Guatemala

 

En vísperas de elecciones generales: situación, problemas y candidatos

Por Noemí Acosta Guillén (*)
Boletín Entorno, 27/08/07

Las elecciones generales (municipales y presidenciales) en Guatemala se producirán en septiembre de este año y serán las terceras después de los Acuerdos de Paz. El contexto electoral está marcado por una coyuntura específica caracterizada por el desgaste político de los partidos de derecha y su descrédito ante la pobre actuación del gobierno de Oscar Berger, grandes desequilibrios en el sistema bancario y agudización de la violencia social y política. Asimismo, en el país se verifica en estos tiempos una crisis político estatal a partir de los graves cargos de corrupción y por la penetración del crimen organizado en todas las estructuras del poder civil y judicial. Sin embargo en el análisis de la situación guatemalteca, como en otros países centroamericanos, es importante tener en cuenta los problemas sociales devenidos históricos, que sin lugar a dudas son causa y consecuencia de los anteriormente mencionados.

1- Un elemento clave para entender muchos de los problemas sociales en Guatemala es el no cumplimiento de los Acuerdos de Paz (1996) quedando pospuestas las reformas militares; la cooperación de oficiales militares en los tribunales civiles que investigan y procesan violaciones a los derechos humanos y delitos comunes; el fortalecimiento de la policía y la reducción de la participación del ejército en acciones de seguridad civil e interna.

Lo anterior ha traído como consecuencia que el ejército participe en desalojos y abusos de todo tipo, en operativos conjuntos con la policía terminando por apoyar la lucha contra el terrorismo emanada de la política norteamericana que incluye la criminalización de la protesta social que desarrollaron los pueblos contra el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos (CAFTA-RD) y contra el Plan Puebla Panamá.

2- Guatemala ha logrado en estos últimos años un crecimiento económico de un 4% del PIB, pero ello no se traduce en mejoras sociales. El 57% de los guatemaltecos vive en pobreza y de estos el 21% en pobreza extrema, con una mayor concentración en el área rural. La tasa de analfabetos se redujo en un 2,3% pero se mantiene en un 24% y la mortalidad materna (la más alta de América Latina) se presenta en 121 por cada cien mil nacidos vivos. Realmente la cobertura en salud alcanza menos del 50% de la población. A ello se suman los índices de subempleo que alcanzan el 16%.

3- El mayor problema que enfrenta el país es la elevada violencia. En el pasado año se verificaron 278 ataques (de ellos 14 asesinatos) en contra de defensores de derechos humanos; violencia política hacia integrantes de todos los partidos políticos (28 asesinatos); aumento de asesinatos a mujeres (1 398) con presencia de torturas, violencia sexual y mutilación de genitales. La ciudad de Guatemala con relación a su población es la de mayor número de asesinatos en América Latina en la que imperan además grupos de limpieza social, narcotráfico y el crimen organizado.

Las respuestas gubernamentales han sido particularmente ineficaces. La debilidad de las leyes -a lo que se une la falta de estudios sobre el tema y la falta de programas de prevención social- ha conllevado a una cultura de la violencia (la justicia por cuenta propia) que tiene como pasaporte el acceso y uso de armas sin control como resultado de 36 años de guerra.

4- La poca o nula participación de la ciudadanía en planes estatales que comprometen el medio ambiente y las condiciones sociales de los pueblos indígenas y rurales (minería a cielo abierto y los grandes megaproyectos del Plan Puebla Panamá, que incluye represas, carreteras, entre otros).

Los partidos políticos

Ante este panorama se postulan los partidos políticos, reflejando parte de los problemas en los programas electorales pero sin garantías sustanciales de llevar a vías de hecho las propuestas de campaña.

De los 19 partidos que se postulan, sólo 15 presentan candidatos a presidentes. Estos partidos -en opinión de numerosos analistas- muestran variadas tendencias:

- Izquierda: la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), y

- Centro-Izquierda: Alianza Nueva Nación (ANN) y WINAQ-EG

- Derecha tradicional: Partido Unionista y Gran Alianza Nacional Guatemalteca (GANA)

- Derecha fundamentalista: Frente Republicano Guatemalteco (FRG)

- Socialdemocracia: Unidad Nacional de la Esperanza (UNE)

- Otros partidos de derecha: Partido de Avanzada Nacional, (PAN), Partido Patriota (PP), Partido BIEN, Unión Democrática (UD).

Desde los Acuerdos de Paz todos los gobiernos han sido elegidos mediante elecciones "libres y democráticas". Las tendencias que se manifiestan en todos los procesos son:

- Las elecciones se presentan con campañas negras de descrédito personal donde los candidatos se descalifican mutuamente, y con grandes campañas de miedo para lograr desviar la intención de voto.

