Brasil bajo Lula

 

Documento del MES (Movimento Esquerda Socialista)

Un nuevo partido es una necesidad social

1) En el día 14 de diciembre la dirección Nacional del PT confirmó la expulsión de los parlamentarios Heloísa Helena (AL), Luciana Genro (RS), Babá (PA) e João Fontes (SE). El clima en la reunión no reflejaba en nada los innumerables pedidos contrarios a las expulsiones provenientes de todo el país. Las denuncias no partían apenas de militantes organizados o activistas sociales. Conceptuados escritores como Luis Fernando Veríssimo denunciaban la persecución cómo una marca imborrable en la historia del PT.

También del exterior llegaban clamores de activistas e intelectuales cómo el lingüista  norteamericano Noam Chomsky.  Los ecos de estos clamores parecían trancarse en la puerta de entrada de la ante sala de reunión del lujoso hotel de Brasília, el Blue Tree Park.

El sábado los integrantes del DN del PT escucharon  al ministro Celso Amorim defender el supuesto triunfo para el Brasil representado por el curso actual de las negociaciones de la ALCA, y enseguida la exposición del ministro Antonio Palloci bancando una vez más la política del gobierno de ajuste y de acuerdo con el FMI. Cómo si fueran medidas necesarias  para el bienestar del pueblo, “cantinela  cansadora y mentirosa”, para usar una expresión de la senadora recién expulsada.

Al día siguiente, el veredicto decidido antes de la reunión por la cúpula dirigente del campo mayoritario de acuerdo con la determinación dada por el presidente Lula, fue confirmado en la votación. Por 56 votos a favor y 27 contrarios los parlamentarios fueron desligados del partido.

2) Desde el inicio del año, siguiendo los dictados del Fondo Monetario Internacional, las cúpulas del partido y del gobierno trabajaron para excluir de las filas partidarias cualquier cuestionamiento intransigente a las líneas políticas adoptadas por el gobierno. Las expulsiones de los que no capitulasen por lo menos parcialmente estaban anunciada cuando el gobierno garantizó a los llamados mercados los blindajes económico y político. El acuerdo con el FMI y la disciplina de la bancada parlamentaria.

La decisión del DN representó no solo el acto de restricción cualitativa de los espacios democráticos en el interior del PT, sino también la confirmación pública de la transformación del PT en un partido ya totalmente contrario a los intereses de los trabajadores, agente de la aplicación de los planos de ajuste capitalistas. La medida disciplinaria fue el coronamiento, el acto simbólico junto con el nuevo acuerdo con el FMI, de la afirmación del New PT.

3) En el mismo día en que los parlamentarios estaban siendo expulsados, intelectuales históricos de la izquierdo brasilera y del PT anunciaban su desvinculación del partido. De Sao Paulo, rompió Chico Oliveira, sociólogo que está entre los más importantes intelectuales brasileros. En artículo publicado por la Folha de SP, “Todo lo que es sólido se deshace....en cargos”, expuso sus razones: "Me alejo del PT por qué no vote en las últimas elecciones presidenciales y proporcionales en el Partido de los Trabajadores para verlo gobernando con un programa que no fue presentado a los electores. Ni el presidente ni muchos de los que  están ministerios ni otros que se eligieron para la cámara de los Diputados y para el senado de la República pedieron mi voto para conducir una política económica desastrosa, una reforma de la previsión contra los trabajadores y favorable al sistema financiero, una reforma tributaria oligárquica, una campaña de descrédito y desmoralización del funcionalismo público" (...) " para no extenderme, un gobierno que es el tercer mandato de FHC.".

Del Río de Janeiro rompieron con el PT el profesor Carlos Nelson Coutinho, Leandro Konder y el periodista Milton Temer, ex diputado federal y por dos veces candidato de la izquierda partidaria a la presidencia del PT. Chico Oliveira y el trío del Río de Janeiro serán acompañados por muchos otros, cómo Paulo Arantes, Ricardo Antunes, así cómo las corrientes organizadas (MES, CST, el Socialismo Revolucionario, el MTP), que acompañaron a los parlamentarios expulsados y se definieron en ruptura con el PT y en defensa de la construcción de una nueva alternativa partidaria.

