Irak resiste

 

El plan de Bush: provocar la guerra civil

Por Mike Whitney (*)
ZNet, 15/01/05
Traducción para IraqSolidaridad de Paloma Valverde

"El fracaso de Faluya significa que el proyecto de destruir el resto de las ciudades iraquíes es remoto. Es más, el éxito dependerá del aumento del número de tropas estadounidenses y del desarrollo a largo plazo de una estrategia para 'progresivamente' establecer la seguridad. La otra única opción es desviar la atención de las tropas de ocupación haciendo que la inestabilidad se extienda. Una guerra civil serviría a los intereses a corto plazo de la Administración [Bush], pero podría también provocar una revuelta en toda la región. Es un riesgo que ninguna persona mentalmente sana siquiera pensaría. La determinación de seguir adelante con las elecciones del próximo 30 de enero demuestra que la Administración [estadounidense] no ha modificado sus estrategias temerarias y de mentiras que han llevado su proyecto al borde del precipicio."

La administración Bush está llevando a Iraq de forma intencionada hacia la guerra civil. Las elecciones son meramente un catalizador para prender la llama de lo que podría ser un levantamiento social total. Esto explica la extraña insistencia en [que se acuda a] votar cuando la seguridad es prácticamente inexistente y un apenas 7% de la población puede siquiera identificar a los candidatos, un dato que ha sido entresacado del periódico bagdadí del propio [Iyad] Alawi, al-Sabah. [El secretario de Defensa estadounidense Donald] Rumsfeld está utilizando las elecciones como una plataforma desde la que agravar las tensiones entre sunníes y shi'íes para desviar la atención de las tropas [ocupantes.] Es una actuación de locos, que solo revela la desesperación de la situación actual. El Pentágono esperaba confiado un "regalo caído del cielo" y, por contra, se han encontrado a sí mismo metido en una guerra de guerrillas.

Todo el mundo, desde Brent Scowcroft [1] hasta Tom Friedman [2], ha especulado sobre la posibilidad de una guerra civil [en Iraq]. Sus comentarios son más el reflejo de los deseos de la elite estadounidense que de la realidad sobre el terreno. Evidentemente, Friedman quisiera ver matarse a los musulmanes entre sí, pero eso no ocurrirá. Tom [Friedman] aún no se ha enterado de qué va la guerra y de que no va a cambiar. Lo mismo se puede decir de Rumsfeld. Para un secretario de Defensa que considera que "La información poder", Rumsfeld parece absolutamente asombrado por la verdadera naturaleza de la lucha. Parece incapaz de percibir incluso los elementos más evidentes del conflicto o de la sicología que los alimenta. ¿Qué pasó con la máxima militar "conocer a tu enemigo"?

Cuando destruyes el hogar de un hombre y asesinas y arruinas la vida de sus amigos, luchará. Y cuando a un hombre le robas todo lo que tiene, incluida su propia dignidad, le dejas con un único sentimiento: ira. Esta ira es ahora la que anima a la resistencia de una manera que nadie había podido prever. El único superpoder mundial está atrapado en una situación sobre el terreno, como Gulliver, y el alto mando del Pentágono está cada vez mas nervioso.

Conocer al enemigo

La guerra civil puede ser caótica. Instigar los odios sectarios y religiosos tiende a afectar el curso tranquilo de los negocios, como la purga de los enemigos potenciales y la extracción de los recursos vitales. Sin embargo, Rumsfeld casi no tiene opciones; el "divide y vencerás" puede ser todo lo que le quede. Si echamos un vistazo a los tres recientes proyectos imperialistas -Kosovo, Haití y Afganistán- se aplicó la misma estrategia. Los tres Estados han sido desmembrados completamente, entregados a las corporaciones multinacionales estadounidenses y reducidas al control militar o al caos. El resultado establece un precedente con similares resultados en Iraq. ¿Iraq va a ser balcanizado en términos étnicos y religiosos?

Esto es lo que los generales están deseando y sus planes ya están en marcha. Los marines desplegaron a los elementos shi'íes de la Guardia Nacional [iraquí] durante el sitio de Faluya con la intención evidente de exacerbar tensiones entre las dos facciones. Los peshmergas [guerrilleros] kurdos fueron utilizados en Mosul con la misma intención. Además, se ha producido una serie de atentados (concretamente los ataques contra los clérigos sunníes en Nayaf y Kerbala) que no se corresponden con el modo de actuación de la resistencia, sino que sugieren una operación clandestina (¿quizás de la CIA?) para provocar las hostilidades. Si a esto añadimos los resultados de las previstas elecciones, que se inclinan claramente hacia los shi'íes, ya tenemos un potencial real para fomentar entre ambos grupos la violencia. Es fácil ver cómo los ideólogos del Pentágono pueden creer que esas provocaciones podrían generar una gran lucha interna. Sin embargo, no ocurrirá.

