Irak resiste

 

Talabani afirma que la retirada de las tropas de ocupación no se producirá antes de dos años

EEUU no logra estabilizar el campo interno colaboracionista

CEOSI (*), Nota informativa
IraqSolidaridad, 19/04/05

El pasado 7 de abril tomaban posesión de sus cargos Jalal Talabani, como presidente de Iraq, y Ibrahim al-Jaafari, como primer ministro, ambos designados y consensuados por las dos listas más votadas en las elecciones de enero de 2005, respectivamente, la Alianza Kurda y la confesional shií Alianza Unida Iraquí (AUI) [1]. Al-Jaafari, de 58 años, es miembro de ad-Dawa, la otra pata de la AUI, junto al Congreso Supremo de la Revolución Islámica en Iraq (CSRII); Talabani dirige desde su fundación la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK). El acuerdo para el reparto entre ambas listas se alcanzó después de semanas de infructuosa negociación, que ha irritado profundamente a la Administración Bush.

El acuerdo incluye asimismo el reparto de las dos vicepresidencias entre Adel Abdul Mahdi, dirigente del CSRII, y el sheij Ghazi al-Yawar, anterior presidente interino, sunní. Mahdi, economista, hasta el momento ministro interino de Petróleo, es considerado el hombre clave de EEUU en el plano económico en Iraq y de su estrategia de privatización de los hidrocarburos, un proyecto por él defendido públicamente en varias ocasiones [2].

El nuevo presidente de Iraq ha indicado ya que "[...] tenemos una gran necesidad de la permanencia de las tropas de EEUU y otros países en Iraq hasta que seamos capaces de reconstruir nuestras propias fuerzas armadas. Creo que seremos capaces de ello en dos años, y mientras tanto mantendremos plena cooperación y coordinación con nuestros amigos estadounidenses, que han venido a liberar nuestro país" [3].

¿Quién es Talabani?

Tras años portentosa vinculación a un tiempo a Israel, Turquía, Irán y EEUU, Talabani personaliza ahora el sometimiento a la lógica de los ocupantes de los nuevos dirigentes iraquíes. Jalal Talabani nació en 1934 en Sanjad, estudió Derecho en Bagdad y ingresó joven en el Partido Democrático del Kurdistán (PDK). Talabani fue tempranamente una figura protegida del general Barzani, formando parte del buró político del partido en 1959, siendo un joven radical partidario de la lucha armada contra el régimen del general nacionalista Kassen, que había liderado el golpe de Estado republicado que puso fin a la monarquía tutelada por Reino Unido. En 1964 Talabani rompe sin embargo con el general Barzani y es uno de los instigadores de la llamada "revuelta de los intelectuales" dentro del PDK. Después del Acuerdo de Autonomía kurda firmado por Sadan Husein y el general Barzani el 11 de marzo de 1970, Talabani se exilia a Beirut.

La ruptura definitiva de Talabani con Barzani se produce sin embargo después de la firma de los Acuerdos de Argel (6 de marzo de 1975) entre Irán e Iraq, por los cuales el shah se comprometía a retirar su apoyo a los kurdos iraquíes, en tanto que Sadan Husein hacía lo propio con los kurdos iraníes. A la firma de estos Acuerdos se une la traición de EEUU, que expresa su apoyo al tratado irano-iraquí, cuando hasta entonces apoyaba al PDK. De hecho, el partido kurdo-iraquí había disfrutados de una alianza estrecha con Irán, EEUU e Israel, que con la firma de los Acuerdos de Argel perdía. Talabani funda en 1977 la Unión Patriótica del Kurdistán, que sigue siendo su líder hasta el día de hoy. Desde su fundación el partido de Talaban ha mantenido muy buenas relaciones con Turquía, Israel e Irán.

La rivalidad Talabani-Barzani

En las tres décadas pasadas, la rivalidad entre Barzani y Talaban ha sido un factor dominante en la política kurda, una confrontación que llevará al enfrentamiento armado en 1970 y en 1994-1998.

En 1991, tras la Guerra del Golfo, EEUU y Reino Unido establecen las denominadas "Zonas de exclusión aérea", primero en la zona kurda, después en el sur shií. En la zona kurda el verdadero objetivo no es proteger a su población de los ataques de Sadan Husein, sino debilitar al gobierno central e instalar sus fuerzas armadas en la región para sus planes futuros. En 1992 se crea el parlamento del Kurdistán iraquí y se celebran las primeras elecciones que ganan los partidos mayoritarios, PDK y UPK. Ese mismo año ambas formaciones ingresan en el Congreso Nacional Iraquí, el paraguas de fuerzas opositoras iraquíes liderado por Ahmad Chalabi y financiado por la CIA. Ya entonces es claro el proyecto de EEUU, derrocar a Sadan Husein. Los partidos kurdos aprueban entonces una resolución que reivindica un Iraq federal y democrático, renunciando a la independencia y preparando el camino para sus posturas actuales.

En 1994, las discrepancias entre el PDK y la UPK -determinadas por sus intereses personales y tribales de una y otra organización- son tan fuertes que se vuelve al enfrentamiento armado en el Kurdistán iraquí. Los motivos, el reparto de las zonas de influencia, del control de la ayuda humanitaria, de los lucrativos ingresos primeros del contrabando del petróleo y, tras la entrada en vigor en diciembre de 1996 del programa de Naciones Unidas "Petróleo por alimentos", del porcentaje del tránsito de crudo hacia el puerto turco de Ceyhan, y, sobre todo, de los sustanciosos ingresos que aporta a las arcas kurdas la aduana del paso de Habur -el único cruce en la frontera turco-iraquí. Ambos partidos colaboran entonces con Turquía en la persecución de los militantes del PKK kurdo-turco asentados en el Kurdistán iraquí, mientras gestionan con los militares turcos los campos de internamiento de los refugiados kurdo-turcos en esa zona de Iraq bajo su control.