Más de 6 mil militantes firmaron la declaración con este contenido impulsada pelos mandatos de Luciana Genro y Babá, por los agrupamientos políticos citados y los compañeros de Socialismo e Liberdade y del Movimento Trabalho e Liberdade. Trabajaron la declaración incontables dirigentes sindicales, especialmente de los funcionarios públicos, trabajadores de la educación y de la salud, entre muchos otros. También se subscribió un importante intelectual paulista, Roberto Romano, profesor de Ética y Filosofía de la Unicamp.

Al día siguiente de las expulsiones, militantes de la tendencia interna Democracia Socialista del Río de Janeiro y del Paraná anunciaron su desvinculamiento del PT.  Espontáneamente, sin organización, un número incierto, pero que llega a algunos miles comenzaron a desafiliarse. Un proceso que ya había comenzado durante la reforma de la previdencia.

4) La ruptura actual tiene una importancia significativa, histórica. Es lógico que el proceso de ruptura no terminó. Es cierto que nuevas camadas de simpatizantes, amigos y militantes dejarán el PT. La crisis de la izquierdo partidaria, por ejemplo, es evidente. La ausencia de discurso es total, porqué ya nadie puede realmente creer en la posibilidad de  rescatar el PT.

Al mismo tiempo, el discurso en defensa del socialismo en el interior del partido se muestra cada día más vacío, ya que no tiene nada que ver con el que hace todos los días el gobierno petista.

El entusiasmo con el cual Lula y el gobierno brasilero fueron recibidos por la Internacional Socialista, dirigida por la vieja socialdemocracia europea, hoy convertida en agente del capital imperialista europeo, durante su congreso realizado en octubre en SP, fue más que demostrativo del real significado del PT. Por eso es posible que otros sectores organizados vayan a salir. Lo incompatible, lo inviable, es mantener una política socialista coherente, sin una denuncia publica y abierta de que el PT está del lado de la burguesía y de su dominación de clase. Sin esto solo queda el acomodamiento. Por eso, miles de simpatizantes del partido tomaron conciencia de este hecho y decidieron alejarse.

El desafío de aglutinarlos comienza ya. Una razón mas para que la expulsión de los parlamentarios se haya transformado en el momento decisivo de la ruptura del PT, el punto de calidad capaz de marcar un antes y un después de la expulsión en la historia de este partido que fue el mayor partido de izquierdo de la América Latina y que se convirtió en su contrario.

5) La amplia cobertura de la prensa nacional acerca de la reunión del Directorio Nacional con repercusión en órganos de la prensa de América Latina y de Europa no fue por un motivo cualquiera. El interés despertado por el fenómeno de los radicales fue resultado del interés en acompañar las profundas transformaciones del PT en su pasaje de oposición al gobierno nacional. Prácticamente toda la población que acompaña la política nacional reconoció que el PT cambió. Es unánime la opinión de que los radicales defienden las banderas históricas del partido.

Es claro que parcelas importantes de la población están de acuerdo con los cambios o no tienen opinión formada. En eso la prensa juega su papel, elogiando invariablemente la supuesta madurez  del PT, su reconocimiento de que la responsabilidad de gobierno debe ser asumida, una responsabilidad que los " radicales" se recusan a asumir. Este enfoque de la prensa, expresión de la ideología de la burguesía, tiene enorme influencia y reproduce los intereses de la propia cúpula partidaria.

