Irak resiste

 

Encuesta confirma que el apoyo popular a Bush cae cada vez más

La mayoría de los estadounidenses no cree que la insurgencia iraquí esté en declive

Por David Brooks, corresponsal en EEUU
La Jornada, México, 28/06/03

Nueva York, 27 de junio. La mayoría de los estadounidenses no acepta la versión oficial del gobierno de George W. Bush de que la "insurgencia" en Irak se está debilitando o llegando a su última fase, y sólo 46 por ciento acepta que la derrota del "enemigo" ahí tendrá algún efecto en derrotar al "terrorismo" en otros lugares, de acuerdo con una encuesta del Washington Post/ABC News publicada hoy.

El sondeo confirma tendencias de otras encuestas recientes de que el apoyo popular y la credibilidad del gobierno de Bush sobre la guerra en Irak se están deteriorando cada vez más.

Apenas uno de cada cinco estadounidenses (22 por ciento) cree que la insurgencia en Irak se está debilitando, 24 por ciento cree lo contrario, y la mayoría, 53 por ciento, considera que la resistencia contra las fuerzas estadounidenses no ha cambiado.

La semana pasada, el vicepresidente Dick Cheney había asegurado que la insurgencia estaba en sus últimas fases, pero sólo 25 por ciento está de acuerdo con él, según la encuesta.

Ante estas tendencias de debilitamiento en el apoyo del público para la política bélica de este gobierno, Bush y sus colaboradores han intensificado su presencia en los medios nacionales para tratar de revertir estas percepciones. La noche del martes el presidente ha programado un discurso en el fuerte Bragg en Carolina del Norte, que se trasmitirá en vivo a nivel nacional, para replantear y reafirmar su política de guerra tanto en Irak como en "contra del terrorismo", pero a la vez intentando advertir que será una campaña "sin tiempos fijos", y que podría prolongarse más de lo que el público desea.

A la vez, se siguen reportando que las fuerzas armadas no están logrando sus metas de reclutamiento para el ejército voluntario, y todo político, incluso el gobierno de Bush, reitera que no se está considerando la conscripción obligatoria.

Sin embargo, con la prolongación del conflicto y la carencia de nuevos reclutas, se reveló la semana pasada que el Pentágono está creando una base de datos de 30 millones de jóvenes entre 16 y 25 años de edad, con información sobre sus calificaciones, números de seguro social y sus direcciones electrónicas y números de teléfono.

El Washington Post y después el New York Times revelaron que el Pentágono, con la ayuda de un contratista privado, inició este proyecto hace tres años, pero la notificación pública obligada por ley se hizo apenas el mes pasado.

El Pentágono insiste que fue un error, y tenía la intención de registrar el hecho, ya que la ley de protección de privacidad ordena que todo proyecto del gobierno de recaudación de datos personales de ciudadanos tiene que ser anunciado al público, y se tiene que someter a un periodo de comentario abierto.

La justificación del proyecto es que si se busca mantener un ejército voluntario, y evitar la conscripción, el Pentágono necesita vías para poder comunicarse con potenciales reclutas.

Pero para críticos, esto provoca sospechas de que las fuerzas armadas buscarán comunicarse directamente con jóvenes sin el permiso de sus padres para convencerlos a sumarse a las filas militares, y para otros indica que ya hay preparativos para, si se necesitara, implementar el servicio militar obligatorio, como en tiempos de Vietnam.


Exigen congresistas un calendario para que regresen a casa los 135 mil efectivos

Rechaza Bush fijar fecha para el retiro de las tropas de EEUU de Irak

Agencias / La Jornada, México, 29/06/05

Fort Bragg, 28 de junio. El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, rehusó este martes fijar fecha para el retiro de sus tropas de Irak y señaló que enviar más soldados debilitaría su estrategia, al defender su política bélica.

Resaltó, sin embargo, que la intención de su país es hacer de Irak "un aliado", en cuyo territorio está el frente principal de la guerra contra el terrorismo.

Según encuestas de las últimas semanas, el pueblo estadounidense está cada vez más convencido de que "no valen la pena" la invasión a Irak, la ocupación y las subsecuentes operaciones estadounidenses en el país árabe.

Al cumplirse un año de que Estados Unidos "devolvió" a los iraquíes la soberanía de su país, Bush dirigió un mensaje a sus compatriotas para "explicarles" por qué las acciones estadounidenses en Irak sí "valen la pena".

De hecho, en algún momento del discurso habló de la convicción de los soldados de participar en una causa "más grande que ellos mismos".