En la guerra civil del Kurdistán morirán miles de personas. El PDK acusa a su rival de haber expulsado a unos 60.000 seguidores de la zona de Sulemainya, mientras que la UPK responsabiliza al PDK de provocar el desplazamiento de alrededor de 50.000 personas que estaban en las ciudades controladas por ellos, como es el caso de Arbil. Naciones Unidas denuncia la desaparición de 16.000 personas durante el conflicto armado entre los dos partidos.

Los planes de Washington y la pacificación kurda

En septiembre de 1998, la Administración Clinton fuerza a las dos formaciones kurdo-iraquíes a la firma de un acuerdo para el cese de los enfrentamientos: ya se había puesto en marcha el plan para derrocar a Sadan Husein, y es necesario que la zona kurda esté pacificada. El 8 de septiembre de 2002, los dirigentes del PDK y UPK firmarán un nuevo acuerdo de paz y reactivan el parlamento unificado. EEUU prepara ya entonces el inminente asalto a Iraq.

Después de las elecciones del 30 de enero de 2005, los aliados kurdo-iraquíes de Washington se convierten en una pieza clave en la política iraquí. Las negociaciones entre las listas shií y kurda para formar un nuevo gobierno ­igualmente interino hasta las nuevas elecciones de diciembre de 2005-, son tensas y largas, paralizándose durante semanas. Las demandas kurdas sobre la autonomía del Kurdistán y el control administrativo, la reivindicación de Kirkuk y el reparto de los cargos del gobierno, obstaculizan el acuerdo para la designación de los principales cargos.

Ante la paralización y el vacío de poder, EEUU presiona para que se forme el nuevo gobierno interino que ha de sustituir al de Alawi, llegándose a un acuerdo abril basado en la Ley Administrativa, igualmente provisional y aprobada ­también bajo presión de Paul Bremer- a comienzos de 2004. La situación se desbloquea, pero el acuerdo se limita al reparto según criterios confesionales y sectarios de los principales cargos. Las tensiones entre ambos polos sectarios se pusieron de manifiesto incluso en la toma de posesión de Talabani y del primer ministro shií Ibrahim al-Jafaari, cuando el primero, tras tomar posesión como presidente, se bajó del estrado sin nombrar al-Jafaari, teniendo Talabani que volver al estrado para nombrar al primer ministro.

Nuevo remonte de la tensión UPK/PDK

Al tiempo, se acrecienta la crispación de la tutelada vida institucional iraquí por las grandes diferencias entre la dos formaciones mayoritarias del nuevo parlamento, mientras vuelven a emerger las discrepancias entre los dos partidos kurdos-iraquíes hegemónicos, UPK y PDK.

Nechirvan Barzani, actual primer ministro del gobierno regional kurdo, ha mostrado una dura posición negociadora respecto a Kirkuk, que ha complicado la formación del nuevo gobierno. En una entrevista concedida el pasado 24 de febrero, Barzani declara: "[...] Los kurdos apoyarán a quien respalde sus demandas de recuperar los territorios disputados, incluyendo Kirkuk". Y el 13 de abril insistía afirmando que "[...] Kirkuk es histórica y étnicamente una ciudad kurda", reivindicando que la ciudad sea incorporada a la región kurda, lanzando una advertencia al nuevo gobierno interino: no vacilar en recuperar Kirkuk por la fuerza si Bagdad no hace caso a sus demandas. El mismo día, Talabani declaraba sobre Kirkuk: "[...] Esta cuestión será examinada cuando la situación se normalice, conforme el artículo 58 de la constitución provisional".

La ansiedad de los ocupantes

Ante esta situación de tensión soterrada, la imprevista visita a Iraq del secretario de defensa, Donald Runsfeld, la pasada semana pone de manifiesto la preocupación de EEUU ante la situación. Runsfeld ha hecho una seria advertencia al nuevo gobierno, instándolo a evitar las purgas políticas o el favoritismos; también previno ante cualquier retraso en el proceso político y en la elaboración de la nueva constitución, que debe de estar terminada a mediados de agosto y será nuevamente provisional, válida hasta que el nuevo gobierno y el nuevo parlamento surgidos de las elecciones de diciembre de 2005 aborde la redacción de una definitiva.

Ahora hace falta saber que van hacer los estadounidenses ante esta situación que, caracterizada por la polarización territorial y la confrontación sectaria, ellos mismos han fomentado. Sin embargo, parecería que EEUU va a seguir la misma estrategia con los kurdos de Irán. El 16 de marzo George W. Bush envió un mensaje los kurdos iraníes felicitándoles el Newroz, el Año Nuevo kurdo: el mensaje es de una notoria perversidad:

"Celebramos la llegada del Nuevo Año y la celebración de la vida. Es la ocasión después de largo tiempo, de pasar el tiempo en familia, con los amigos y disfrutar de la belleza de la naturaleza."


Notas:

(*) CEOSI (Campaña Estatal contra la Ocupación y por la Soberanía de Iraq – España)

1. Véase en IraqSolidaridad: Carlos Varea: Polarización sectaria e interinidad en una nueva fase de ocupación

2. Véase: www.democracynow.org/article.pl?sid=05/04/07/1343230

3. Associated Press, 12 de abril, 2005.

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