Tensiones
Rusia - Occidente

 

La "resovietización" de Putin

EEUU y la UE temen el relanzamiento militar de Rusia con el eje Irán–China

IAR Noticias, 24/08/07

Utilizando como herramientas estratégicas el petróleo y el desarrollo armamentista, Vladimir Putin corrobora mediante nuevos gestos y movidas que intenta relanzar a Rusia como la gran potencia del siglo XXI en abierta competencia con EEUU y sus socios de la Unión Europea. Los especialistas occidentales, más que a nada, temen a una "resovietización" militar de Rusia en el marco de las nuevas alianzas estratégicas trazadas con China, Irán y países asiáticos y europeos que se oponen a la influencia regional de la OTAN.

Favorecido por los altos precios del petróleo, y con su renovado sistema de armamento nuclear y convencional, el gobierno de Putin comienza a desafiar a la hegemonía imperial estadounidense en relación con Asia, Irán, Medio Oriente y América Latina

En el marco de la llamada "crisis de los misiles" con EEUU en Europa, y en medio de un recrudecimiento de la "guerra fría", la Rusia de Putin acaba de colocar su bandera debajo del Polo Norte, paralelamente a los movimientos de sus bombarderos nucleares en el Pacífico y a los ejercicios militares con China.

Además, Rusia multiplicó sus anuncios de fabricación de nuevos armamentos estratégicos y convencionales, e incrementó en grados notables sus exhibiciones de fuerza militar ante Occidente para mostrar la voluntad de mantener sus ambiciones de superpotencia.

Las reservas de Rusia en oro y divisas superan los 415 mil millones de dólares, más de 4 veces el mínimo necesario para mantener la estabilidad del sistema financiero del país, afirmó la semana pasada Guennadi Melikián, vicepresidente primero del Banco Central (BC) de Rusia.

En un escenario de creciente poderío económico, con el petróleo y la energía como fuente de poder estratégico, Rusia ratificó la semana pasada su voluntad de restablecer el orden multipolar en las relaciones internacionales con el reinicio del patrullaje permanente de su aviación estratégica sobre regiones alejadas del planeta, tras un intervalo de 15 años.

Mientras Putin fundamentaba la importancia de esa medida para la seguridad nacional, en occidente recordaban la advertencia del teniente general Leonid Ivashov de que la "guerra fría" está de nuevo en marcha.

Vicepresidente de la Academia de Problemas Geopolíticos, Ivashov señaló como primera señal del conflicto el deterioro de los nexos entre Estados Unidos y Rusia, en particular en la esfera política.

Al referirse a Europa, el académico sugirió que además de su reciente moratoria sobre el cumplimiento del Tratado de Fuerzas Armadas Convencionales (FACE), Rusia debe suspender la cooperación con la OTAN.

El experto militar ruso señaló también la necesidad de establecer un nuevo sistema de seguridad y, sin dejarse arrastrar a la carrera armamentista, centrar esfuerzos en la búsqueda de respuestas asimétricas.

El vuelo simultáneo de 14 portamisiles estratégicos, naves de apoyo y de reabastecimiento, hasta sumar un total de 20 aparatos de combate, parece ser parte de estrategia de disuasión que sugiere Ivashov contra el avance norteamericano en Asia y la Europa post–soviética.

De acuerdo con lo explicado por Putin, el operativo con los grupos estratégicos se mantendrá en el aire durante 20 horas y actuará en interacción con la Marina de Guerra, sobre los océanos Atlántico, Pacífico, Glacial Artico y el Mar Negro en cooperación con aviones cazas y de radiolocalización a larga distancia.

Para los analistas y medios occidentales, la decisión de Putin está en sintonía con su discurso pronunciado en febrero pasado en la 42 Conferencia Internacional sobre Seguridad de Munich, Alemania, en la que advirtió que el modelo unipolar imperial estadounidense en el mundo contemporáneo es inadmisible e imposible.

Desde principios de año Putin ha criticado duramente la "carrera armamentista" (que según él, busca afianzar la hegemonía imperial de EEUU) y los planes estadounidenses de desplegar una estación de radar en la República Checa e interceptores en Polonia, lo que el Kremlin ve como una "amenaza directa" a su seguridad.

Como respuesta a lo que considera "amenaza directa" a su territorio por parte de EEUU, el líder ruso suspendió a mediados de julio por decreto la aplicación del tratado de Fuerzas y Armas Convencionales en Europa (FACE), considerado la piedra angular de la seguridad en el continente.

Desde entonces, analistas de la prensa estadounidense y europea vienen destacando una escalada de "demostraciones de fuerza militar" por parte de Moscú que –según ellos– arroja combustible y más tensiones a la "guerra fría" entre Rusia y EEUU.

Putin ha criticado duramente la "carrera armamentista" norteamericana (que según él, busca afianzar la hegemonía imperial de EEUU) y los planes estadounidenses de desplegar una estación de radar en la República Checa e interceptores en Polonia, lo que el Kremlin ve como una "amenaza directa" a su seguridad.

Como respuesta a lo que considera "amenaza directa" a su territorio por parte de EEUU, el líder ruso suspendió a mediados de julio por decreto la aplicación del tratado de Fuerzas y Armas Convencionales en Europa (FACE), considerado la piedra angular de la seguridad en el continente.

Desde entonces, analistas de la prensa estadounidense y europea vienen destacando una escalada de "demostraciones de fuerza militar" por parte de Moscú que –según ellos– arroja combustible y más tensiones a la "guerra fría" entre Rusia y EEUU.

En este escenario de "guerra latente" (inducida por una aceitada estrategia mediática de disuasión militar) Rusia anunció la puesta en marcha de un sistema defensivo aeroespacial sin parangón en el mundo, con el S–400, capaz de derribar de manera simultánea 12 objetivos aéreos de cualquier tipo desde una altura de 10 metros hasta los 30 kilómetros.

Repitiendo ejercicios militares conjuntos de 2005 y 2006, en el marco de la Organización pro cooperación de Shanghai (OCS),Moscú y Beijing, reafirmaron su alianza estratégica en Asia central. Participaban además Kadsajstán, Türkmenistán, Kirghizia, Uzbekistán y Tadyikistán.

Según la prensa occidental, la presencia de observadores destacados por Adserbaidyán, Ucrania, Biolorrusia y Mongolia parece una llamativa “reconstrucción” de la Unión Soviética.

La invitación a Irán como quinto observador de esa maniobras militares el otro ingrediente estratégico que preocupa y desvela a los estrategas de Washington y el Pentágono que ya hablan abiertamente de la "resovietización" de Rusia con una proyección estratégica que tiene un eje en China y otro en Irán y Medio Oriente.

Según analistas estadounidenses, Vladimir Putin “resovietiza” sectores claves de la economía y emplea al monopolio Gazprom como ariete para penetrar en Europa occidental.

Para el conjunto de los analistas europeos y estadounidenses, la asociación estratégica Rusia–China–Irán y el "efecto musulmán" son las dos cartas fundamentales que los halcones norteamericanos e israelíes deberán evaluar antes de lanzar los misiles contra las instalaciones nucleares de Teherán.

Según sugieren esos mismos analistas, la demostración del poderío militar de Rusia esta destinado a que los estrategas y generales del Pentágono "piensen dos veces" antes de atacar Irán.