El imperialismo
del siglo XXI

El Caribe, una respuesta de Rusia al conflicto
del Cáucaso

Por Gustavo Herren
Boletin Entorno (Año 6 Número 75), 11/09/08

El Cáucaso, una región aparentemente lejana y aislada de América. Sin embargo, las intrincadas relaciones entre las potencias centrales crean conexiones que superan las distancias.

Durante la Guerra Fría las relaciones internacionales de Estados Unidos tenían una marcada componente en la confrontación ideológica. Después del colapso de la URSS, esta componente decreció y tomó importancia la competencia económica con base capitalista. (1)

Como consecuencia, sus estrategias mundiales se concentraron hacia el acceso y dominio de aquellos bienes físicos con valor para el sistema socio–económico–político que sustenta, y hace a su supervivencia como Potencia mundial central.

Tan importante como el acceso o posesión a las materias primas vitales, es asegurarse también los 'flujos' de esos recursos.

Según el Pentágono, existe un 'Arco de Inestabilidad' global desde la región andina (incluida Colombia, Venezuela y Bolivia), América Central y el Caribe, Africa, Oriente Medio, Asia Central, Filipinas e Indonesia. Lo que se corresponde con los principales yacimientos de hidrocarburos mundiales (situados en áreas con niveles de conflictividad) : Colombia, Venezuela, Argelia, Nigeria, Chad, Sudán, Angola, Golfo Pérsico, Mar Caspio, mar de China Meridional, Indonesia. Areas a las que hoy debe sumarse el Atlántico Sur, con los recientes descubrimientos de reservorios submarinos por Brasil, los hallazgos en Malvinas y su proyección hacia la Antártida.

Por otro lado, garantizar el flujo de recursos incluye el control de 'ductos' para transporte de fluidos, además de las rutas de transporte marítimo, de estrechos y pasos.

En el caso del Caribe y Atlántico Sur, serán el canal de Panamá (como prioritario) y el estrecho de Magallanes. La IV Flota de EEUU cumplirá esas misiones.

La estrategia de competencia económica sobre los recursos, incluye también a sistemas hidrológicos y acuíferos subterráneos comunes a varios países (potenciales fuentes de conflictos por agua dulce, en un futuro no lejano). De manera que el Arco de Inestabilidad se extrapola también hacia el territorio continental de América del Sur. Regiones como la Triple Frontera de Argentina, Brasil y Paraguay probablemente 'sufrirán' un aumento paulatino de núcleos de narcotráfico, narcoterrorismo y terrorismo, ya que la lucha contra las drogas es una eficiente herramienta que EEUU utiliza para justificar su injerencia en los países (caso Colombia).

Las concentraciones de recursos minerales también califican. Lo cual sumado a los yacimientos de hidrocarburos, ameritó por ejemplo, a la reciente creación por el Departamento de Defensa, del Comando Africa (USAFRICOM) cuya área de responsabilidad es el continente africano entero. Así el 'cuerno de Africa' (Somalia, parte de Kenia, Etiopía, Yibuti, Eritrea y Sudán) dejó de estar a cargo del Comando Central (USCENTCOM) que se concentró en Oriente medio y Asia Central.

A su vez, Asia Central había sido competencia periférica del Comando del Pacífico (USPACOM), que vigilaba especialmente Asia–Pacífico y el sur de Asia (China), y en 1999 le fue transferida al USCENTCOM, dada su proximidad. Aunque en realidad, esta señal aparentemente 'administrativa' y de poca trascendencia, marcó nada menos que el cambio de paradigma estratégico de incompatibilidad ideológica al de pura competencia económica de la pos–Guerra Fría, en que el Mar Caspio había cobrado inusitada importancia cuando se descubrieron en su cuenca oriental importantes yacimientos de hidrocarburos.

Las Potencias regionales mayores o centrales construyen zonas (o 'esferas') de influencia, en que logran que predominen en cierto grado sus intereses por sobre los de determinado país, lo que está relacionado con lo que podría denominarse niveles de dependencia o alineamiento de los países. Por sus parte las Potencias compiten permanentemente entre sí, por extender sus zonas de influencias y así sus dominios de poder en lo económico, militar, ideológico, tecnológico y cultural. Sus tácticas responden al objetivo primario de evitar que emerjan rivales, que conlleva a que deben disuadir a sus competidores a que no aspiren a un liderazgo global o regional en el plano militar y no militar.

Las regiones fronterizas con las potencias mayores pueden ser altamente susceptibles a su influencia por proximidad, sin embargo no necesariamente las zonas deben ser conexas fisicamente.

En tiempos de la Guerra Fría la URSS ejercía fuerte influencia sobre los países de Europa Oriental. Luego del colapso soviético aprovechando los conflictos regionales y mediante las revoluciones 'de colores' y secesiones, EEUU logró imponer en distinto grado su influencia sobre varios de estos países y otros en la región caucásica y en Asia Central, que frecuentemente deben maniobrar su dependencia entre dos fuerzas mayores. Las inversiones de sus transnacionales y de sus instituciones financieras constituyen herramientas fundamentales para intervenir en los asuntos de la región. Los hidrocarburos y sus líneas de distribución (oleoductos y gasoductos) conforman poderosos medios de influencia.

Pero la región de las ex repúblicas soviéticas es fronteriza a la actual Federación Rusa, de modo que EEUU extendió su influencia hasta el mismo borde ruso que a su vez opone la propia. La guerra de las redes de oleoductos en el Cáucaso es uno de sus efectos, el conflicto en Georgia es uno de los desenlaces. Otro es la instalación por el Pentágono en Polonia y República Checa de un sistema antimisilístico de interceptores.

A pesar del colapso de la URSS y la transición al capitalismo, poco se menciona que Rusia no perdió su paridad nuclear frente a EEUU. Los misiles interceptores en Polonia son parte del Programa Misilístico de Defensa Nacional (NMD) (un 'escudo' que protegerá a EEUU contra misiles balísticos intercontinentales), y es uno de los primeros pasos para romper el equilibrio de disuasión nuclear a favor de Washington.

Por otro lado en América, la fuerte influencia de EEUU sobre el continente ha sido evidente como lo proclamó la doctrina Monroe (1823) imbricada en la del Destino Manifiesto, por ello se suele estigmatizar al resto de América como su 'patio trasero'.

El salvaje Liberalismo económico impuesto sobre el continente por EEUU y la Unión Europea durante la década de 1990, y la coyuntura económica mundial produjeron que Washington pierda parte de su influencia continental, que está intentando recuperar (IV Flota mediante).

EEUU visualiza a Brasil como la potencia emergente en Latinoamérica, y buscando los intereses comunes avanza en el aislamiento de Venezuela con la intensificación de las relaciones bilaterales entre Brasil y Argentina. El 'enfriamiento' del oleoducto del sur y otros proyectos regionales propuestos por el presidente Chávez es parte de ello.

El que Washington haya extendido su influencia en el Cáucaso hasta las mismas fronteras de Rusia, es como si ésta lo hiciera sobre México. Una confrontación entre ambas potencias y las coaliciones de Estados aliados a cada uno, puede tener peores consecuencias dentro del marco capitalista que en la Guerra Fría. Por lo pronto, las fuerzas navales de Rusia y Venezuela realizarán en noviembre próximo ejercicios conjuntos en el mar Caribe, para reforzar sus lazos de amistad y cooperación.


1.– Condoleezza Rice, 'Rethinking the National Interest', Foreign Affairs, July/August 2008.