Estados Unidos

 

Señales peligrosas en los mercados financieros

La bomba Hersh: Bush prepara guerra contra Irán

Por Alfredo Jalife-Rahme
La Jornada, México, 19/01/05

Seymour Hersh, solvente investigador de The New Yorker ("Las guerras que vienen: lo que ahora hace el Pentágono en secreto", 18 de enero), provocó el efecto de una bomba al develar que el Pentágono ha lanzado misiones secretas de espionaje en Irán para determinar el grado de avance del programa nuclear de la teocracia chiíta de los ayatolas, como preludio de una vasta operación militar en 10 (¡uf!) países del Medio Oriente y el sureste asiático (por cierto, muy ablandado después del tsunami).

El pentágono reacciono en forma airada a las revelaciones y su portavoz, Lawrence DiRita, fustigó que "las fuentes que alimentaron a Hersh se basaron en rumores, insinuaciones y asertos sobre reuniones que no se realizaron y programas que no existen", además de que difunde "clamores fantásticos" y notorias "imprecisiones". Peter Spiegel, del Financial Times (17 de enero), comenta que en las inusuales dos páginas del desmentido el Pentágono insinúa que Hersh es "antisemita" (Nota: una locura, porque el gran investigador es judío demócrata; haber desnudado las truculencias de Richard Perle, con quien tiene pleito comprado, significó su exorcismo de parte de los neoconservadores), debido a que reportó que Douglas Feith, "también judío" y "tercer civil del Pentágono", "se había coordinado con los planificadores israelíes para encontrar blancos de ataque en Irán". ¿Pero quién es Hersh? Mid-East Realities (MER, por sus siglas en inglés; 23 de septiembre de 2004) le consagra un perfil: "valioso periodista con reportajes únicos y quien a veces es usado por Washington (...) Hay que tomarlo muy en serio cuando escribe sobre masacres y torturas -Nota: sus hallazgos sobre Abu Ghraib son clásicos-, su especialidad desde Vietnam y sus tiempos en The New York Times. Pero cuando toca asuntos relacionados con Israel y con la geopolítica, y ahora Irán -lo que admite como 'muy cósmico' para él- hay que ser superescépticos". MER critica que Hersh ha sido muy laxo con el cabildeo judío en Estados Unidos, al que no toca ni con el pétalo de una rosa. Más allá de las diatribas y los ditirambos que ha cosechado, Hersh es un icono del periodismo de Estados Unidos, con gran influencia en los medios liberales, y su libro La opción Sansón revela cómo Israel adquirió de Francia la bomba nuclear, pese a la resistencia del entonces presidente Kennedy. ¡Cómo cambian los tiempos!.

¿Patea Bush el pesebre de la negociación tripartita, hasta ahora exitosa, de Gran Bretaña, Francia y Alemania sobre la desnuclearización iraní, cuando le urge restañar las heridas trasatlánticas, a unas semanas de su viaje a Europa? ¿Cómo asimilarán las tres grandes potencias europeas la nueva perfidia bushiana? ¿Se filtra a través de un prestigiado periodista como Hersh, quizá engañado por sus fuentes de alto nivel del mismo Pentágono, para abortar deliberadamente la operación "descubierta" de las "fuerzas especiales de Estados Unidos" contra Irán, lo cual ha puesto en riesgo sus vidas? El centro de pensamiento texano-israelí Stratfor (16 de enero), que por cierto se le cuadra a Hersh, realiza dos hipótesis sobre la "estrujante revelación": se trata de una filtración de dos lastimados funcionarios por las purgas de "la CIA en plena crisis" o, en su defecto, el gran investigador "fue usado como vector de desinformación dirigida contra Irán" para ejercer presión sicológica a través de una "desinformación deliberada". Bajo la Lupa se inclina más por la segunda hipótesis de Stratfor.

Otra guerra lanzada, esta vez contra Irán, hace mucho sentido para el segundo mandato de Bush, si se consideran seis señales peligrosas de los mercados financieros, que necesitan sangre litúrgica para rescatar a la globalización anglosajona: 1) repatriación de las ganancias de las trasnacionales de Estados Unidos, alrededor de 300 mil millones de dólares, gracias a una sustancial rebaja impositiva a 5.25 por ciento, en lugar del usual 35 por ciento, "con el fin de estimular las inversiones y los gastos de capital, pagar deuda y amortizar los fondos de pensiones", lo cual "beneficiará a las empresas farmacéuticas y de telecomunicaciones" (Nota: las donadoras de Bush), y que "no podrán ser usadas para comprar acciones en la bolsa ni pagar dividendos" (Edward Alden, Financial Times, 14 de enero). En realidad, se trata de una medida de urgencia para paliar la salida de capitales de Estados Unidos y el desprendimiento del dólar por los bancos centrales asiáticos, además de intentar remediar el desastre económico doméstico (deuda, déficit y saqueo de los fondos de pensiones); 2) mal comienzo en enero de la bolsa neoyorquina, corta de liquidez, que pudiera ser la tónica del año (Stephen Schurr, Financial Times, 17 de enero); 3) Stephen Roach, solvente jefe de economistas de la correduría Morgan Stanley, agudiza sus temores sobre el billete verde debido a la profundización del déficit comercial de Estados Unidos (14 de enero); 4) la Federación Nacional al Menudeo de Estados Unidos (NRF, por sus siglas en inglés) pronostica una abrupta caída de las ventas al por menor (Lauren Foster, Financial Times, 17 de enero), con la excepción notable de los productos de lujo, que florecerán como nunca, lo cual es lógico en el mundo cleptoplutocrático imperante en Estados Unidos; 5) Greenwich Associates, consultoría de inversiones, expone que los ominosos hedge funds (fondos de cobertura de riesgo) "constituyen 82 por ciento del volumen comercial de la deuda en problemas, casi 30 por ciento del volumen de los bonos chatarra de Estados Unidos y los créditos de alto riesgo" (James Drummond y Charles Batcheler, Financial Times, 17 de enero), es decir, presagian un tsunami financiero; y 6) el petróleo regresa a cotizarse en el umbral de los 50 dólares el barril, a pesar de los grotescos vaticinios de un precio de 23 dólares tanto del errático Vicente Fox como del locuaz Carlos Hurtado, subsecretario de Hacienda, ambos extraviados en nigromantes del oro negro cuando ni saben cumplir con sus funciones elementales.

