. Así, las petroleras que operan a ambos lados de la frontera, en el doble papel de vendedores y compradores, pagarán impuestos sobre un promedio de 5 dólares por millón de BTUs, y no sobre 8, que es el precio internacional actual.

Concesiones y satisfacción

"Hubo concesiones de ambas partes (...) Se alcanzó un acuerdo satisfactorio", dijo el ministro de Energía de Brasil, Silas Rondeau, tras la firma del contrato entre Petrobras y Bolivia. En el mismo tono, el secretario de Asuntos exteriores de España, Bernardino León, que protege a Repsol, anunció nuevas inversiones. "Vamos a invertir en los próximos años más de mil millones de dólares para asegurar el cumplimiento con la (exportación de gas a) Argentina". En esta nueva exportación de gas a Argentina, el gobierno boliviano aspira a quedarse con 17 mil millones de dólares de los 50 mil millones que moverá el negocio en los siguientes 20 años.

La Cámara Boliviana de Hidrocarburos, que aglutina a las empresas petroleras y uno de los baluartes de los gobiernos neoliberales, dijo que "el escenario que se ha planteado con la firma de nuevos contratos vislumbra una relación positiva y duradera entre socios, las empresas y el Estado nacional".

Los anteriores contratos de todas las petroleras habían sido declarados sin validez jurídica e inconstitucionales por decisión inapelable del máximo tribunal de justicia de Bolivia, el Tribunal Constitucional, lo que había reforzado la lucha que libran desde el 2003 los sindicatos y las organizaciones populares para lograr la expulsión de las transnacionales y para renacionalizar el gas y el petróleo. En esta lucha, se enfrentaron a los tanques y la metralla y derribaron a dos presidentes (Gonzalo Sánchez de Lozada y Carlos Mesa), aunque sin lograr la expulsión/nacionalización de las petroleras, una consigna considerada como inviable por el actual gobierno.

"Con estos contratos queremos resolver los problemas del país (...) sentamos soberanía sobre nuestros recursos sin expulsar a nadie, esta es la nacionalización sin indemnización", dijo el presidente Morales, tras la firma de los contratos, realizados al amparo de la ley pro petrolera 3058, aprobada hace un año y medio por el Congreso neoliberal para preservar los millonarios intereses de las transnacionales.

Blanqueo de delitos

Esta ley, viabilizada ahora con los nuevos contratos, blanquea todos los delitos mayores que las petroleras han cometido en Bolivia desde mediados de los años 90, cuando tomaron control y dominio de toda la industria petrolera al amparo de onerosas concesiones otorgadas por el poder neoliberal.

La ley 3058 posibilita, por ejemplo, que las compañías como Repsol, Petrobras, Total, British Petroleum, Amoco & Pan American Energy, British Gas, Exxon, Enron, Shell, Pluspetrol, Vintage y otras puedan legalizar su ilegal e inconstitucional permanencia en Bolivia, explotando yacimientos que virtualmente no les costó casi nada. Con los nuevos contratos, el Estado queda sin la posibilidad legal de echar a las transnacionales y recuperar así más de 200 mil millones de dólares, que es el valor de las reservas de gas y petróleo, las segundas más importantes de Sudamérica.

La Ley 3058 infiere, además, un segundo daño de magnitud a Bolivia cuando elimina toda posibilidad legal para que el Estado recupere de inmediato, sin necesidad de nacionalización, decreto o ley expresa, el 60 por ciento de las reservas de gas y petróleo de manos de las petroleras, que incumplieron el artículo 30 de una ley anterior y que les obligaba a devolver todos los campos y yacimientos en los que no hubiesen perforado pozos en los últimos cinco años. Una cincuentena de auditorías, instruidas por el gobierno de Morales, confirmaron este delito. En esta situación estaban casi todos los megacampos de gas y petróleo que están siendo explotados por Repsol, Petrobras, Total y otras compañías y que, si se cumpliera la ley, ya sólo deberían beneficiar al Estado.

Así, "la ley 3058 (ratificada vía decreto por Morales N.d.E), resulta ser más entreguista y antinacional que la anterior, aprobada por el ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada", decía hace un año y medio el ex ministro de Hidrocarburos del actual gobierno, Andrés Soliz Rada. El daño estimado en contra del Estado es, en este caso, de casi 100 mil millones de dólares, monto que, paulatinamente en el tiempo, irá a parar a la bolsa de las petroleras, producto de la explotación y comercialización de las reservas.

El millonario fraude de Repsol y Pan American

Un tercer atentado contra Bolivia. La misma ley 3058, el decreto de Morales y los contratos petroleros convalidan otro millonario fraude en contra del Estado al legalizar, de facto, la mayor parte de las acciones que Repsol y Amoco & Pan American (y posteriormente British Petroleum) tienen en las empresas mixtas de Andina y Chaco, levantadas sobre los campos que eran antes de la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).

