Irak resiste

 

EEUU impone a un hombre de la CIA como primer ministro de Iraq

Por Loles Oliván y Carlos Varea
CSCAweb, 31/05/04

EEUU ha decidido imponer la designación del iraquí de nacionalidad británica Iyad Alawi como futuro primer ministro del gobierno interino iraquí, a quien Paul Bremer, procónsul de la Autoridad Provisional de la Coalición, traspasará el poder el próximo 30 de junio, ceremonia meramente formal con la que la Administración Bush pretende legitimar interna e internacionalmente las bases de una nueva etapa de dominación colonial del país, tras la grave crisis abierta este año por la actividad insurgente, que ha situado al borde del colapso el proyecto inicial de ocupación del país.

Esta elección, tomada unilateralmente por la Administración Bush e impuesta al actual Consejo Gubernativo (CG) iraquí, no solo reafirma el interés de los ocupantes en mantener bajo su estrecho control un Iraq sin soberanía, sino que pone de manifiesto el nulo papel real que EEUU pretende otorgar a Naciones Unidas (NNUU): el limitado mandato asistencial concedido al secretario general de NNUU, Kofi Annan, para facilitar la designación de los miembros del futuro gobierno interino a través de su enviado especial, Lajdar al-Ibrahimi, ha quedado abiertamente ridiculizado, al haber impuesto EEUU la designación de Alawi al CG sin ni tan siquiera notificar previamente al propio al-Ibrahimi tal decisión. El propio CG anunció públicamente la designación sin advertir a su vez al enviado de Annan a Bagdad [1].

Si bien es cierto que Alawi había tenido que ser incluido en la lista de al-Ibrahimi como posible candidato a miembro del nuevo gobierno interino por las presiones de EEUU y en contra del favorito del enviado especial de NNUU (el científico iraquí Husain Shahristani, exiliado en Inglaterra y ajeno al CG), NNUU ha tenido que asumir finalmente la designación oficial de Alawi una vez efectuada y cuando la misión del enviado especial de Annan estaba al borde del colapso precisamente por las injerencias y presiones de EEUU en las deliberaciones para conformar una lista de candidatos. Ya en días anteriores, la Administración Bush había desautorizado la decisión de al-Ibrahimi de que el nuevo gobierno transitorio tuviera un carácter tecnocrático, no político, y que sus miembros fueran distintos de los componentes actuales del CG, preferiblemente residentes en el interior del país -es decir, no llegados con las fuerzas de invasión- y no directamente involucrados en la desastrosa etapa inicial de ocupación que ha ahora se pretende cerrar.

La designación pública de Alawi, miembro del CG y la aceptación sin rechistar y a posteriori de NNUU demuestran, una vez más, la dependencia directa de la oficina del secretario general de NNUU respecto de EEUU, y obliga a reflexionar sobre las condiciones en las que la Administración Bush trata de imponer una nueva resolución al Consejo de Seguridad (CS) para legitimar el "traspaso de poder" previsto para el 30 de junio [2].

Iyad Alawi, el perfil de un colaboracionista

Iyad Alawi, iraquí instalado desde 1971 en Gran Bretaña, se exilió de Iraq tras haber desempeñado un alto cargo en la dirección de los servicios de inteligencia de su país. Promovido y financiado por los servicios de inteligencia de Arabia Saudí y Kuwait, y por los británicos del M-16, en 1990 formó un nuevo grupo opositor, el denominado Acuerdo Nacional Iraquí (ANI), que en 1996, con la Administración Clinton, obtuvo reconocimiento, respaldo y financiación directa de la CIA para colaborar con otras organizaciones de exiliados iraquíes a sueldo igualmente del Pentágono o del Departamento de Estado en el derrocamiento del gobierno de Sadam Husein, de acuerdo con los planes previstos en la ley aprobada ese año por el Congreso estadounidense, la denominada Iraq Liberation Act [3].

A diferencia de otros grupos opositores vinculados a Washington y Londres, el ANI se nutrió en su constitución básicamente de exiliados desertores de las Fuerzas Armadas y de los servicios de seguridad iraquíes [4]. Debido a este perfil, los sucesivos gobiernos estadounidenses y británicos, confiados en que el ANI pudiera promover un golpe de Estado interno que les evitara la toma al asalto de Iraq, hizo de la organización de Alawi el principal interlocutor de los servicios secretos de ambos países, muy particularmente de la CIA ya los últimos años. Aportando supuestos datos del interior de Iraq y el testimonios de desertores, se considera que el ANI fue el principal alentador de la argumentación que la Administración Bush y el gobierno Blair utilizarían para justificar a lo largo de 2002 y 2003 la invasión de Iraq y el derrocamiento de su régimen: el relanzamiento del programa de armas de destrucción masiva por parte de Iraq y la amenaza inminente que ello suponía [5].

