Estados Unidos

 

Denuncia del prestigioso periodista Seymour Hersh en The New Yorker

Bush autorizó operaciones encubiertas en diez países en Medio Oriente y el Sur de Asia

Rebelión, 19/01/05
Traducción Agencia Islámica de Noticias

En el conocido semanario The New Yorker, el prestigioso periodista Seymour Hersh informó que comandos estadounidenses han venido efectuando misiones secretas de reconocimiento en Irán desde el último verano boreal, con el propósito de localizar eventuales objetivos nucleares y químicos. El fin de esas misiones secretas, prosigue, ha sido obtener información sobre una treintena de sitios estratégicos. La operación se habría llevado a cabo con ayuda paquistaní e israelí, según sus fuentes militares.

La Casa Blanca negó el lunes que Irán sea el próximo objetivo de la llamada "guerra contra el terrorismo", versión difundida por la revista The New Yorker, la misma en la cual Seymour Hersh destapó el escándalo de torturas en la prisión de Abu Ghraib. El Pentágono, por su parte, respondió que el artículo de The New Yorker "está plagado de imprecisiones tan grandes que destruyen la credibilidad" de la denuncia.

Seymour Hersh, ganador de un premio Pulitzer, y quizá el periodista con el historial de investigación más profesional y crítico en la actualidad en los Estados Unidos, salió al cruce de todos los desmentido que parten de la Casa Blanca. Hersh cree que "los halcones" -línea más dura del Partido Republicano- están convencidos que la mediación europea para que Irán renuncie a su programa de enriquecimiento de Uranio está destinada al fracaso y cuando esto suceda Estados Unidos entrará en acción.

"El próximo paso es Irán. Es así. Lo están planeando", dijo Hersh quien fue entrevistado por la CNN.

En su artículo titulado ‘Las Guerras que se Vienen’ (The Coming Wars), se refiere cómo un un informante anónimo, descrito como “un asesor del gobierno con estrechos vínculos con el Pentágono”, le dijo al periodista que: "Funcionarios civiles del Pentágono señalaron que se pretende destruir en Irán tanta infraestructura militar como sea posible".

Un ex alto funcionario de los servicios de inteligencia, también citado por The New Yorker, indicó que "se ha lanzado una guerra contra el terrorismo de la que Irak era sólo una parte. La administración Bush considera (a toda la región) como una inmensa zona de guerra. Muy pronto asistiremos a la campaña en Irán".

También Israel estaría implicado en la operación secreta, y especialistas israelíes suministrarían a Estados Unidos listas de blancos potenciales en Irán, según esta versión.

El citado asesor próximo al Pentágono confió a la revista que los funcionarios civiles, y particularmente el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, su segundo Paul Wolfowitz y los llamados "neo-conservadores" miembros del gobierno, "quieren ir a Irán y destruir tanta infraestructura militar como sea posible".

A continuación ofrecemos una traducción de algunas de las informaciones y comentarios de Hersh.

Las próximas guerras

Por Seymour Hersh

Lo que pude hacer ahora el Pentágono en secreto [extractos]

La reelección de George W. Bush no fue su única victoria este otoño último. El Presidente y sus consejeros sobre seguridad nacional han consolidado un control sobre los análisis estratégicos y las operaciones encubiertas de las comunidades militares y de inteligencia hasta un grado inigualado desde el surgimiento del estado de seguridad nacional posterior a la Segunda Guerra Mundial. Bush tiene una agenda ambiciosa y agresiva para usar de ese control –contra los mullahs en Irán y otros objetivos en la guerra contra el terrorismo en curso- durante su segundo mandato. La CIA continuará siendo degradada y la agencia servirá cada vez más, como lo expresa un consultor gubernamental que tiene estrechos lazos con el Pentágono, como “colaboradores” de la política que emane del presidente Bush y el vice presidente Dick Cheney. Este proceso ya está en marcha.

A pesar de la situación de seguridad en deterioro en Irak, la administración Bush no ha reconsiderado el propósito de su política de largo plazo en el Oriente Medio: el establecimiento de la democracia en toda la región. La reelección de Bush es vista al interior de la administración como la prueba del apoyo norteamericano a su decisión de ir a la guerra. Esto ha reforzado la posición de los neoconservadores en el liderazgo civil del Pentágono que abogaron por la invasión, lo que incluye a Paul Wolfowitz, el Subsecretario de Defensa, y Douglas Feith, el Subsecretario de Política de Defensa. Según un ex funcionario de inteligencia de alto nivel, el Secretario de Defensa Donald Rumsfeld se reunió con la Junta de Jefes de Estado Mayor (Joint Chief of Staff) y les dijo, en esencia, que se había escuchado los pesimistas habían sido escuchados y que el pueblo americano no había aceptado su mensaje. Rumsfeld añadió que Estados Unidos estaba decidido a permanecer en Irak y que no habría más conjeturas al respecto.

