Irak resiste

 

Un 28% de los veteranos estadounidenses de Iraq sufre taras físicas o mentales

Según un informe del Pentágono, casi 1.700 militares que han vuelto este año admiten albergar ideas autodestructivas

Por Eusebio Val
Corresponsal en Washington
La Vanguardia de Barcelona, 20/10/05

El número de militares estadounidenses muertos en la guerra de Iraq está a punto de rebasar el impactante listón de los 2.000, en tanto que los heridos rebasan ya la cifra de 15.000. A este doloroso saldo se añade la gran cantidad de excombatientes afectados por problemas psicológicos. Según un informe confidencial del Pentágono al que tuvo acceso el periódico USA Today,un 28 por ciento de los veteranos de Iraq necesita atención médica o psicológica como consecuencia de su periodo de servicio en aquel país.

Además del costoso tratamiento que debe ofrecerse a los numerosos mutilados por la explosión de bombas y emboscadas de los insurgentes, existe una gran demanda de atención psiquiátrica por el trauma que sufren los veteranos. Según el Centro del Ejército para la Promoción de Salud y la Medicina Preventiva, autor del estudio citado por el USA Today, casi 1.700 militares que regresaron de Iraq durante el año en curso admitieron albergar ideas autodestructivas e incluso de suicidio. Unos 20.000 dijeron sufrir pesadillas frecuentes y 3.700 tenían miedo de perder el control y hacer daño a otras personas.

Los avances tecnológicos en los equipos de protección que llevan los soldados, en los primeros auxilios y en la cirugía hacen que en la guerra de Iraq, a diferencia de otros conflictos, se logre salvar a muchos combatientes que hace 20, 30 o 40 años habrían muerto. El reverso de la medalla es que aumentan los mutilados o quienes sobreviven pero están condenados a una vida muy precaria, lo que dispara a la vez las secuelas psicológicas. Un efecto colateral positivo es que se han registrado sensacionales avances en el diseño de prótesis - hasta de cráneo- y en las técnicas de rehabilitación. El hospital militar Walter Reed de Washington lleva la delantera en este terreno.

En el ámbito político, prestó declaración ayer ante el comité de Exteriores del Senado, por primera vez desde que ocupa el cargo, la secretaria de Estado Condoleezza Rice. Ésta trató de convencer a los senadores de que la Administración Bush tiene una estrategia de victoria en Iraq.

Los planes del Gobierno pasan por aplicar tácticas similiares a las usadas en Afganistán para limpiar poco a poco de insurgentes las áreas más problemáticas, pacificarlas y construir sólidas instituciones políticas. Rice se negó a hablar de calendario de retirada para no dar ventajas a los rebeldes.

La jefa de la diplomacia estadounidense insistió en reforzar el esfuerzo civil, con el envío de más personal a zonas clave de Iraq para ayudar a entrenar a la policía, constituir tribunales y colaborar en la mejora de infraestructura básica como tratamiento de aguas residuales o riego.

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