Estados Unidos

 

Reitera que su programa de espionaje doméstico es "legal" y "esencial" para EEUU

Bush intenta restaurar su "aura de líder" al informar el estado de la Unión

Por David Brooks
Corresponsal en EEUU
La Jornada, 01/02/06

Nueva York. Sólo un año después de ser reelecto con amplio apoyo popular, el presidente George W. Bush rindió esta noche su informe anual a la nación, pero ahora con una mayoría que desaprueba su gestión y la dirección en que lleva al país.

Por lo tanto, en lo que es el acto presidencial de mayor perfil público anual, el objetivo de Bush fue intentar restaurar su aura de comandante en jefe, de líder. Con ello trató de retomar la ofensiva en el ámbito político para superar una presidencia rodeada de escándalos, bajo investigación por posibles delitos, acusaciones de violaciones a la Constitución, el derecho internacional y de abusos contra los derechos humanos, con déficit récord en comercio y presupuesto, un gobierno endeudado a niveles sin precedente y con una sociedad cada vez más marcada por la desigualdad económica.

"La única manera de proteger a nuestra gente... la única manera de asegurar la paz... la única manera para controlar nuestro destino es a través de nuestro liderazgo; por eso Estados Unidos de América continuará como líder", declaró Bush. No sólo eso, subrayó que esto es esencial para el planeta: "la única alternativa al liderazgo estadounidense es un mundo dramáticamente más peligroso y ansioso".

Las noticias para México no fueron buenas: el tema migratorio recibió sólo una breve referencia del presidente, en la que destacó más el tema de seguridad fronteriza que una reforma a fondo del sistema de inmigración. A pesar de que reconoció que "esta economía no podría funcionar sin" los inmigrantes, no se atrevió a decir más del asunto, el cual ha dividido a su partido. América Latina no mereció espacio en este informe.

Esta noche la estrategia fue nombrar los grandes problemas, "responsabilidades" y desafíos que enfrenta el país tanto al interior como en el ámbito internacional, y ofrecer alta retórica y muy poco contenido como respuesta. No fue un informe real sobre el estado del país, sino un intento para enmarcar el debate político en lo que es un año electoral legislativo donde el primer objetivo es mantener el control republicano de las tres ramas de gobierno.

Empezó bien el día

El día empezó bien para el presidente en torno a este objetivo. El Senado ratificó al candidato del presidente, el juez Samuel Alito, a la Suprema Corte, imponiendo así sobre la más alta instancia judicial una mayoría conservadora que podría cambiar de manera fundamental las leyes (y política) de este país.

Con la muerte de Coretta Scott King, viuda del reverendo Martin Luther King, Jr., el presidente también tuvo la oportunidad de proyectarse como un "admirador" y campeón de los derechos civiles. Con los recientes videos de los dirigentes de Al Qaeda transmitidos en los últimos días, Bush tenía material con qué justificar, una vez más, el espionaje doméstico y la guerra en Irak, y otras medidas de "seguridad nacional" como algo necesario en "tiempos de guerra".

La guerra continúa como la apuesta más riesgosa de esta presidencia, y causa principal del desplome de su apoyo popular. El tema de seguridad nacional ocupa aproximadamente la mitad de su discurso. Los fantasmas de más de 2 mil 200 soldados estadounidenses muertos, más unos 16 mil heridos, estaban presentes en la sala. La Casa Blanca invitó a viudas y familias de soldados muertos o heridos para sentarse junto a la primera dama Laura Bush, a fin de demostrar su "patriotismo", pero más bien, el apoyo al presidente.

Opositores de Bush, como la representante demócrata Lynn Woolsey, invitó por su parte a Cindy Sheehan, la madre de un soldado muerto en Irak que se ha convertido en la cara del movimiento contra la guerra, a sentarse dentro de la sala durante el discurso ante el Congreso en el Capitolio. Sin embargo, fue arrestada poco antes de comenzar el acto por sacar una manta en violación de las reglas de la Cámara.

"Terroristas como Bin Laden son serios sobre el asesinato masivo; y todos nosotros tenemos que tomar en serio sus intenciones declaradas", advirtió Bush. El objetivo de este enemigo, dijo, es imponer "el control totalitario a través de Medio Oriente, y armarse con las armas de asesinato masivo. Su meta es tomar el poder en Irak, y usarlo como un puerto de refugio para lanzar ataques contra Estados Unidos y el mundo. A falta de la fuerza militar para desafiarnos directamente, los terroristas han optado por el arma del temor".