Pero por otro lado, el reconocimiento de que los parlamentarios expulsados mantienen la coherencia de las ideas del PT cuando estaba en la oposición, nos abre un puente con el movimiento de masas impresionante. Un patrimonio que nadie tiene, en la defensa de las banderas históricas del PT. Son banderas de referencia para centenas de miles, talvez algunos millones de trabajadores, jóvenes y sectores del pueblo que no abrieron mano de las mismas. Podemos dilapidar este patrimonio o podemos aprovecharlo para construir una alternativa a la izquierda, anticapitalista y antiimperialista.

6) Resumiendo, tres cuestiones relacionadas se destacan, no necesariamente en esta orden, para marcar la importancia de la ruptura en curso: a) El peso propio de los parlamentarios. Luciana Genro, Babá y João Fontes, son expresiones de masas en sus estados y conocidos y respetados en todo el país, mientras la senadora Heloísa, de peso de masas cualitativo en su estado que le coloca cómo favorita en la disputa por la intendencia de Maceió, tiene una representatividad que le permite dialogar con franjas de masas en todo el país; b) Fueron acompañados por representativos intelectuales de tradición de izquierda que anticipan, tal cómo las hojas de los árboles, la dirección del viento de las luchas sociales y de la organización de la izquierda socialista; c) El año que termina dió un peso social fundamental a los llamados radicales no apenas por qué ocurrió un descontento general con el gobierno por parte de los servidores públicos, sino porqué los servidores realizaron una poderosa huelga nacional. Por eso, esta ruptura tiene un peso social organizado en la base del funcionalismo público. Innumerables sindicalistas, dirigentes de la huelga nacional de la previdencia, asumieron la ruptura con el PT y articulan una alternativo política. Así se abre una nueva situación en el país, o por el menos en la izquierda brasilera.

7) Para enfrentar este momento y discutir los próximos desafíos, vale comenzar por definiciones generales. La más importante es que el gobierno del PT no es una representación de los trabajadores y del pueblo pobre. Es un gobierno de alianza con partidos burgueses tradicionales cómo el PL, PTB, PMDB, incluyendo en su base de sustentación el PP y las oligarquías regionales de varios estados del nordeste.

El sociólogo Chico de Oliveira ya hizo una definición social nueva del propio PT bastante ilustrativa. En sus propias palabras, “hay transformaciones estructurales en la posición de clase de un vasto sector que domina el PT, que indican un real cambio del carácter del partido".

Siguiendo en su línea, la cúpula petista se transformó en una casta privilegiada con intereses comunes con la burguesía, una hermana del PSDB, interesada en mantener la dominación capitalista, con su dominio privilegiado de los fondos públicos y de la máquina estatal.

Este significado del gobierno fue anunciado antes de las elecciones en la “Carta al pueblo brasilero” en el acuerdo con el PL y en la aceptación del acuerdo del FMI, hecho por FHC, en septiembre de 2002. Después fue confirmado cabalmente en la definición de los ministros. Por eso mismo nuestra corriente, el MES, había decidido no hacer parte  del gobierno y se preparó para un enfrentamiento estratégico, cuyos desdoblamientos resultarían en una ruptura con el partido, cuya dirección mayoritaria había decidido atacar los intereses de los trabajadores. La reforma de la previdencia fue el símbolo mayor de este ataque. Las expulsiones lo confirman una vez más.

8) Tal definición de la naturaleza reaccionaria del gobierno petista, de sus reformas constitucionales y de su política económica es fundamental para orientar los desafíos del próximo período. El PT cambió completamente desde el momento en que dejó de ser obstáculo más o menos coherente para la aplicación del ajuste capitalista para ser, en el gobierno nacional, su fiel impulsor, el administrador principal del estado burgués al servicio de la burguesía. Ahí hizo la travesía del rubicón, dejando definitivamente para atrás al viejo PT.