Repsol y Amoco & Pan American recibieron de los gobiernos neoliberales el 50 por ciento de las acciones a cambio de la promesa de invertir 843 millones de dólares. Sin embargo, esta entrega no tomó en cuenta que estos campos de YPFB (en Chaco y Andina) tenían reservas probadas y certificadas valuadas actualmente en 24 mil millones de dólares y que fueron pignoradas a título gratuito para que sean explotadas en beneficio de Repsol y Amoco & Pan American.

El decreto de Morales convalida la fraudulenta propiedad de Repsol y Amoco & Pan American sobre el 50 por ciento de las acciones de Andina y Chaco, cuando en realidad la participación legal de estas transnacionales no debería ser mayor al cinco por ciento. Pese a ello, la intención del gobierno de Morales es "nacionalizar" el 3 por ciento de las acciones en Andina y Chaco, respetando el otro 48 por ciento.

El asalto de Enron y Shell

Un cuarto atentado. La ley 3058 y el decreto de Morales dejan en total impunidad, sin sanción ni reparación, el asalto que la Enron, primero, y la Shell, después, realizaron en Bolivia al tomar a título gratuito el 40 por ciento del gasoducto a Brasil y otros ramales de transporte y distribución de hidrocarburos.

Sin poner un solo centavo, la corrupta Enron tomó a medidos de los 90 la posesión y control de las acciones en estos gasoductos, que posteriormente los transfirió a la Shell. La Enron había sido contratada por el ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada para financiar o buscar financiamiento para construir el gasoducto al Brasil, que finalmente fue construido por Petrobras, sin ningún concurso de la transnacional norteamericana.

El daño inferido al Estado fue cuantificado en 120 millones de dólares, por el ex delegado presidencial, Juan Carlos Virreina, que pretendió recuperar esos recursos mediante un juicio que fue dejado de lado por los últimos gobiernos, incluido el actual.

Una ley antinacional

Por esta su esencia pro petrolera, la aprobación de la ley 3058, en mayo de 2005, constituyó una virtual declaratoria de guerra del poder transnacional contra el pueblo boliviano, que se alzó furibundo contra el presidente Carlos Mesa, al que derribó del cargo, y contra el Congreso neoliberal, recortándole su mandato constitucional y abriendo paso a nuevas elecciones, ganadas ampliamente por el deseo y la urgencia del pueblo para nacionalizar el gas y el petróleo.

Razones más que suficientes para que el nuevo gobierno de Evo Morales, que ganó las elecciones agitando la bandera de la nacionalización, se hubiese jugado a fondo para montar una ficción y para mostrar y convencer a los bolivianos que su decreto de "nacionalización" era muy diferente a la cerrada defensa que hacían en el pasado las élites neoliberales del poder petrolero.

Razones más que suficientes para que tras firmar los nuevos contratos, bajo el amparo de la ley 3058, todas las transnacionales hubiesen anunciado su intención de realizar inversiones y de ser las socias que Evo Morales quiere para Bolivia.


La oligarquía y la derecha festejan la nacionalización de Evo

Dirigentes de la COB piden que se difunda la letra chica de los contratos

Econoticiasbolivia, 30/10/06

La Paz.– Los representantes de la oligarquía petrolatifundista y de las organizaciones de la derecha política boliviana, jurados enemigos del presidente Evo Morales, saludaron la legalización de los contratos internacionales que facultan a las transnacionales petroleras la continuidad de la explotación de los hidrocarburos por los siguientes 30 años. Los dirigentes laborales, leales al gobierno, también expresaron su satisfacción por los acuerdos, y tan sólo los sindicalistas no cooptados por el oficialismo demandaron la publicación de todos los contratos.

El Presidente de la Cámara Boliviana de Hidrocarburos, José Magela Bernardes, dijo que se siente optimista, luego que las empresas petroleras decidieron firmar el fin de semana los nuevos contratos con el Estado boliviano que las mantiene como operadoras en la explotación de más de 200 mil millones de dólares que el país tienen en las reservas de gas y petróleo. "A partir de ahora viene la verdadera seguridad jurídica, lo que si podemos asegurar es que la seguridad jurídica es la base fundamental para cualquier desarrollo. Haberlo escuchado al Presidente (Morales) referirse sobre este tema es muy positivo", sostuvo al destacar los nuevos negocios que se emprenderán en sociedad con el Estado boliviano.

El vocero de la asociación de las transnacionales dijo que era muy positivo que todas las empresas petroleras, entre las que se encuentran Repsol, Petrobras, Total, Vintage, British Petroleum y otras, hayan firmado los nuevos contratos, 65 en total. Según el Presidente de esta entidad, ahora se reactivará la industria hidrocarburífera del país.

Por su parte, el vocero de la ultraderechista Podemos, del ex presidente Jorge Quiroga, el senador y ex ministro Wálter Guiteras afirmó que los contratos firmados por Evo Morales con las empresas petroleras "devuelven al país la dignidad, recursos y bienestar. Ya no se van a producir los hechos de saqueo de los recursos naturales, sólo queda felicitar al Gobierno", declaró. En el gobierno de Quiroga, las petroleras vulneraron sus ilegales contratos al no devolver al dominio estatal las áreas en las que no perforaron pozos durante cinco años. Quiroga emitió un decreto que las liberaba ilegalmente de esta obligación.

