Brasil bajo Lula

 

Declaración de la Comisión Ejecutiva Nacional del Partido Socialismo y Libertad (PSOL)

¡Castigo a los que ordenaron y ejecutaron los asesinatos de la misionera Dorothy Stang y de los trabajadores rurales de Pará!

Defensa del pueblo luchador de Goiânia, castigo a los asesinos de los sin techo, ¡libertad para sus líderes!

Traducido y enviado por Correspondencia de Prensa, 18/02/05

En los últimos días, graves acontecimientos dejan al descubierto el resultado más evidente de dos años de mandato del gobierno de Lula y la coalición dirigida por el PT: bajo el régimen político brasileño se fortalece la represión política y la impunidad de los represores que atacan violentamente a los movimiento sociales.

La corrupción y el clientelismo revelan el carácter fraudulento de esta llamada democracia, totalmente falsa y engañosa, que es cada vez más una democracia para los ricos y una estafa contra los pobres.

Son pruebas incontestables de lo que denunciamos:

1- Los crímenes perpetrados por los terratenientes de Pará que ordenaron cobardemente el asesinato de la misionera estadounidense-brasileira y la ejecución de los sindicalistas rurales.

2- La vergonzosa represión política contra hombres, mujeres, ancianos y niños en la ciudad de Goiania, a mando de la justicia del Estado de Goiás y ejecutado por la Brigada Militar provincial contra aquellos que legítimamente habían construido sus casas en terrenos anteriormente utilizados para la especulación inmobiliaria.

3- En una semana de tantas tragedias y sufrimientos para los de abajo, las elecciones en el Congreso Nacional – que parecía más una corte que una casa de representación del pueblo - para la presidencia de la Cámara y del Senado, mostraron que los legisladores tienen poca - casi ninguna - representación popular. Con raras y honrosas excepciones, los parlamentarios representan al latifundio, la banca, los grandes empresarios… el Parlamento es una casa colmada de políticos timadores y corruptos.

El asesinato de la misionera Dorothy Stang fue el primer capítulo de la serie de acontecimientos vergonzosos de estos últimos días. Su muerte mostró la impunidad predominante en el país, especialmente en el Estado de Pará.

El gobierno de Lula, como el gobierno de Sarney después del asesinato de Chico Mendes en 1988 y como el de Fernando Henrique Cardoso después de la masacre de Eldorado dos Carajás, promete castigo riguroso…

Hacía más de un año que era alertado por la propia misionera sobre la situación dramática de la región de Anapu. No hizo nada.

Peor, cedió las tierras de la Unión para la explotación de los terratenientes. Ahora, después de la muerte, el gobierno enfrenta los crímenes en el campo con palabras y… más palabras. De hecho permite que las masacres – y la vergüenza - continúen.

Por detrás de la omisión cargada de complicidad, están la política agraria del gobierno federal y del gobierno estadual de Pará, aliados con el latifundio. Como dijo Don Pedro Casaldáliga, obispo de São Félix do Araguaia (Matto Grosso), comentando el asesinato de la misionera Dorothy Stang, "(el gobierno no hace) la reforma agraria porque está apostando a favor del agronegocio, del latifundio, de las madereras, de las compañías mineras y de las multinacionales (...). se piensa en el FMI, en la deuda externa y en el paraíso de las exportaciones y se quiere el lucro inmediato. Debería atender, mucho antes de la deuda externa, la deuda nacional con la gente que pasa hambre y ha sufrido cada vez más la consecuencia de la política agresiva de los agronegocios contra el ambiente".

Mientras tanto, cuando aún no se habían secado las lágrimas de los trabajadores rurales amigos de Dorothy, anónimos combatientes sin techo, eran asesinados por la brigada militar de Goiás, en una violenta acción de desocupación de 12000 personas que ocupaban una área en el Parque Oeste Industrial en Goiânia.

El gobierno federal una vez más fue omiso, dejando que una tragedia anunciada ocurriera durante la misma semana en la que se decía consternado con la muerte de la misionera - prueba de su cinismo – y se limitó a enviar a Goiânia a su secretario de Derechos Humanos, Nilmário Miranda.

Como en el caso de Dorothy, el gobierno también fue advertido.

Miranda, fue avisado de la tragedia inminente por el concejal del P-SOL Elias Vaz, por la Diputada Federal del P-SOL Luciana Genro, por el Diputado Estadual Mauro Rubem del PT y por una comisión de moradores del área ocupada, que se reunieron con él un día antes de los asesinatos.