Por eso mismo, las expulsiones efectuadas un año después de asumir el gobierno representa la muerte del PT desde el punto de vista de la defensa de los intereses de los trabajadores e inaugura la apertura de un nuevo ciclo en la vida política de la izquierda brasilera. Un ciclo largo, de reagrupamiento y reorganización de la izquierdo socialista y del movimiento de los trabajadores, cuyo desafío estratégico es la construcción de un bloque social y político anticapitalista y antiimperialista y de un nuevo partido capaz de traducir la experiencia de las clases trabajadoras en sus luchas, incentivarlas, tratando de elaborar un programa de emergencia capaz de enfrentar la terrible crisis social, la terrible situación del pueblo pobre.

9) La construcción de una nueva alternativo partidaria es un proceso. Un nuevo partido no se decreta ni se construye de un día para la noche. Sería un error determinar de ante mano fechas y plazos de su fundación. Al mismo tiempo, es preciso evitar un error tan o más grave: diluir la necesidad de la construcción de una alternativa política, un nuevo partido de los trabajadores que sea una superación del PT.

Es preciso, por lo tanto, una amplia discusión entre los que rompieron con el PT ahora y los que ya lo habían hecho antes, para por de pie una nueva herramienta. Una discusión paciente, que respete las diversidades de conciencias y experiencias y que busque los puntos comunes para solventar un movimiento por una nueva alternativa. En nuestra opinión, ésta nueva alternativa debe ser un partido. Porqué este es el instrumento de aquellos que luchan por el poder político. Y una nueva alternativa tiene que tener cómo horizonte a la lucha por el poder de los de bajo, contra la dominación de los capitalistas.

10) Somos conscientes de que no es un desafío fácil. Más adelante abordamos algunas de nuestras mayores dificultades. El apoyo dado a Lula y al gobierno por amplios sectores del pueblo en un cierto sentido no es lo más complicado. El gobierno sigue apoyado, cómo muchos gobiernos burgueses lo fueron en sus comienzos. Pero sus discursos populistas y el carisma personal de Lula no consiguen detener la erosión de una parte de la histórica base social del PT. Los funcionarios públicos fueron los más significativos, pero el distanciamiento alcanza más sectores. Cómo reflejan los ecologistas descontentos con la liberación de los transgénicos (el alejamiento de Fernando Gabeira fue parte de eso) o los familiares de los desaparecidos políticos cuando ven la capitulación del gobierno delante de los delitos de los gobiernos del régimen militar. O cómo expresa la reciente crisis con Luis Eduardo Soares, ex secretario de seguridad, cuya dimisión, motivada por las  presiones en el ministerio de la justicia por la continuidad de la política de seguridad del gobierno anterior, llevó su desvinculación del partido.

Más importante aún es el descontento general que la continuidad del congelamiento salarial, del desempleo, de la vida cada vez difícil va provocando en millones de trabajadores. En este año de gobierno petista más de 500 mil trabajadores perdieron el empleo y la participación de los salarios en el PIB nacional cayó 16%. Por eso, la experiencia con el gobierno es un proceso ya en curso. El apoyo dado al gobierno por la mayoría del pueblo, por lo tanto, no impide la existencia de un espacio social a izquierda.

Este espacio ya existe hoy y se puede ampliar. El PT es un partido de espaldas para el futuro. Porque las banderas históricas del PT, patrimonio de la izquierda en general, cómo la lucha contra el FMI, contra a ALCA, por mejores salarios y condiciones de trabajo, contra los bancos, en defensa de la reforma agraria, entre tantas otras, fueron abandonadas por el PT. Los trabajadores más conscientes de la necesidad de defender estas banderas para garantizar una mejora en sus vidas son la base social de este nuevo proyecto. Y ellos son muchos. En el momento que el PT asumió el social liberalismo, la construcción de una izquierdo socialista ganó peso. Las necesidades concretas empujan en este sentido, así cómo las fuerzas sociales que de una forma u otra tratan de encontrar su representación política propia. Un nuevo partido, por lo tanto, responde la una necesidad social, no a las elaboraciones de este o de aquel intelectual, grupo político o reformador social.