La firma de los contratos mereció el aplauso de los sectores empresariales. "Los empresarios privados ven como una señal positiva la firma de los nuevos contratos petroleros", dijo Bern Abendroth, presidente de la Federación de Empresarios Privados de La Paz, que aseguró que la noticia fue bien recibida por el empresariado y añadió que se aguarda que los nuevos recursos "vayan a beneficiar a los más necesitados".

El Comité Pro Santa Cruz, bastión de la oligarquía petrolatifundista y que hasta ahora encabezaba la oposición de derecha al gobierno, también se pronunció en apoyo de la medida "nacionalizadora". Jaime Santa Cruz, segundo vicepresidente del Comité Cívico pro Santa Cruz, se refirió a los nuevos contratos petroleros y dijo que se trata de una readecuación positiva para el país y que tiene un beneficio para la población.

Otro de los opositores, el prefecto de Cochabamba, el derechista ex capitán Manfred Reyes Villa, dijo que los nuevos contratos permitirán mejorar los ingresos para el país.

Los dirigentes laborales afines al gobierno también manifestaron su apoyo. "Dijimos que debía ser un Gobierno serio y lo está demostrando", dijo Edgar Patana, ejecutivo de la Central Obrera de El Alto y pre candidato a constituyente por el gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS), quien cree que con los nuevos contratos, Bolivia "recuperó la propiedad de los hidrocarburos"

En la misma línea, Víctor Mitma, secretario ejecutivo de la Central Obrera de Cochabamba, afirmó que "se ha logrado el beneficio que se estaba buscando".

Los otros dirigentes, que no están asimilados totalmente al MAS, exigieron, por el contrario, que el gobierno de Morales dé a conocer a profundidad los contenidos de los nuevos contratos.

"Vamos a pedir públicamente los contratos al Gobierno para que, en un ampliado de trabajadores, los documentos sean analizados. Esperemos que se escuche la demanda de la COB porque últimamente no se escucha ninguna de nuestras propuestas", dijo el dirigente de la Central Obrera Boliviana, Pedro Montes.

Según trascendió hasta ahora, cada uno de los contratos va acompañado por siete anexos en los que se determinan la retribución que el Estado les pagará a las transnacionales por sus servicios en la exploración y explotación de gas, según dijo a La Prensa, el presidente de la estatal YPFB, Juan Carlos Ortiz.

El presidente de YPFB explicó que los beneficios para el Estado y las compañías variarán en función del tamaño del campo y las condiciones de producción.


El poder petrolero celebra los nuevos contratos

Econoticiasbolivia, 30/10/06

La Paz.– Las transnacionales que ganan a manos llenas en Bolivia celebraron los nuevos contratos que firmaron este fin de semana con el gobierno de Evo Morales y que les permite acrecentar la explotación de gas y petróleo con destino a los mercados de Brasil y la Argentina.

Los nuevos contratos legalizan la presencia transnacional en la exploración y producción de hidrocarburos, acrecientan sus ingresos por el nuevo y millonario negocio acordado con la Argentina y los ponen a buen resguardo ante los cuestionamientos que habían a su presencia en el país y que era considerada hasta ahora por la ley y el derecho como inconstitucionales y onerosas para la economía boliviana.

Una de las empresas que logró su permanencia en Bolivia, la británica British Gas (BG) dijo que acordó nuevos contratos operativos con el gobierno y que los mismos podrían ser tan rentables como los anteriores.

"Hemos firmado nuevos contratos que cubren todos nuestros intereses en la exploración en Bolivia, y retención de bloques (no desarrollados) (...) La producción continuará sustancialmente en la misma base económica que antes", destacó la portavoz de BG, Trina Fahey, según un reporte de Reuter desde Londres.

A partir de los contratos, BG venderá todo su gas a la compañía petrolera estatal YPFB en vez de negociar directamente con los clientes. La compañía a cambio recibirá de YPFB entre un 18 por ciento a un 50 por ciento del valor de la producción. "Básicamente estamos produciendo en nombre del Estado", dijo Fahey.

La compensación que recibirá BG por su producción reflejaría términos económicos similares a los que obtuvo el año pasado, pese a que los ingresos podrían ser impactados por los niveles de producción y los cambios en los precios internacionales del gas

Buena noticia para Repsol

En España, sede de la Repsol, que tiene el derecho de explotación sobre la cuarta parte de las reservas de gas y petróleo de Bolivia, el secretario de Estado de Turismo y Comercio, Pedro Mejía, afirmó este lunes que los nuevos contratos firmados el fin de semana entre Repsol YPF y el gobierno de Bolivia "despeja incertidumbres" y permite afrontar el futuro con mayor optimismo.

Mejía calificó el acuerdo de "muy positivo y una noticia muy buena", y señaló que es "beneficioso para Bolivia, para la empresa y para España". "A partir de ahora alcanzamos un momento que nos permite afrontar el futuro con un optimismo mayor", concluyó.

