EEUU - Iraq

 

Un desastre que podría empeorar aún más

Editorial de The New York Times, 11/01/07

El presidente Bush dijo a los estadounidenses anteanoche que fracasar en Irak sería un desastre. El desastre es la guerra de Bush, y él ya fracasó. Anteanoche fue su oportunidad para dejar de ofrecer más confusión y ser honesto con Estados Unidos, pero no la aprovechó.

Los estadounidenses necesitan escuchar un plan claro que apunte a desenredar las tropas de Estados Unidos del desastre creado por Bush. Más bien lo que recibieron fueron más palabras diáfanas acerca de la victoria en el combate al terrorismo y la creación de una “joven democracia” en Irak. En otras palabras, una forma de agotar el tiempo restante de este presidente y dejarle su desorden al siguiente.

Bush efectivamente reconoció que algunas de sus tácticas anteriores habían fallado. Pero incluso así el mandatario estadounidense dio la impresión de que era un turista accidental en Irak. Describió el fracaso del esfuerzo del año pasado, enfocado en pacificar Bagdad, como si la Casa Blanca y el Pentágono no tuvieran ninguna responsabilidad.

En cualquier caso, las excusas de Bush fueron de una insuficiencia trágica. La nación necesita reconocer de manera consciente que el único objetivo restante radica en sacar a las fuerzas armadas de Estados Unidos de esta guerra civil en una forma que minimice la matanza de iraquíes; un objetivo destinado a reducir las probabilidades de que el caos desatado por Bush envuelva a los vecinos de Irak.

Nosotros nos hemos pronunciado a favor de un esfuerzo con miras a llevar seguridad a Bagdad, pero como parte de una amplia solución política que estuvo totalmente ausente en el discurso de Bush. Esta guerra ha alcanzado el punto en que meramente prolongarla podría empeorar aún más un resultado negativo. Sin un plan real para llevarla a su conclusión, no tiene sentido alguno hablar acerca de programas de empleos y ofensivas militares. No hay nada por delante en Irak salvo un desastre aún mayor.