Sea lo que sea lo que pensemos en este punto sobre los iraquíes, una cosa es cierta: conocen a su enemigo. El elemento de sorpresa o engaño se ha evaporado como las columnas de humo sobre Faluya. Saben quiénes somos y saben lo qué queremos de ellos: destruir su seguridad.

Rumsfeld, finalmente, parece estar empezando a comprender la gravedad de la compleja situación. La situación respecto a la seguridad se ha deteriorado de forma tan dramática que incluso el apoyo entre las clases dominantes está disminuyendo. La semana pasada, los gurús en política extranjera Brent Scowcroft y Zbigniew Brzezinski [3], lanzaron la primera ola de críticas dirigidas a la mala administración de la ocupación. El normalmente circunspecto Brzezinski estuvo especialmente agresivo, bramando que la guerra era un signo de "decadencia moral", un eufemismo que sin lugar a dudas lanzará olas de conmoción y pavor contra los santuarios de poder estadounidenses y los comités de asesores.

James Dobbins de la conservadora Corporation RAND [4] fue igualmente violento, espetando que "[...] lo primero es darse cuenta de que EEUU no puede ganara [de Iraq]". ¿EEUU no puede ganar?, Dobbins probablemente debería haber añadido a su primera observación: "no puede ganar, pero tampoco se quiere marchar". Las elites estadounidenses pueden criticar la administración de la ocupación pero han ligado el futuro de la nación al éxito de la ocupación y no renunciarán fácilmente.

Rumsfeld cambia sus planes

Hay signos de que el recalcitrante Rumsfeld está empezando a captar el mensaje. La semana pasada envío a Iraq al general retirado Gary Luck para que elabore un informe detallado sobre puntos fuertes y vulnerables de las fuerzas [estadounidense]. Cuando Luck regrese comparecerá ante el Congreso y hará un entusiasta llamamiento para enviar más tropas y solucionar el

problema de una vez por todas. Se espera de él que haga un deprimente retrato del fracaso de un Estado que amenaza con desestabilizar toda la región, a menos que EEUU se implique aún más. Tanto el Congreso como los medios de comunicación cumplirán el papel de hacer un llamamiento al pueblo estadounidense para que se mantenga firme frente a una larga y sangrienta ocupación. Muchos creen que el informe del general Luck determinará si Bush solicitará la ayuda al Congreso para reinstaurar el servicio militar obligatorio en época de guerra.

Hacer una lista de las virtudes del general Luck da indicio de que Rumsfeld está escuchando a sus detractores, de que su criterio ya no está por encima del de todos los demás. Su torpeza, en todos y cada uno de los aspectos de la guerra, ha limitado su habilidad para actuar de forma unilateral. O demuestra un cierto grado de cooperación o caerá. Los dos principales y estrepitosos fracasos de la guerra pueden ser achacados directamente a Rumsfeld. El primero, el haberse metido en Iraq "demasiado ligero", sin la suficiente capacidad para asegurar el orden [durante la posguerra]; el segundo que infravaloró a los 400.000 soldados iraquíes, la mayoría de los cuales constituyen ahora la resistencia. El resultado final en Iraq dependerá seguramente y en gran medida de esas dos estúpidas consideraciones.

La destrucción de Faluya

El asedio de Faluya fue una encrucijada para la ocupación estadounidense. El ala derechista de la intelectualidad insistió en que la resistencia en Faluya sería aplastada por cualquier medio posible; preferiblemente por un ejército superior en número. Faluya, de 250.000 personas [5], ha sido diezmado por los bombardeos aéreos indiscriminados de EEUU y un asalto sobre el terreno ha dejado 700 civiles muertos, el 70% de los cuales eran mujeres y niños.

En el primer ataque contra Faluya, el teniente coronel [del Cuerpo de Marines] McCoy señaló que "no queremos convertir en escombros la ciudad. Eso dará al enemigo más sitios donde esconderse". La orden de McCoy fue ignorada en el segundo asalto, el iniciado el 8 de noviembre. La ciudad ha sido "reducida a escombros" y convertida en "inhabitable", según un informe del Creciente Rojo [iraquí]. La Administración Bush aplicó la "Opción nuclear" a Faluya, destruyendo la ciudad para enviar un mensaje: que la continuación de la resistencia sería tratada en consonancia. El mensaje fue impecablemente rechazado.

Si de algo ha servido Faluya ha sido únicamente para el acercamiento de las fuerzas antiestadounidenses y para aumentar el reclutamiento de miembros de la resistencia. La violencia se ha extendido e intensificado por todo el [denominado] Triángulo Sunní, con un número de asaltos que han aumentado increíblemente hasta llegar a los 75 al día. Faluya ha eliminado cualquier sombra de duda de las mentes de los jóvenes iraquíes de que una postura no violenta es posible. El aplastamiento de una ciudad de 250.000 habitantes confirma, en términos espeluznantes, que la guerra se decidirá en función de la fuerza de las armas. Faluya ha eliminado cualquier "sombra de duda" que pudiera existir con anterioridad.

