Bolivia

 

Fracasa el diálogo de la Constituyente

Por Mery Vaca
Corresponsal en La Paz
BBC News, 07/11/07

La Asamblea Constituyente de Bolivia atraviesa por una de sus peores crisis. El diálogo entre los partidos fracasó este martes porque Sucre y La Paz no cedieron en su disputa por ser la sede de los poderes Ejecutivo y Legislativo.

El vicepresidente de la república, Álvaro García Linera, dio por cerrado el proceso de concertación iniciado entre los partidos, y anunció que la mayoría oficialista aprobará cambios radicales sobre la propiedad y la distribución de la riqueza.

Ante este panorama, la directiva de la Asamblea Constituyente se reunirá este miércoles para tomar una decisión sobre el futuro de las sesiones.

Entre las opciones que se manejan está el traslado del cónclave de la ciudad de Sucre a Oruro, pero hay constituyentes que hablan del total fracaso de la Constituyente.

Sucre, capital del departamento de Chuquisaca, pretende para sí la sede de los dos poderes que ahora funcionan en La Paz y, para ello, exige que la Asamblea Constituyente incorpore en el debate este tema.

Disputa

Los asambleístas del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) y de La Paz retiraron ese asunto de la agenda del cónclave, lo que derivó en violentas protestas y en la paralización de las sesiones desde el 15 de agosto.

Ante ese panorama, el vicepresidente García Linera, a mediados de septiembre, inició un proceso de diálogo político que, además de la demanda de Sucre, incluía otros temas cruciales para el país como el modelo económico y la estructura del estado.

García Linera aseguró este martes por la noche que el comité político logró acuerdos en el 85% de los temas, pero que eso no fue posible con la demanda de Sucre.

El comité político ofreció a Sucre la declaratoria de "capital constitucional", mantener la sede del Poder Judicial, convertir a la Corte Electoral en el cuarto poder y trasladarlo de La Paz a esa ciudad, además de llevar algunas sesiones clave del Congreso y de financiar proyectos de desarrollo para la región.

Los dirigentes de Sucre rechazaron el planteamiento, se declararon en vigilia permanente para evitar el traslado de la Constituyente a otro departamento y anunciaron para este miércoles la adopción de medidas de presión.

Asamblea secuestrada

Los líderes sucrenses tuvieron que hacer un alto cuando tomaban sus decisiones para escuchar al vicepresidente que en ese mismo momento daba un mensaje al país en el que cerraba el diálogo y acusaba a la oposición de boicotear la Asamblea Constituyente.

García Linera aseguró que "la Asamblea Constituyente está secuestrada y chantajeada por pequeños grupos, dirigentes irresponsables de la región de Sucre, por la fuerza política Podemos (partido opositor) y por una pequeña minoría empresarial".

Agregó que el rechazo de Sucre a la oferta del comité político, abre el camino hacia la confrontación y "libera a la mayoría para que en los siguientes días, en las siguientes semanas pueda tomar decisiones aún mucho más radicales en cuanto a democracia y distribución de riqueza".

"La minoría que hoy aplaude feliz las dificultades de este escenario democrático, luego no tendrá derecho a reclamar el que la mayoría tome decisiones radicales en torno a temas de la propiedad", dijo.

Apenas terminaba el discurso de García Linera, pequeños grupos de habitantes de Sucre se acercaron al teatro Gran Mariscal de esa ciudad, donde funciona el Asamblea Constituyente, para expresar su protesta con arengas y para quemar llantas en plena calle.

La presidenta de la Asamblea Constituyente, Silvia Lazarte, salió del teatro y anunció para este miércoles una reunión con la directiva.

El presidente del Comité Interinstitucional para la defensa de la capitalidad plena de Sucre, Jaime Barrón, culpó de la crisis de la Constituyente "a la mayoría aplastante paceña". "No nos culpen a nosotros del fracaso de la Constituyente", dijo.


Empeora crisis política

BBC, 07/11/07

La crisis política boliviana sigue agudizándose, generando llamados para que se suspenda indefinidamente la Asamblea Constituyente.

La asamblea, que tiene su sede en Sucre, ya lleva dos semanas de inactividad debido a las violentas protestas en esta ciudad que exige que todos los poderes del Estado se trasladen allí.

Sucre es reconocida como la capital de la República, sin embargo, a finales del siglo XIX perdió la sede de los poderes Ejecutivo y Legislativo y se quedó únicamente con el Judicial.

