Estados Unidos

 

Inmigrantes protestan en calles de Manhattan

Por Javier Castaño
El Diario–La Prensa, Nueva York, 27/03/06

Los inmigrantes de la ciudad de Nueva York se están calentando y tienen la bendición de la iglesia. "Si firman la ley antiimigrante, será el cuchillo de su propia garganta", dijo ayer el pastor Luis E. Espinosa en la Iglesia Presbiteriana Fort George.

El templo está ubicado en la avenida St. Nicholas y la calle 186, en el alto Manhattan. Hasta allí llegaron caminando alrededor de mil personas que protestaron contra el proyecto de ley HR4437 que pretende criminalizar a los inmigrantes.

La marcha comenzó en el parque McKenna de la calle 165 y contó con la vigilancia de la policía. "Este es el mensaje de Dios para el presidente Bush: no joda a mi pueblo". Palabras del reverendo Luis Barrios.

La multitud respondió eufórica: "Aquí estamos, no nos vamos, y si nos echan... regresamos". Lloviznaba sobre La Gran Manzana, aunque también hacía sol.

"La lluvia es un buen signo porque hace crecer la semilla", dijo Carlos López, vicario de la Iglesia Santa Rosa de Lima. El religioso López hacía alusión a la marcha que los activistas y sindicalistas están programando para el próximo 10 de abril a favor de los inmigrantes.

Habían activistas comunitarios como Radamés Pérez, miembros de la Local 32BJ y militantes del Partido Socialista, quienes repartían copias del periódico El Militante.

Una bandera roja y negra con la imagen del Che Guevara ondeaba al lado de la tarima de madera.

"Tenemos que derrotar la propuesta de reforma de inmigración del representante Sesenbrenner porque está en contra de la reunificación familiar y la conquista de trabajos dignos", dijo Pérez. "Es una ley infame y por eso debemos estar dispuestos a protestar en la calle".

Encabezaban la propuesta el asambleísta Adriano Espaillat, el concejal Miguel Martínez y José Fernández, de la organización de bodegueros.

La mexicana Cristina Aparicio vive en esta ciudad hace nueve años y acudió ayer a la marcha en compañía de sus tres hijos: Jessica, de seis años, Marcos, de cinco; y Guadalupe, de tres. Es de la población de Guajaca y vive en la avenida St. Nicholas con Marcos, el papá de sus tres hijos. Cristina dijo que ha trabajado en varias "factorías" de ropa, pero que actualmente no trabaja porque debe cuidar a sus hijos. El que trabaja en construcción es su compañero Marcos y gana 500 dólares a la semana. Son católicos, devotos de la Virgen de Guadalupe, extrañan a sus familias y pagan 1,300 dólares mensuales de renta.

"Todos los años pagamos impuestos y ni siquiera tenemos seguro médico", dijo Cristina mientras se desplazaba por la avenida St. Nicholas, gritando y empujando el coche con su hijo menor.

"Acompaño a mi mamá porque queremos vivir tranquilos en esta nación", dijo su hija Jessica, quien nació en el Hospital de Harlem y estudia en la escuela pública 128 del alto Manhattan.

La dominicana Herminia Cuello y su hija Mary Then vieron la marcha desde el interior del restaurante "El Pollo Dorado" de la calle 185. "Por aquí hay más ilegales que legales y si los echan no quedará nadie para trabajar", dijo Then. "Que legalicen a los indocumentados", añadió Cuello.

La colombiana Doris Macías participó en la macha por iniciativa propia y en compañía de su esposo Carlos Osorio y de su hijo. "Los inmigrantes tenemos que unirnos y derrotar esta ley que es injusta", dijo Macías, residente de Woodside, Queens.

Antes de la marcha también hablaron varias representantes del Caucus de la Mujeres Dominicanas, como Raisa Castillo, Bienvenida Corporán y Carmen Suero.

"Soy abogada e hija de una inmigrante que fue indocumentada", dijo Castillo. "Pero, en este país, todos tenemos derecho como seres humanos y merecemos un trato digno".

Este semana el Senado debate la reforma a las leyes de inmigración y la comunidad inmigrante ha manifestado su aprobación al proyecto de ley presentado por los senadores demócratas McCain y Kennedy que le permite a los inmigrantes trabajar, pagar impuestos, portarse bien y aspirar a una residencia permanente.

La ley propuesta por el republicano Sesenbrenner no ofrece la posibilidad de la legalización y por el contrario criminaliza a los inmigrantes indocumentados y a las personas que los ayuden o protejan, como las iglesias.

"Dios hace justicia y ustedes no están solos. Si esta ley es aprobada, no la cumpliremos y saldremos a la calle a protestar", añadió el reverendo Espinosa. "Esta es una nación de inmigrantes".

Hoy lunes hay una protesta nacional en Washington. Esta semana hay varios foros de inmigración y el próximo sábado primero de abril habrá otra marcha en las inmediaciones del Puente Brooklyn, organizada por Radio Visión Cristiana, la Confraternidad de Líderes Conciliares (Conlico) y los Ministros Hispanos.

"Será algo apoteósico, superior a la marcha de Los Angeles", concluyó el reverendo y senador Rubén Díaz.