Desde comienzos de los años 90, el ANI y el propio Alawi formaron parte activa en las reuniones de grupos iraquíes en el exilio promovidas por las agencias británicas y estadounidenses, cuando no abiertamente por el Foreign Office y el Departamento de Estado para preparar el asalto definitivo contra Iraq [6]. Durante mucho tiempo, el ANI tuvo también una base en Jordania.

En 2003, Iyad Alawi y el ANI retornaron a Iraq bajo el paraguas de las tropas de ocupación y en abierta competencia y enfrentamiento por los favores de EEUU y la Administración de ocupación con Ahmed Chalabi, presidente del Congreso Nacional Iraquí (CNI), creado y financiado por el Departamento de Defensa estadounidense. Alawi fue designado en junio de 2003 por Bremer miembro del CG como uno de los representantes de la comunidad shi'í de Iraq, así como presidente de su Comité de Seguridad. Desde este cargo, Alawi ha colaborado con el mando militar estadounidense en Iraq y con sus sistemas de inteligencia, poniendo al servicio de la ocupación extranjera a los miembros de su propia milicia.

El 'shi'í' adecuado

Alawi ha sido elegido por EEUU como primer ministro por tener un perfil en el que confluyen las características que mejor se ajustan a las previsiones para el mantenimiento de la ocupación y que garantizan a priori que el gobierno de transición quede blindado y no cuestione la tutela militar, política y económica de Washington.

Por una parte, Alawi, en su calidad de shi'í y a pesar de su tradición laica, cumple con la formalidad de la representatividad confesional de la más numerosa comunidad del país, de acuerdo con la lógica sectaria y fragmentadora que EEUU quiere imponer en el futuro político de Iraq. Pero sobre todo, cumple esa función representativa fuera de la órbita de los grupos shi'íes que, tanto en el seno del CG (el Consejo Supremo de la Revolución Islámica en Iraq y al-Dawla) como fuera de él (el gran ayatollah as-Sistani), representan esencialmente, desde estratos doctrinarios religiosos e igualmente políticos, los intereses de Irán en Iraq, que por lo demás, para desesperación de EEUU y la APC, han sido incapaces -como pretendían- de evitar que la comunidad bascule hacia las posiciones radicales del clérigo Muqtada as-Sadr, quien representa asimismo un shi'ísmo extremadamente conservador pero contrario al tiempo a la influencia iraní y a la ocupación.

En este sentido, igualmente, se debe recordar que Alawi ha sido el gran beneficiario de la retirada del apoyo de la Administración Bush a Chalabi, aliado preferente del Pentágono y del Departamento de Defensa desde 1990 hasta hace unos meses y caído en desgracia tras haberse conocido su -supuesto- doble juego a favor de los servicios secretos de Irán.

En segundo lugar, la experiencia y la vinculación de Alawi con las cuestiones de la seguridad y su interlocución privilegiada con las agencias de inteligencia estadounidenses, británicas y regionales, hacen de este personaje una figura proclive a manejar los resortes del poder tutelado en Iraq desde los parámetros de la represión de la resistencia armada iraquí, la neutralización de la disidencia política y social interna contra la ocupación, y el control de las injerencias de fuerzas extranjeras (muy especialmente, de Irán) que no sean las propias asociadas a los dictados de la metrópoli estadounidense.

La designación de Alawi confirma así que EEUU no tiene ninguna intención de devolver la soberanía a Iraq. El secretario de Defensa estadounidense, Colin Powell, ya ha vuelto a reiterar, tras hacerse pública la designación de Alawi, que las tropas estadounidenses (138.000 efectivos) permanecerán en Iraq indefinidamente "por consentimiento" de las nuevas autoridades iraquíes [7]. Sin prestigio y sin reconocimiento en el interior del país, Iyad Alawi representa a los ojos de la mayoría de los iraquíes la figura del exilado colaboracionista, a sueldo primero de la CIA y ahora de los ocupantes -por lo demás, la imagen que al-Ibrahimi decía querer evitar. Por ejemplo, el portavoz de la Asociación de Ulemas Musulmanes, Muhamad Ayash, ya ha declarado que esta designación no cambia nada sobre el terreno:

"[...] El hecho de que los gobernantes de Iraq sean designados por una fuerza de ocupación hace que la elección de Alawi esté viciada. [Los iraquíes] [s]omos muy claros respecto a lo que queremos: queremos que las fuerzas de ocupación lideradas por EEUU se vayan de Iraq para que el pueblo iraquí elija a sus gobernantes libremente. Los iraquíes seguirán sospechando de cualquier representante designado por la ocupación estadounidense." [8]

La elección del presidente: enfrentamiento Consejo/Autoridad de ocupación

La elección de Alawi deja poco que esperar del resto de designaciones para ese "gobierno transitorio", cuya composición definitiva se última entre importantes enfrentamientos y tensiones, particularmente respecto a la elección del nuevo presidente del país [9].

