Irak resiste

 

El costo de la guerra excede el de Vietnam

Por Jim Lobe
Inter Press Service (IPS}, septiembre 2005

Washington. El Tesoro de Estados Unidos gasta cada mes para sostener la guerra de Iraq más de lo que desembolsó en la de Vietnam, según expertos de dos centros de estudios que se opusieron en su momento a la invasión del país del Golfo.

Se trata del "esfuerzo militar más caro de los últimos 60 años", según el informe de 84 páginas publicado por el Instituto de Estudios Políticos y Foreign Policy in Focus, titulado "El pantano de Iraq: Los crecientes costos de la guerra y por qué deben regresar las tropas".

El costo total de la guerra en Iraq suma hasta ahora 204.000 millones de dólares, es decir 727 dólares por ciudadano, sin contar los 45.000 millones adicionales para solventar las operaciones hoy en discusión en el Congreso legislativo.

El informe se conoce cuando los legisladores procuran cubrir los costos multimillonarios de la devastación causada esta semana en Nueva Orleans y el Golfo de México por el huracán Katrina.

Por otra parte, el Departamento (ministerio) de Defensa prepara un pedido de 25.000 millones de dólares adicionales para las operaciones militares en Iraq y Afganistán el año próximo, un gasto que tampoco está contemplado en el estudio.

El estudio es el tercero emitido desde el año pasado por los dos centros de estudios para estimar el costo humano, social, internacional y financiero de la guerra en Iraq.

El informe también incluye el plan formulado por Phillys Bennis, experta del Instituto de Estudios Políticos, para una "retirada completa e inmediata de tropas, contratistas militares y corporaciones estadounidenses que apoyan la ocupación".

La propuesta incluye el cese de todas las acciones ofensivas, la retirada de los centros poblados y el despliegue de todas esas fuerzas en las áreas fronterizas para ayudar al ejército iraquí con la seguridad, y la reducción del tamaño de la embajada estadounidense en Bagdad.

Según Bennis, Washington también debería anunciar que no tiene intenciones de mantener bases militares permanentes en Iraq ni de controlar el petróleo.

A pesar de su apariencia radical, sugerencias similares fueron formuladas por conservadores críticos de la guerra, como el general retirado William Odom, ex director de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA).

Bennis también propuso que Estados Unidos negocie con la insurgencia iraquí los mecanismos de retirada.

El Pentágono, según el informe, gasta al mes 5.600 millones de dólares en las operaciones en Iraq, suma que excede el promedio de 5.100 millones (ajustados a términos reales) de las operaciones estadounidenses en Vietnam entre 1964 y 1972.

"A pesar de que en Iraq hay menos soldados, las armas que usan y sus salarios son más caros que en tiempos de Vietnam", según el estudio.

Al ritmo actual de gastos, Washington debería desembolsar más de 700.000 millones de dólares si la guerra durara más de 10 años, 100.000 millones más que el costo total del conflicto en Vietnam, agrega.

Si los 204.000 millones gastados hasta ahora en la guerra hubieran sido empleados en programas sociales, 46 millones de estadounidenses podrían gozar del seguro médico del que hoy carecen, se habría podido contratar a 3,5 millones de maestros de escuela elemental o construir viviendas para dos millones de personas.

Ese dinero también habría alcanzado en el mundo en desarrollo para reducir a la mitad la población hambrienta, cubrir el costo de medicamentos contra el sida, inmunizar a niños y niñas y brindar agua y saneamiento, todo eso a lo largo de casi tres años.

Y ese monto no incluye los costos impuestos por la guerra para el largo plazo a la economía estadounidense, como el pago de intereses para la porción del inédito déficit fiscal correspondiente al conflicto o el impacto sobre las familias y pequeños negocios de reservistas y miembros de la Guardia Nacional convocados a luchar en Iraq.

Tampoco se contabilizaron los gastos en salud, subvenciones por discapacidad y otros beneficios a veteranos de la guerra que, según cálculos de la experta en finanzas públicas de la Universidad de Harvard Linda Bilmes publicados por el diario The New York Times, ascenderían a 315.000 millones de dólares a lo largo de 45 años.

Bilmes también estimó que la guerra tiene un impacto en el precio del petróleo de unos cinco dólares por barril, lo cual, si persistiera hasta 2010, costaría a la economía estadounidense unos 119.000 millones de dólares.

Pero el costo de la guerra no sólo se mide en dólares: casi 1.900 militares estadounidenses han muerto en Iraq desde la invasión lanzada el 20 de marzo, y 14.000 han resultado heridos.

El saldo del lado iraquí ha sido mucho mayor. El nuevo estudio indica que los civiles muertos como consecuencia directa del conflicto ascienden a entre 23.489 y 26.706, y los heridos a entre 100.000 y 120.000.

Esas cifras no toman en cuenta las muertes por razones derivadas indirectamente de la guerra y la ocupación, como el crecimiento de la delincuencia y las fallas ocasionadas a la infraestructura.

La revista británica especializada en medicina The Lancet indicó que Iraq sufrió casi 100.000 "muertes excesivas" entre marzo de 2003 y septiembre de 2004.

Y un estudio realizado en conjunto entre las autoridades de Iraq y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) indica que 223.000 iraquíes sufren problemas de salud crónica a causa del conflicto.

El nuevo estudio indica que hasta 6.000 militares y policías iraquíes murieron a causa de la guerra desde su inicio, la mayoría a lo largo del año pasado.

A pesar de esas fatalidades, así como de la supuesta muerte o arresto de entre 40.000 y 50.000 presuntos rebeldes, el propio Pentágono cree que las filas insurgentes se engrosaron de 5.000 a 20.000 combatientes en un periodo de dos años.

También se resintió la seguridad nacional estadounidense como consecuencia de la guerra. El Departamento de Estado (cancillería) detectó un "significativo" aumento de los atentados terroristas internacionales: se duplicaron desde 2003. Y los atentados dentro de Iraq se multiplicaron por nueve.

Mientras, el reclutamiento de fuerzas de seguridad dentro de Estados Unidos se mantuvo el mes pasado 11 por ciento por debajo de la meta anual. En filas de la reserva y de la Guardia Nacional, esa proporción se duplica.

Para colmo, 48.000 miembros de esos dos cuerpos –la mayoría de los cuales son policías, bomberos y personal médico de emergencia en sus comunidades– están hoy prestando servicios en Iraq.

La ausencia de estos funcionarios ha sido una gran preocupación para los gobiernos locales y de los estados de Luisiana, Mississippi y Alabama, los más golpeados por el huracán Katrina.

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