Descarta enviar más soldados

"Entiendo que los estadounidenses quieran que nuestras tropas regresen a casa lo más rápido posible. Yo también. Algunos sostienen que deberíamos fijar fecha para retirar las fuerzas de Estados Unidos. Déjenme explicarles que eso sería un serio error", dijo en su mensaje, ante decenas de soldados con uniformes de gala y boinas rojas.

"Algunos estadounidenses me preguntan: si completar la misión es tan importante, ¿por qué no manda más tropas?", agregó en su mensaje, que apuntó a que los estadounidenses apoyen su política en el país invadido.

"Si nuestros comandantes en el terreno nos dicen que necesitamos más tropas, las enviaré. Pero me dicen que tienen la cantidad de efectivos que necesitan para hacer su tarea", añadió.

En otro momento del discurso, pidió a los efectivos en Irak confiar en que él, su comandante en jefe, siempre hará caso de la asesoría de "los líderes militares".

Como lo hizo en su último mensaje a la nación, esta vez Bush también apareció durante el prime time, es decir, a la hora de más audiencia en la televisión.

Además de las encuestas que reflejan nueva impopularidad de la gestión, congresistas, incluidos algunos del Partido Republicano de Bush, pidieron al presidente fijar un calendario para que regresen a casa los casi 135 mil soldados estadounidenses que pelean contra la insurgencia iraquí.

"Fijar un calendario artificial enviaría un mensaje erróneo a los iraquíes que necesitan saber que Estados Unidos no los abandonará antes que el trabajo termine. Daría también un mensaje erróneo a nuestras tropas, que necesitan saber que hablamos en serio acerca de terminar esta misión en la que arriesgan sus vidas", afirmó.

El presidente comenzó el discurso agradeciendo a las fuerzas armadas y a sus familias su valor y sacrificio, y aseguró que cuentan con la gratitud de todo el país.

Recordó que la "guerra contra el terror comenzó el 11 de septiembre de 2001" y que el adversario en la misma son "terroristas que odian la libertad, la decencia y la tolerancia".

Reconoció que otros lugares, "Madrid, Riad, Bali..." han sido víctimas de estas persona que "creen que las sociedades libres son corruptas y que nos pueden obligar a retroceder".

En cuanto a Irak, aseguró que "miles de hombres, mujeres y niños inocentes" han sido víctimas de la violencia de combatientes de dentro y fuera de ese país. Repitió que la intención de su gobierno es "combatir a los terroristas en el exterior para no tener que hacerlo en casa".

Cifras independientes estiman en 22 mil 500 el número de civiles iraquíes muertos desde que empezó la invasión en marzo de 2003.

Admitió, sin embargo, que cuando los estadounidenses ven por televisión las imágenes de violencia y sufrimiento de Irak, es lógico que se pregunten si todo eso vale la pena.

"Les explicaré", aseveró Bush, antes de afirmar que Irak estaría en riesgo de convertirse en base de operaciones terroristas contra Estados Unidos y sus aliados.

En cambio, ayudar a consolidar la libertad, la democracia y la capacidad de defenderse hará que esa nación se convierta en aliado de Estados Unidos y Occidente.

Esto, agregó, también inspirará a "otros países de Medio Oriente, que reclamarán su libertad. El sacrificio vale la pena porque es nuestro futuro", sostuvo. "Pueden matar a inocentes pero no detener el avance de la libertad".

Como muestras del éxito en Irak mencionó la devolución de la soberanía a los iraquíes, la celebración de elecciones y las labores de reconstrucción.

"El progreso no es constante pero se está mejorando", afirmó antes de resaltar las contribuciones militares y civiles de otros países.

Y como ejemplos de esa democracia que se extenderá en todo Medio Oriente gracias a lo que Estados Unidos hace en Irak, mencionó las recientes elecciones en Palestina y Líbano y el hecho de que Libia renunció a sus armas de destrucción masiva, las que, como en el caso iraquí, con toda probabilidad no existían.

"El mundo entiende que el éxito en Irak es crítico para nuestras naciones", dijo antes de asegurar que el canciller federal alemán, Gerhard Schroeder, cuyo gobierno se mantuvo férreamente opuesto a la invasión, le indicó recientemente que lo que pase con Irak "es en interés del mundo".

Referencia a Bin Laden

Hizo una inusual referencia a Osama Bin Laden, líder de Al Qaeda, quien se responsabilizó de los atentados del 11/S, al señalar que una victoria en Irak es vital para derrotar a los terroristas.

"Entre los terroristas no hay debate. Escuchen las palabras de Osama Bin Laden. 'Esta Tercera Guerra Mundial... está enfureciendo a Irak'. 'El mundo entero está viendo esta guerra'".