Repsol YPF mostró su satisfacción por el acuerdo firmado con el Ejecutivo boliviano, ya que "garantiza la rentabilidad de las inversiones realizadas hasta ahora". Aseguró que el nuevo contrato "está en línea con el compromiso público del presidente de Bolivia para garantizar un marco de seguridad jurídica para sus inversiones, un principio que Repsol considera indispensable para el desarrollo de la actividad en el país". De hecho, la compañía deja las puertas abiertas a nuevas inversiones. "Este marco de garantías jurídicas, así como el reconocimiento público de las inversiones realizadas", señala la petrolera, "permitirán el desarrollo de nuevos proyectos de inversión en el país, lo que redundará en un mayor bienestar para la sociedad boliviana".

Festejo de Petrobras

En Brasilia, sede de Petrobras, que tiene el derecho de explotación de casi la mitad de las reservas bolivianas de gas, el Gobierno brasileño festejó como un éxito de la política externa de Luiz Inacio Lula da Silva el acuerdo alcanzado entre el ente estatal Petrobras y su similar boliviano YPFB.

Según la ministra jefe del gabinete civil de la Presidencia, Dilma Rousseff, el acuerdo demostró el acierto de la estrategia de negociación adoptada por el Gobierno brasileño tras el decreto dictado en mayo pasado por el Presidente de Bolivia, Evo Morales, que nacionalizó las reservas de hidrocarburos del país.

Asimismo, el ministro brasileño de Minas y Energía, Silas Rondeau, afirmó hoy que, al subscribir un acuerdo anoche en La Paz, Petrobras e YPFB "dieron una demostracción clara de cómo superar estratégicamente pequeñas diferencias".

"Seguramente Bolivia cedió y seguramente Petrobras cedió. No sé quién cedió más, pero los dos lados están satisfechos", dijo.

A su vez, el presidente de Petrobras, José Sergio Gabrielli, aseguró hoy que el acuerdo firmado anoche no significará perjuicios para la empresa brasileña: "Fue un acuerdo correcto".

Según Gabrielli, el documento prevé que Petrobras seguirá explotando los gigantescos yacimientos de gas de San Antonio y San Alberto, en el sur de Bolivia, y que pagará por ello impuestos equivalentes al 82 por ciento de su producción.

El dirigente afirmó que ese acuerdo no convierte a Petrobras en una simple prestadora de servicios en Bolivia, sino que se trata de un contrato "muy cercano" al principio de producción compartida.


Confesión de parte: transnacionales consiguieron su objetivo

Econoticiasbolivia, 30/10/06

España: conseguimos los que nos habiamos propuesto

Diario “Cinco Días” de España: En el último minuto. La petrolera YPF acordó en la medianoche del domingo los términos del nuevo contrato que garantiza su continuidad en el país andino. La hispano–argentina es una de las diez petroleras que se han visto obligadas a renegociar sus contratos de exploración y explotación tras la nacionalización de los hidrocarburos decretada el pasado 1 de mayo, que estableció un plazo de 180 días para pactar las nuevas condiciones.

El acuerdo fue rubricado de manera oficial tan sólo media hora después, en un acto presidido por Evo Morales al que asistieron representantes de Repsol YPF y de su filial Andina, así como las firmas dedicadas a las exploración de la brasileña Petrobras. Además, estuvieron presentes las argentinas Matpetrol y Pluspetrol, British Gas y Empresa Petrolera Chaco, perteneciente al grupo British Petroleum.

A diferencia del acuerdo suscrito un día antes con la francesa Total y la estadounidense Vintage, ni el Gobierno boliviano ni las petroleras informaron sobre los términos de los acuerdos suscritos en la medianoche del domingo. El presidente de la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Juan Carlos Ortiz, se limitó a reconocer que los porcentajes de participación del Estado, son diferentes para cada una de las compañías.

Los escasos detalles que trascendieron apuntan que las petroleras tendrán que entregar toda su producción de hidrocarburos a YPFB y a cambio serán remuneradas, según sus contratos, con entre un 18% y un 50% de las cantidades extraídas. La compañía estatal también se encargará de la comercialización y fijará los volúmenes y los precios para el mercado interior y para las exportaciones.

Garantías de rentabilidad

Repsol YPF mostró su satisfacción por el acuerdo firmado con el Ejecutivo boliviano, ya que 'garantiza la rentabilidad de las inversiones realizadas hasta ahora'. Aseguró que el nuevo contrato 'está en línea con el compromiso público del presidente de Bolivia para garantizar un marco de seguridad jurídica para sus inversiones, un principio que Repsol considera indispensable para el desarrollo de la actividad en el país'. De hecho, la compañía deja las puertas abiertas a nuevas inversiones. 'Este marco de garantías jurídicas, así como el reconocimiento público de las inversiones realizadas', señala la petrolera, 'permitirán el desarrollo de nuevos proyectos de inversión en el país, lo que redundará en un mayor bienestar para la sociedad boliviana'.