“Ésta es una guerra contra el terrorismo e Irak es tan sólo una de las campañas. La administración Bush mira esto como una enorme zona de guerra”, me dijo el ex funcionario de alto nivel de inteligencia. “Después, nos vamos a ir a la campaña en Irán. Hemos declarado la guerra y los chicos malos, dondequiera que estén, son el enemigo. Éste es el último hurra. Hemos conseguido cuatro años y se quiere acabarlos diciendo que ganamos la guerra contra el terrorismo”.

Bush y Cheney pueden haber establecido la política, pero es Rumsfeld quien ha dirigido su implementación y quien ha absorbido mucho de la crítica pública cuando las cosas fueron mal, ya sea que se tratara del abuso de prisioneros en Abu Ghraib o la falta de suficientes blindajes para los vehículos de los infantes (GI) en Irak. Tanto los legisladores demócratas como republicanos han pedido la renuncia de Rumsfeld, y él no alguien que goce de gran admiración en los círculos militares. Sin embargo, su nuevo nombramiento como Secretario de Defensa nunca se puso en duda.

Rumsfeld se hará incluso más importante durante este segundo período. En entrevistas con funcionarios y ex funcionarios militares y de inteligencia, se me dijo que la agenda ha sido determinada desde antes de la elección presidencial, y que buena parte de la misma habría sido responsabilidad de Rumsfeld. Se expandiría la guerra contra el terrorismo y se colocaría la misma bajo el control del Pentágono. El Presidente ha firmado una serie de declaraciones y de órdenes ejecutivas dando autorización para que grupos secretos de comandos y otras fuerzas especiales lleven a cabo operaciones encubiertas contra objetivos sospechosos de terrorismo en 10 países en Oriente Medio y el Sur de Asia.

La decisión del Presidente le permite a Rumsfeld conducir las operaciones fuera de registros, es decir, libre de las restricciones legales impuestas a la CIA. Bajo la ley actual, las actividades encubiertas que se llevan a cabo en el extranjero por parte de la CIA deben ser autorizadas por una declaración presidencial y debe informarse de las mismas a los comités de inteligencia del Senado y la Casa Blanca. (Las leyes se promulgaron después de una serie de escándalos en la década de los años 70 que implicaban a la CIA en espionaje doméstico e intentos de asesinatos de líderes en el extranjero). “El Pentágono no se siente en la obligación de reportar nada de esto al Congreso”, dijo el ex alto oficial de inteligencia. “Ni siquiera lo llaman ‘operaciones encubiertas’; eso se parecería mucho a la frase de la CIA. A su modo de ver, se trata de ‘reconocimiento a ocultas’ (black reconnaissance). Ni siquiera se lo van a decir a los CINC’s –los jefes de comando regionales norteamericanos-. (El Departamento de Defensa y la Casa Blanca no dieron respuesta a los pedidos de que comentaran esta historia).

En mis entrevistas, se me dijo reiteradas veces que el siguiente objetivo estratégico era Irán. “Todos están diciendo: ‘No puedes hablar en serio acerca de poner a Irán como objetivo. Mira a Irak’”, me dijo el ex funcionario de inteligencia. “Pero éstos dicen: ‘Ya hemos aprendido algunas lecciones, no en lo militar sino en cuanto a cómo lo hicimos políticamente. No vamos a poyarnos en agentes de poca importancia’. Nada de finales de atolladero, y ésa es la razón de que la CIA esté allí”.

(Comentando la posición internacional en las negociaciones en curso con Irán en el tema nuclear, dice:)

Un diplomático occidental me dijo que los europeos creían que, en tanto los Estados Unidos se negaran a implicarse (en las negociaciones), estaban en lo que llamó una posición de posición de pérdida y pérdida. “Francia, Alemania y el Reino Unido no pueden por sí solos tener éxito, y todos lo saben”, dijo el diplomático. “Si los Estados Unidos permanece fuera, no tenemos el nivel suficiente y nuestro esfuerzo colapsará”. La alternativa sería ir al Consejo de Seguridad, pero cualquier que impusiera sanciones sería probablemente vetada por China o Rusia, y entonces “las Naciones Unidas sería culpada y los americanos dirían: ‘la única solución es bombardear’”.