11) Para visualizar las perspectivas de un nuevo partido con mayor amplitud no podemos dejar de mirar el país cómo parte del continente latino americano. De modo esquemático podemos decir que el Brasil está insertado en un continente marcado por importantes luchas sociales. La crisis económica y social se ha sido generalizando en la América Latina. Los planos de ajuste de los capitalistas han provocado innumerables movilizaciones de masas, derrotas de golpes reaccionarios, levantamientos populares, huelgas generales, caídas de gobiernos y hasta insurrecciones. Venezuela, Colombia, Argentina, Perú, Ecuador. En todo el continente las movilizaciones se extienden. La más reciente fue la insurrección de a Bolivia, con la caída revolucionaria del gobierno. Tuvimos aún en las últimas semanas las huelgas del Panamá y de la República Dominicana, la victoria del Referendum contra las privatizaciones en el Uruguay y la manifestación en la ciudad del México de más de 150 mil personas contra el gobierno. Es visible, por lo tanto, que la ofensiva del neoliberalismo en el continente de los años 90 no logró estabilizar políticamente la región. Al contrario, la actual crisis del neoliberalismo y de los planes de ajuste capitalistas están desencadenando, con sus lógicos altos y bajos, un ascenso de masas cada vez más fuerte y generalizado.

12) El gobierno del presidente Lula trata de actuar cómo el bombero regional. En la reciente crisis boliviana fue articulador para la subida de Carlos Meza, no sin antes estudiar las posibilidades de la continuidad del asesino Sanchéz de Losada en la presidencia. Es que el gobierno brasilero es consciente de que ésta cercado por situaciones convulsionadas. Este no es el escenario político brasilero, porque el descontento contra el neoliberalismo fue canalizado de modo considerable para la disputa electoral y el apoyo a la candidatura de Lula. De esa manera, hubo una válvula de escape de las tensiones sociales. Su eficacia, mientras tanto, es relativa. Las contradicciones objetivas, la situación social, las condiciones de vida del pueblo, se mantienen inalteradas y hasta empeoradas. Son las objetivas bases comunes con la situación latinoamericana: desempleo, ajuste  salarial, vida cara, falta de servicios básicos que agrava todo para el pueblo.

Así, aunque en un ritmo más rezagado del que en algunos de sus vecinos, la lucha de clases en el Brasil está muy distante de la quietud. Vimos este año, a pesar del neo-esquirolismo de la dirección mayoritaria de la CUT, la valiente huelga nacional de los servidores públicos, la huelga de los correos, de los bancarios, las luchas y movilizaciones de diversos sindicatos, cómo los metalúrgicos de la GM, de la Volkwagen, de la Ford, los metroviários de Porto Alegre, los docentes estaduales  de varios estados del país, las ocupaciones de sin techo y las explosiones populares localizadas cómo los vendedores ambulantes de Río de Janeiro, los transportes alternativos de Recife y Goiânia. Tuvimos la rebelión estudiantil de agosto en Salvador, estado de Bahia. En fin, fueron innumerables movilizaciones urbanas. En el campo, aunque la dirección del MST, por lo menos su sector mayoritario, haya apoyado abiertamente al gobierno, las ocupaciones no cesaron. En síntesis, estamos viendo y veremos aún más importantes luchas sociales, en un caso clásico de desenvolvimiento desigual y combinado con la situación latinoamericana.

La prisión de los dirigentes paulistas del MST, José Rainha, Mineirinho y Diolinda también motivaron políticamente el país. En este caso, la campaña por la libertad de los presos encabezada por los parlamentarios radicales contribuyó para pautar este debate, más allá  de haber proporcionado un lazo más estrechos con estos lideres de los pobres del campo, razón de orgullo para todos los militantes por un nuevo partido.

