Haití

 

Haití, víctima de una ocupación 'humanitaria'

Por Gladys Martínez López
Diagonal, Madrid, 16/02/06

Dos años después del golpe de Estado que expulsó al presidente Jean–Bertrand Aristide del país, los haitianos han votado, en las elecciones del 7 de febrero, por René Préval, candidato que, a ojos del pueblo, más se acerca en su opción política al presidente depuesto. Son éstas las primeras elecciones desde que, el 29 de enero de 2004, Aristide fuera derrocado por una intervención militar de EE UU, Francia y Canadá, avalada en cuestión de horas por la ONU.

Desde entonces, 7.300 soldados de 22 países, dirigidos por un comando brasileño, y 1.600 policías de otros 33 Estados, se hallan desplegados en Haití, con la misión de democratizar, estabilizar y pacificar el minúsculo país caribeño. Sin embargo, según denuncias de organizaciones de derechos humanos, "la violencia grave, la impunidad flagrante y la ausencia del Estado de derecho siguen siendo fenómenos generalizados".

Los haitianos han elegido en las elecciones presidenciales del 7 de febrero, marcadas por el caos, a René Préval, que la población identifica con la opción política expulsada del poder el 29 de febrero de 2004. En esa fecha, el presidente Jean–Bertrand Aristide, elegido democráticamente, fue derrocado por un grupo armado apoyado por la intervención militar de EE UU, Francia y Canadá, que fue avalada inmediatamente por la ONU. Préval ejerció como primer ministro bajo la presidencia de Aristide en 1991, y como presidente del país entre 1996 y 2001. Según la agencia de noticias Haiti Information Project (HIP), "la mayoría de los que apoyan a Préval pertenecen a la misma base de electorado que apoyaba a Aristide y a su partido Lavalas. Esta base está compuesta por campesinos y por habitantes de barrios pobres en las grandes ciudades". En una encuesta a pie de urna, HIP llegó a la conclusión de que "muchos de los entrevistados veían que un voto para Préval es un voto para el regreso de Aristide". Según una encuesta realizada en noviembre por el Democracy Group, el 51% de los haitianos desea que Aristide regrese al país.

Quizá respondiendo a este deseo, Préval anunció durante la campaña que no se opondría a ello en caso de llegar al poder. Pero según dijo Brian Concannon, director del Institute for Justice and Democracy in Haiti, poco antes de los comicios, "la gran pregunta no obtendrá respuesta ni el 7 de febrero ni en Haití: ¿Aceptará esta vez la comunidad internacional la elección de los votantes haitianos?"

Misión de 'estabilización'

Desde el derrocamiento de Aristide, la ONU estableció en Haití una Misión de Estabilización (MINUSTAH) que en la actualidad cuenta con 7.300 soldados y 1.600 policías.

Una de las misiones de las tropas de la ONU es formar y dar apoyo logístico a las operaciones de la Policía Nacional Haitiana, un cuerpo plagado de corrupción y acusado de numerosas violaciones de los derechos humanos, lo que provoca, según Amnistía Internacional, que "el apoyo del que puede disfrutar la Misión de Estabilización de la ONU entre la población haitiana se desvanece cada vez que se hace público un abuso cometido con impunidad por agentes de la Policía".

Es más, según la denuncia hecha a DIAGONAL por Brian Concannon, director del Institute for Justice and Democracy in Haiti, la ONU "no sólo apoya a la Policía, sino que está matando a gente ella misma, y está realizando arrestos ilegales e inconstitucionales".

Aunque su misión es, entre otras, estabilizar el país mediante el desarme de las facciones armadas y asegurar el respeto de los derechos humanos, "la violencia grave, la impunidad flagrante y la ausencia del Estado de derecho siguen siendo fenómenos generalizados en Haití", según un informe de Amnistía Internacional (AI). El propio jefe de derechos humanos de la MINUSTAH, Thierry Fagart, reconoció en octubre que la situación es "catastrófica". En declaraciones a DIAGONAL, Fagart ha reconocido que "cuando en el plano de los derechos civiles y políticos vemos que la justicia no funciona, y que la policía es corrupta, incompetente o tiene motivaciones políticas, es evidente que hay problemas enormes"

Hoy, 170.000 armas están en manos de ex militares y bandas delictivas "que las utilizan para cometer graves abusos", según el informe citado.

Se calcula que entre 3.000 y 5.000 ex militares del ya inexistente Ejército haitiano se han reagrupado en facciones armadas, pero la MINUSTAH jamás los ha interceptado.

"Desde la asunción al poder del Gobierno de Transición no se ha hecho ningún esfuerzo serio para abordar la cuestión del desarme, pese al brusco aumento de la violencia y las muertes", dicen desde AI. Numerosos informes de asociaciones de derechos humanos denuncian que gran parte de esa violencia proviene de la Policía Nacional Haitiana, responsable de gravísimas violaciones de derechos humanos, desde arrestos y detenciones arbitrarias a desapariciones, ejecuciones sumarias y asesinatos, que sufren sobre todo los habitantes de barrios marginales como Cité Soleil o Bel–Air, donde se concentra también la base de apoyo a Aristide y su partido Lavalas. A pesar de todo, EE UU ha decidido recientemente aprobar una licencia comercial para la venta de armas de fuego a la Policía haitiana por un mínimo de un millón de dólares.