Pero esta vez los crímenes fueron cometidos bajo la justificativa de reintegro de la propiedad de una área que, antes de servir de vivienda de 12 mil personas era utilizada para especulación inmobiliaria. La misma justicia que expulsa a los ocupantes del Parque Oeste Industrial de Goiania, no tiene la misma determinación para enfrentar la ocupación ilegal de los terratenientes de Pará que asesinaron a Dorothy. Es la justicia de los ricos, siempre del lado de los terratenientes y grandes propietarios, que actúa sólo contra las ocupaciones legítimas impulsadas por el derecho elemental y constitucional a la vivienda.

La operación militar de Goiânia, que utilizó más de 2500 policías militares y fue la más grande operación policial de la historia de Goiás, tuvo como resultado dos muertos hasta el momento, decenas de trabajadores heridos -algunos en estado grave - y cientos de presos, entre ellos mujeres y ancianos. Las imágenes que circularon mostraban a los trabajadores siendo mal tratados como los presos comunes cuando son derrotadas sus rebeliones en las superpobladas e inmundas cárceles brasileñas.

El gobierno federal, que dice que sabe negociar con los movimientos sociales, ignoró la masacre de Goiânia y es, por lo tanto, cómplice de la cobarde y brutal represión y por los asesinatos cometidos por la policía militar.

En el caso de Goiás, la responsabilidad del gobierno de Lula es compartida por el gobierno municipal de Iris Resende (PMDB), que hasta las elecciones de octubre pasado prometía defender a los sin techo y ahora, como alcalde, se niega a expropiar el terreno. Pero también fue grave la actitud de Marconi Perillo gobernador del PSDB, que durante la pasada campaña electoral, se reunió en la Casa de Gobierno con 300 moradores de la ocupación y les garantizó que:

(Palabras del Gobernador, grabadas en un teléfono celular por un participante de la reunión)

 "El alcalde, nosotros (el gobierno provincial), el secretario de planificación de la municipalidad, les pedimos agilizar las medidas en nuestra reunión con el propietario, porque el propietario debe casi 2 millones de IPTU (impuestos municipales). Y yo hablé con el alcalde Pedro Wilson ayer y le pedí que tomara las medidas necesarias, que él mismo expropiara. Quien debe expropiar es la municipalidad. ¿Qué es lo que yo tengo que hacer, aquí, ahora? Lo que tengo que hacer es garantizar que no voy a mandar la policía. Si va algún policía allá, algún, será despedido. Yo no acepto eso. Va a ser despedido. ¿De acuerdo? Esta es una decisión que está tomada. Pero la expropiación debe ser realizada por la municipalidad. Si necesitan de mí, si ustedes necesitan de mí para ayudar en la expropiación, yo ayudo. Pero ustedes saben que es la municipalidad quien tiene que ejecutar la expropiación. Después que sea expropiada... Pero con relación a ustedes yo ya tomé una decisión: no voy a cumplir la orden judicial...”

El régimen político del PSDB, del PMDB y del PT, sólo reserva violencia y miseria para el pueblo.

La elección de Renan Calheiros y de Severino Cavalcanti, para la presidencia del Senado y la Cámara de Diputados respectivamente, corresponde fielmente a la composición de las dos casas y refleja el carácter de la base aliada de sustentación del gobierno de Lula. Calheiros es un antiguo y fiel aliado de Collor, ahora íntimo de Lula y de José Dirceu. Cavalcanti hizo carrera durante la dictadura militar y se especializó en la defensa de los privilegios de los parlamentarios, siempre fiel, dígase de paso, a todas las propuestas presentadas por el gobierno de Lula, así como fue fiel a Fernando Enrique Cardoso, a Sarney, a Collor, y también a João Figueiredo y a todos los gobiernos del ciclo dictatorial. ¿È una vergüenza qué ambos hayan sido electos? Sin duda. Pero el candidato del gobierno, el diputado Luiz Eduardo Greenhalgh, tampoco merecía ganar. Él, que un día cuestionó el latifundio, hoy, a cambio de un mísero cargo, elogia el agronegocio y contemporiza con el trabajo esclavo; él, que un día defendió presos políticos, hoy dice amén al gobierno que deja correr la sangre de los trabajadores en el campo y en las ciudades, como en Pará y en Goiás.

Severino Cavalcanti ganó porque el Congreso Nacional votó por un presidente que sea lo más auténticamente posible la expresión de los intereses de la mayoría de los diputados. La mayoría de los parlamentarios votó en el original, descartando la copia más reciente presentada por la pandilla petista de negociadores del “vale todo”, tan característica de la política de las clases dominantes.