- La postulación de más de 15 partidos refleja un pluripartidismo sostenido con gran dispersión del voto, sin embargo el voto se concentra en cinco o seis partidos, casi siempre tradicionales.

- Los partidos políticos no tradicionales son minoritarios y presentan vida corta, aparecen con las elecciones y al no contar con los porcientos requeridos para mantenerse como partido político, desaparecen.

- Los partidos políticos son la vía para obtener cargos públicos con altos salarios y ello trae como consecuencia que los candidatos salten de partido en partido para no perder la condición de diputado.

- Los partidos políticos tradicionales (de derecha y de izquierda) mantienen luchas políticas internas que han conllevado a divisiones y ello termina en la creación de otros partidos minoritarios con la consecuente descalificación mutua entre ellos.

- En casi todos los partidos se presenta el transfuguismo parlamentario (los diputados cambian de bancadas o se van de estas) fruto de las divisiones o por obtener determinadas prebendas que ofertan otros partidos.

- La falta de preparación de cuadros que se presenta en todos los partidos trae como consecuencia un liderazgo débil y de poca trayectoria política y además la búsqueda de candidatos fuera de estos para atraer mejor al electorado.

- La falta de liderazgo, la afinidad política y el desgaste de los partidos son los precedentes de la conformación de alianzas con objetivos electorales.

- Los partidos tradicionales de derecha han logrado realizar grandes campañas, con grandes recursos (provenientes de los fondos públicos y del crimen organizado) y además cuentan con el apoyo de los medios y de los grupos de poder oligárquico, a diferencia del resto de los partidos contendientes.

- Las elecciones tienen la presencia de observadores internacionales y le anteceden grandes encuestas que regulan hábilmente la intención del voto.

Candidatos presidenciales

Los pronósticos electorales declaran ganador a Álvaro Colom de la UNE, quien quedó en segundo lugar en las pasadas elecciones. Colom proviene del sector empresarial, no busca alianzas con otros partidos políticos y se declara de centro para la izquierda. Se plantea que no confrontará con los grupos de poder económico, no tocará los impuestos y se propone desarrollo rural y reforma bancaria sin reforma agraria y con los banqueros. Cree poder lograr resolver el problema de la seguridad ciudadana en seis meses.

El Partido UNE ha realizado una campaña prematura y ha logrado posesionarse en varios departamentos del país.

La segunda posición estará ocupada por el General retirado Otto Pérez Molina, del Partido Patriota (PP) que se declara de derecha. El PP ha logrado enfrentar al gobierno de Berger y a la policía por actos de corrupción, y vínculos con el crimen organizado; se propone un Plan Mano Dura con todo para lograr seguridad. Esto último hace previsible mayor apoyo del electorado ante un tema verdaderamente medular en el país, además de que obtendrá los votos que pierdan GANA y FRG por las limitaciones de ambos partidos. Respaldado por empresarios ha declarado su apoyo al TLC, pero Pérez Molina enfrenta una acusación por sospechosos vínculos con los asesinos del Obispo Gerardi en 1998.

La tercera posición la ostenta el candidato Alejandro Giammattei, del gobernante Partido GANA. Ya habíamos señalado el desgaste de esta agrupación política por sus vínculos con la corrupción en el caso del banco BANCAFE y además porque la actuación del actual presidente -miembro de este partido- Oscar Berger, no representó ni un ligero cambio en la situación socio-política y económica del país. No obstante, hay que considerar que aún así mantiene el apoyo de los medios y de los grupos de poder económico, por su compromiso con la gestión de los grandes empresarios guatemaltecos en los proyectos de producción de biocombustibles y con los grandes planes para desestabilizar el Gobierno de Chávez y detener así el avance del ALBA en la región. Como dato de interés, por este partido se vota por tradición familiar.

Paradójicamente, y aunque Giammattei mantiene una imagen de funcionario con capacidad organizativa pro empresarial, es elegido ante la falta de liderazgo y ante la negativa de Harold Caballeros (líder evangélico) a ser el candidato de GANA; es decir que Giammattei no tiene el apoyo del Grupo de los Seis (grupos corporativos que concentran el poder económico). Su programa de gobierno oferta una muy dudosa lucha contra la pobreza y por lograr una mayor seguridad en el país.

Las posiciones a partir del 4to lugar deberán estar perfiladas por la fortaleza que presenten en campaña el resto de los partidos:

- La propuesta más controvertida ha sido la de la candidata a Presidenta por WINAQ-EG, Rigoberta Menchú (indígena, Premio Nóbel de la Paz y embajadora de Buena Voluntad de la ONU) quien además es empresaria de medicamentos.