13) Este contexto y esta perspectiva general para la construcción del nuevo partido no pueden diluir las importantes dificultades que tenemos por delante. Ellas son muchas y de varios tipos. En estos momentos, básicamente dos nos parecen las mayores. En primer lugar, el escepticismo general de sectores del pueblo que al perder la confianza en el PT, pierden la confianza en la política y en la izquierda en general. Sin embargo, en el pueblo en general, no nos parece ser lo más importante. Aunque somos también alcanzados por el descrédito de sectores del pueblo, hay en el Brasil una razonable fuerza de la conciencia asociativa y un importante movimiento de las clases sojuzgadas por el capitalismo para que podamos forjar en el interior de este proceso nuestra construcción.

Está también el escepticismo de aquellos sectores de la superestructura política de izquierda que ayudaron a construir el PT o acompañaron su experiencia. El reflejo de la experiencia con el PT deslegitimando las ideas socialistas en la conciencia de un sector del pueblo alcanzan también a la superestructura. Un fenómeno que, guardadas las debidas proporciones y diferencias, recuerda el desánimo representado en sectores de la izquierda cuando cayó el muro de Berlín, cuando se desmoronó el llamado socialismo real. Los sucesos o fracasos de partidos y agrupamientos que actuaron por fuera del PT a lo largo de estos años también trabajan en el mismo sentido.

Para todos acaba pesando el desánimo con el PT sumado a los diez años de ofensiva del neoliberalismo.

14) El segundo problema es nuestra capacidad de organización, la debilidad de las corrientes envueltas en la ruptura y en la reorganización. Ninguna de las corrientes organizadas que decidieron romper o que están trabajando por un nuevo proyecto tiene una sólida estructura nacional de cuadros. La ausencia de estas estructuras no pueden ser suplantadas por los parlamentarios por más populares, talentosos y esforzados que sean, ni por intelectuales, por más importantes que sean sus contribuciones.

Así, a debilidad de las fuerzas en cuestión impide la ocupación  plena del considerable espacio existente, lo que a  veces induce a conclusiones equivocadas de que el espacio es pequeño. Completando de esa manera el ciclo vicioso que realimenta el escepticismo, la sensación de que no se puede hacer nada o de que tenemos que partir de cero. De que prácticamente no hay acumulación teórica, política o organizativa que se pueda aprovechar.

El crecimiento de cada una de las corrientes consideradas aisladamente es un hecho evidente. Pero ningún crecimiento de este tipo es capaz de resolver este vacío. Es necesario construir una fuerza organizada nacional con el trabajo unificado, en un espíritu de partido, donde las tendencias, sub-tendencias, grupos, etc, etc, encuentren un marco común de actuación.

Donde los militantes sin tendencia tengan espacio y capacidad real de intervención. Este es el desafío. Única forma de ir resolviendo la contradicción entre el espacio existente y nuestras fuerzas para organizar la influencia del movimiento por una alternativa. Único camino para evitar la dispersión.

15) Tal desafío de trabajo unificado no solo es una necesidad para ocupar los espacios que se abren para un proyecto a la izquierda del PT. Es también la respuesta correcta al proceso de reagrupamiento en curso en la izquierda brasilera. Un proceso que tiene dos carriles, dos puntos en los cuales se estructura la posibilidad de convergencia. El primero, el rechazo al social liberalismo del gobierno petista. El segundo, la comprensión de la naturaleza democrática, abierta, amplia, del movimiento por un nuevo partido, lo que se materializa, entre otras medidas, en el derecho a la existencia de tendencias. El PSTU, por ejemplo, hace parte del acuerdo con relación al primer punto y no del segundo ya que se recusa a aceptar el derecho de tendencias, optando por seguir su camino centrado en la autoconstrucción. Por lo menos por ahora.

