Bolivia

 

Nacionalización petrolera en Bolivia

Los nuevos contratos fueron diseñados por
abogados de Estados Unidos

IAR Noticias, 23/03/07

Según un informe publicado en el semanario Pulso, de Bolivia, el proceso de nacionalización de los hidrocarburos, que se inició con el decreto del 1 de mayo de 2006, fue diseñado con la intervención profesional de la prestigiosa compañía de servicios legales Curtis, Mallet–Prevost, Colt & Mosle LLP, de Nueva York, una firma que opera habitualmente para las transnacionales petroleras en América Latina, y que lleva los casos de arbitrajes para Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA)

Esta empresa jurídica guió a YPFB (petrolera estatal boliviana) en la redacción y negociación de los nuevos contratos con las transnacionales petroleras que operan en el país, según las fuentes citadas por el semanario.

Una de esas fuentes, aseguró incluso que el contrato llegó redactado desde Nueva York, donde opera la oficina central de Curtis, Mallet–Prevost, Colt & Mosle LLP, en tanto que otra le asignó un “papel fundamental” en las tratativas que derivaron en la suscripción de los nuevos acuerdos, que hoy están en el centro de la polémica nacional.

Curtis, Mallet–Prevost, Colt & Mosle LLP, un prestigiosa firma de abogados estadounidense, con sede en Nueva York, pero con oficinas en Houston, París, Londres, Frankfut y México, entre otras megápolis, cobró notoriedad en cuanto se convirtió en la representante de PDVSA en los casos que, hasta octubre de 2006, esperaban presentar las empresas petroleras Eni y Total ante el International Centre for Settlement of Investment Disputes (ICSID), una institución especializada en conciliación y arbitraje, con sede en Washington, del Grupo del Banco Mundial.

Según un reporte de la publicación especializada “The American Lawyer”, hasta octubre de 2006 Eni y Total eran las dos de 31 transnacionales que se habían resistido a firmar nuevos contratos y renegociar impuestos y regalías, para constituir empresas mixtas con mayoría venezolana, con el gobierno del presidente Hugo Chávez Frías; Eni llegó hasta el ICSID –el fallo está pendiente–, pero Total, según un reciente reporte de AméricaEconomía.com, salió de ese país tras una compensación de 250 millones de dólares.

El periodista Carlyn Kolker, de “The American Lawyer”, en octubre del pasado año, asegura que intentó contactarse con el abogado que representaba a PDVSA en los casos ante el ICSID, George Kahale III, pero que éste declinó realizar comentario alguno al respecto.

El 31 de octubre de 2006 el enviado especial de la Folha de Sao Paulo a La Paz, Fabiano Maisonnave, publicó un recuadro, en la noticia intitulada “Morales usó la segunda vuelta para presionar al país (Brasil), en el que afirma que “a lo largo de esa última semana, los representantes de Petrobras y de otras empresas negociaron los aspectos legales del acuerdo firmado con la estatal boliviana YPFB a través de dos abogados estadounidense de la firma Curtis, Mallet–Prevost, Colt & Mosle, con sede en Nueva York. Uno de esos abogados, George Kahale, fue el representante legal de PDVSA durante la negociación de los nuevos contratos entre la estatal venezolana y 31 empresas multinacionales”.

Kahale, de acuerdo con el sitio web de Curtis, Mallet–Prevost, Colt & Mosle, es un abogado que conforma el staff que atiende los casos relacionados con el sector energético.

Según su perfil profesional, Kahale, que es directivo gerencial de la citada firma de abogados, tiene una amplia experiencia en contratos de riesgo compartido o joint ventures, en la adquisición de paquetes accionarios y activos de transnacionales, privatizaciones, finanzas, proyectos financieros y acuerdos de desarrollo económico.

También es experto en litigios y arbitrajes internacionales, negociaciones estatales y asuntos relacionados tanto con transacciones corporativas como con litigios de gobiernos y entidades gubernamentales.

Según las fuentes de Pulso, Curtis, Mallet–Prevost, Colt & Mosle remitió la orden, desde Houston, que la oficina de México enviara a uno de sus abogados, quien también cumplió la misión de guiar las negociaciones sobre los contratos entre YPFB y las transnacionales.

Atento al costo de una empresa del prestigio y la dimensión de Curtis, Mallet–Prevost, Colt & Mosle, surge la hipotésis de que la factura fue pagada por la petrolera estatal venezolana PDVSA.

Pulso cita al diputado de Podemos, Fernando Messmer, quien dijo que YPFB fue asesorada por juristas especializados en petróleo de Francia y de México.

“Lo de la firma francesa de abogados puede explicar por qué la transnacional Total obtuvo los mayores beneficios con la nacionalización. Es rara la participación de juristas mexicanos”, agregó.

De acuerdo con una de las fuentes citadas por Pulso, que exigió el anonimato, la firma estadounidense de servicios legales Curtis, Mallet–Prevost, Colt & Mosle LLP envió al país, para fines de asesoramiento a YPFB, a un abogado de nacionalidad mexicana.