La administración de Bush ha estado llevando a cabo misiones secretas de reconocimiento dentro de Irán por lo menos desde el último verano. Buena parte de ello se centra en información de inteligencia e información sobre posibles objetivos a propósito de regiones iraníes nucleares, químicas y de misiles, tanto las que han sido declaradas como tales como las que no. El objetivo es identificar y aislar tres docenas, y tal vez más, de objetivos de ese tipo que pudieran ser destruidos en ataques de precisión y breves incursiones de comandos. “Los civiles en el Pentágono quieren ir a por Irán y destruir tanta infraestructura militar como sea posible”, me dijo el consejero gubernamental con estrechos lazos con el Pentágono.

Algunas de las misiones implican una cooperación extraordinaria. Por ejemplo, el ex alto funcionario de inteligencia me dijo una fuerza de comando de operaciones norteamericana ha sido colocada en el Sur de Asia y está trabajando ahora estrechamente con un grupo de científicos y técnicos paquistaníes que habían tenido tratos con los iraníes. (En el año 2003, la AIEA reveló que Irán había estado recibiendo en secreto tecnología nuclear de Pakistán por más de una década y que no había comunicado dicha información a los inspectores). La fuerza de operaciones americana, con el auxilio de la información de Pakistán, ha estado penetrando hacia el este en Irán desde Afganistán a la caza de instalaciones subterráneas. Los miembros del equipo de operaciones, o sus agentes reclutados en la región, escondían aparatos de detección remota –conocidos como olfateadores- capaces de tomar muestras de emisiones radioactivas en la atmósfera y otra evidencia de programas de enriquecimiento nuclear.

Conseguir dicha evidencia es una seria preocupación para la administración Bush. El ex alto funcionario de inteligencia me dijo: “No quieren cometer ningún error de inteligencia como los de las Armas de Destrucción Masiva, como en Irak. Los republicanos no pueden tener eso dos veces. No se guarda compostura si la mula te pega dos veces”. El funcionario añadió que el gobierno de Pervez Musharraf, el presidente paquistaní, obtuvo un alto precio por su cooperación: la garantía norteamericana de que Pakistán no tendría que soltar a A.Q. Khan, conocido como el padre de la bomba nuclear paquistaní, ni la AIEA ni a ninguna otra autoridad internacional para su interrogatorio. Por dos décadas, Khan ha estado vinculado a un amplio consorcio de actividades de mercado negro nuclear ... “’Dinos lo que sabes de Irán dejamos que AQ Khan se vaya’. Es la versión de los neoconservadores de una ganancia a corto plazo con un costo a largo plazo. Quieren probar que Bush es el hombre anti-terrorista que puede con Irán y la amenaza nuclear, contra el objetivo a largo plazo de eliminar el mercado negro de la proliferación nuclear”.

El acuerdo se produce en un momento en que Musharraf, según un ex funcionario diplomático paquistaní de alto nivel, ha autorizado la expansión del arsenal de armas nucleares de Pakistán. “Pakistán aún necesita parte y suministros, y necesita comprarlos en el mercado clandestino”, dijo el ex diplomático. “Los Estados Unidos no han hecho nada para detener esto”.

Ha habido también una estrecha y en gran medida desconocida cooperación con Israel. El consejero gubernamental con lazos con el Pentágono dijo que los civiles del Departamento de Defensa, liderados por Douglas Feith, han estado trabajando con consejeros y encargados de planeamiento israelitas a fin de desarrollar y refinar los potenciales objetivos nucleares, de armas químicas y de misiles en Irán. (Después de Osirak, Irán ha colocado muchos de sus sitios nucleares en áreas remotas del este, en un intento de mantenerlas fuera del alcance de ataques de otros países, en especial Israel. Sin embargo, la distancia ya no presta más esa protección: Israel ha adquirido tres submarinos capaces de lanzar misiles crucero y ha equipado parte de su aviación con tanques de combustible adicional, poniendo a los F-16I israelitas dentro del rango de la mayor parte de los objetivos iraníes.)

“Creen que se pueden destruir desde el aire las tres cuartas partes de los objetivos potenciales, y una cuarta parte está demasiado cerca de centros poblados, o están enterrados demasiado profundamente, como para ser alcanzados”, dijo el consejero. Inevitablemente, añadió, algunos sitios sospechosos deben ser revisados previamente por equipos de comando americanos o israelitas –en actividades de vigilancia en tierra- antes de ser destruidos.

(Refiriéndose a la postura del presidente Bush que enfatiza la importancia de la solución diplomática con Irán, menciona:)

En las entrevistas que he tenido a lo largo de los últimos dos meses, se me dio un punto de vista mucho más duro. Los halcones en la administración creen que pronto quedará en claro que la aproximación de negociación europea no puede tener éxito, y en ese momento la administración actuará. “No se trata de un conjunto de propuestas de opciones ante el Consejo de Seguridad Nacional”, el ex alto funcionario de inteligencia me dijo. “Ya han pasado esa puerta. No se trata de si haremos algo contra Irán. Ya lo están haciendo”.