De nuestra parte estamos convencidos de la necesidad de la confluencia de fuerzas. El esfuerzo actual debe reunir los parlamentarios radicales, sus corrientes por entero o sectores de sus corrientes, los dirigentes de los servidores públicos, los militantes y dirigentes socialistas independientes, los intelectuales socialistas, las corrientes que se construyeron hasta ahora en forma independiente cómo el movimiento Tierra y Libertad (MTL) y los sectores que rompieron con PSTU recientemente y hicieron la opción por el reagrupamiento, cómo Socialismo y Libertad y el Polo de Resistencia Socialista (PRS) de Pernambuco. Hay que trabajar desde ahora en la perspectiva de incorporar los sectores que con certeza van a adherir en el futuro a una nueva alternativa. Manteniendo también la invitación para el PSTU como un todo.

16) Así, sin desconocer las dificultades, reafirmamos la existencia de un importante espacio a la izquierda. Basta ver a popularidad de Luciana Genro, Babá, João Fontes y con más destaque de Heloísa Helena. La senadora de Alagoas es hoy posiblemente la política más popular en el país después de Lula. Al menos en sectores de la clase trabajadora más identificados históricamente con el PT.

Juega a favor de la construcción de una alternativa, las perspectivas de movilización social, aunque esto no sea necesariamente sinónimo de ofensiva de los trabajadores. No tenemos hoy una ofensiva de luchas sociales y es probable que en el próximo año tampoco tengamos, aún más con el mecanismo electoral tratando de desviar las atenciones del país.

Pero la ausencia de ofensiva no quiere decir pasividad. Tendremos diversos conflictos sociales, luchas, huelgas, marchas, ocupaciones urbanas y de tierras que son el campo privilegiado para la construcción de una alternativa de izquierda.

Las primeras movilizaciones del próximo año pueden ser nuevamente de los servidores públicos federales en lucha por mejorar sus salarios. La  moral elevada con que  salieron de la huelga a pesar del revés sufrido del punto de vista de las reivindicaciones, alimenta nuevas luchas de este sector.

Podemos también ver a los estudiantes en escena en oposición a la reforma universitaria promovida por el gobierno y formulada por el Banco Mundial.

Este será el primero y mayor esfuerzo que debemos garantizar: la presencia constante en cada lucha, incentivándolas y tratando de apoyarlas para que triunfen. Es con ésta orientación que podremos ir armando campañas políticas que estructuren el perfil nacional del movimiento por un nuevo partido.

Campaña contra a ALCA, por aumento de salarios, contra el desempleo, etc.

17) Para la construcción de un movimiento por un nuevo partido es preciso ir definiendo cuales son las tareas concretas inmediatas colocadas por el momento político. Lo primero es reunir a todos los que quieren construir una nueva alternativa. Hacer una reunión nacional en la que ciertamente surgirán muchas propuestas para ponernos en condiciones para responder a nuestros nuevos desafíos. El ex diputado Milton Temer ha animado propuestas fundamentales para ir vertebrando este movimiento nacional. Ya apuntó con claridad la necesidad de dialogar con sectores petistas al mismo tiempo en que se afirma la necesidad de avanzar en la construcción de una alternativa partidaria. Sugirió la realización de un foro nacional y nosotros somos a favor de esta propuesta.

Las articulaciones unificadas ganan sustancia para el inicio de la discusión programática, para los debates sobre concepción de partido y funcionamiento, para las definiciones de políticas de intervención unitarias, etc. Así cómo también en las medidas prácticas necesarias para la legalización de este proyecto. Entre todos tendremos que discutir cada un de estos pasos.

18) Es necesario poner en funcionamiento una coordinación nacional unificada y coordinaciones nos estados, con plenarios, reuniones de ciudades y categorías. Concretizar sedes en varias capitales, elaborar documentos de acuerdo, manifiestos y un periódico nacional unificado son pasos concretos que necesitamos y que están siendo apuntados por distintos agrupamientos y militantes involucrados en esta construcción. Así cómo una pagina común en la Internet.

En la sistematización y en la jerarquía de estas tareas el tema de la legalidad tendrá su importancia. Inclusive los tiempos políticos no son los mismos que los tiempos legales. Eso si queremos constituir un partido que pueda participar de las elecciones del 2006 (en la de 2004 ya es imposible).