Actualmente, Repsol posee derechos sobre 32 bloques de exploración, con una superficie neta de 9.264 kilómetros cuadrados, así como 25 bloques de explotación con un área de 2.174 kilómetros cuadrados. Las reservas de gas bolivianas están estimadas en 48,7 billones de pies cúbicos, de los que la brasileña Petrobras controla el 47%, mientras que Repsol y su filial Andina alcanzan el 27%. La petrolera hispano–argentina asegura que entre octubre de 1997 y marzo de 2006 invirtió en el país latinoamericano 1.167 millones de dólares (unos 917 millones de euros), convirtiéndose 'en uno los principales contribuyentes fiscales', con 1.275 millones de dólares de aportes en concepto de impuestos directos, patentes sobre el dominio minero, regalías y participaciones.

El Gobierno español, presente en Bolivia a través del secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Bernardino León, también manifestó su satisfacción por la firma del nuevo contrato. 'Conseguimos lo que nos habíamos propuesto', reconoció. Según León, Repsol YPF fue la última petrolera en llegar a un acuerdo ya que se trató de 'una negociación muy compleja' y afirmó que el Ejecutivo español se limitó a ejercer un papel de 'facilitador' de las negociaciones ya que éstas se llevaron directamente entre la compañía y el Gobierno de Morales.

El secretario de Estado español, llegó a Bolivia tan sólo cinco horas antes de que concluyese el plazo para renegociar las condiciones. Su mediación fue 'fundamental para llegar a puerto', según aseguró a Efe el director general de Repsol YPF para Argentina, Brasil y Bolivia, Enrique Locutura.

Las empresas, optimistas y cautas

“La Nación” de Argentina: La reflexión de un ejecutivo petrolero con años en una empresa que trabaja en Bolivia explica, de modo más veraz que cualquier palabra política, la situación en que quedó la relación entre el presidente Evo Morales y estas compañías. "Se está optando por durar. Pero, para algunas petroleras, este partido recién está empezando", dijo ayer.

Conclusión: cualquier boliviano que se haya encandilado, el 1° de mayo pasado, con el anuncio de la nacionalización de los hidrocarburos, deberá estar atento, desde ahora, a los detalles. Habrá que ver si, por ejemplo, las condiciones de comercialización de ese gas, que ahora es del Estado boliviano, no vuelven el negocio igualmente rentable para el sector privado. Es decir que Bolivia pueda tener, como indican algunos contratos, hasta el 82% del producto, pero que las condiciones de venta sean completamente distintas.

A ningún ejecutivo petrolero se le escapa que Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) no tiene recursos. La firma se verá forzada a negociar, no ya en las tapas de los diarios, sino en la compleja ecuación de cada yacimiento.

Repsol YPF dice que el nuevo contrato garantiza sus inversiones

“ABC” de España: Faltaban tan sólo 10 minutos para que acabara el plazo dado por el presidente de Bolivia, Evo Morales, a las petroleras extranjeras para que firmaran los nuevos contratos (doce de la noche del sábado, hora local, seis de la mañana del domingo en España) cuando Repsol YPF alcanzó un acuerdo con las autoridades locales. Media hora más tarde, el director general de Repsol YPF para el área de Argentina, Brasil y Bolivia, Enrique Locutura, estampaba su firma en el documento en un acto presidido por el propio Morales en el palacio de Comunicaciones de La Paz.

La petrolera española fue la última de las diez compañías afectadas en adherirse a la nueva legislación boliviana, que destina al Estado el 82% de las rentas de los hidrocarburos, que pasan a ser propiedad de la compañía estatal YPFB. Las petroleras extranjeras pasan a ser empresas de servicios y recibirán de YPFB una remuneración trimestral por sus trabajos de exploración, producción y comercialización de hidrocarburos.

Seguridad jurídica

Repsol YPF considera que este acuerdo "está en línea con el compromiso público del presidente de Bolivia de garantizar un marco de seguridad jurídica para sus inversiones, un principio que Repsol YPF considera indispensable para el desarrollo de su actividad en el país. En este sentido, Repsol YPF valora que los nuevos contratos garantizan la rentabilidad de las inversiones realizadas hasta ahora en Bolivia, así como las que se desarrollarán en el futuro", según una nota emitida ayer.

La petrolera que preside Antonio Brufau afirma que "este marco de garantías jurídicas, así como el reconocimiento público de las inversiones realizadas hasta el momento por Repsol YPF en Bolivia permitirán el desarrollo de nuevos proyectos de inversión en el país, lo que redundará en un mayor bienestar para aquel país".

Repsol YPF ha invertido en Bolivia casi 1.000 millones de euros desde 1997 y ha generado al Estado boliviano unos ingresos de 1.100 millones en impuestos. A partir de ahora, la petrolera tiene previsto invertir unos 800 millones de euros en los próximos años en aquel país en el sector de los hidrocarburos. Locutura negó ayer que Repsol YPF haya firmado el acuerdo sólo "para salvar los trastos" y dijo que ahora se puede trabajar, aunque "con parámetros distintos".

