Rusia

 

Rusia capitalista: comparada con la ex URSS, el número de burócratas se duplicó en relación a la población

Los datos de corrupción y burocracia revelan una sociedad enferma

inSurGente, 04/12/05

Un sospechoso mutismo practican ahora, quienes en su día llenaron horas de televisión y radio, y miles de páginas en diarios, hablando y escribiendo sobre la burocracia y la corrupción de la extinta URSS. Es lógico, ya que el panorama que ofrece hoy la Rusia capitalista, no resiste comparación alguna con los datos de entonces. Es interesante acercarnos a ellos. "Los ritmos de crecimiento de nuestra burocracia y de su corrupción son solo equiparables al alza de los precios del petróleo", comentó recientemente Gari Kasparov, ex campeón mundial de ajedrez y hoy en día uno de los líderes opositores rusos.

De acuerdo con los datos difundidos por el Ministerio de Fomento Económico, en el último decenio el número de funcionarios del Estado en comparación con la desaparecida URSS se duplicó.

En la URSS de 1970 había, según datos oficiales de la época, 240 millones de habitantes y un millón de burócratas, mientras que la Rusia actual, con 145 millones de habitantes, tiene 1.300.000 funcionarios públicos.

Tan drástico crecimiento se produjo sobre todo en los últimos años dentro de la 'construcción de la vertical del poder', como definen la reforma administrativa impulsada por Vladímir Putin a fin de recuperar el centralismo perdido tras la desintegración de la URSS.

A partir del próximo 1 de enero, con la entrada en vigor de la Ley de Autogobierno para las regiones, se sumarán al ejército burocrático ruso otros 176.000 efectivos más.

Pero para los ciudadanos rusos no es siquiera el desmesurado número de la burocracia y los gastos que ellos supone, sino los insaciables apetitos personales de los burócratas, que han conseguido que este año Rusia aparezca en el lugar 126 (de un total de 158) de los países más corruptos del mundo, elaborado por la organización Transparency International.

En esta lista Rusia cuenta con el récord absoluto de velocidad de desplazamiento: hace nueve años atrás ocupaba el lugar 47 y tan solo en los últimos 12 meses perdió 36 posiciones.

A partir de 2001, según las investigaciones del centro ruso INDEM, los apetitos de los funcionarios corruptos se multiplicaron por 13.

Para el ex ministro de Economía, Yevgueni Yasin, la corrupción en Rusia es un fenómeno 'lógico', por cuanto 'es inherente al sistema' en el que los empleados públicos reciben salarios míseros.

Elena Panfilova, representante de Rusia en Transparecy International, ve sin embargo las causas de esta metástasis en la ineficacia de la lucha contra la corrupción, proclamada por el presidente Putin.

El consejo presidencial contra la corrupción se reunió por última ve en enero de 2004 y hasta hoy en día lo encabeza el ex primer ministro Mijaíl Kasiánov, actualmente investigado por haber privatizado una finca valorada de decenas de millones de dólares.

A los ojos de la oposición, tanto de izquierda como de la derecha liberal, la corrupta burocracia es el punto débil más débil de Putin.

Al intervenir hoy en el congreso de su partido, el líder comunista Guennadi Ziugánov proclamó el objetivo político de 'erradicar la burocracia como clase social'.

Las causas económicas de la corrupción están, a su juicio, en que un tercio del Producto Interior Bruto lo produce la economía sumergida, que existe 'para pagar sobornos a los funcionarios'.

'El volumen total de los sobornos a funcionarios de todos los niveles superó el año pasado los 300.000 millones de dólares y supera 2,7 veces la partida de ingresos del presupuesto nacional', dijo.

Desde el otro extremo político y también del país, el otrora hombre más rico de Rusia y hoy preso de un campo de trabajos situado cerca de la frontera con Mongolia, Mijaíl Jodorkovski, proclamó que la lucha contra 'el dominio en Rusia de los burócratas egoístas...acaba de empezar'.

Hace dos años el entonces dueño de la mayor petrolera privada del país fue detenido bajo acusaciones de fraude, evasión fiscal y otros delitos económicos.

Condenado a ocho años de prisión en un juicio que fue tachado de farsa por sus abogados y las fuerzas de oposición, Jodorkovski se declaró inocente de todos los cargos y denunció que las acusaciones en su contra fueron orquestadas por el Kremlin para desmantelar su imperio petrolero.

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