Bush insistió en mantener el curso actual en el ámbito internacional: "nuestra nación está comprometida con una meta histórica de largo plazo; buscamos el fin de la tiranía en el mundo... la seguridad futura de Estados Unidos depende de ello". Insistió en que "no podemos encontrar la seguridad al abandonar nuestros compromisos y replegarnos dentro de nuestras fronteras", afirmó, y declaró que el enemigo, los "terroristas", sólo llevarían "el campo de batalla a nuestras costas". Reiteró que "la única manera de derrotar a los terroristas es derrotar su oscura visión de odio y temor al ofrecer la alternativa esperanzadora la libertad política y cambio pacífico".

Frente al creciente coro en favor del regreso de las tropas a casa, el comandante en jefe afirmó que "estamos en esta lucha para ganar, y estamos ganando. El camino de la victoria es el camino que llevará a casa a nuestras tropas". A los críticos, el presidente advirtió que "hay una diferencia entre la crítica responsable y el derrotismo que rehúsa reconocer algo más que el fracaso" y, por lo tanto, dijo que un retiro de las tropas sólo llevaría al desastre. Para dejarlo claro, señaló que "aparte de cómo nos sentimos sobre las decisiones y debates del pasado, nuestra nación tiene sólo una opción: tenemos que honrar nuestra palabra, derrotar a nuestros enemigos y apoyar a los militares estadounidenses en su misión vital".

A la vez, reiteró que su programa de espionaje doméstico sin autorización judicial es legal bajo "la autoridad que me otorga la Constitución y el estatuto", insistió en que esta autoridad ha sido empleada por otros presidentes, y es "esencial para la seguridad de Estados Unidos. Si hay gente dentro de nuestro país que está hablando con Al Qaeda, queremos estar enterados; porque no nos quedaremos sentados a esperar que nos golpeen de nuevo".

Subrayó que para "superar los peligros en nuestro mundo, también tenemos que tomar la ofensiva al alentar el progreso económico, combatir la enfermedad, y difundir la esperanza en tierras sin esperanza".

Los nuevos desafíos económicos

En el frente doméstico, el presidente insistió en mantener la supremacía económica de Estados Unidos, señalando que una fuerza laboral más educada y capacitada es clave para enfrentar nuevos desafíos de competencia presentados por países como China e India en la economía mundial. Afirmó: "Estados Unidos es adicto al petróleo, el cual frecuentemente es importado de partes inestables del mundo... La mejor manera de romper con esta adicción es a través de la tecnología".

Fue en este rubro que hizo una breve mención del asunto de la migración. Declaró que para mantener competitiva a esta economía, "se requiere de un sistema de migración que cumpla con nuestras leyes, refleje nuestros valores y sirva a los intereses de nuestra economía". Pero primero enfatizó el aspecto de seguridad, y después reiteró en términos generales su propuesta. "Nuestra nación necesita fronteras ordenadas y seguras. Para cumplir con esta meta, tenemos que tener controles de inmigración más fuertes y protección fronteriza. Y debemos tener un programa de trabajadores huésped racional y humano que rechaza la amnistía... y reduce el contrabando y el crimen en la frontera". Punto.

De hecho, después de declarar que este tema sería prioridad en su segundo periodo, esta breve y general referencia muy adentro de su discurso sólo puede indicar que el presidente desea reducir el perfil de este asunto.

Abordó el tema de la crisis del sistema de salud; uno de los más espinosos en el debate político estadounidenses, donde más de 40 millones no cuentan con seguro de salud, y los que sí lo tienen enfrentan costos exorbitantes y cada vez peor atención médica, y señaló que la solución es "fortalecer la relación entre doctores y pacientes... y ayudar a la gente para que pueda conseguir el seguro que necesita".

Su conclusión, como era de esperarse, fue pura retórica sobre la grandeza del país y un futuro optimista. Dijo que se ha realizado una "revolución de conciencia, donde una generación emergente está encontrando que una vida de responsabilidad personal es vida plena... Políticas sabias como la reforma del sistema de bienestar social, educación sobre drogas, apoyo de la abstinencia y adopción han hecho una diferencia en el carácter de nuestro país".

Estas palabras son claves para la reducción de los programas federales de asistencia social, políticas sobre educación sexual y rechazo del aborto.