Sobre la presencia en La Paz del secretario de Estado de Exteriores, Bernardino León, Enrique Locutura afirmó ayer que su apoyo ha sido "fundamental" y que "el Gobierno español ha hecho lo que tenía que hacer y con discreción", informa Efe.

Repsol YPF negocia para asegurar los 916 millones invertidos en Bolivia

“El País” de España: Las compañías petroleras con negocios en Bolivia han aceptado firmar nuevos contratos con el Gobierno boliviano de Evo Morales y acatar el decreto de nacionalización que otorga el control de los hidrocarburos a la empresa estatal YPFB. Pero la negociación no ha terminado. La petrolera hispano argentina Repsol YPF aún negociaba ayer en La Paz la letra pequeña del acuerdo para asegurar los 916 millones invertidos en el país desde 1997. Las multinacionales, con la brasileña Petrobras a la cabeza, se resisten a ceder la propiedad de algunos activos.

El presidente boliviano Evo Morales, ha ganado la primera mano de la partida. Entre el sábado y el domingo, al límite del plazo de 180 días fijado en el decreto de nacionalización de hidrocarburos aprobado en mayo, la decena de petroleras con negocios en el país decidieron mantener su actividad en Bolivia y no desmentir la leyenda de la gran pancarta bajo la que se firmaron los nuevos acuerdos: "Evo cumple".

Pero la partida no ha acabado. La letra pequeña de los nuevos contratos, en especial de los que deben firmar las dos primeras empresas del país, la brasileña Petrobras (que controla el 43% de las reservas bolivianas) y la hispano–argentina Repsol YPF (26%) está aún por redactar.

De hecho, los representantes enviados por Repsol YPF a Bolivia, Enrique Locutura y Carlos García, respaldados por el secretario de Estado de Exteriores, Bernardino León, seguían manteniendo contactos ayer, en el Ministerio de Hidrocarburos boliviano, para cerrar el compromiso definitivo. Éste podría demorarse días, según aseguraban fuentes de la empresa.

De acuerdo con el decreto de nacionalización, ambas aceptan pagar más impuestos (hasta el 82% del valor de los hidrocarburos que comercialicen asociadas a la estatal YPFB) y traspasar la mayoría de las acciones de las sociedades a través de las que operan en Bolivia (Andina, en el caso de Repsol y Petrobras Energía y Petrobras Refinación en el caso brasileño.)

Pero dentro de ese marco, caben muchas cosas. Repsol YPF quiere garantizar la rentabilidad de los 916 millones que ha invertido en Bolivia desde 1997 y que le han permitido, sola o en asociación, controlar siete yacimientos de exploración y 25 de explotación de hidrocarburos.

Refinerías

Petrobras, por su parte, no quiere ceder la propiedad de las dos refinerías que posee en el país. Según una nota hecha pública por la compañía brasileña, "el asunto sobre el precio del gas y de las refinerías brasileñas de propiedad de Petrobras no fue tratado en el acuerdo". Petrobras quiere negociar una indemnización por el traspaso de más del 50% de las refinerías previsto en el decreto de mayo. Y que se realice una auditoría.

El arma de negociación de las multinacionales, potente, es la necesidad de capitales que tiene Bolivia, el país más pobre de América Latina. El Gobierno boliviano sabe que carece de recursos para extraer el gas y el petróleo del subsuelo. Puede apretar y lo ha hecho. Pero no puede ahogar. Las primeras compañías en firmar los nuevos compromisos con el Gobierno Boliviano, la franco–belga TotalFinaElf y la estadounidense Vintage (filial de Occidental, Oxy), con escaso peso en el negocio, se han comprometido con contratos de explotación y de inversión a 20 y 30 años, según se trate de exploración y producción y con inversiones que rondan los 1.571 millones de euros. La clave es, por tanto, a qué se comprometen, en dinero contante y sonante, los representantes de Repsol YPF, Petrobras, British Gas, British Petroleum (Chaco), Pluspetrol y Matpetrol (ambas argentinas), Shell y Ashmore (propietarias de Transredes).

Con los contratos definitivos por cerrar, Repsol YPF hizo pública ayer una nota muy escueta en la que destacaba que el acuerdo "está en línea con el compromiso público del presidente de Bolivia, Evo Morales, de garantizar un marco de seguridad jurídica para sus inversiones, un principio que Repsol YPF considera indispensable para el desarrollo de su actividad en el país". "En este sentido" prosigue el comunicado "Repsol YPF valora que los nuevos contratos garantizan la rentabilidad de las inversiones realizadas hasta ahora en Bolivia, así como las que se desarrollarán en el futuro".

Garantías

A las garantías, precisamente, se refirió también el presidente Morales tras la firma de los nuevos compromisos con las empresas. "Se va a respetar lo que siempre han pedido" aseguró "la seguridad jurídica y jamás vamos a violar estos contratos transparentes". Según Morales, hace dos años, la renta que percibía el Estado por la explotación de los hidrocarburos era de apenas 196 millones de euros. En 2005 subió a 392 millones y, con los nuevos contratos, en cuatro años, la cifra se elevará a 3.142 millones de euros, lo que permitirá al país "resolver nuestros problemas económicos y sociales".

