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Golpe electoral a Blair por la guerra de Irak

Agencia EFE, 11/06/04

El apoyo del Gobierno británico a la guerra de Irak ha provocado un revés electoral sin precedentes del Partido Laborista en los comicios locales celebrados el jueves, que podría debilitar el liderazgo de Tony Blair.

Tony Blair ha admitido que su apoyo a la guerra de Irak "ha sido una sombra para nuestro apoyo" en las elecciones locales celebradas el jueves, en las que el Partido Laborista sufrió un descalabro electoral.

"Creo que hay que mantenerse firme y seguir adelante" afirmó Blair a la cadena BBC.

Blair indicó que "es un momento difícil" para el Ejecutivo laborista porque el problema de Irak "nos causa dificultades", pero subrayó los logros económicos de su gestión, algo que "la gente puede ver".

"Creo -explicó- que Irak ha sido una sombra para nuestro apoyo, nos provoca problemas, a mí me causa dificultades, pero tenemos que entender que estas decisiones se le presentan al Gobierno".

A falta de escrutar el voto en cinco de los 166 ayuntamientos en juego en Inglaterra y Gales, el Laborismo ha perdido 462 concejales y, de extrapolarse los resultados al ámbito nacional, se quedaría como la tercera fuerza, detrás de conservadores y liberal demócratas.

La recuperación de la alcaldía de Londres, en la que seguirá Ken Livingstone pero ahora como laborista, supone sólo un cierto consuelo ante un mapa municipal donde el partido de Blair ha perdido al menos ocho municipios, entre ellos bastiones como Leeds o Newcastle que gobernaba desde hace más de 25 años.

Livingstone, readmitido este año en el "redil" laborista tras cuatro años de expulsión por presentarse y ganar después con holgura como independiente, se impuso en el segundo recuento al conservador Steve Norris por 160.000 votos de ventaja.

Con una participación del 40%, las elecciones locales han registrado unos resultados peor de lo esperado por los estrategas laboristas más pesimistas, que suponen un "puntapié" al partido en el poder, admitió el viceprimer ministro, John Prescott.

En el ámbito nacional

Según la cadena BBC, si los datos locales se extrapolasen a un ámbito nacional, el Partido Laborista quedaría como tercera fuerza política con el 26% de los votos, frente al 38% de los conservadores y el 29% de los liberales.

Se trata de los peores resultados en su historia reciente y ya han suscitado críticas incipientes contra el liderazgo de Blair pues, como reconocen varios ministros y el propio jefe del Gobierno, la causa principal del desastre es la guerra de Irak.

Desde Washington, donde asistió al funeral del ex presidente Ronald Reagan, Blair pidió "mantenerse firmes" y afirmó que los resultados de unas elecciones locales no tienen por qué influir en las generales del año próximo, aunque reconoció que "Irak ha sido una decisión tremendamente difícil".

En el Reino Unido, varios ministros admitieron que los electores británicos acudieron el jueves a votar pensando en Irak más que en asuntos locales que les afectan directamente, aunque cerraron filas en torno a su líder. "Irak fue la nube, o más bien la sombra, sobre esas elecciones", afirmó el viceprimer ministro Prescott.

El ministro de Interior, David Blunkett, se confesó "horrorizado" con los datos y admitió que la guerra contra Irak "ha dividido a familias, ha dividido al Partido Laborista y ha dividido a amigos" pues "algunos piensan que fue una decisión equivocada".

En cualquier caso, el ministro indicó, al ser preguntado al respecto, que el liderazgo de Blair no está en entredicho en el Partido Laborista y en el mismo sentido se manifestaron los titulares de Exteriores, Jack Straw, y Economía, Gordon Brown.

Hace meses que se reproducen las especulaciones acerca de que Blair renunciará, en favor de Brown, a ser cabeza de lista laborista en las elecciones generales de 2005, debido a que su nombre va unido a Irak y un apoyo incondicional al presidente de EEUU, George Bush.

Las presiones se verán azuzadas con el resultado electoral, a la espera de los resultados de los comicios europeos que se celebraron también el jueves y que se darán a conocer el domingo.

La parlamentaria laborista Christine McCafferty exigió hoy al primer ministro que se disculpe por la guerra de Irak y admita que se equivocó, si quiere recuperar la confianza de los votantes.

"Si el primer ministro dijese: 'Me equivoqué' y pidiese perdón, entonces mucha gente estaría dispuesta a volver a confiar en él. Pero si no lo hace, creo que muchos votantes pensarán que es hora de tener un nuevo líder", afirmó McCafferty en declaraciones a la BBC.

Clare Short, la ex ministra de Cooperación Internacional que dimitió en desacuerdo con la guerra de Irak, insistió hoy en reclamar la renuncia del primer ministro, como ha hecho en otras ocasiones.

"Creo que el electorado le está mandando un mensaje a Tony Blair porque el Partido Laborista parece incapaz de controlarlo. Lo que hicimos en Irak ha traído desgracia y deshonor al Reino Unido en todo el mundo", afirmó la laborista Short, una firme detractora del primer ministro.

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