El mes pasado, la mayoría oficialista descartó de su agenda el reclamo de Sucre de trasladar allí los poderes Ejecutivo y Legislativo.

¿A otra ciudad?

Representantes del gobernante partido Movimiento al Socialismo (MAS) pidieron cambiar la Constituyente a otra ciudad, mientras que la oposición enfatizó que seguirá trabajando en el mismo lugar. Ante las presiones, el gobierno no descartó suspender temporalmente la Asamblea.

Diversos sectores señalan que el fracaso de la Constituyente sería un duro golpe para el gobierno de Evo Morales, ya que al asumir el mando la anunció como uno de los principales pilares de su gobierno.

Por otra parte, el clima de tensión se complica con los reclamos de algunos grupos contra el programa de reformas que adelanta el gobierno, mientras que otros consideran que los cambios no van lo suficientemente lejos.


Viejos y nuevos conflictos

Por Alberto Souviron
BBC World, 07/11/07

Con el fracaso del diálogo político para destrabar el proceso constituyente, Bolivia termina una etapa de diálogo tenso y avizora un periodo de imposición de reformas radicales impulsadas por la mayoría gobernante, según se desprende del último mensaje enviado por el vicepresidente Álvaro García Linera.

La respuesta de algunos sectores de la oposición, especialmente en el Comité Cívico de Sucre, no se ha hecho esperar, rechazando el discurso del gobierno y amenazando con bloqueo de caminos y huelga de hambre.

Ésta no es la primera vez que el gobierno de Evo Morales enfrenta una situación de tensión en sus casi dos años de gobierno, pero lo que sí se observa en ese periodo es la aparición o resurgencia de viejos y nuevos conflictos.

A modo de ejemplo:

* Tensión entre oriente y occidente: especialmente entre Santa Cruz -la zona más próspera de Bolivia- y La Paz. No se trata de un conflicto nuevo, pero los cambios que el gobierno de Evo Morales ha llevado adelante e intenta impulsar ha provocado el rechazo en esa región, principalmente en los grupos empresariales y las élites sociales. A ello, se suma la situación de que Santa Cruz se ha convertido en la principal plaza de la oposición conservadora en el país.

* La batalla por la capital: un viejo conflicto que data de principios del Siglo XX y que había culminado entonces con el traslado de los poderes Ejecutivo y Legislativo a la Paz y que con el surgimiento de la Asamblea Constituyente, volvió a aflorar con la demanda de Sucre para ser reconocida nuevamente como capital plena.

* Gobierno central versus prefecturas: La mayorías de los gobiernos regionales o prefecturas no se identifican con la mayoría gobernante o son de la oposición y esto ha hecho que el diálogo haya sido por demás tenso.

Éstos son algunos ejemplos, se puede añadir las tensiones que el gobierno de Evo Morales ha tenido dentro de sus propias bases, como los enfrentamientos surgidos entre cooperativistas y mineros asalariados en octubre de 2006 o tensiones surgidas también dentro de las propias bases cocaleras o con grupos sindicales como los del transporte.

Entre la tensión y el diálogo

En cierta medida, puede decirse que todo ello refleja la aparición de viejos y nuevos anhelos en un periodo lleno de cambios.

Hasta ahora, el gobierno ha logrado de alguna forma resolver la situación y casi siempre encontrar un mecanismo de diálogo, incluso en los momentos más extremos. Algo que de alguna manera se repite en este país, acostumbrado a llegar a momentos de extrema tensión para luego buscar una solución concertada.

Sin embargo, el fracaso del diálogo en la Asamblea Constituyente -una de las principales plataformas electorales de Evo Morales- y la amenaza de imponer cambios radicales puede llevar a Bolivia, el país más pobre de Sudamérica, a vivir más convulsiones.

Sin duda un escenario difícil que, por el momento, el gobierno ha respondido con la amenaza de imponer cambios radicales y cerrar la opción de diálogo con lo que considera es una minoría oligarca. En otras palabras, se trata de imponer lo que algunos califican como un "rodillo".

Sin embargo, ¿podrá el gobierno evitar que el país se vea arrastrado a un escenario de convulsión total si cierra la puerta del diálogo?

Bolivia tiene una larga tradición de llegar a límites y luego buscar consensos y soluciones. Sin embargo, hasta ahora, estas soluciones siempre han sido parciales y sólo han apaciguado la tensión.

Tal vez gobierno y oposición se encuentren hoy ante la necesidad de dar un paso más allá y dejar atrás una historia de imposiciones o bloqueos.