Por una parte, los miembros del CG rivalizan por el reparto de las cuotas de un poder que habrá de ser limitado y que estará supeditado a una Autoridad de ocupación transmutada a partir del 30 de junio en macro-embajada de EEUU bajo la jefatura de Negroponte y con hasta 5.000 funcionarios.

En segundo lugar, la Autoridad de ocupación quiere imponer sus propios candidatos, aquellos que mejor se ajusten a sus intereses en esta nueva etapa de tutela discreta pero efectiva del país, mientras que los miembros del Consejo Gubernativo iraquí pretenden, tratando sin duda de legitimarse internamente y procurando distanciarse de unas fuerzas de ocupación con la que se hunden, elegir figuras menos asociadas a los invasores. Es el caso del enfrentamiento respecto a la elección del nuevo presidente del país, que habrá de ser un sunní. Así, apoyado al parecer por el enviado de NNUU al-Ibrahimi, el procónsul Bremer quiere también imponer para este cargo a Adnan Pachachi, de 81 años, un exilado igualmente muy próximos a los círculos occidentales y las monarquías del Golfo, mientras el Consejo opta por el actual presidente de turno de esta instancia, el también sunní sheij Ghazi Mashal Ajil al-Yawar, un empresario mucho más joven que Pachachi y algo más distanciados que éste de los ocupantes... al menos en su indumentaria [10]. Explícitamente, el domingo, políticos iraquíes del CG mostraban su preocupación por que el nuevo gobierno interino tuviera un perfil claramente asociado a EEUU y que ello restara credibilidad interior e internacional [11].

Las carteras del nuevo gobierno sí parecen ya pactadas entre EEUU y el CG, reservándose como compensación las de Defensa y Asuntos Exteriores a kurdos. Un shi'í -Adel Abdul Mahdi- será ministro de Finanzas [12].

Por último -pero esencial-, con la vista puesta en la aprobación de una nueva resolución por el Consejo de Seguridad de NNUU en el próximo mes, antes del 30 de junio, que otorgue un cierto barniz de legitimación internacional de la nueva instancia iraquí y a la nueva etapa de ocupación encubierta que se inicia, EEUU ha de conceder al propio al-Ibrahimi un cierto papel tras el jarro de agua fría que ha supuesto la designación de Alawi y una vez que con ello la indigna y subsidiaria labor de NNUU haya quedado claramente retratada. La elección impuesta de Alawi no ha dejado de ser considerada por gobiernos miembros importantes del Consejo de Seguridad como demostrativa de la escasa voluntad de EEUU de ceder a NNUU o a los propios iraquíes un protagonismo real en Iraq tras el 30 de junio.

Notas de CSCAweb:

1. Associated Press, 29 y 30 de mayo de 2004.

2. Véase en CSCAweb: Propuesta de nueva resolución del CS: someter Iraq a la tutela colonial indefinida salvando a EEUU del desastre - Texto del borrador de la nueva resolución sobre Iraq

3. El contenido de la Iraq Liberation Act en castellano y un análisis sobre su contenido pueden verse en: Iraq: ¿Qué es el INDICT?

4. Sobre los distintos grupos opositores iraquíes vinculados a EEUU y Reino Unido, véase en CSCAweb: La oposición iraquí en el exilio

5. The Guardian, 30 de mayo de 2004.

6. Véase en CSCAweb: Mientras inicia el entrenamiento de mil exilados en Hungría y ante el fracaso de la conferencia opositora de Londres, la Administración Bush se reafirma en la opción de un gobierno militar propio tras la ocupación de Iraq | EEUU y Gran Bretaña vuelven a convocar en Londres a una enfrentada oposición iraquí para diseñar el futuro de Iraq tras la guerra y ocupación del país y enlaces relacionados.

7. Associated Press, 30 de mayo de 2004.

8. Al-Jazeera, edición electrónica, 29 de mayo de 2004.

9. Hendawi, H.: "Iraqi Council Strugles with Presidency", The Guardian, 30 de mayo de 2004; y The Washington Post, 31 de mayo de 2004.

10. The Guardian, 31 de mayo de 2004

11. Opus cit.

12. Según Chalabi, ABCNews Online, 31 de mayo de 2004.

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