Bush y Europa

 

El efecto dominó nuclear

Por Katherine Stapp
Inter Press Service (IPS), 18/02/05

Nueva York.- Mientras exige a Corea del Norte e Irán la renuncia a poseer armas atómicas, Estados Unidos gasta 40.000 millones de dólares al año en su arsenal nuclear e invierte en el desarrollo de una nueva generación de mortales artefactos.

Estos esfuerzos incluyen, según informó este mes el diario The New York Times, un presupuesto relativamente modesto de nueve millones de dólares para pagar el sueldo de los ingenieros de los tres laboratorios de armas nucleares del país, en Los Alamos, Livermore y Sandia.

La meta es producir nuevos prototipos de cabezas nucleares y misiles en la próxima década.

Según la Fundación Legal de los Estados Occidentales, organización dedicada al desarme, los gastos en armas nucleares de Estados Unidos aumentaron 84 por ciento desde 1995, hasta alcanzar un monto de 40.000 millones de dólares.

Con ese presupuesto se solventa el mantenimiento de unos 10.000 misiles nucleares, 2.000 de las cuales se encuentran en estado de máxima alerta.

Algunos expertos consideran que el Programa Confiable de Reemplazo de Ojivas, aprobado en noviembre por el Congreso legislativo, marca una perturbadora evolución desde la política de ”manejo de reservas” instaurado por el ex presidente Bill Clinton (1993-2001), por el cual los laboratorios se concentraban en mantener la seguridad del arsenal existente.

Estados Unidos ratificó en 1996 el Tratado para la Prohibición Total de Pruebas Nucleares, que permite las pruebas simuladas por computadora y subterráneas de pequeño poder. En los últimos años, las autoridades autorizaron 21 pruebas 1.000 pies debajo de superficies desérticas.

”El programa de manejo de reservas, hoy dotado de 7.000 millones de dólares al año, llevó al desarrollo de 'rompe-búnkers' ('bunker buster') y bombas nucleares más pequeñas y dúctiles”, dijo a IPS Alicia Slater, presidenta del Centro de Acción sobre Recursos Globales para el Ambiente.

”La laguna en el Tratado permitió que estos programas avanzaran, y fueron la razón esgrimida por India para desarrollar y probar su arsenal, luego seguida por Pakistán”, recordó Slater.

”Hemos gastado más de tres billones de dólares en nuestro arsenal nuclear. El desperdicio de un tesoro intelectual y económico ha sido enorme, y ahora vemos el amargo fruto que dieron esos programas: proliferación nuclear en India, Pakistán, Corea del Norte e Irán”, agregó.

China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia, hasta 1998 las únicas potencias nucleares declaradas, firmaron en 1970 el Tratado de No Proliferación, en que se comprometieron a no usar ese tipo de armas contra países que no intentaran adquirirlas.

Ese tratado será revisado en mayo en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ocasión que aprovecharán los alcaldes de Hiroshima y Nagasaki, ciudades japonesas alcanzadas por bombas atómicas en 1945, para exigir el inicio inmediato de negociaciones para eliminar por completo los arsenales.

Este año se cumplirán 60 años del bombardeo de Estados Unidos contra esas ciudades, en que murieron unas 210.000 personas. Fue la única ocasión en la historia en que se emplearon bombas nucleares contra un blanco militar en un contexto bélico.

Más de una década después del fin de la guerra fría, Estados Unidos y Rusia mantienen, cada uno, aproximadamente 10.000 armas nucleares tácticas estratégicas, lo que suma 95 por ciento del arsenal mundial de este carácter.

China les sigue con 400, Francia con 350, Israel con 200, Gran Bretaña con 185, India con al menos 60 y Pakistán con hasta 48, según el Centro para la Información de Defensa con sede en Washington.

La estadounidense Agencia Central de Inteligencia (CIA) calculó que Corea del Norte posee dos desde hace varios años.

Unas 480 misiles con ojivas nucleares aún se encuentran en bases aéreas de Estados Unidos en Europa, casi el doble de lo que se creía, aseguró en su último informe el no gubernamental Consejo de Defensa de los Recursos Naturales.

La mayoría de esos misiles apuntan a Rusia, Irán y Siria, según expertos del Consejo, aun cuando Moscú retiró todas sus armas nucleares tácticas de los países ex comunistas tras el colapso de la Unión Soviética en 1991.

Estados Unidos también retiró miles de armas nucleares tácticas de Europa occidental, pero dejó al menos 480, según indicó el Consejo en su último informe.

Estados Unidos es el único país que despliega este tipo de artefactos fuera de su propio territorio.

Todos los países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que tienen en su territorio misiles nucleres estadounidenses votaron a favor de una resolución de la ONU que exige la ”reducción de armas nucleares no estratégicas”.

”Nadie ha podido dar una buena explicación de por qué las armas en Europa contribuyen con la disuasión (del uso del arsenal nuclear) de un modo que no pueden los sistemas de armas nucleares de largo alcance”, dijo el autor del informe, Hans Kristensen.

”En la OTAN circula un argumento institucional: que las armas contribuyen con el vínculo entre Europa y Estados Unidos. Pero, realmente, es apenas un remanente de la guerra fría”, sostuvo Kristensen en una entrevista.

El informe revela por primera vez cuántas bombas nucleares podría suministrar Estados Unidos a aliados de la OTAN que no poseen esas armas en la eventualidad de una guerra: serían 180, rumbo a Alemania, Bélgica, Holanda, Italia y Turquía.

Estos acuerdos, conocidos por solicitudes al amparo de la estadounidense Ley de Libertad de Información, publicaciones militares, fotografías desde satélites comerciales y otras fuentes, violarían el Tratado de No Proliferación, pues este convenio prohíbe a una potencia nuclear facilitar esas armas a un país que no las tiene.

Un portavoz del Departamento (ministerio) de Defensa estadounidense dijo a IPS que se mantienen armas nuclears en Europa de acuerdo con los principios contenidos en el Concepto Estratégico de la OTAN.

Estados Unidos continúa desarrollando minibombas y rompe-búnkers, armas que, según el gobierno, son más adecuadas para conflictos de pequeña escala o contra terroristas, y ocasionan menos daños por la potencia de las explosiones o por la radiación.

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