El imperialismo
del siglo XXI

Cinco ex–altos mandos de la OTAN lanzan un manifiesto a favor de la estrategia del primer golpe nuclear

Por Ian Traynor (*)
The Guardian, Londres, 23/01/08
Sin Permiso, 27/01/08
Traducción de Casiopea Altisench

Occidente debe estar dispuesto a un ataque nuclear preventivo para tratar de contener la “inminente” difusión de armas nucleares, y en general, de destrucción masiva, de acuerdo con un manifiesto radical para una nueva OTAN firmado por 5 de los funcionarios y estrategas militares más veteranos de Occidente.

En un llamamiento a favor de una reforma de raíz de la OTAN y en pro de un nuevo pacto que una a EEUU, la OTAN y la Unión Europea bajo una “gran estrategia” capaz de enfrentar los desafíos de un mundo crecientemente brutal, los antiguos jefes de las fuerzas armadas de EEUU, Gran Bretaña, Alemania, Francia y Holanda insisten en que la opción de lanzar un “primer ataque” nuclear es un “instrumento indispensable”, puesto que “sencillamente, no hay ninguna perspectiva realista de un mundo libre de armas nucleares”.

El manifiesto se escribió tras conversar con mandos en activo y políticos, muchos de los cuales de los cuales o no pueden o no quieren airear públicamente su opinión. En algún momento de estos últimos 10 días ha sido presentado al Pentágono en Washington y al secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop. Sus propuestas serán probablemente discutidas el próximo abril en una cumbre de la OTAN que tendrá lugar en Bucarest.

“El riesgo de una ulterior proliferación [nuclear] es inminente, y con él, el peligro de una guerra librada con armamento nuclear, aun si de alcance limitado, podría llegar a ser posible”, arguyen los autores en su informe de 150 páginas a favor de una reforma de las estructuras y la estrategia militares occidentales. “El primer uso de armas nucleares tiene quedar sentado, en la vorágine de la escalada, como el instrumento último para prevenir el uso de armas de destrucción masiva.”

Los autores (el general John Shalikashvili, antiguo presidente de la junta estadounidense de jefes de estado mayor y excomandante supremo de la OTAN en Europa, el general Klaus Naumann, antiguo primer soldado alemán y ex–presidente del Comité militar de la OTAN, el general General Henk van den Breemen, un antiguo jefe del estado mayor holandés, el almirante Jacques Lanxade,un antiguo jefe de estado mayor francés, y Lord Inge, mariscal de campo y ex–jefe del estado mayor y de la defensa del Reino Unido) pintan un cuadro alarmante de las amenazas y de los retos a los que se enfrenta Occidente en el mundo posterior al 11 de septiembre, y ofrecen un negro diagnóstico sobre las presentes capacidades de defensa.

Los cinco mandos arguyen que los valores y el modo de vida occidentales están amenazados, pero Occidente ha de luchar para afirmar la voluntad de defenderlos. Las amenazas clave son:

• Fanatismo político y fundamentalismo religioso.

• El “lado oscuro” de la globalización, lo que significa el terrorismo internacional, el crimen organizado y la difusión de armas de destrucción masiva.

• Cambio climático y seguridad energética, que implican: competición por recursos y una potencial migración “medioambiental” a gran escala.

• El debilitamiento del Estado nacional, así como de organizaciones como la ONU, la OTAN y la Unión Europea.

Para triunfar, los generales llaman a revisar los métodos de toma de decisiones de la OTAN, formar un nuevo “directorio” de los líderes de EEUU, la UE y la OTAN, a fin de responder con rapidez a las crisis, así como a poner fin a la “obstrucción” a la OTAN por parte de la UE, ya las rivalidad de ésta con aquélla. Entre los cambios más radicales exigidos están éstos:

• Cambiar la actual toma de decisiones por consenso en los organismos de la OTAN por la votación mayoritaria, lo que significaría una acción más rápida al eliminar los vetos nacionales.

• La abolición de excepciones nacionales en las operaciones de la OTAN, como las que estorban en la campaña de Afganistán.

• Privar de capacidad de decisión en las operaciones de la OTAN a los miembros de la alianza que no participen en las operaciones.

• Uso de la fuerza, aun sin autorización del Consejo de Seguridad de la ONU, “cuando se precise la acción inmediata para proteger a grandes contingentes de seres humanos”.

En la estela de la última discusión sobre el rendimiento militar en Afganistán, que estalló cuando el Secretario de Defensa norteamericano, Robert Gates, dijo que algunos aliados no podrían desarrollar labores de contrainsurgencia, las cinco veteranas figuras del establishment militar occidental declaran también que el futuro de la OTAN está en juego en la provincia de[del río] Helmand [en Afganistán].

“La credibilidad de la OTAN está en juego en Afganistán”, dijo Van den Bremen.

“La OTAN está en una coyuntura y corre el riesgo de fracasar”, de acuerdo con el informe.

Naumann lanzó un urticante ataque al rendimiento de su propio país en Afganistán: “Llegó la hora de que Alemania decida si quiere ser un socio confiable”. Insistiendo en “reglas especiales” para sus propias fuerzas en Afganistán, el gobierno de Merkel en Berlín estaría contribuyendo a “la disolución de la OTAN”.

Ron Asmas, jefe del think tank que es la fundación German Marshall en Bruselas y antiguo funcionario veterano del Departamento de Estado norteamericano, describió el manifiesto como “un llamamiento a despertar”. “Este informe significa que el núcleo del establishment de la OTAN está diciendo que tenemos problemas, que Occidente.

Naumann concedió que la opción de reservarse el primer golpe nuclear es “controvertida”, también entre los cinco autores. Inge arguyó que “atarnos al primer uso o no primer uso es prescindir de una inmensa tabla de disuasión”.

Reservarse el derecho a iniciar un ataque nuclear fue un elemento central en la estrategia de guerra fría que llevó a la derrota de la Unión Soviética. Los críticos sostienen que lo que fue un instrumento productivo para enfrentar a una superpotencia nuclear ha no lo es.

Robert Cooper, un influyente consejero en política exterior y de seguridad europeas radicado en Bruselas, dijo sentirse “estupefacto”.

“Podría ser que llegáramos a usar armamento nuclear antes que nadie, pero yo me cuidaría mucho de irlo diciendo por ahí a voz en grito”.

Otro veterano funcionario de la UE dijo que la OTAN necesita “repensar su postura nuclear, porque el régimen de no proliferación está sometido a una enorme presión”.

Naumann llegó a sugerir que la amenaza de ataque nuclear era un consejo hijo de la desesperación. “La proliferación está en auge, y no tenemos demasiadas opciones de detenerla. No sabemos cómo manejar eso”.

La OTAN necesitaría mostrar “que aquí hay un gran garrote del que podríamos llegar a servirnos, si no queda otra opción”, dijo.


(*) Ian Traynor es corresponsal en Bruselas del diario británico The Guardian.