Aunque el 71,2% de los encuestados en julio de este año expresó que su candidatura era viable, la opinión de los líderes indígenas y del movimiento indígena de base indica que la Menchú no goza del apoyo de los originarios. La cuestión subió de tono cuando la Menchú declinó postularse por la URNG y se ausentó de la III Cumbre Continental de Pueblos Indígenas, en opinión del movimiento indígena por ser ambas de expresiones de izquierda. El Partido WINAQ no es un partido de base indígena sino que forma parte de una construcción desde arriba con el apoyo de alcaldes indígenas, líderes comunitarios en los Consejos Comunitarios de Desarrollo y funcionarios de varios gobiernos anteriores a Berger.

Movimiento indígena. Rigoberta Menchú.

Por otra parte se señala críticamente por el movimiento indígena el carácter egocéntrico de la Menchú y el haber utilizado, a través de enviados, a la III Cumbre como plataforma electoral, pero lo más controvertido han sido las declaraciones públicas de la Menchú en reuniones con el sector empresarial (Grupo Multiinversiones) que prácticamente instan a una reconciliación con los intereses del sector empresarial. Además, es bueno recordar que Rigoberta Menchú se postula con el partido Encuentro por Guatemala (fundado por el cafetalero y expresidente de CACIF Luis Montenegro, quien además participa en los comicios como su fórmula presidencial).

En definitiva, la Menchú no constituye una amenaza a los grupos de poder oligárquico. Sin embargo, esta situación no es nueva, tanto los movimientos sociales como los indígenas y la izquierda partidista reconocen que la labor de cooptación de la derecha tradicional en estos últimos tiempos está dirigida a los líderes de los movimientos sociales y así alejarlos de sus luchas y de su pueblo.

La Menchú no espera ganar en las elecciones, sólo posesionarse, (la alianza electoral WINAQ- EG no posee trayectoria política) ni un programa fuerte (reconstrucción del Estado guatemalteco y erradicación del racismo institucionalizado) para poder ganar a las grandes maquinarias electorales como UNE, PP y GANA, pero la imagen política de la Menchú evidentemente puede llegar a confundir al electorado y ello le restaría votos a la URNG.

El FRG postula nuevamente al General retirado Efraín Ríos Montt, que trata de lograr evadir las acusaciones de cometer crímenes de lesa humanidad a partir de ser diputado. No habrá grandes sorpresas, un candidato desgastado y un partido sin futuro, enfrentarán la maquinaria de la UNE, de GANA y del PP. Pero no hay dudas que con los votos de la derecha fundamentalista, y los adeptos del ejército podrá mantener un espacio como partido político en el país.

La URNG, partido de izquierda ha logrado mantenerse como fuerza política en Guatemala tras la firma de los Acuerdos de Paz, sin embargo, tras quedar relegada en las pasadas elecciones y perder su tercer lugar como fuerza política, no ha logrado en estos últimos tiempos desarrollar un trabajo político coherente sobre todo con la base y en la zona rural.

Su fórmula presidencial lleva a un analista político de reconocida trayectoria, Miguel Ángel Sandoval, y va en alianza con el Movimiento Amplio de Izquierda (MAIZ), lo que puede elevar su posicionamiento político pero además su programa, muy ligado a los sectores sociales, comienza por apoyar la reforma agraria, resolver los conflictos de la tierra, combate a la violencia con prevención social, educación, salud, empleo.

La amenaza real se presenta ante la posibilidad de que la URNG no obtenga curules en el Parlamento y puede llegar incluso a perder su inscripción como partido político, lo que sin dudas puede elevar el escepticismo y el ostracismo entre los sectores populares. No obstante la URNG continúa realizando una verdadera labor de alianza que busca recomponer el papel de la izquierda en Guatemala a partir de su poder de convocatoria fuera y dentro del Legislativo.

Reflexiones finales

Colom con el partido UNE oferta un gobierno pro-empresarial. Sin grandes cambios la Asamblea Legislativa se inclinará de derecha a centro-derecha, pero ninguno de los partidos de centro conformará una alternativa política que implique cambios antisistema.

La derecha continuará como fuerza política en el poder y con el beneplácito de la UNE y se mantendrá la consolidación de los grupos de poder económico con el sector empresarial y el capital norteamericano en el país, que en definitiva ha sido el objetivo del CAFTA y de mantener "elecciones libres y democráticas" en los marcos de la democracia representativa en todos los países de la región centroamericana.


(*) La autora es Investigadora del Centro de Estudios de América.