Escocia

 

Reino ¿Unido?

El Partido Nacionalista Escocés gana las elecciones en su país

inSurGente, 05/05/07

Los nacionalistas escoceses han obtenido un total de 47 escaños, uno más que los laboristas de Tony Blair, según el recuento final publicado ayer por la BBC, tras una dura pugna por hacerse con el control del Parlamento de Edimburgo. Mientras, los Conservadores han obtenido 17 escaños y los liberal demócratas, 16. Tras conocerse estos resultados, el portavoz del Partido Nacionalista Escocés (SNP) Alex Salmond (en la fotografía) afirmó que el Partido Laborista había perdido la "autoridad moral de gobernar Escocia", según la cadena pública británica. El SNP registró en las últimas horas un importante avance y al final ha sumado nada menos que 20 escaños a su actual representación en el Parlamento escocés, que es de 27 diputados. El SNP ya ha anunciado su intención de convocar en el 2010 un referéndum para decidir la escisión de Escocia del Reino Unido. Hagan clic en "Leer más" para ampliar la información.

Los nacionalistas escoceses partían como favoritos en todas las encuestas y parecen haber arrebatado a los laboristas uno de sus feudos históricos, donde gozaban de mayoría en el Parlamento autonómico desde su establecimiento en 1999 con el proceso de devolución de competencias promovido por el Gobierno Blair.

Con 50 escaños, los laboristas han gobernado la pasada legislatura en coalición con los liberal demócratas en Escocia. Ahora, la formación ha perdido cuatro escaños.

Nada más ganar su escaño en el Parlamento de Edimburgo, Salmond, que arrebató la circunscripción de Gordon a los liberal demócratas (tercera fuerza del país), aseguró que corrían "vientos de cambio" en toda Escocia.

El líder del SNP no las tenía todas consigo para lograr su escaño, ya que se presentaba por una circunscripción donde su partido no era el favorito, en vez de hacerlo en un feudo nacionalista o una lista regional.

Referéndum

El SNP ya ha anunciado su intención de convocar en el 2010 un referéndum para decidir la escisión de Escocia del Reino Unido, lo que, sin duda, ha inquietado a Tony Blair y a algunos otros dirigentes europeos como Zapatero que no sabe qué hacer con la patata caliente del conflicto vasco que le abrasa las manos.

Casi cuatro millones de personas estaban llamadas a las urnas en Escocia, donde se votó también para renovar las 32 autoridades locales de la región, que suponen un total de 1.222 cargos de concejal.

Aunque no se han dado datos oficiales de participación, los medios de comunicación británicos apuntan que ésta podría superar hasta en diez puntos la del 2003, que fue del 50% del electorado.

También se han celebrado elecciones autonómicas en Gales y municipales en Inglaterra, donde los laboristas han encajado una derrota menor de lo que pronosticaban los sondeos.


Escocia se dispone a votar por un proyecto independentista

Los laboristas se preparan para un revés electoral en las municipales británicas

Por Marta López
Enviada especial a Edimburgo
El Periódico, 03/05/07

Declarado ya de facto futuro primer ministro británico, el todavía titular de Finanzas, Gordon Brown, viajó ayer a Edimburgo en un intento de evitar la que se anuncia que va a ser hoy la herida más dolorosa para los laboristas en una jornada electoral de la que no esperan ninguna alegría: la pérdida de la mayoría en el Parlamento de Escocia, donde, según todas las encuestas, ganará el Partido Nacionalista Escocés (SNP), con un proyecto independentista.

Las de hoy serán las terceras elecciones que celebra Escocia desde la devolution de sus instituciones, en 1999, y su resultado amenaza con provocar un terremoto político, tanto en Londres como en Edimburgo. Que Brown sea un escocés de Glasgow no parece que pueda evitar que los laboristas sufran en su bastión tradicional la derrota más amarga de una jornada en la que 39 millones de electores están también llamados a renovar el Parlamento de Gales y los consejos municipales de Inglaterra y Escocia.

De confimarse lo que predicen todas las encuestas, será la primera vez en 50 años que la roja Escocia dé la espalda a los laboristas. Lo hará votando a favor del SNP que lidera el carismático Alex Salmond, quien tiene una prioridad en su agenda: la celebración de un referendo sobre la independencia en el 2010.

Pese a que solo el 38% de los escoceses apoyan hoy la independencia, el horizonte del referendo plantea un gran desafío a Londres. Por ello, conscientes de lo mucho que está hoy en juego, tanto Brown como Blair se han implicado personalmente en la campaña de Escocia, multiplicando allí sus visitas para lanzar mensajes tremendistas sobre el riesgo de "romper Gran Bretaña". En varias ocasiones, Brown ha esgrimido el peligro de "balcanización" del país si el SNP llega al poder.

Frenar al SNP

En sus últimos llamamientos, Jack McConnell, el actual primer ministro escocés, ha pedido el voto de conservadores y liberales demócratas, como única forma de frenar al SNP. En cambio, con la seguridad que le da una victoria anunciada, Salmond ha optado por un mensaje de moderación y se ha declarado dispuesto a colaborar con Brown una vez este se instale en el número 10 de Downing Street. "Tenemos la obligación de respetar los deseos democráticos de los escoceses", subrayó Salmond.