De nuestra parte, estamos totalmente en contra de construir un movimiento electoralista, estructurado solo alrededor de los parlamentarios con una estrategia basada en la disputa electoral, sea para diputados como para presidente de la República. Queremos organismos colectivos de decisión, un nuevo partido cuya prioridad sea la movilización. Estamos en contra del cretinismo parlamentario que marcó el PT y que resultó en el mito de Lula, un mito opuesto a su realidad cómo político. Sin embargo, el desvío opuesto es también muy grave, por lo menos tan grave cuánto el anterior: el cretinismo antiparlamentario.

Para construir una referencia, un polo con influencia en sectores de masas, es muy importante tener figuras públicas, particularmente parlamentarios y lideres de luchas. Es decisivo encontrar las condiciones para disputar procesos electorales con nombres capaces de entusiasmar a sectores de masas.

Tenemos nombres con peso de masas en algunos estados y, más allá de eso,  un nombre con importante peso nacional. Es indispensable anunciarlo y todos saben cual es. Pero la mejor forma de construirlo con fuerza, una fuerza que nuevamente viene del nordeste, no es centrar la agitación del movimiento alrededor de este tema. Lo fundamental es estructurar un movimiento democrático y socialista por un nuevo partido que se construya teniendo cómo estrategia a la movilización directa de la clase trabajadora. Como esa estrategia no anula la hábil utilización de las elecciones, es preciso garantizar las condiciones legales que se necesitan. Medio millón de firmas de apoyo hasta mediados del 2005 lo que presupone que nos primeros meses de 2004 comencemos a sumar los esfuerzos para garantizarlas.

Es indudable que los tiempos de la discusión política y de la construcción colectiva son más largos que los tiempos necesarios para la legalidad. La forma de resolver esta contradicción no es tan compleja. Será necesario tomar el tema de la concreción de la legalidad como una tarea más formal que si bien no esté en contradicción con el contenido del movimiento real, se base en un acuerdo que posibilite la presentación de una propuesta formal de programa a la ley. De las exigencias legales talvez el mayor inconveniente sea que se necesitará la definición de un nombre del partido y sus 101 fundadores.

Entre todos tendremos que debatir el mecanismo más democrático, como una consulta amplia en forma de plebiscito, cómo sugirieron compañeros de SP de una corriente aliada, o sea, un mecanismo que pudiese envolver algunas decenas de miles de personas.

19) Para concluir estas notas no podemos dejar que apelar para el internacionalismo militante. Es dispensable decir que la construcción de una alternativo anticapitalista y antiimperialista en el Brasil no será tarea fácil. Sabemos también que nuestros esfuerzos serán acompañados por miles de militantes de otros países, por luchadores sociales, por los marxistas revolucionarios, por los activistas de la alter globalización.

Queremos que nos acompañen y que nos apoyen. Nuestra vinculación con la vanguardia latino-americana y el movimiento revolucionario de nuestro continente, es fundamental en este sentido, bien cómo con los partidos anticapitalistas de la Europa. Experiencias cómo la construcción de un nuevo partido anticapitalista en la Francia, tal cómo propuesto por la LCR (Liga Comunista Revolucionaria) ciertamente nos alientan.. De la misma forma la experiencia del SWP (Socialist Workers Party) de Inglaterra, como de la coalición de movimientos y partidos anticapitalistas europeos y del movimiento anti guerra, parte indisociable del movimiento anti-globalización capitalista.

Relaciones con estos procesos nos permitirá extraer lecciones, adquirir una visión global, evitar errores, visualizar los progresos, apuntar caminos.

Así también enseñaremos mientras aprendemos. Nuestra experiencia nacional de fracaso del PT y de construcción de nueva alternativa, también será útil para que los socialistas de otros países desarrollen sus acciones con fundamentos cada vez más sólidos.

Coordinación del MES Porto Alegre, diciembre 2003

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