Bolivia

 

Vacío de poder en Cochabamba

Econoticiasbolivia, 18/01/07

El gobierno prefectural revolucionario no pasó de la declaración a la acción, no ejerce poder. Tampoco el defenestrado prefecto fascista Reyes Villa. Evo instruye a los sindicatos campesinos y cocaleros a dejar la lucha y buscar la vía legal

El departamento de Cochabamba, el tercero más importante de Bolivia, quedó sin gobierno ni dirección, tras que el presidente Evo Morales neutralizara el intento de los sectores sociales y sindicales más radicalizados para tomar el poder regional, derrocando al prefecto (gobernador) electo, el fascista ex militar Manfred Reyes Villa.

El gobierno prefectural revolucionario, conformado la noche del martes en un multitudinario Cabildo en el centro de Bolivia, no pasó de la declaración a la acción, no ejerce poder, y comenzó a desdibujarse este jueves, ante el abierto boicot de los sindicatos controlados desde el Gobierno central por Morales y la inercia y escasa capacidad política y organizativa de las organizaciones populares ubicadas más a la izquierda del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS).

En tanto, tampoco el defenestrado prefecto Reyes Villa ejercía su cargo, pese a que retornó a la ciudad de Cochabamba, donde denunció que "no tenía garantías" y anunció que se mantendría alejado hasta que se realizara un referéndum revocatorio de su mandato, un proyecto que aún ni siquiera ha sido elaborado ni menos presentado a consideración del Congreso.

En este escenario de incertidumbre, tampoco pudo reunirse el Consejo Prefectural para buscar una salida al vacío de poder. Presionados por las masas, este Consejo, que cuenta con mayoría de representantes del MAS, había determinado la noche del martes la censura del prefecto Reyes Villa y aprobado la instauración del gobierno prefectural revolucionario.

Ahora, hay un vacío de poder, que intenta ser llenado desde las tres fuerzas en disputa: i) la derecha fascista de Reyes Villa, que busca el retorno del ex militar, 2) la izquierda indigenista controlada desde el gobierno por el MAS, que quiere que Reyes Villa renuncie por voluntad propia, y 3) los sindicatos y organizaciones radicalizadas de izquierda. La falta de un acuerdo inmediato entre las dos primeras, deja un espacio para que la tercera pueda volver a levantarse sobre los hombros de la movilización popular.

La vía legal de Evo

La tarde de este miércoles, el propio presidente Morales se reunió en Cochabamba con los dirigentes de campesinos, cocaleros y miembros de la Central Obrera Departamental, que son militantes del MAS, a quienes convenció de retirarse de la lucha contra Reyes Villa y de buscar una salida legal, a través de un futuro e incierto referéndum revocatorio de mandato.

Este proyecto, ––que inicialmente había sido respaldado por todas las fuerzas políticas, incluido Reyes Villa, porque alcanzaba no sólo a los prefectos, alcaldes y al propio Presidente, comenzó a confrontar problemas––, luego que Morales anunciara que él tendría un trato especial en este mecanismo de revocatoria.

Tras el encuentro, Morales dijo que la única manera para destituir a una autoridad elegida por voto debía ser un referéndum revocatorio de mandato. "Estamos evaluando los detalles (…) pero creo que debe haber un trato especial para aquellos elegidos con más del 50%", dijo el Presidente que ganó la elección nacional en diciembre del 2005 con el 54% de los votos.

Adicionalmente, César Navarro, jefe de la bancada de diputados del MAS, explicó que el referéndum revocatorio no sería convocado de manera inmediata porque "sólo se aplicará a mitad de gestión de un periodo constitucional de la autoridad elegida, no puede ser cada año ni varias veces y no podrá ser desarrollada sólo a petición de una organización, además que deberá cumplir con algunos requisitos".

En tanto, el presidente Morales ratificó que reconocía a Reyes Villa como la única autoridad legal de Cochabamba, a pesar que los sindicatos campesinos y cocaleros que controla advirtieran que no permitirían el retorno de Reyes Villa, el ex militar aliado a la oligarquía que tiene el control político e ideológico de la mayor parte de las organizaciones empresariales, cívicas, sociales y sindicales en cuatro de las nueve regiones de Bolivia (Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando), en las que domina con la bandera de la autonomía y el combate al centralismo.

El gobierno sin poder

Entrevistado por la prensa, el dirigente Tiburcio Herrada Lamas, nombrado por el Cabildo como miembro del "Gobierno Prefectural Revolucionario", cuestionó la actitud de los sindicalistas y partidarios del MAS. "Todos los dirigentes escaparon como ratas, un telefonazo desde allí (Palacio de Gobierno) y ya no están, desaparecieron porque realmente no hubo capacidad de debatir históricamente", dijo al explicar su repentina soledad, a pocas horas de ser llevado en hombros por la multitud.

"Nuestros compañeros de La Paz que están gobernando nos han dicho que esa acción (la constitución del nuevo gobierno regional) era inconstitucional. Entonces, si es así, para qué se mandó a hacer el cabildo? (...) Que el Presidente (Morales) dé una solución para este pueblo y que responda por los que han dado su vida para pedir la renuncia del Prefecto", agregó.

Reyes Villa concentró la ira popular al respaldar a la oligarquía del oriente y sur del país en su propósito de lograr una autonomía orientada a fracturar al país, por lo que el MAS del presidente Morales, desde el gobierno central, había organizado y lanzado a sus bases campesinas y cocaleras, junto a otros dirigentes de la Central Obrera Departamental, para poner a raya a Reyes Villa e impedir que Cochabamba se convierta en otra plaza fuerte de la oligarquía.

Empeñado en una guerra de posiciones con la oligarquía, la intención del MAS de Morales era detener el avance derechista, pero sin llegar a derrocar a Reyes Villa ni a romper con la oligarquía, con la que está enfrentada por el tema de la Asamblea Constituyente y con la que busca un nuevo pacto, pero sobre bases más favorables (ver: "Guerra de posiciones en Bolivia").

Esta intención, sin embargo, fue desbordada por la movilización popular, exacerbada por la represión policial y los ataques de las bandas fascistas que atacaron a campesinos y cocaleros, con la cobertura y protección de la Policía, dejando la pasada semana un saldo de dos muertos y más de 150 heridos (cuatro de ellos al borde de la muerte).

Batalla en ciernes

Ahora, los partidarios del MAS buscan una salida legal, aunque paradójicamente intentan repetir la misma acción en el departamento de La Paz, donde la poderosa Federación de Juntas Vecinales de El Alto, controlada por dirigentes del partido gobernante, organiza una huelga y movilización a partir del lunes para lograr la renuncia del prefecto José Luis Paredes.

Varios de los principales dirigentes de las Juntas vecinales de El Alto, y de la Central Obrera Regional de El Alto, tienen marcadas expectativas para lograr cargos públicos en la administración de Morales, a partir de impulsar la movilización de la población de La Paz y El Alto contra el prefecto. En los sectores moderados del MAS ya han denunciado estos afanes y trabajan para evitar la protesta. Otros, en cambio, por fuera de las filas oficialistas, se suman a la protesta para intentar que las masas desborden a sus actuales direcciones y reediten, con más éxito, lo que sucedió en Cochabamba con la conformación del gobierno revolucionario.