Por último, queremos registrar que el gobierno del PT contribuye a reforzar las peores características del régimen político brasileño: el culto a los intocables privilegios de los magnates, de los terratenientes y de los banqueros y tolera los asesinatos impunes de los combatientes del campo y de la ciudad, mantiene y profundiza el clientelismo y la corrupción, aumentando la crisis social y el foso entre representantes y representados.

El Partido Socialismo y Libertad (P-SOL) convoca a la más amplia unidad de todas las fuerzas sociales y políticas que quieran dar un basta a este régimen de corrupción, de impunidad, de miseria y de sometimiento a los intereses del grande capital y del imperialismo, para impulsar una amplia campaña nacional e internacional en defensa de los trabajadores brasileños contra la persecución a los combatientes del pueblo, por la rigurosa investigación y castigo de los responsables por los asesinatos cometidos en Pará y en Goiânia y por la inmediata libertad de los líderes y militantes sin techo.

Los militantes y dirigentes del P-SOL, sus parlamentarios y nuestra senadora Heloísa Helena están al servicio de esta batalla.

Las muertes de nuestros hermanos de Pará y de Goiânia no serán en vano.

¡Basta de sometimiento del país a los intereses de los banqueros, de los terratenientes y de los grandes magnates!

¡Basta de falsa democracia y de corrupción!

¡Basta de asesinatos, de violencia, de impunidad y miseria!

¡Tierra, Trabajo Justicia y vida digna para los trabajadores brasileños!


Declaración de protesta contra los asesinatos y la violencia en Pará y en Goiás (*)

En los últimos días, graves acontecimientos dejan al descubierto el resultado más evidente de dos años de mandato del gobierno de Lula y la coalición dirigida por el PT: bajo el régimen político brasileño se fortalece la represión política y se suma a la violencia contra los movimientos sociales. Se profundizan la corrupción y el clientelismo, se refuerzan los privilegios de los poderosos ante el crecimiento incesante de las ganancias de los banqueros, mientras las capas asalariadas y la inmensa legión de desocupados son contenidos con promesas postergadas por la necesidad de cumplir los criminales compromisos asumidos frente a una deuda externa que nunca fue investigada.

Los crímenes perpetrados por los terratenientes de Pará que ordenaron cobardemente el asesinato de la misionera estadunidense-brasileira y la ejecución de dos sindicalistas rurales.

La vergonzosa represión política contra hombres, mujeres, ancianos y niños en la ciudad de Goiania, a mando de la justicia del Estado de Goiás y ejecutado por la Brigada Militar provincial con la complicidad del gobierno federal, del gobierno municipal de Iris Resende (PMDB) y con el respaldo activo y descarado del gobierno provincial de Marconi Perillo. Una represión que resultó en dos muertos e innumerables heridos. Además, los líderes de los trabajadores continúan presos, demostrando la represión con que están siendo tratados los movimientos sociales.

En este contexto, el conjunto de fuerzas sociales y políticas que reivindican las libertades democráticas, los derechos humanos, los intereses de los trabajadores y del pueblo necesitan manifestarse con urgencia. Los que ordenaron los crímenes de los trabajadores rurales y de la misionera de Pará y los asesinos que los ejecutaron, los mandantes y asesinos de los trabajadores en Goiânia deben ser castigados. ¡Basta de impunidad y represión contra el pueblo! Los líderes de los ocupantes presos deben ser inmediatamente liberados, su prisión es una prueba de la represión a la libre organización popular. Urge también defender abierta y públicamente el derecho a la tierra y a la vivienda, exigiendo y luchando para que los terratenientes, madereros, grandes propietarios cuyas tierras urbanas son usadas para la especulación inmobiliaria cesen de dictar las reglas en el país, como ha ocurrido hasta ahora. Convocamos a la más amplia unidad y movilización por estos objetivos.

¡Castigo a los que ordenaron los crímenes a los asesinos de la misionera Dorothy Stang y de los trabajadores rurales de Pará!

¡Defensa del pueblo luchador de Goiânia, libertad para sus líderes!

¡Castigo para los ejecutores de los trabajadores asesinados!

(*) Se ha iniciado una campaña promovida por el P-Sol, otros partidos, sindicatos y movimientos sociales con este texto. Enviar las adhesiones a:

heloisa.helena@senado.gov.br

dep.baba@camara.gov.br

dep.lucianagenro@camara.gov.br

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