¿Fuerza de paz? También la MINUSTAH tiene entre sus funciones la de prestar apoyo y formar a la Policía. En un informe presentado en marzo por la Harvard Law Students Advocates for Human Rights, se denuncia que "la MINUSTAH ha hecho muy poco para reformar la Policía. Sus esfuerzos más visibles los ha dedicado a dar apoyo logístico a las operaciones de la Policía, implicada en violaciones de los derechos humanos". Por ello, AI constata que "el apoyo del que puede disfrutar la MINUSTAH entre la población haitiana se desvanece cada vez que se hace público un abuso presuntamente cometido con impunidad por agentes de la Policía. Ese apoyo también se ha ido debilitando entre los habitantes de los barrios marginales y los partidarios de Fanmi Lavalas, debido a que la MINUSTAH tiene la obligación de prestar asistencia a la Policía Nacional, cuyos agentes siguen cometiendo abusos generalizados contra miembros de ambos sectores"

Además, Brian Concannon ha declarado a este periódico que la ONU "no sólo apoya a la Policía, sino que está matando a gente ella misma, y está realizando arrestos ilegales e inconstitucionales"

En julio, tropas de la MINUSTAH mantuvieron un enfrentamiento en Cité Soleil que se saldó oficialmente con siete hombres armados muertos y, según fuentes extraoficiales, con 23 civiles asesinados.

"Debo decir que la operación duró diez horas y que se disparó un número impresionante de cartuchos, y no podemos excluir que hubiera gente que se encontrara en el camino de las balas lanzadas por la MINUSTAH o por los otros. No tenemos pruebas, ni para decir que hubo víctimas colaterales, ni para decir que no las hay", se ha explicado Thierry Fagart. La página www.haitiaction.net denuncia continuas muertes de civiles atribuidas a las fuerzas de la ONU, y según el presidente de la Asociación de Periodistas Haitianos, Guy Delva, el jefe de la ONU en Haití, Juan Valdés, dijo en enero: "Vamos a intervenir [en Cité Soleil] en los próximos días. Creo que habrá daños colaterales, pero tenemos que imponer nuestra fuerza"

Todo esto en un país en el que el paro supera el 80% y el salario medio es de un dólar al día. Concluye Fagart que "en el plano de los derechos económicos y culturales, cuando vemos que una parte importante de la población no tiene acceso a servicios básicos como el agua potable, la alimentación, la sanidad y la educación, la situación es efectivamente dramática". Y sin embargo, nadie en la ONU criticó el pago de 52 millones de dólares que el Gobierno interino hizo al Banco Mundial en 2005 como parte de una deuda externa de 1.500 millones.


Hechos y fechas

2 enero 2004

El Grupo de los 184, creado y financiado por EE UU, presenta una "alternativa de transición" y exige la renuncia de Aristide.

Los líderes de la oposición son Guy Philippe, soldado y ex jefe de Policía formado por las Fuerzas Especiales de EE UU y admirador de Pinochet; Louis–Jodel Chamblain, comandante de un escuadrón de la muerte en los '90; André Apaid, testaferro norteamericano y financiero de la dictadura de los Duvalier.

17 marzo 2004

Se forma un Gobierno interino con Gérard Latortue como primer ministro. Con la formación de este Gobierno, la Constitución es vulnerada en tres puntos: Latortue no vive en Haití, sino en EE UU; y no es confirmado por el Parlamento, sino por un Consejo de Sabios. Por último, el Gobierno interino se mantiene dos años, en vez de un máximo de tres meses.

30 abril 2004

El Consejo de Seguridad aprueba la resolución 1542, en que se establece que la Fuerza Multinacional Provisional será sustituida por la Misión de Estabilización (MINUSTAH) el 1 de junio. La misión tendría una duración provisional de seis meses.

29 febrero 2004

Las Fuerzas Especiales de EE UU entran en el Palacio Presidencial y obligan al presidente Aristide a exiliarse. Poco después, el Consejo de Seguridad de la ONU autoriza el despliegue de la Fuerza Multinacional Provisional (EE UU, Francia, Canadá y Chile). Pero antes de que se celebre la reunión, EE UU y Francia envían tropas al país.

11 noviembre 2004

Un contingente español toma el control de Port Liberté y Ouanaminthe, en la frontera norte con República Dominicana. Hoy son unos 200 militares, policías y guardias civiles, al mando también de tropas marroquíes, cuya misión principal es la de formar a la Policía haitiana.

6 julio 2005

La MINUSTAH hace una operación militar en el barrio de Cité Soleil, donde mueren siete miembros de bandas. Según otras fuentes, habría 23 civiles muertos. Oficiales de la MINUSTAH han admitido recientemente que civiles desarmados podrían haber muerto en el tiroteo.

7 febrero 2006

Tras tres aplazamientos, se celebran las elecciones presidenciales y legislativas. A pesar del caos del proceso y de los fallos en las listas del censo, los haitianos se desplazan en masa para votar. Sale elegido por mayoría René Préval, candidato más cercano al depuesto Aristide.