Sobre España y dirigiéndose al alto cargo de Exteriores, bernardino león, Morales, según Efe, destacó que es "un socio estratégico en lo económico y político".

Por su parte, el ministro de Hidrocarburos, Carlos Villegas, admitió que "todavía falta un camino por recorrer", en alusión a la redacción de contratos definitivos.

Brufau celebra la "seguridad jurídica" que otorga el nuevo contrato firmado con el gobierno boliviano

“Europa Press” de España: El presidente de Repsol YPF, Antoni Brufau, valoró hoy de forma positiva el acuerdo alcanzado ayer con el gobierno de Bolivia para seguir operando en el país porque crea un marco de "seguridad jurídica" para las inversiones de la petrolera después de que después el pasado mes de mayo el presidente Evo Morales anunciara la nacionalización de sus hidrocarburos y diera un plazo de seis meses a las empresas que operan en el país para renegociar sus contratos.

Brufau afirmó, durante una entrevista en Catalunya Ràdio, que el contrato "tendrá muy poco impacto" respecto a los planes que tenía Repsol antes del anuncio de Bolivia de su voluntad de nacionalizar los hidrocarburos.

En todo caso, apuntó a que "será un impacto positivo, en el sentido de que clarifica una situación de inestabilidad del pasado y por lo tanto nos permite o nos debe permitir realizar inversiones con la seguridad jurídica necesaria y por tanto poner en valor los activos que ahora tenemos".

En la actualidad la compañía española, una de las que más ha invertido en el país, posee derechos mineros sobre 32 bloques, siete de explotación con una superficie neta de 9.264 kilómetros cuadrados y 25 bloques de explotación con un área de 2.174 kilómetros cuadrados. Esta actividad genera 300 empleos directos y 3.000 indirectos.

Entre octubre de 1997 y marzo de 2006 la petrolera invirtió 1.167 millones de dólares y se ha convertido en uno de los mayores contribuyentes fiscales del país, con 1.275 millones de dólares de aportes por concepto de impuestos directos, patentes sobre el dominio minero y regalías y participaciones.

Además de Repsol, otras nueve empresas que operan en Bolivia llegaron a un acuerdo de renegociación de sus contratos a finales de la semana pasada, un paso que el Gobierno boliviano estima reportará unos 4.000 millones de euros para el pueblo en los próximos cuatro años.

Fue la negociación más compleja de todos los acuerdos alcanzados con las multinacionales

Luego de 10 años, Petrobras firmó ayer un nuevo contrato

“El Tribuno” de Argentina: La petrolera brasileña Petrobras, que hace dos semanas cumplió diez años de actividad en Bolivia, ayer aceptó firmar nuevos contratos en los términos de la nacionalización decretada por el presidente Evo Morales, condición que el mandatario estableció indispensable para seguir operando en ese país.

Petrobras es una de las diez multinacionales que, entre el viernes y la madrugada del domingo, suscribieron nuevos acuerdos con el gobierno de La Paz, al terminar el plazo fijado en el decreto de nacionalición del 1 de mayo pasado.

Los presidentes de Petrobras–Bolivia, José de Freitas, y de Petrobras Energía, Gonzalo Villegas, firmaron los contratos de exploración y explotación con la empresa estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB). La compañía brasileña comenzó actividades en Bolivia el 10 de octubre de 1996.

En 1974 los presidentes Hugo Banzer, de Bolivia, y Ernesto Geisel, de Brasil, acordaron la venta de gas al segundo país, pero el proyecto fracasó, y lo mismo les ocurrió una década después al gobernante boliviano Hernán Siles y al brasileño Joao Baptista de Figueiredo.

En 1991, directores de Petrobras acometieron con más interés su vinculación energética a Bolivia y, junto con empresarios de Brasil, llegaron a la Paz para acordar la venta del gas boliviano a Sao Paulo y un contrato que tuvo varias versiones en 1993, 1994 y 1995, y una definitiva en 1998, que entró en vigor un año después por 20 años.

Las inversiones

Se construyó un gasoducto de 3.069 kilómetros de longitud, entre la localidad boliviana de Río Grande y las ciudades brasileñas de Sao Paulo y Porto Alegre, con una inversión de 2.015 millones de dólares, 1.580 millones en el lado brasileño y 435 millones en el boliviano. Cuando se comenzó el gasoducto, las reservas de gas en Bolivia eran de 4,5 billones de pies cúbicos, pero las inversiones de las multinacionales permitieron el descubrimiento de nuevos campos, hasta 48,7 billones de pies cúbicos, suficientes para cubrir los compromisos de exportación y la demanda interna.

Desde 1996 Petrobras asegura haber invertido U$S 1.000 millones por sí sola y 500 millones más en sociedad con otras empresas, como la hispano–argentina Repsol YPF.