Con una vision lineal arcaica, las tratativas petroleras y gaseras de la teocracia chiíta de los ayatolas de Irán con China e India (los competidores de jure de Estados Unidos, según la CIA) perturban a Washington, sin duda. Pero en un abordaje multidimensional que tome en cuenta la complejidad de las relaciones, abiertas y subrepticias, que han entablado Estados Unidos e Irán -teniendo en mente la casuística del pasado reciente-, es obligado considerar la posibilidad de una cobertura sicológica de humo que fulmina contra el proyecto nuclear iraní (como decimos en México: para taparle el ojo al macho), mientras sincroniza la entrega del sur de Irak por Bush, bajo el montaje de la "democracia militarizada", a los chiítas de Basora, Kerbalá y Najaf, los fieles aliados de lrán (en detrimento del sunismo en el centro de Bagdad y en el eje norteño de Mosul-Kirkuk), lo cual, inclusive, es susceptible de alentar una guerra civil que han enaltecido Henry Heinz (alias Henry) Kissinger y los neoconservadores straussianos que controlan el Pentágono. No se puede soslayar la detección de los "pases" (en el sentido de la tauromaquia) y pasos radiactivos del chiíta iraquí posmoderno Ahmed Chalabi, el banquero defraudador aliado de los neoconservadores Paul Dundes Wolfowitz y Richard Perle, quien goza de derecho de picaporte con la teocracia chiíta de los ayatolas de Irán, los que juegan como nadie a las mil bandas, como exhibió el escándalo del Irán-contras: la triangulación mafiosa de contrabando de cocaína y armas entre Israel, Irán y Estados Unidos, en la etapa Reagan -con Daddy Bush de vicepresidente-. Hace mucho ruido que Halliburton, la trasnacional petrolera texana de la que fue director el vicepresidente Dick Cheney, haya ganado "derechos de perforación" en un "inmenso (sic) campo gasero de Irán", pese a las sanciones impuestas por Estados Unidos contra la teocracia chiíta, según revela The Daily Times de Pakistán (11 de enero). ¿Qué tan "inmenso" será el campo gasero iraní a ser perforado por Halliburton? Existe también una hipótesis intermedia muy académica: Estados Unidos intenta cortar las alas nucleares (antes de que vuele demasiado alto y lejos) a Irán, que se ha beneficiado en la guerra de Afganistán y ha resultado el gran vencedor en Irak. La debilidad de esta hipótesis se debe a que, ¿cómo va retirarse Estados Unidos en forma airosa de Irak, después de su humillante derrota, sin la ayuda de la cobertura indispensable de Irán, si también le declara la guerra? ¿No estaremos, otra vez, ante una redición de la triangulación del Irán-contras, negociada en los dédalos diplomáticos, esta vez geopolítico y teológico? La noticia de la venta de misiles rusos a Siria fue propalada por Kommersant, periódico "ruso" propiedad de Boris Berezovsky, criminal "oligarca" y tránsfuga exiliado en Londres, así como el martilleo propagandístico contra Irán proviene de los medios que controlan los neoconservadores straussianos. Lo real es que de repente los círculos conectados a Israel han arreciado los ataques contra la carrera armamentista de Siria e Irán con "armas de destrucción masiva", en vísperas del viaje de Baby Bush a Europa y de su cumbre trascendental con el zar ruso Vladimir Putin en Eslovaquia, donde se negociarán muchas cosas. ¿Se abultan las agendas para negociar mejor y para (en)cubrir el nada descabellado arreglo "en lo oscurito" entre Estados Unidos, Israel e Irán sobre el resultado anticipado en las elecciones teledirigidas de Irak. ¿Emergerá una nueva teocracia chiíta en el sur de Irak, una de las regiones más ricas en petróleo del planeta, bajo el manto protector de un Irán-contras teológico y geopolítico entre los ayatolas de Teherán, los rabinos irrendentistas del partido Likud y los televangelistas del fundamentalismo bushiano?

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