Bolivia

 

Arman gobierno revolucionario en Cochabamba

Econoticiasbolivia, 17/01/07

Sectores sociales radicalizados derrocan al gobernador Reyes Villa, un ex militar que organiza bandas fascistas en el centro de Bolivia. Evo desconoce al nuevo gobierno regional y busca eliminarlo

Rebasando el control organizativo, sindical y político del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS), los sectores más radicalizados y luchadores del pueblo de Cochabamba, en el centro de Bolivia, conformaron anoche un "gobierno prefectural revolucionario", en reemplazo del prefecto (gobernador) Manfred Reyes Villa, un ex militar ultraderechista elegido por voto popular.

El nuevo gobierno prefectural, conformado por 15 delegados de organizaciones sociales y populares, fue, sin embargo, desconocido de inmediato por el gobierno nacional del presidente Evo Morales, que ratificó su respaldo a Reyes Villa con el argumento de "no vulnerar la legalidad democrática". La dirigencia sindical leal al MAS también le dio la espalda.

El denominado Gobierno Prefectural Revolucionario, cuyo presidente es Tiburcio Herradas, surgió por presión de la multitud concentrada en un cabildo abierto, convocado para echar a Reyes Villa, que la pasada semana había organizado y enviado bandas fascistas para masacrar campesinos y cocaleros (dos muertos y más de 150 heridos).

Movilización radicaliza a las bases

Reyes Villa había respaldado a la oligarquía del oriente y sur del país en su propósito de lograr una autonomía orientada a fracturar al país, por lo que el MAS del presidente Morales, desde el gobierno central, había organizado y lanzado a sus bases campesinas y cocaleras, junto a otros dirigentes de la Central Obrera Departamental, para poner a raya a Reyes Villa e impedir que Cochabamba se convierta en otra plaza fuerte de la oligarquía, tal como ahora lo son Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, donde los comités cívicos y prefectos de derecha ejercen el control con apoyo ciudadano y con el respaldo de bandas fascistas.

Empeñado en una guerra de posiciones con la oligarquía, la intención del MAS de Morales era detener el avance derechista, pero sin llegar a derrocar a Reyes Villa ni a romper con la oligarquía, con la que está enfrentada por el tema de la Asamblea Constituyente (ver: "Guerra de posiciones en Bolivia).

Esta intención, sin embargo, fue desbordada por la movilización popular, exacerbada por la represión policial y los ataques de las bandas fascistas que operan con la cobertura y protección de la Policía. Los sectores radicalizados quieren, por el contrario, derrocar a Reyes Villa y, después, destruir el poder de la oligarquía (ver: "El pueblo va por la cabeza del Prefecto").

El gobierno de Evo condena

La acción radicalizada de las masas fue, sin embargo, rechazada desde La Paz por el gobierno de Morales. El vicepresidente Alvaro García Linera dijo que para el Ejecutivo, Reyes Villa seguía siendo prefecto de Cochabamba e insistió que el Gobierno no irá contra el voto democrático.

"Sigue siendo el Prefecto. Aunque esté en Santa Cruz, es Prefecto de Cochabamba y lo hemos invocado a que regrese a hacer su trabajo y hasta que el voto del pueblo no diga lo contrario, él es el Prefecto".

En el mismo tono, en Cochabamba, los dirigentes campesinos y cocaleros del MAS repitieron, la mañana de este miércoles, el mismo libreto de Palacio.

"Desconocemos a estos dirigentes (del Gobierno Prefectural Revolucionario) porque no han sido elegidos por la mayoría de las organizaciones sociales (…) Hay que ir por la vía legal, por el referéndum revocatorio de mandato (que próximamente sería considerado en el Congreso nacional)", dijo uno de los dirigentes de los cocaleros leales a Morales. Otros parlamentarios del MAS de Cochabamba también condenaron las acciones del Cabildo. Reyes Villa, de quien se dijo que se hallaba anoche en Cochabamba, procedente de Santa Cruz, también rechazó la constitución de la denominada Prefectura Popular.