En cuanto a la estrategia para Irak, dijo que ésta consiste en que "por cada paso que las fuerzas de seguridad iraquíes avancen, nosotros nos retiraremos otro paso".

Reconoció que las capacidades de las fuerzas iraquíes son aún "desiguales" y que aunque han tenido operaciones exitosas contra la insurgencia, aún necesitan apoyo estadounidense.

Por ello, sostuvo Bush, Estados Unidos y otros países hacen todo lo posible por entrenar en todos los aspectos de defensa a las fuerzas iraquíes, en cuyas filas, recordó, han muerto más de "10 mil" efectivos, y que "demuestran a diario su valor".

Fuentes independientes han señalado que el número de efectivos iraquíes abatidos durante la ocupación es de 4 mil 895.

Bush afirmó que los terroristas "no respetan las leyes de la guerra ni de la moralidad", pero que el pueblo estadounidense "no titubea cuando se le amenaza. La respuesta correcta no es retirarse, sino mostrar valor".

El presidente instó a sus compatriotas a aprovechar el día de la independencia, el próximo 4 de julio, para demostrar su fe patriótica en el ejército exhibiendo la bandera, agradeciendo su función a los militares, ayudando a familiares de soldados y rezando.

"La mejor manera de honrar las vidas perdidas es completando la misión", aseguró el presidente.


Fracasa Bush en su intento por lograr mayor apoyo popular a la guerra

Por David Brooks, corresponsal en EEUU
La Jornada, México, 30/06/05

Nueva York, 29 de junio. Empantanado en las arenas de Irak y enfrentado a una opinión pública que ya no apoya su política bélica, el presidente George W. Bush se encontró la noche del pasado martes a la defensiva con sólo una opción: comprar más tiempo.

Ningún analista político cree aquí que el discurso trasmitido en vivo a la nación, con el trasfondo de unos 750 soldados de elite instalados en el Fuerte Bragg, lograría elevar el nivel de apoyo popular a la guerra o al comandante en jefe.

Lo más notable era que con el discurso la Casa Blanca reconoció que su política bélica en Medio Oriente está en apuros, y por ello realizó una campaña de propaganda intensa durante la última semana con todas las principales figuras políticas y militares encargadas de la guerra, lo que culminó con el discurso de anoche.

Y Bush, una vez más, intentó jugar su comodín en este juego: los ataques del 11 de septiembre en Nueva York y Washington.

A estas alturas, todo mundo sabe que no hubo ninguna relación entre los atentados del 11 de septiembre e Irak, pero al mencionar por lo menos seis veces esa fecha, Bush de nuevo intentó fusionar su guerra con los responsables del peor ataque extranjero en territorio estadounidense.

De hecho, hasta mencionó el nombre de Osama Bin Laden en el contexto de la guerra en Irak, para dejarlo claro.

El contenido no ofreció noticia: fue una larga reiteración de las mismas justificaciones de la guerra y de su política bélica. De hecho, el mensaje central fue que no habría cambio, no se enviarán más tropas, no se retirarán tropas. Todo se mantiene igual.

Pero todo ha cambiado. Poco antes de la guerra el vicepresidente Dick Cheney comentó que duraría "tal vez seis días, o seis semanas, pero es poco probable que llegue a seis meses".

Unos 25 meses después, con mil 730 soldados estadounidenses muertos en Irak, según la cifra oficial, más miles de heridos, las encuestas de opinión registran que la mayoría de los estadounidenses ya no apoyan esta guerra, dudan que haya valido la pena y no le creen a sus gobernantes de que Estados Unidos la está ganando.

El propio presidente reconoció que "los estadounidenses se preguntan si vale la pena". Y evitando toda mención a las encuestas que demuestran que la mayoría dice ahora que no, respondió que sí, ya que está era una lucha contra el nuevo enemigo nacido el 11 de septiembre, y que éste es un frente más en la histórica lucha estadounidense por "la libertad".

"Tenemos más trabajo que hacer, y habrá momentos difíciles que pondrán a prueba la voluntad de Estados Unidos. Estamos luchando contra hombres con odio ciego, y armados con armas letales, capaces de cualquier atrocidad. No tienen uniforme; no respetan ninguna ley de guerra o de moralidad... Están intentando sacudir nuestra voluntad en Irak, igual como intentaron sacudir nuestra voluntad el 11 de septiembre de 2001. Fracasarán. Los terroristas no entienden a Estados Unidos. El pueblo estadounidense no vacila bajo amenaza, y no permitiremos que nuestro futuro sea determinado por coches bomba y asesinos", declaró el mandatario en su nuevo llamado a las armas.