Petrobras, Andina, filial de Repsol, y la francesa TotalFinaElf son socias en los principales campos de gas boliviano, "San Alberto" y "San Antonio", que producen el 70% del gas que se exporta desde Bolivia a Brasil.

El 1 de mayo pasado, Morales nacionalizó la filial Petrobras Bolivia Refinación, que controla las refinerías de petróleo más grandes del país. En mayo, cuando se dictó la nacionalización, Petrobras reaccionó sorprendida por la medida, que fue acompañada por la ocupación militar de los campos y las refinerías que opera, más vigilancia policial de sus oficinas en Santa Cruz.

Temas pendientes

La petrolera brasileña Petrobras, si bien firmó ayer un nuevo contrato como operadora en Bolivia, aclaró en un comunicado que el acuerdo no hace referencia a la situación de sus dos refinerías en el país vecino.

"El contrato reglamenta las nuevas condiciones de exploración y producción de gas en los campos de San Alberto y San Antonio", según la nota de la petrolera brasileña, que es controlada por el Estado pero tiene acciones negociadas en las bolsas de Sao Paulo, Nueva York, Madrid y Buenos Aires.

"El asunto sobre el precio del gas y de las refinerías brasileñas de propiedad de Petrobras no fue tratado en el acuerdo", aclara la nota.

La empresa brasileña es la principal operadora internacional en Bolivia y la más perjudicada por el decreto con el que el presidente Evo Morales nacionalizó los hidrocarburos en su país.

Por fuerza de ese decreto, diez petroleras con operaciones en Bolivia firmaron entre el viernes y el sábado nuevos contratos para adecuar sus actividades a la reglamentación de la nacionalización.

Petrobras llegó a un acuerdo con la estatal YPFB pocas horas antes del plazo dado por Morales para que las petroleras firmaran los nuevos contratos.

Petrobras dio un sí a Bolivia

“Página 12” de Argentina: Petrobras aceptó las condiciones bolivianas y pagará más del 80 por ciento de utilidades. Así lo explicó el vicepresidente boliviano, Alvaro García Linera. La empresa brasileña reconoce que las condiciones "son muy ajustadas", pero se quedará en el país. Queda por resolver el precio de venta del gas y la propiedad de las refinerías en Bolivia.

Petrobras no se irá de Bolivia y ha aceptado las condiciones exigidas por el gobierno de Evo Morales Ayma para seguir explotando los yacimientos gasíferos más grandes del país andino. Según explicó el vicepresidente boliviano a Página/12, con Petrobras lo primero que se planteó fue garantizar el abastecimiento boliviano al mercado paulista, cuyas industrias dependen casi por completo del gas boliviano. Luego se buscó que la inversión de la petrolera esté garantizada, así como la producción en los megacampos San Alberto y Margarita, que concentran más del 70 por ciento de la producción de gas. "Pero a la vez, en esos campos también hay un gobernament take (participación del Estado boliviano) bastante elevado, tal y como está consagrado el decreto de nacionalización (82% de ganancias para Bolivia). Eso está concertado y consagrado por el nuevo contrato", dijo García Linera, a solas con este diario. Según explicó el vice, la renta petrolera boliviana es una de las más elevadas del mundo, pero no afectará a las inversiones, sino que las premiará. "La tabla diseñada por nuestros técnicos garantiza que en un principio la empresa recupera más dinero, pero cuando recupera todo lo invertido, se eleva el goberment take y pasado los años supera el 80 por ciento. En resumen, el modelo incentiva la inversión pero garantiza el ingreso muy elevado al Estado. Con ella no sólo hemos garantizado la inversión en el país, el abastecimiento interno y la provisión a Brasil y Argentina, sino que también se logró –aunque muchos dudaban de la capacidad de este gobierno– el contrato más favorable de nuestra historia petrolera. Es un gran logro y es un proceso de consolidación, legalización y ejecución práctica de la nacionalización que había sido diseñada el 1º de mayo", dijo García Linera.

El vicepresidente coincide con el ministro de Minas y Energía de Brasil, Silas Rondeau, que ayer aseguró en La Paz que Petrobras se convierte en "prestadora de servicios" para Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB). Freitas destacó en conferencia de prensa que el contrato que suscribió "está muy bien negociado por el Estado boliviano" y calificó la situación como "muy ajustada para Petrobras".

Sin embargo, según los técnicos bolivianos, Petrobras ya ha recuperado su inversión en los denominados megacampos y por ello el 18 por ciento de participación en el negocio es ganancia líquida para la transnacional brasileña. Incluso el ministro brasileño reconoció que con estas condiciones se garantizan las ganancias para Petrobras, algo que fue ratificado por Decio Oddone, director para el Cono Sur de la empresa petrolera y ex director del gigante consorcio brasileño en Bolivia.

Pero las negociaciones no terminan acá, sino que los jerarcas de Petrobras y de YPF Bolivia se verán las caras en los siguientes meses, ya que falta por negociar el precio de exportación del gas boliviano y la recuperación de la propiedad de las dos refinerías más grandes de Bolivia, hoy en manos de Petrobras.