El objetivo inmediato de los ataques sería destruir, o al menos desbaratar temporalmente, la capacidad de Irán de convertirse en potencia nuclear. Pero hay otros motivos, igualmente buscados, en funcionamiento. El consejero gubernamental me dijo que los halcones en el pentágono, en discusiones en privado, han estado instando a un ataque limitado sobre Irán porque creen que esto podría llevar al derrocamiento de los líderes religiosos. “En el alma de Irán hay una lucha entre nacionalistas secularistas y reformadores, por una lado, y, por el otro, el movimiento islámico fundamentalista”, me dijo el consejero. “En cuanto el aura de invencibilidad de los mullahs se destruya, y con ello la capacidad de engañar al Occidente, el régimen iraní colapsará”, al igual que los antiguos regímenes comunistas en Rumania, Alemania Oriental y la Unión Soviética. Rumsfeld y Wolfowitz comparten esa creencia, dijo.

“La idea de que un ataque americano sobre las instalaciones nucleares de Irán produciría un levantamiento popular es una idea extremadamente desinformada”, dijo Flynt Leverett, un académico del Oriente Medio que trabajó en el Consejo de Seguridad Nacional de la administración Bush. “Hay que comprender que la ambición nuclear en Irán encuentra respaldo a lo largo de todo el espectro político, y los iraníes percibirán los ataques a estos lugares como ataques a sus ambiciones de ser un elemento de gran importancia en la región y una nación moderna tecnológicamente sofisticada”. Leverett, que ahora es un miembro de categoría del Centro Saban para la Política del Medio Oriente, en el Instituto Brookings, advirtió que un ataque americano, si ocurre, “producirá una reacción violenta contra los Estados Unidos y una acción de apoyo en torno al régimen”.

En noviembre de 2004 The Times informó que Bush había establecido un grupo Inter.-agencias para estudiar si “serviría a los mejores intereses de la nación” darle al Pentágono un control completo sobre la propias unidad paramilitar de élite de la CIA, que ha operado en secreto en puntos problemáticos alrededor del mundo por décadas. Las conclusiones del panel, que deben ser entregadas en febrero, son ya conocidas, según creen muchos ex funcionarios de la CIA. “Parece que en verdad va a ocurrir”, me dijo Howard Hart, que fuera jefe de la división de operaciones paramilitares de la CIA antes de retirarse en 1991.

Ha habido otra evidencia de la usurpación por parte del Pentágono. Dos ex funcionarios clandestinos de la CIA, Vince Cannistraro y Philip Giraldi, que publican Intelligence Brief, un boletín para sus clientes comerciales, informaron el último mes la existencia de un amplio decreto presidencial anti-terrorista que permitía al Pentágono “operar unilateralmente en varios países donde se perciba una clara y evidente amenaza terrorista. . . . Varios de estos países son países amigos de los Estados Unidos y son importantes socios comerciales. La mayoría han estado cooperando en la guerra contra el terrorismo”. Los dos ex funcionarios listaron algunos de los países: Algeria, Sudán, Yemen, Siria y Malasia. (Posteriormente, el ex funcionario de alto nivel de inteligencia me dijo que Túnez está asimismo en la lista).

Bajo el nuevo enfoque de Rumsfeld, se me dijo, se permitiría a los operativos militares norteamericanos posar en el extranjero como hombres de negocios extranjeros corruptos que buscaban comprar artículos de contrabando que podrían usarse en sistemas de armas nucleares. En algunos casos, según los consejeros del Pentágono, podría reclutarse a ciudadanos locales y pedírseles que se unan a las guerrillas o a los terroristas. Esto implicaría potencialmente organizar y llevar a cabo operaciones de combate o incluso actividades terroristas. Algunas operaciones probablemente ocurrirían en naciones donde hay una misión diplomática norteamericana, con un embajador y un jefe local de la CIA, dijo el consultor del Pentágono. El embajador y el jefe local no necesariamente tendrían conocimiento, de acuerdo a la actual interpretación del Pentágono de sus requerimientos de reporte.

“Es una gentileza darle el poder a Rumsfeld, dándole el derecho de actuar rápidamente, de modo decisivo y letal”, me dijo el ... consejero del Pentágono. “Es una zona global de fuego libre”.

Traducción en exclusiva para Pnresa Islamlatino del artículo de Seymour Hersh

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