Reiteró que la guerra en Irak es para defender a este país, una lucha que demanda la "valentía" de los soldados, la "firmeza" de nuestro aliados" y la "perseverancia de nuestros ciudadanos".

Agregó que "aceptamos esta carga porque sabemos lo que está en juego. Luchamos hoy porque Irak ahora lleva encima la esperanza de la libertad en una zona vital del mundo, y el surgimiento de la democracia será el triunfo final sobre el radicalismo y el terror. Y luchamos hoy porque los terroristas desean atacar a nuestro país y matar a nuestros ciudadanos, e Irak es en donde están haciendo su resistencia. Entonces lucharemos contra ellos ahí y lucharemos contra ellos a través del mundo, y permaneceremos en la lucha hasta que la lucha sea ganada".

Bush invocó la historia oficial de las guerras que ha librado Estados Unidos durante su historia para comprobar que "los estadounidenses siempre se han mantenido firmes", ya que han aprendido que "si la maldad no es enfrentada, se fortalece y se vuelva más audaz, y regresa para golpearnos de nuevo. Sabemos que cuando la labor es dura, la respuesta correcta no es el repliegue, es la valentía".

El gobernante pidió que todo estadounidense exprese su apoyo y gratitud a las fuerzas armadas al celebrar el día de la independencia, el 4 de julio, enviando mensajes al sitio de Internet www.AmericaSupportsYou.mil establecido por el Pentágono para defender la libertad, y llamó a que más ciudadanos de esta nación se sumen a la filas militares del país.

Comentó que la mejor manera de honrar a los soldados caídos en esta lucha "es completar la misión", y concluyó su discurso con otra mención más del 11 de septiembre de 2001. Todo para enviar el mensaje de que esta guerra "vale la pena".

Pero la pregunta ya no es respecto de si valió o no la pena, sino que una mayoría está mostrando cada vez mayor impaciencia con "la misión", y el discurso de Bush no ofreció algo nuevo o elementos para enfrentar las dudas.

"Tristemente el señor Bush desperdició su oportunidad anoche, ofreciendo un discurso que sólo respondió a preguntas que nadie esta haciendo", opinó el diario The New York Times, en su editorial hoy. "Le dijo a la nación una y otra vez que un Irak estable y democrático valdría los sacrificios estadounidenses, mientras que la nación se estaba preguntando si los sacrificios de los estadounidenses en verdad producirán un Irak estable y democrático".

Cindy Sheehan, cofundadora de Gold Star Families for Peace, organización de familiares de soldados que murieron en Irak (su hijo Casey, entre ellos), afirmó hoy que "Bush dijo que su guerra en Irak 'vale la pena'. ¿Qué vale la pena? La gente en Estados Unidos no está más segura, Irak está devastado, nuestras tropas están muriendo, los iraquíes están sufriendo, ¿y quién está ganando? Tal vez valga la pena para él, para Halliburton y Bechtel (empresas estadounidenses con contratos federales multimillonarios de reconstrucción en Irak), pero no para nosotros".

O sea, ahora nadie sabe para dónde, si retirar o no las tropas, si incrementarlas ni cómo definir una derrota o un triunfo. Un observador comentó a La Jornada que el discurso del martes le recordaba a los que pronunció el presidente Lyndon B. Johnson sobre la guerra en Vietnam.

Ahora la pregunta es, como en tiempos de Vietnam, cuántas veces más, cuántos años se tendrá que repetir este mismo mensaje sobre la guerra, y cuánto tiempo más aguantará el público esta situación.

Las encuestas más recientes no sólo continúan mostrando que 40 por ciento aprueba su manejo de la guerra en Irak, sino que ahora una mayoría cree que fue un error enviar tropas a ese país y, según la ultima encuesta de CNN/USA Today, 61 por ciento cree que Bush no tiene un plan claro para abordar la situación ahí.

Así como están las cosas, la cúpula política estadounidense se encuentra ahora, una vez más, enfrentando una guerra que no puede ganar ni abandonar. El discurso sólo dice que al fin habrá un triunfo, pero reconoce lo obvio: que, para usar otra frase célebre de los tiempos de Vietnam, por ahora aún no hay luz al final del túnel.

Al parecer, ellos mismos, los miembros de la administración, se han entrampado y ahora nadie sabe cómo escapar de este pantano en medio de la arena.

Por ahora el presidente republicano hizo lo único que podía: intentar comprar más tiempo, pero aún no se sabe si lo logró. Y si fue así, ¿cuánto?

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