Fuera del control oficial

Durante la tarde de ayerlos sectores movilizados esperaban la designación de una nueva autoridad prefectural, entre otras determinaciones radicales previstas para el cabildo, pero la dirigencia resolvió apegarse a un aspecto legal.

Sin embargo, al grito de "¡posesión, posesión!" los sectores radicales, conformados por universitarios, transportistas y juntas vecinales, rompiendo vidrios y puertas, tomaron el edificio de la Central Obrera Departamental (COD), desde donde los oradores se dirigían a la multitud apostada en la plaza principal, destacó el matutino local Los Tiempos.

Argumentando la potestad de la resolución del cabildo, 15 de los 24 concejales fueron obligados a sesionar y determinaron censurar al Prefecto de Cochabamba en base al artículo 16 de la Ley de Descentralización Administrativa y alegando el abandono de funciones.

El principal dirigente de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba, Severo Huanca, reconoció que los dirigentes de los movimientos sociales fueron rebasados por las bases. "Nosotros no estamos de acuerdo con esta medida, no podemos aventurarnos a posesionar un nuevo prefecto. Todos sabemos que es ilegal", añadió.

A su turno, el consejero departamental René Rocabado, quien posesionó a los miembros de la Prefectura Popular, también dijo que el acto era completamente ilegal, aunque subrayó que las leyes actuales están "desgastadas y el pueblo tiene derecho a tomar la última decisión".

Repliegue parcial de cocaleros

Tras fracasar en el intento de convencer a los participantes del cabildo sobre una salida legal a la crisis, los dirigentes de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba (cocaleros), leales al presidente Morales determinaron replegar a los campesinos a sus lugares de origen. Sin embargo, hasta la mañana de este miércoles, los campesinos y cocaleros se resistían a acatar esta instrucción emitida desde Palacio de Gobierno por el propio Morales.

Los sectores radicales designaron como presidente de la denominada Prefectura Popular a Tiburcio Herradas Lamas, conocido con el sobrenombre de Comandante Loro, cuando en 1995 fue detenido por su vinculación con el Ejército Guerrillero Tupac Katari (EGTK), que según un informe de inteligencia elaborado por organismos de la Policía y las Fuerzas Armadas operaba en el trópico de Cochabamba.

Herradas Lamas, que ayer asumió como presidente de la Prefectura Popular es considerado representante del ala radical de la izquierda boliviana.


El pueblo va por la cabeza del prefecto

Econoticiasbolivia, 12/01/07

La multitud se organiza para echar abajo al prefecto de Cochabamba, un ex militar alineado con la oligarquía y que organiza bandas fascistas para masacrar campesinos. El gobierno pide que no lo derroquen

Adolorido por la cruel agresión fascista desatada en la víspera contra los indígenas y campesinos, el pueblo empobrecido de la ciudad de Cochabamba se lanzó multitudinariamente hoy a las calles para pedir la cabeza del ultraderechista prefecto (gobernador) Manfred Reyes Villa, responsable de la matanza que dejó hasta ahora un saldo de tres muertos y casi dos centenares de heridos.

Desde todos los rincones de la ciudad, la tercera en importancia de Bolivia, hombres, mujeres y niños, trabajadores, vecinos, estudiantes y jubilados marchaban hacia la plaza central, al cabildo abierto convocado por la Central Obrera Departamental.

"El pueblo unido jamás será vencido", clama la multitud, armada de palos, piedras y fierros, con los que quieren castigar al prefecto que organizó las bandas fascistas que ayer virtualmente masacraron a cocaleros y trabajadores del campo por espacio de varias horas

"Ante la matanza, vamos a castigar con la justicia comunitaria. No habrá perdón", dijo uno de los dirigentes de la Central Obrera, que aglutina a los sectores sociales que han comenzado a liberarse del control del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS), que desde La Paz pide que la ira popular no avance hacia el derrocamiento del prefecto Reyes Villa, un ex militar ultraderechista que cogobernó hasta octubre del 2003 con el ex fugado presidente Gonzalo Sánchez de Lozada.