Curtis, Mallet–Prevost, Colt & Mosle LLP afirma, en su sitio web, que su reputación como firma líder en la esfera internacional es atribuida a su larga permanencia, experiencia y posición dominante en América Latina. Tiene, en particular, un dilatado expertisse en asuntos transnacionales en la región.

“Por más de 35 años, la compañía ha estado presente en México y, en 1991, se convirtió en una de las primeras firmas estadounidenses en establecer su sede en esa capital. Abogados que han sido instruidos en la oficina de la compañía en Nueva York trabajan a lo largo y ancho de América Latina, incluso en Argentina, Brasil, Chile, México y Perú”, informa.

La mayoría de los juristas del grupo de trabajo “son al menos bilingües y rutinariamente negocian y diseñan acuerdos en español y portugués”. Tienen uno de los archivos más completos en lo que respecta a la legislación latinoamericana pasada y contemporánea.


Escándalo por contratos petroleros

Cayó el presidente de la petrolera estatal por haber "flexibilizado" los convenios de gas

Por Pablo Stefanoni
Corresponsal en La Paz
Clarín, 24/03/07

La polémica por los "petrocontratos" hizo rodar ayer la cabeza del titular de YPFB, Manuel Morales Olivera, hasta hace poco hombre de confianza de Evo Morales. En su lugar quedó Guillermo Aruquipa, hasta ayer viceministro de Exploración y Explotación de hidrocarburos y uno de los artífices de la ley de hidrocarburos presentada por el MAS, ahora en el poder, al Parlamento en 2005 y considerada un antecedente del decreto de nacionalización de 2006. Esa medida, principal fuente de la popularidad del mandatario socialista quedó bajo un manto de dudas al salir a luz una cadena de desprolijidades que tiene a Morales Olivera como principal responsable.

En un nuevo capítulo de la crisis, el ex ministro de Hidrocarburos, Andrés Soliz Rada, había puesto en duda la legalidad de los convenios "por no haber sido aprobados por el directorio de YPFB", al tiempo que el ex titular de la petrolera estatal, Juan Carlos Ortiz, afirmaba que se habría negociado sin su conocimiento la flexibilización de los contratos originalmente suscriptos con la brasileña Petrobras. Estas dos revelaciones dieron nuevos argumentos a la oposición –que controla el Senado– para mantener congelados los contratos mientras avanza la investigación parlamentaria. Muchos analistas creen que esto puede poner en riesgo el aumento de los volúmenes de exportación a Argentina ya acordados (VerGas...).

El embrollo actual tiene varios flancos: los contratos que llegaron al Congreso no son los mismos que los firmados el 28 de octubre de 2006. Se confirmó que existieron negociaciones reservadas con las petroleras luego de esa fecha para flexibilizar los anexos que determinan el reparto de la renta entre YPFB y las firmas privadas. Y, finalmente, se supo que el entonces "asesor" Morales Olivera –con escasa experiencia en el área– operó a espaldas del presidente y del directorio de YPFB, y del propio ministro de Hidrocarburos Carlos Villegas. Más tarde, Morales Olivera ascendió a presidente de la petrolera estatal y ayer dejó el cargo en medio del enojo presidencial.

"El único contrato que yo tengo conciencia de haber firmado con Petrobras es el original. Yo no autoricé ninguna renegociación", disparó Juan Carlos Ortiz ante los senadores. Villegas también se había desmarcado de la renegociación, en tanto que Soliz Rada apuntó más arriba: "El origen de la responsabilidad está en el presidente de la República, por haber permitido que fuera un asesor el encargado de negociar con las petroleras".

En medio de la pelea con la oposición, Morales Olivera admitió que estudios de abogados de Nueva York –pagados por la venezolana PDVSA– habían participado en la redacción de los contratos.

Pese a todo, desde el gobierno destacan que los ingresos del Estado boliviano pasarán de US$ 200 a 1.200 millones anuales gracias a las nuevas reglas. Aseguran que en los denominados "campos grandes" –controlados por Petrobras, Repsol–YPF y la francesa Total– el Estado recibirá, por impuestos y regalías, el 82% del valor de la producción, pero esto está en duda ya que los diferentes anexos firmados establecen distintos modos de calcular los "costos recuperables" de las empresas. Se agrega un debate conceptual: como YPFB deberá absorber parte del riesgo de las inversiones algunos críticos consideran que no se suscribieron contratos de operación sino de producción compartida.

Un último golpe de la guerra mediática comandada por la derecha, vestida con renovado traje patriótico, había incluido ayer fotos de Morales Olivera y su equipo técnico en playas y bares de La Habana, adonde fueron "para capacitarse". Ahora Aruquipa tiene una tarea inmediata: lograr que la semana próxima la cámara alta apruebe los contratos. Y una de mediano plazo: restaurar la credibilidad de la política petrolera nacionalista de Evo Morales.