Se refirió a la necesidad de mejorar el clima ético, tanto entre la sociedad como en el gobierno, y advirtió: "nunca deberíamos rendirnos a la creencia de que Estados Unidos está en declive, o que nuestra cultura está predestinada a deshacerse".

En la única referencia a los escándalos de corrupción en el Capitolio y posiblemente en la Casa Blanca, el presidente dijo que "una sociedad esperanzadora espera que sus funcionarios electos respeten la confianza pública. Gente honorable de ambos partidos están trabajando en reformas para fortalecer las normas éticas de Washington, y yo apoyo sus esfuerzos".

Concluyó con "encabezaremos el avance de la libertad. Competiremos y sobresaldremos en la economía global. Renovaremos los compromisos morales que definen esta tierra".

Así, Bush, ante el auditorio nacional más grande que goza en el año, intentó restaurar su presidencia en un país donde dos tercios del pueblo, según los últimos sondeos, creen que las cosas van mal.


Según estudio, EEUU es el tercer país más desigual en distribución del ingreso, luego de México y Rusia. Enfrenta el mandatario estadounidense desaprobación de 54%, indica encuesta

Bush presenta hoy a una sociedad desencantada el “estado de la Unión“

Por David Brooks
Corresponsal en EEUU
La Jornada, 31/01/06

Nueva York, 30 de enero. Este martes el presidente George W. Bush ofrecerá su informe ante el Congreso y el pueblo estadounidense, en lo que se conoce como "el estado de la Unión", el acto público anual más importante para un mandatario, donde hará una vigorosa defensa de sus políticas domésticas y exteriores, esbozará algunas propuestas y pintará de buenos colores su labor a lo largo del último año.

Pero casi todos aceptan que fue el peor año de Bush en la Casa Blanca, y por primera vez desde que llegó a ese puesto ofrecerá su informe con una mayoría de sus ciudadanos desaprobando su manejo de la presidencia y del país. Según una encuesta de Los Angeles Times/Bloomberg, la más reciente justo antes de su discurso, registró lo mismo que otras encuestas nacionales han revelado en estos días: 54 por ciento contra 43 por ciento desaprueba la labor de Bush, mientras que 62 por ciento contra 31 por ciento opina que el país avanza por una ruta equivocada y necesita "moverse en una nueva dirección".

Bush insistirá en que las cosas están mejorando en el rubro económico, que sus políticas están funcionando, que el país está mas fuerte, y solicitará el apoyo y paciencia del pueblo para lograr que "la libertad" triunfe en otras partes del mundo, en particular Irak y Medio Oriente, como el objetivo de su "guerra contra el terror". Pero en todos estos rubros -tanto domésticos como internacionales- las encuestas registran que fuertes mayorías están desencantadas con estas políticas.

Lo que el presidente no mencionará en su informe es tal vez lo más revelador sobre el estado de esta nación.

Se apuesta a que no mencionará las justificaciones iniciales para la guerra contra Irak -las armas de destrucción masiva-, ni tampoco el caso de la investigación de altos funcionarios de la Casa Blanca sobre la filtración ilegal del nombre de una agente clandestina a los medios. Tampoco habrá referencias a informes de Human Rights Watch, Amnistía Internacional, el Centro de Derechos Constitucionales y la Unión Americana de Derechos Civiles que acusan a su gobierno de tortura, desapariciones, arrestos arbitrarios, y otras violaciones de derechos humanos.

Aunque podrá reiterar la defensa de su programa secreto de espionaje doméstico para detectar comunicaciones con sospechosos de "terrorismo" como legal, no responderá a los críticos que dicen que sus justificaciones son falsas y engañosas. "El programa secreto viola la ley tal como está ahora. Así de simple", afirmó ayer en su editorial principal el New York Times.

No se espera que comente sobre un nuevo récord establecido en parte por sus políticas. Hoy ExxonMobil, la petrolera más grande del país, declaró que en 2005 había logrado utilidades sin precedente: 36.13 mil millones de dólares, un incremento de 42 por ciento comparado con el año anterior.

Tampoco comentará que hoy comenzó el juicio a dos empresarios que contribuyeron a su carrera política y cuya empresa se benefició con sus políticas -Ken Lay y Jeffrey Skilling, los ejecutivos de la ahora desaparecida empresa Enron- en lo que fue uno de los casos de corrupción y fraude más grande en la historia empresarial del país.