Las últimas encuestas publicadas ayer redujeron la ventaja del SNP y está claro que los nacionalistas no van a poder gobernar en solitario, al quedarse lejos de los 65 escaños necesarios para la mayoría absoluta en una Cámara de 129 diputados. Los liberales demócratas, contrarios a la independencia pero sí favorables a un transferencia de mayores competencias al Parlamento de Holyrood, se vislumbran como principales socios, después de haber gobernado desde 1999 con los laboristas.

Las perspectivas parecen más favorables a los laboristas en el Parlamento de Gales, donde el avance de los nacionalistas del Plaid Cymru será insuficiente para arrebatarles la mayoría de los 60 escaños de la Cámara. En Inglaterra, las encuestas vaticinan al partido en el Gobierno la pérdida de entre 600 y 700 puestos municipales.

La anunciada despedida de Tony Blair no podría ser más ingrata. La impopular guerra de Irak le pasa ahora factura.

Salmond sueña financiar la independencia con petróleo

¿Es viable una Escocia independiente? Depende para quien. Para el jefe de los nacionalistas escoceses, Alex Salmond, gracias a los ingresos petroleros del mar del Norte–– que ahora van a parar íntegramente al Tesoro británico–– Escocia puede emular el éxito logrado por Noruega, Irlanda o Islandia.

Al igual que en Noruega, el Partido Nacional Escocés (SNP) propone crear un fondo petrolero de unos 133.000 millones de euros. Para los laboristas, el programa económico de los nacionalistas supondrá un déficit en las finanzas escocesas de 16.000 millones de euros y, según el Financial Times, una Escocia independiente deberá en 10 años reducir los gastos o aumentar los impuestos, ante la previsible caída de la producción de petróleo en el mar del Norte.


Los nacionalistas escoceses dan por hecha su victoria electoral

Los partidarios de Blair temen los peores resultados en 25 años en las municipales

Por Marta López
Enviada especial a Edimburgo
El Periódico, 04/05/07

Los últimos días o semanas de Tony Blair en Downing Street no le van a resultar plácidos. Los laboristas se preparan para encajar hoy uno de los peores resultados de su historia, con la dolorosa pérdida de Escocia, donde los independentistas del Partido Nacionalista Escocés (SNP) llevan camino de convertirse en la primera fuerza del Parlamento. La derrota se anuncia también de grandes proporciones en los municipios de Inglaterra y, aunque de menor amplitud, en la Asamblea de Gales.

Bajo un sol espléndido, los escoceses que fueron ayer a las urnas coincidían en destacar la importancia de las terceras elecciones al Parlamento de Holyrood, que pueden convertirse en la llave que en el futuro abra la puerta a una Escocia independiente. La independencia es la razón de ser del SNP y en los planes de su dirigente, el carismático Alex Salmond, figura la convocatoria, en el 2010, de un referendo para decidir sobre la secesión, que no obstante ahora solo apoyan el 38% de los escoceses.

"Voto por un nuevo Gobierno para Escocia y por una nueva esperanza para el futuro", subrayó un radiante Salmond tras depositar el voto en la localidad de Strichen. Razones para ser optimista no le faltaban: la encuesta publicada ayer por The Daily Telegraph daba al SNP seis puntos de ventaja sobre los laboristas y 45 escaños en el nuevo Parlamento, 20 más de los que tiene ahora, pero lejos de la mayoría absoluta.

La devolución de 1999

La anunciada victoria de los nacionalistas en Escocia es un duro golpe para el Gobierno laborista, el que en 1999 restituyó el Parlamento escocés precisamente con el objetivo de contener el nacionalismo. Quien en semanas está llamado a suceder a Tony Blair, Gordon Brown, es escocés y diputado en Westminster por la circunscripción de Kirkcaldy. Muy implicado en la campaña escocesa, Brown ya ha adelantado que le será muy difícil colaborar con alguien que "quiere romper Gran Bretaña".

El horizonte era también negro para los los laboristas en los municipios de Inglaterra y, en menor medida, en Gales. En la Asamblea galesa se conformarían con perder dos o tres escaños de los 29 que poseían hasta ahora, pero cualquier resultado por debajo de los 25 sería un desastre. Si eso ocurre, los nacionalistas del Plaid Cymru podrían sustituirles en la coalición de gobierno.

El partido de Blair también se contentaría con perder entre 200 y 300 puestos en los consejos municipales ingleses, donde algunos sondeos le vaticinan los peores resultados de los últimos 25 años, con la supresión de hasta 600 cargos.

De tal derrumbe no necesariamente han de beneficiarse los conservadores. Su nuevo líder, David Cameron, pone a prueba por primera vez su potencial en las urnas y el veredicto es impredecible. Si los vientos le son favorables, los tories se convertirán en la segunda fuerza en Gales y pueden ganar más de 500 puestos en Inglaterra. Pero Cameron necesita lograr un porcentaje de votos nacional que supere el 40% y hacer progresos en el norte, si pretende ser un serio contendiente en las elecciones generales del 2009. Los sondeos indican que no tiene esperanzas de colocar a ninguno de sus hombres en ayuntamientos clave como Manchester, Liverpool y Newcastle.