El propio presidente Evo Morales ha pedido desde el Palacio de Gobierno que se respete el marco democrático y al prefecto que ganó las elecciones en Cochabamba. "Pido a los movimientos sociales a actuar en el marco de la democracia y no ser vengativos. La gente pobre y del campo jamás son vengativos. Las organizaciones sociales deben respetar la vida humana y buscar soluciones en el marco de la democracia (…) Esperamos que el cabildo del movimiento popular se escuche mi pedido", dijo Morales.

Movilizados inicialmente por el propio gobierno, los campesinos, indígenas y población empobrecida de Cochabamba se radicaron por la violencia desatada contra ellos por las bandas fascistas organizadas desde la Prefectura y que atacan bajo la cobertura y protección de la Policía. Ahora, las organizaciones sociales ya no responden a las instrucciones directas de los dirigentes del MAS, que lo único que querían era poner a raya al prefecto y al Comité Cívico, para que no se sumen a las acciones de la oligarquía que controla las regiones del oriente y sur del país, donde tiene enorme apoyo popular al enarbolar la bandera de la autonomía.

En esta guerra de posiciones, el gobernante MAS quería detener en Cochabamba el avance de la oligarquía, pero no quería el derrocamiento de Reyes Villa. Hoy, sin embargo, esa es la bandera que agitan los más pobres de Cochabamba, que se están levantando para echar abajo al prefecto y para cortar de raíz la alianza que el gobierno indigenista y la oligarquía ultraderechista aún quieren tejer en la Asamblea Constituyente (ver "Guerra de posiciones en Bolivia", en www.econoticiasbolivia.com).

La posición del gobierno en este ámbito es clara. El ministro de la Presidencia, Juan ramón Quintana, dijo la mañana de este viernes que el Poder Ejecutivo continúa apostando por el diálogo y el consenso para pacificar y hallar una solución al conflicto. "La instrucción presidencial no varió un milímetro", dijo al asegurar que en ningún momento el Gobierno promovió la renuncia de Reyes Villa. "Jamás se le dijo que renunciara, se le ofreció garantías. A pesar de su malicia, (Reyes Villa) es Prefecto elegido por voto y eso se respeta. Ese es el imperio de la ley, nos duela o no, tenemos que mantener esa línea. El es Prefecto elegido, pero tiene que ceder ante peticiones de ciudadanos", agregó.


Las masas amenazan con desbordar la lucha entre el gobierno indigenista y la oligarquía

Bandas fascistas atacan con cobertura policial: un cocalero muerto y decenas de heridos

Econoticiasbolivia, 11/01/07

El gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) del presidente Evo Morales y la rancia oligarquía boliviana se enfrascaron en una virtual guerra de posiciones, orientada a redibujar su alianza estratégica pero que corría el riesgo de ser desbordada por la virulencia de la lucha popular de campesinos, indígenas y trabajadores urbanos.

En la ciudad de Cochabamba, en el centro del país sudamericano, miles de cocaleros, campesinos y militantes de la Central Obrera comenzaron a escurrirse del control del MAS y sitiaron esa capital, la tercera más importante de Bolivia, exigiendo la renuncia del prefecto (gobernador) Manfred Reyes Villa, un ex militar ultraderechista que organiza bandas fascistas para mantenerse en el cargo y que está alineado con la oligarquía que controla el oriente y sur del país.

En La Paz, este jueves, seis prefectos (de los nueve que hay en el país) tenían previsto reunirse para respaldar a Reyes Villa y para rechazar la última propuesta gubernamental que buscaba allanar el funcionamiento de la Asamblea Constituyente, el eje del conflicto.

Simultáneamente, las organizaciones cívicas, empresariales y políticas de derecha de Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando amenazaron con un nuevo paro de 24 horas si persistía el acoso sobre Reyes Villa y si el MAS no cedía para que la nueva Constitución Política del Estado y el régimen autonómico sean elaborados en consenso entre los representantes del gobierno y de la oligarquía, bajo el mecanismo de los dos tercios.