No se espera que mencione al cabildero republicano Jack Abramoff, centro de lo que podría ser el mayor escándalo de corrupción política en Washington en el último siglo, ni las fotos en donde lo saluda en la Casa Blanca. Tampoco dará detalles de los documentos internos de la Casa Blanca sobre la inepta respuesta federal al desastre causado por el huracán Katrina.

Tampoco mencionará que el país ha registrado un nuevo récord de deuda externa en 2005, rebasando el récord establecido el año anterior, reporta el New York Times.

Pero aparte del estado de su gobierno, el estado del país tampoco será completamente revelado. Aquí se ofrece un mosaico de datos para intentar completar un informe sobre el "estado" de Estados Unidos:

En el ámbito económico, el ingreso real medio para los hogares en la distribución de ingreso se ha desplomado cada año entre 1999 y 2004. El crecimiento en utilidades empresariales es espectacular, con más de 50 por ciento desde 2001, mientras que el incremento real total de salarios creció menos de 7 por ciento en ese periodo. La concentración de la riqueza empresarial, según las estadísticas más recientes, ha llegado al punto donde el 1 por ciento de los hogares más ricos del país es dueño de 57.5 por ciento de la riqueza empresarial.

En el contexto económico internacional, según datos del Estudio de Ingresos Luxemburgo -analizado por el economista Doug Henwood de Left Business Review- entre 13 países importantes, Estados Unidos es el tercero más desigual en la distribución de ingreso, sólo superado por México y Rusia; también goza de la tasa de pobreza más alta después de esos mismos dos países.

Unos 45 millones de estadounidenses -aproximadamente uno de cada siete- no tiene seguro de salud. Hoy el Colegio Americano de Médicos declaró que el sistema de trato médico primario -el tratamiento médico básico que recibe la gente cuando acude para un examen rutinario o para tratar problemas menores- "está al borde del colapso" en Estados Unidos por fallas en el sistema médico nacional.

Funcionalmente analfabeta, 20 por de la población

De hecho, según el Programa de Desarrollo de la Organización de Naciones Unidas, Estados Unidos ocupa el lugar 17 de 18 entre los países desarrollados del mundo en su Indice de Pobreza Humana (que combina algunos indicadores sociales y económicos básicos) y 20 por ciento de su población es funcionalmente analfabeta, con lo que ocupa el tercer peor lugar en este rubro, detrás de Italia e Irlanda.

En torno a su tasa de mortalidad infantil, Estados Unidos ocupa el número 36 en el mundo, después de países como Grecia y Cuba.

Mientras tanto, el pueblo del país "más avanzado" del planeta está un poco confundido. Según sondeos reportados en varios medios, hay una gama de indicadores preocupantes, para algunos. Sólo 40 por ciento de los estadounidenses cree el la teoría de la evolución; 13 por ciento sabe lo que es una molécula. Una quinta parte de los estadounidenses aún creen que el sol gira en torno de la tierra, y aproximadamente una mitad sabe que los humanos no vivieron en la misma época que los dinosaurios. Otras encuestas como una de la revista Time revelan que 59 por ciento de los estadounidenses cree que las profecías apocalípticas de Juan en la Biblia se cumplirán, con casi todos creen que subirán al cielo en el éxtasis final.

Peor aún, al parecer algunos estadounidenses opinan que sus libertades son, pues, demasiado libres. Una encuesta nacional de CBS News reveló este mes que aproximadamente 50 por ciento de estadounidenses aprueba que el espionaje doméstico sin autorización judicial es aceptable.

Por otro lado, la última encuesta sobre opiniones en torno a la libertad de expresión garantizada por la Constitución, realizada por la Universidad de Connecticut hace un par de años, reveló que 34 por ciento de los estadounidenses cree que esta libertad debe ser más limitada; un 46 por ciento opinó que hay "demasiada" libertad de prensa; un 28 por ciento cree que no se les debería permitir a los periódicos publicar notas sin previa autorización del gobierno, y 31 por ciento deseaba que las protestas públicas de una guerra deberían ser prohibidas.

Algunos simplemente ya no pueden leer. El mes pasado la evaluación nacional de alfabetización adulta realizada por el Departamento de Educación del gobierno federal registro que soóo 31 por ciento de los egresados de universidad demostraron un nivel eficiente de poder leer y analizar textos en inglés. La última vez que se realizó este estudio nacional, en 1992, 40 por ciento demostró esa habilidad. El estado de la Unión es, pues, preocupante.