Los numerosos combatientes luchan desde el asedio [de Faluya] con firmeza. La fuerza de la actual resistencia fue valorada [hace dos semanas] por el jefe de la Inteligencia iraquí, el general Mohammed Shahwani. Shahwani declaró a un periódico saudí que "EEUU se enfrenta a 40.000 combatientes convencidos" y a un apoyo de "entre 150.000 y 200.000 personas". Previsiblemente, la noticia ha sido enterrada por la prensa occidental pero las implicaciones están claras. El Pentágono ha estado engañando, de forma intencionada, al pueblo estadounidense sobre el tamaño y la fuerza de la resistencia (las estimaciones previas estaban entre 5.000 y 20.000 resistentes) [6]. Estas nuevas cifras, que ahora son tenidas en cuenta por muchos de los analistas independientes, señalan una resistencia que es numéricamente mayor que las fuerzas de ocupación y que está completamente preparada para luchar, a sangre y fuego, en una guerra de guerrillas. Esto nos devuelve a la observación de James Dobbins de "[...] lo primero es darse cuenta de que EEUU no puede ganar".

La realidad

El fracaso de Faluya significa que el proyecto de destruir el resto de las ciudades iraquíes es remoto. Es más, el éxito dependerá del aumento del número de tropas estadounidenses y del desarrollo a largo plazo de una estrategia para progresivamente establecer la seguridad. La otra única opción es desviar la atención de las tropas de ocupación haciendo que la inestabilidad se extienda. Una guerra civil serviría a los intereses a corto plazo de la Administración [Bush], pero podría también provocar una revuelta en toda la región. Es un riesgo que ninguna persona mentalmente sana siquiera pensaría. La determinación de seguir adelante con las elecciones del próximo 30 de enero demuestra que la Administración [estadounidense] no ha modificado sus estrategias temerarias y de mentiras que han llevado su proyecto al borde del precipicio.

Hace meses, el periodista Andrew Cockburn [7] advertía en Bagdad que EEUU estaba "[...] en peligro de perder la guerra" en Iraq. Desde entonces la situación de seguridad ha ido empeorando con tenacidad y grandes zonas del país están bajo el control de la resistencia. Cada truco promocional que la Administración [Bush] ha utilizado (la Autoridad Provisional de la Coalición, la transferencia de soberanía y, ahora, las elecciones) ha logrado lo contrario de lo que se proponía: continuar con los ataques masivos y fortalecer la resistencia. La maquinaria de guerra de alta tecnología de Rumsfeld ha degenerado en Escuadrones de la muerte [8] y cámaras de tortura, un penoso retorno a las guerras medievales. Los dirigentes civiles, borrachos de prepotencia y avaricia, nunca se dieron cuenta de la resistencia que se perfilaba en el horizonte. Ahora se enfrentan diariamente al trauma y a la muerte sin tener un plan definido para el éxito. La misión iraquí es como un todoterreno del siglo XXI atrapado y cada vez más enterrado en la arena del desierto. A medida que se aproxima la fecha del 30 de enero hay cada vez menos señales de que las cosas puedan mejorar.


Notas de IraqSolidaridad:

1. Asesor de seguridad de los presidentes Ford y Bush (padre). Actualmente dirige una empresa de consultoría económica entre cuyos clientes se encuentran las grandes empresas de telecomunicaciones, energía, aeronaves, etc, etc.

2. Columnista internacional de The New York Times.

3. Asesor durante la década de los 60 de las administraciones Johnson y Kennedy es actualmente Consejero del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de Washington.

4. La corporación RAND se define a sí misma como "una organización sin ánimo de lucro cuya finalidad es la investigación y el análisis para aportar soluciones efectivas a los retos a los que se enfrentan el público y los sectores privados en el mundo entero".

5. Según estimaciones locales, Faluya podía contar con hasta medio millón de habitantes antes del asalto de noviembre.

6. Véase en IraqSolidaridad, Carlos Varea: Balance de la resistencia iraquí en diciembre de 2004: La Administración Bush en 'Fantasilandia': Dos informes internacionales dan por fracasada la actual estrategia de EEUU en Iraq, mientras el jefe de Inteligencia iraquí cifra en 200.000 el número de insurgentes

7. Periodista especializado en Oriente medio y autor del libro Out of the Ashes: The Resurrection of Saddam Husein.

8. Véase en IraqSolidaridad, Michael Hirsh, John Barry y Mark Hosenball: "Opción El Salvador" para Iraq - El Pentágono estudia enviar fuerzas especiales para la creación de Escuadrones de la muerte iraquíes

(*) Mike Whitney, residente en Washington, es analista de política de Oriente Medio, contribuyendo con sus textos a revistas como 'Palestine Chronicle'.

Volver