Estos sectores rechazaron la nueva oferta del MAS, que daba un plazo hasta el 2 de julio para acordar todos los artículos de la nueva Constitución y aprobarla por dos tercios, pero que vencido ese plazo, los aspectos no consensuados serían aprobados por la mayoría oficialista.

Los representantes de la oligarquía, atrincherados en los Comités Cívicos y las Prefecturas, quieren mantener, con los dos tercios, el poder de veto que el propio MAS les entregó a mediados de año en la convocatoria a la Asamblea Constituyente. Esta alianza, entre el indigenismo gobernante y la derecha oligárquica, estaba orientada a moderar la nueva Constitución y el alcance de las autonomías, dejándolas tal como están.

Sin embargo, los sectores campesinos e indígenas del MAS quieren romper el veto oligárquico, para tener más acceso a la tierra y aminorar los altísimos niveles de exclusión social, de racismo y de marginalidad. Los sectores más moderados del MAS, en cambio, quieren articular una nueva alianza con la oligarquía, intentando, sobretodo, habilitar constitucionalmente la candidatura del presidente Morales por los siguientes dos quinquenios.

Hasta ahora, han sido infructuosos los intentos del influyente entorno blancoide – mestizo del Presidente Morales para poner fin a la protesta campesina, para mantener en el cargo al prefecto Reyes Villa y para evitar un mayor clima de enfrentamiento que pone en riesgo las posibilidades de acuerdo global con la oligarquía.

Las misiones destacadas desde La Paz y conformadas por viceministros y el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, han tropezado con la radicalidad de la protesta, que inicialmente había sido desatada desde el Gobierno para neutralizar a Reyes Villa e impedir que Cochabamba se sume a la denominada "media luna" conformada por los prefectos y comités cívicos contrarios a Evo. Sin embargo, la represión policial empujó a las masas movilizadas mucho más lejos de lo que quería el Gobierno, hacia la lucha para echar del cargo a Reyes Villa.

"Las dirigencias sindicales han sido rebasadas y han perdido el control de las bases", dijo el viceministro Alfredo Rada, del ala moderada del MAS, quien acusó a grupos "trostkystas" y "ultraizquierdistas" de ser los que intentan derrocar a Reyes Villa, quien cogobernó con el ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada hasta que fue echado del poder por una insurrección popular en octubre del 2003.

En este escenario, este jueves se produjeron nuevos y violentos enfrentamientos en Cochabamba, una ciudad convulsionada desde los primeros días del 2007. El pasado 8 de enero, miles de campesinos, cocaleros, universitarios y trabajadores quemaron parcialmente la Prefectura, tras la que la custodia policial del lugar fuera retirada desde la Paz, por la ministra de Gobierno, Alicia Muñoz, en un acto que la oposición consideró como el "aval oficial" para derrocar a Reyes Villa. En su defensa, la ministra aseguró que la brutal represión policial, desatada horas antes contra la población había radicalizado al extremo la movilización popular.

Los sectores sociales demandan la renuncia de Reyes Villa, tras que éste anunciara su apoyo a las demandas autonomistas y separatistas del oriente y solicitara un nuevo referéndum sobre el tema. En la mañana de este jueves, Reyes Villa ratificó que no renunciará y que seguirá adelante con su idea de convocara un referéndum, a la par que organizaba, junto a las organizaciones cívicas derechistas, las bandas fascistas que en horas de la tarde, con la complicidad policial, atacaron a los campesinos.

Según reportó la agencia gubernamental ABI, "grupos de choque del prefecto Manfred Reyes Villa y de los dirigentes cívicos causaron la muerte de un campesino durante los actos de violencia que protagonizaron esta tarde, cuando rebasaron el control de la Policía y arremetieron con disparos de armas de fuego en contra de los trabajadores rurales que desde hace una semana tienen el control del centro de la ciudad presionando para la renuncia del prefecto Manfred Reyes Villa".

La red radial Erbol dijo que el victimado era un cocalero que respondía al nombre de Nicómedes Gutiérrez, en tanto que otros medios televisivos señalan que los muertos eran dos y los heridos más de cincuenta.