Estados Unidos

 

Les gusta ir a la guerra, pero no les gusta suministrar seguridad, rescatar a los necesitados ni gastar en medidas preventivas

Excusas, en lugar de acciones: La catástrofe de Nueva Orleans había sido prevista

Por Paul Krugman,
The New York Times
Reproducido por La Nación, 03/09/05
Traducción de Luis Hugo Pressenda

Nueva York.– Antes del 11 de septiembre de 2001, la Oficina Federal de Administración de Emergencias enumeró las tres catástrofes más probables que podrían afrontar los Estados Unidos: un atentado terrorista en Nueva York, un violento terremoto en San Francisco y un huracán sobre Nueva Orleáns.

"La perspectiva de un huracán sobre Nueva Orleáns –escribió el diario The Houston Chronicle en 2001– podría ser lo más trágico." Y describió una potencial catástrofe muy parecida a la que se registró hace seis días.

Entonces, ¿por qué Nueva Orleáns y la nación estaban tan mal preparadas? Después del 11 de septiembre de 2001, arduos interrogantes fueron aplazados en nombre de la unidad nacional y luego enterrados bajo una gruesa capa de disimulo.

Primera pregunta: ¿por qué la asistencia y la seguridad tardaron tanto en llegar? Katrina llegó hace seis días y ya el viernes pasado estaba claro que podría provocar un daño inmenso a lo largo de la costa del Golfo.

Sin embargo, la reacción que uno esperaría de un país avanzado nunca se produjo. Miles de norteamericanos están muertos o moribundos, no porque se hayan negado a evacuar el lugar sino porque eran demasiado pobres o estaban demasiado enfermos como para salir sin ayuda, y esa ayuda no se suministró debidamente. Muchos aún tienen que recibirla.

La evidencia muestra, sobre todo, una pasmosa falta tanto de preparación como de sentido de la urgencia en la reacción del gobierno federal.

Ni siquiera fueron asignados recursos militares apropiados. "Anteayer –expresó una nota editorial del diario The Sun Herald, de Biloxi, Mississippi– periodistas que escuchaban los horrendos relatos de muerte y casos de supervivencia en el refugio de una escuela primaria local observaron que, en la zona norte, efectivos de la fuerza aérea norteamericana jugaban al basquetbol y hacían ejercicios físicos. ¡Jugando al basquetbol y haciendo ejercicios físicos!"

Quizá los funcionarios del gobierno creían que la Guardia Nacional local podría mantener el orden y dar alivio. Pero muchos miembros de la Guardia y gran parte de sus equipos –incluyendo vehículos todoterreno– están en Irak.

"La Guardia Nacional necesita que esos equipos sean enviados de vuelta para afrontar la misión de seguridad en el propio territorio norteamericano", comentó hace varias semanas un oficial de la Guardia de Louisiana.

Falta de seriedad

Segunda pregunta: ¿por qué no se tomó una mayor acción preventiva? Después de 2003, el cuerpo de ingenieros del ejército retrasó considerablemente su trabajo sobre el control de inundaciones, incluyendo las obras en diques a medio hundir.

"Ese cuerpo –advirtió un artículo de Editor & Publisher, citando una serie de notas del diario The Times–Picayune, de Nueva Orleáns– nunca trató de ocultar el hecho de que la presión del gasto no sólo de la guerra en Irak, sino de la seguridad interna, paralelamente con los recortes de los impuestos federales, fue el motivo de sus medidas extremas."

En 2002, el jefe de ese cuerpo renunció, después de haber criticado los recortes propuestos por el gobierno en el presupuesto de esa unidad, incluyendo las partidas relacionadas con el control de inundaciones.

Tercera pregunta: ¿destruyó el gobierno de Bush la eficiencia de la Oficina Federal de Administración de Emergencias? El gobierno, según la versión generalizada, ha tratado a esa oficina como a una hijastra indeseada y así generó un éxodo en masa de profesionales experimentados.

No creo que se trate simplemente de una historia de incompetencia. En un plano fundamental, diría yo, nuestros actuales líderes políticos simplemente no son serios respecto de algunas de las funciones esenciales de gobierno. Les gusta ir a la guerra, pero no les gusta suministrar seguridad, rescatar a los necesitados ni gastar en medidas preventivas. Y jamás piden un sacrificio compartido.

Anteayer, el presidente Bush hizo una declaración fantástica: que nadie esperaba la ruptura de los diques de contención. La verdad es que hubo repetidas advertencias sobre precisamente ese peligro. De manera que los Estados Unidos, alguna vez famosos por su actitud de que todo se puede hacer, ahora tiene un gobierno que cree que no se puede hacer nada y busca pretextos en lugar de hacer su trabajo. Y mientras busca esas excusas, más norteamericanos mueren.

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